Muere el cardenal Pell, el mayor cargo de la Iglesia condenado por abusos sexuales
El purpurado australiano, exministro de finanzas de la Santa Sede, fue absuelto un a?o despu¨¦s de cumplir un a?o de los seis que fue condenado a permanecer en prisi¨®n
El cardenal George Pell, el alto cargo de mayor rango del Vaticano condenado por abusos sexuales, falleci¨® la noche del martes en Roma. El purpurado australiano encarn¨® durante a?os el fracaso contra la lucha a la pederastia que hab¨ªa emprendido Francisco, ya que fue arrestado, condenado y encarcelado por ese motivo cuando ya hab¨ªa sido nombrado superministro de finanzas por Bergoglio. Sin embargo, tiempo despu¨¦s, cuando ya hab¨ªa cumplido una parte de la pena de seis a?os en prisi¨®n que le hab¨ªa impuesto el ...
El cardenal George Pell, el alto cargo de mayor rango del Vaticano condenado por abusos sexuales, falleci¨® la noche del martes en Roma. El purpurado australiano encarn¨® durante a?os el fracaso contra la lucha a la pederastia que hab¨ªa emprendido Francisco, ya que fue arrestado, condenado y encarcelado por ese motivo cuando ya hab¨ªa sido nombrado superministro de finanzas por Bergoglio. Sin embargo, tiempo despu¨¦s, cuando ya hab¨ªa cumplido una parte de la pena de seis a?os en prisi¨®n que le hab¨ªa impuesto el tribunal, fue absuelto. Las pruebas, se dijo entonces, ¡°no establecieron la culpabilidad con el nivel probatorio requerido¡±. A los 81 a?os ha fallecido por una complicaci¨®n en la operaci¨®n de cadera a la que se hab¨ªa sometido.
Pell era un tipo algo rudo y directo. Su car¨¢cter y, principalmente, su misi¨®n de poner orden en las finanzas de la Santa Sede, le granjearon muchos enemigos dentro de la Iglesia de la propia curia. Por eso el Vaticano nunca crey¨® en la culpabilidad de la persona a quien Francisco hab¨ªa convertido en algo as¨ª como el tercero de la c¨²pula de la Santa Sede. Muchos pensaron que las acusaciones eran fruto de una venganza de su enemigos. Y cuando fue llamado a declarar, en junio de 2017, el Papa le concedi¨® una suerte de permiso extraordinario para que viajase a Australia a ¡°defender su inocencia¡±. En marzo de 2019, sin embargo, fue sentenciado a prisi¨®n tras ser declarado culpable de cinco delitos de pederastia, uno por penetraci¨®n oral, cometidos contra dos chicos del coro de la catedral de St. Patrick¡¯s, en Melbourne, en los a?os 1996 y 1997. Seis meses despu¨¦s, el cardenal apel¨® el fallo del tribunal.
Pell pas¨® m¨¢s de 12 meses entre rejas. Una imagen devastadora para la Iglesia y para el Vaticano. Pero a los 78 a?os, fue absuelto. Pocas horas despu¨¦s de conocerse la absoluci¨®n, Francisco rez¨® en su misa matinal en Santa Marta ¡°por aquellos que cumplen sentencias injustas¡±. El Papa nunca termin¨® de creer en aquellas acusaciones y el cardenal no fue apartado de sus funciones como responsable de las finanzas hasta dos d¨ªas antes de hacerse p¨²blica su condena. De hecho, ni siquiera fue obligado a dimitir, su mandato expir¨® de forma natural al llegar a los cinco a?os. Tampoco fue relevado de su cargo como asesor en el C9 (el ¨®rgano de cardenales que asesora al Papa en las reformas) hasta casi dos a?os despu¨¦s de marcharse como imputado a Australia y solo cuando el Vaticano tuvo noticia de que ser¨ªa condenado.
Las acusaciones de pederastia contra Pell salieron a la luz en 2015, cuando una de las v¨ªctimas denunci¨® ante la Polic¨ªa de Victoria que hab¨ªa sufrido abusos sexuales en dos ocasiones por parte del prelado, poco despu¨¦s de que fuera nombrado arzobispo de Melbourne en 1996. El religioso se enfrentaba a una pena m¨¢xima de 50 de a?os de prisi¨®n, pero el juez, Peter Kidd, argument¨® para su condena a seis a?os que tuvo en cuenta tanto la edad del cardenal, 77 a?os, como los delitos ¡°horribles¡± de los que se le acusaba. El magistrado del Tribunal del Estado de Victoria remarc¨® en la sentencia que el abuso contra los dos ni?os del coro, que se produjo cuando iba a¨²n vestido con sus atuendos religiosos oficiales, supuso ¡°un ataque sexual descarado y forzado contra las v¨ªctimas¡±. ¡°Los actos fueron sexualmente gr¨¢ficos, ambas v¨ªctimas estaban visible y audiblemente angustiadas durante la ofensa¡±, precis¨® el magistrado, al insistir en que Pell era consciente de sus actos e incluso no reaccion¨® cuando uno de los ni?os le pidi¨® que los dejara ir. M¨¢s tarde, la m¨¢xima instancia del pa¨ªs no vio suficiente solidez en las acusaciones.
El cardenal naci¨® en Ballarat, en el Estado australiano de Victoria. Vivi¨® varios a?os en la misma casa que Gerald Ridsdale, el abusador en serie de la escuela Saint Alipius en esa misma localidad. Un centro calificado por la prensa local como ¡°para¨ªso de pederastas¡±, en el que cinco de sus seis profesores fueron relacionados y condenados por casos de abusos. Ambos fueron colegas mucho tiempo. De hecho, Pell le acompa?¨® a testificar en 1993 a uno de los juicios en los que fue condenado a 18 a?os de c¨¢rcel por la violaci¨®n de hasta 54 menores. Durante d¨¦cadas ha habido decenas de suicidios ¡ªal menos 40, seg¨²n la polic¨ªa de Victoria¡ª relacionados con aquellos casos.
Una de las supuestas v¨ªctimas de Pell, de hecho, se enganch¨® a la hero¨ªna despu¨¦s de los te¨®ricos abusos, que seg¨²n la denuncia se produjeron cuando ten¨ªa 13 a?os. El chico, relataron sus padres a la cadena ABC australiana, comenz¨® a drogarse antes de que se cumpliera un a?o del incidente y muri¨® en 2014 por sobredosis.
Pell tambi¨¦n ha sido acusado de encubrir abusos cometidos por curas en el estado de Victoria, en el que trabajaba. Una investigaci¨®n nacional sobre la respuesta institucional que se dio a los abusos sexuales contra menores en Australia entre 1950 y 2010 concluy¨® que un 7% de los curas hab¨ªan sido acusados de actos de pederastia, pero esas acusaciones no dieron lugar a ning¨²n caso judicial. En el marco de la pesquisa, Pell reconoci¨® en 2016 que en la d¨¦cada de 1980 exist¨ªa ¡°un mundo de cr¨ªmenes y encubrimientos¡± en la Iglesia cat¨®lica para proteger a la instituci¨®n, pero neg¨® tajantemente haber abusado sexualmente de ning¨²n menor.
La comisi¨®n de investigaci¨®n real que llev¨® a cabo durante cuatro a?os esas investigaciones hall¨® que a la Iglesia australiana se le se?alaron 4.444 presuntos casos de pederastia. En algunas di¨®cesis, m¨¢s del 15% de los sacerdotes eran sospechosos de abusos.