Covid fuera de China: precauci¨®n, no alarma
En Espa?a, la mitad de los mayores de 60 a?os no se han puesto la cuarta dosis, aunque pueden hacerlo. Es mal momento para cansarse de recibir pinchazos. Aunque no les apetezca, vac¨²nense. Ya.
La pol¨ªtica de covid cero que China ha mantenido durante tres a?os, consistente en aislar los focos de infecci¨®n, cuarentenar a todos los contactos y confinar edificios, f¨¢bricas y hasta ciudades enteras en cuanto las autoridades se pon¨ªan nerviosas, pod¨ªa ser comprensible en la primera mitad de 2020, cuando nadie sab¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con un virus desconocido que se propagaba por el planeta sembrando enfermedad y muerte, pero ...
La pol¨ªtica de covid cero que China ha mantenido durante tres a?os, consistente en aislar los focos de infecci¨®n, cuarentenar a todos los contactos y confinar edificios, f¨¢bricas y hasta ciudades enteras en cuanto las autoridades se pon¨ªan nerviosas, pod¨ªa ser comprensible en la primera mitad de 2020, cuando nadie sab¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con un virus desconocido que se propagaba por el planeta sembrando enfermedad y muerte, pero se ha revelado insostenible en las temporadas posteriores. No solo porque la variante ¨®micron se propaga como fuego por la paja y no hay forma de detenerla con esas medidas, sino tambi¨¦n porque la poblaci¨®n se ha acabado hartando de tanto cerrojazo inflexible y de sus consecuencias econ¨®micas.
La transici¨®n desde la covid cero hasta una pol¨ªtica de convivencia con el virus, en l¨ªnea con la del resto del mundo, era una necesidad cuando el Partido Comunista la adopt¨® el pasado 7 de diciembre. Pero ejecutarla de repente sin haber hecho primero los deberes ¨Cvacunar en masa y reforzar el sistema sanitario¡ª ha sido un nuevo error garrafal. Los modelos epidemiol¨®gicos predec¨ªan un mill¨®n y medio de muertos en seis meses, y el pa¨ªs se encamina hacia a esa cifra con paso firme. Los datos oficiales carecen de la menor credibilidad, pero las estimaciones independientes hablan de millones de nuevos contagios diarios. Como poca gente hab¨ªa pasado la infecci¨®n previamente, y las vacunas chinas que se ha empe?ado en utilizar el Gobierno han sido escasas y sub¨®ptimas, la poblaci¨®n est¨¢ mal inmunizada. Por mucho que ¨®micron sea menos letal que las versiones originales del virus, los hospitales se han saturado ya, las camas de UCI no van a dar abasto y la mortalidad se va a disparar con toda seguridad, lo reconozca Pek¨ªn o no.
Una cuesti¨®n m¨¢s dif¨ªcil de predecir es hasta qu¨¦ punto afectar¨¢ esa situaci¨®n al resto del mundo. La alerta ha empezado a extenderse. Estados Unidos, Italia y Jap¨®n ya exigen a los viajeros procedentes de China pruebas negativas para entrar en sus territorios, y la Comisi¨®n Europea estudia si hacer lo mismo. Todos estos pa¨ªses est¨¢n razonablemente inmunizados contra las formas graves de la enfermedad, ya sea por vacunaci¨®n, infecci¨®n previa o ambas, por lo que alarmar a la poblaci¨®n est¨¢ injustificado por el momento. La mayor fuente de preocupaci¨®n ahora mismo es la opacidad con que el Gobierno chino maneja los datos, adem¨¢s de la arbitrariedad con que los obtiene. Por ejemplo, solo est¨¢ contabilizando las muertes por covid cuando el paciente sufr¨ªa neumon¨ªa, una ocurrencia in¨¦dita en la comunidad internacional. La incertidumbre es la verdadera causa de los nuevos controles en los aeropuertos. Ocultar datos cierra fronteras. Es l¨®gico.
Un asunto a¨²n m¨¢s preocupante es la posibilidad de que la intensa circulaci¨®n del virus por un pa¨ªs de 1.400 millones de habitantes genere nuevas variantes o subvariantes de ¨®micron. Las mutaciones ocurren cada vez que el virus se reproduce dentro de una c¨¦lula humana, y cuanta m¨¢s gente se contagie mayor ser¨¢ la probabilidad de que algunas de esas mutaciones modifiquen sustancialmente el comportamiento del agente infeccioso. Pueden hacerlo m¨¢s contagioso a¨²n, o hacer que escape mejor del sistema inmune humano, o incluso hacerlo m¨¢s mort¨ªfero.
Por fortuna, esto ¨²ltimo es improbable, por todo lo que sabemos de la evoluci¨®n del SARS-CoV-2 y de muchos otros agentes infecciosos. Los virus que matan mucho mueren junto a sus v¨ªctimas, y por tanto yugulan su propio futuro. Son los que matan poco los que llevan todas las de ganar, porque las personas infectadas siguen haciendo una vida normal y contagiando a otras personas. La sustituci¨®n de una variante viral por otra no ocurre porque el virus se haga m¨¢s letal, sino porque se hace m¨¢s contagioso y desbanca a la versi¨®n anterior. Ley de la virolog¨ªa.
En cualquier caso, es importante que las personas vulnerables, como los mayores y los inmunodeprimidos, refuercen su inmunidad con las nuevas dosis de vacuna programadas. En Espa?a, la mitad de los mayores de 60 a?os no se han puesto la cuarta dosis, aunque pueden hacerlo. Es mal momento para cansarse de recibir pinchazos. Aunque no les apetezca, vac¨²nense. Ya.