Otros dos exalumnos del internado del Valle de los Ca¨ªdos se suman a la acusaci¨®n de pederastia a un fraile en los sesenta
El religioso dej¨® la abad¨ªa en 1975 y ha sido p¨¢rroco durante casi 50 a?os en pueblos de la comunidad de Madrid. La Iglesia conoce el caso desde hace un a?o pero hasta ahora no ha tomado ninguna medida
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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Dos antiguos alumnos del internado de la escolan¨ªa del Valle de los Ca¨ªdos, ahora llamado Cuelgamuros, en Madrid, se han sumado a las denuncias de pederastia contra seis monjes de la abad¨ªa en los a?os sesenta y setenta publicadas por EL PA?S. Acusan al mismo religioso, uno de los que ya aparec¨ªa en la primera informaci¨®n. Estaba identificado con iniciales como T. B., pues quien le se?alaba por abusos en 1970 prefer¨ªa el anonimato. Ahora, otros dos internos de aquella ¨¦poca, aunque de a?os anteriores, no dudan en identificarse y acusarle con nombre y apellidos. Juan Manuel Barahona Quintana, que estuvo en el internado solo un a?o, en el curso 1966-1967, y Carlos Pedro Mart¨ªnez Mart¨ªnez, que hizo dos cursos, de 1965 a 1967, acusan tambi¨¦n de abusos en 1966 a Tirso Blanco, a quien afirman reconocer sin ninguna duda en la fotograf¨ªa que encabeza este art¨ªculo. Por tanto, las acusaciones de abusos contra ¨¦l abarcan al menos cuatro a?os, de 1966 a 1970. Este monje, ordenado en 1961 en el Valle de los Ca¨ªdos, estuvo hasta 1975 en la abad¨ªa, un periodo en el que pasaron cientos de menores por el internado, que a¨²n sigue abierto a d¨ªa de hoy. Barahona y Mart¨ªnez lo han denunciado a la comisi¨®n de investigaci¨®n de la pederastia en el clero del Defensor del Pueblo.
Actualmente Tirso Blanco tiene 86 a?os y es el sacerdote que este peri¨®dico localiz¨® en una iglesia de Madrid y cuyas declaraciones aparec¨ªan en ese primer art¨ªculo. ¡°No tengo ni idea de lo que me habla¡±, fue su respuesta, tras negar las acusaciones. Este fraile dej¨® la abad¨ªa en 1975, se pas¨® al clero diocesano y ha sido p¨¢rroco en la comunidad de Madrid durante los ¨²ltimos 47 a?os: en las localidades de Galapagar y Cercedilla hasta 2003 y, desde entonces, en Collado-Villalba. Est¨¢ jubilado desde 2013, pero sigue adscrito a una parroquia de esta localidad. Este diario incluy¨® su nombre en el primer informe sobre pederastia en el clero que entreg¨® en diciembre de 2021 al Papa y a la Conferencia Episcopal, pero un a?o despu¨¦s nadie ha tomado ninguna medida y ni siquiera le ha interrogado para saber si admit¨ªa o negaba las acusaciones, seg¨²n se?al¨® ¨¦l mismo.
Carlos Pedro Mart¨ªnez se enter¨® el viernes de la noticia de EL PA?S a trav¨¦s de la televisi¨®n, en Cuatro al d¨ªa, de la cadena Cuatro, y decidi¨® escribir al programa. Apareci¨® el lunes en este espacio, contando sus recuerdos sin que se le reconociera, y acus¨® de abusos al ¡°padre Tirso¡±. Luego, en conversaci¨®n con este diario, relata: ¡°Hace muchos a?os que quer¨ªa denunciarlo, pero nunca me decid¨ª a hacerlo y ahora por fin quiero que salga a la luz. Me invit¨® a ir a su celda, me sent¨¦ y de pronto me abri¨® la bragueta, comenz¨® a tocarme, y me pregunt¨® si esto lo hac¨ªamos con otros compa?eros. Yo me qued¨¦ asombrado de lo que dec¨ªa, y lo negu¨¦, al cabo de un rato de masturbarme, cuando vio que no me excitaba, lo dej¨®, pero mientras tanto me preguntaba si lo hac¨ªamos con otros compa?eros. Luego por fin pude irme¡±.
Mart¨ªnez, que entonces ten¨ªa 11 a?os, era hijo de inmigrantes espa?oles en el extranjero, sus padres viv¨ªan en Suiza e hicieron un esfuerzo para que estudiara en Espa?a. ?l estaba a¨²n m¨¢s aislado en el internado que los dem¨¢s chicos, pues nunca pod¨ªan ir a visitarle. ¡°Fue muy duro para m¨ª, llegaba el fin de semana y ve¨ªas a los dem¨¢s con sus padres, y yo nunca los ve¨ªa¡±. Adem¨¢s, recuerda la disciplina brutal: ¡°Hab¨ªa castigos severos por cualquier cosa, bofetadas, tirones de pelo totalmente desmesurados, a m¨ª me dieron un rev¨¦s que no se me olvidar¨¢ jam¨¢s. Todo eso era lo normal, era como un campo de concentraci¨®n¡±. A los dos a?os rog¨® a sus padres que lo sacaran de all¨ª. Cuenta que no dijo nada entonces por temor a represalias y por verg¨¹enza, pero est¨¢ convencido de que les pas¨® a m¨¢s compa?eros. Y as¨ª era.
Cuando Mart¨ªnez sali¨® en la televisi¨®n, uno de esos antiguos alumnos de su ¨¦poca, Juan Manuel Barahona, estaba viendo el programa y salt¨® al o¨ªr el nombre del cura. Escribi¨® a EL PA?S, al correo a disposici¨®n de las v¨ªctimas de este diario desde 2018, y se uni¨® a la acusaci¨®n contra Tirso Blanco. Su relato es muy similar: ¡°Yo ten¨ªa 11 a?os. Este elemento me llam¨® una tarde a su celda, en el piso de arriba, donde estaban los novicios, y me empez¨® a decir que otro compa?ero y yo nos masturb¨¢bamos, una cosa que a m¨ª me dej¨® de piedra y que le negu¨¦, pero mientras me dec¨ªa eso empez¨® a tocarme los genitales, y sigui¨® toc¨¢ndome hasta que me levant¨¦ corriendo y me escap¨¦ de all¨ª¡±, relata. ?l lleg¨® al internado desde un pueblo de Segovia: ¡°Era monaguillo en la iglesia de mi pueblo y esta gente llevaba ojeadores por los pueblos para ver chavales que cantaran bien y me cogieron. Vine a Madrid a hacer unas pruebas, recuerdo que una era cantar el himno nacional, que entonces ten¨ªa letra. Al final me cogieron y en septiembre entr¨¦¡±. Estuvo solo un a?o porque le echaron, le acusaban de ser demasiado rebelde.
La semana pasada, el exalumno Jos¨¦ G. cont¨® recuerdos parecidos en este peri¨®dico sobre el padre Tirso. En su caso sucedi¨® m¨¢s tarde, hacia 1970: ¡°Con la excusa de que me gustaban los sellos, me llev¨® a su celda a ense?arme su colecci¨®n, y all¨ª me baj¨® la bragueta y empez¨® a toquetearme. Me qued¨¦ bloqueado, no sab¨ªa qu¨¦ hacer, supongo que ¨¦l iba a buscar una erecci¨®n, me intent¨® masturbar, entre el shock y que para m¨ª era una situaci¨®n impensable, me empec¨¦ a enfadar, y me fui de all¨ª de manera instintiva. Me dijo que no dijera nada a mis padres. Pero yo no fui el ¨²nico¡±.
Este diario inform¨® de las acusaciones contra Tirso Blanco hace ya un a?o a la Conferencia Episcopal (CEE), a trav¨¦s de su primer informe de abusos, con testimonios que acusaban a 251 sacerdotes, religiosos, y seglares, pero nadie ha actuado hasta ahora. La CEE lo transmiti¨® a la CONFER, la organizaci¨®n que agrupa a las ¨®rdenes religiosas espa?olas, que confirma que lo envi¨® a los benedictinos. Pero la orden que gestiona la abad¨ªa de Cuelgamuros no ha querido aclarar si ha abierto la investigaci¨®n a la que le obligan las normas can¨®nicas, ni qu¨¦ resultado ha tenido, es totalmente opaca. Tampoco inform¨® a la archidi¨®cesis de Madrid, seg¨²n confirma esta entidad, pese a que Tirso Blanco est¨¢ bajo su jurisdicci¨®n desde 1975. El obispado de Madrid ha asegurado que no le constan denuncias contra este sacerdote y precisa que no es competente para investigarlo, y que deben hacerlo los benedictinos. No obstante, al ser informada de estos dos nuevos testimonios, la di¨®cesis anima a las posibles v¨ªctimas a interponer una denuncia en su servicio Repara, que se ocupa de la atenci¨®n a los afectados por abusos sexuales. De ese modo, explica, abrir¨¢ un expediente e iniciar¨¢ investigaciones previas, adem¨¢s de ofrecer ayuda y asesoramiento a las personas que lo requieran.
EL PA?S, que investiga los abusos en la Iglesia desde 2018, lleva la ¨²nica contabilidad de casos en Espa?a, ante la ausencia de datos oficiales o de la Iglesia, que se niega a revelar los casos que conoce. En 2021 cre¨® una base de datos p¨²blica con todos los casos conocidos, a trav¨¦s de medios o sentencias judiciales. En este momento cuenta 856 acusados y 1.610 v¨ªctimas.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, escr¨ªbanos a abusosamerica@elpais.es.
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