Jacques Gaillot, el obispo disidente
Fue el prelado residencial m¨¢s joven del episcopado franc¨¦s, y pronto se convertir¨ªa en el m¨¢s revoltoso. Se mostr¨® disidente de sus colegas y del Vaticano, por lo que fue objeto de duras cr¨ªticas y constantes amonestaciones
El 12 de abril falleci¨® en el Hospital Pompidou, de Par¨ªs, el obispo franc¨¦s Jacques Gaillot, una de las voces m¨¢s contestatarias dentro del episcopado cat¨®lico, a los 87 a?os. Natural de Saint-Dizier, en 1982 fue nombrado prelado de la di¨®cesis de Evreux (regi¨®n de Normand¨ªa), de medio mill¨®n de habitantes y en torno a 100 sacerdotes. Se convirti¨® entonces en el obispo residencial m¨¢s joven del episcopado franc¨¦s, y pronto se convertir¨ªa en el m¨¢s revoltoso. Suele decirse que un obispo es lo m¨¢s parecido a otro obispo. No fue el caso de monse?or Gaillot, que se mostr¨® disidente de sus colegas y del Vaticano ¡ªentonces regido por Juan Pablo II¡ª por seguir la gu¨ªa del Evangelio, por lo que fue objeto de duras cr¨ªticas y constantes amonestaciones.
?Por qu¨¦? Porque no actu¨® como funcionario de Dios, sino como obispo y profeta libre y liberador y, por ello, religiosa y pol¨ªticamente incorrecto. ¡°No estoy casado con los obispos. Mi horizonte, mi gozo, mi vida es el pueblo de Evreux. En ese ambiente vuelvo a la vida¡±, sol¨ªa repetir cuando sus colegas le afeaban su conducta y le acusaban de romper la comuni¨®n eclesial.
En el terreno religioso apoy¨® a las personas homosexuales, justific¨® el uso del preservativo en contra de la prohibici¨®n de la enc¨ªclica Humanae vitae, fue partidario de la ordenaci¨®n de sacerdotes casados y defendi¨® el acceso a la eucarist¨ªa de las personas divorciadas y vueltas a casar. Se mostr¨® muy cr¨ªtico con la falta de democracia en la Iglesia cat¨®lica y con la discriminaci¨®n de las mujeres. Visit¨® las c¨¢rceles y acompa?¨® a las personas presas devolvi¨¦ndoles la dignidad que les era negada. Ped¨ªa a los sacerdotes de su di¨®cesis que hablaran m¨¢s de la justicia social que de las normas disciplinares represivas en materia de sexualidad.
A su incorrecci¨®n religiosa hay que sumar la incorrecci¨®n pol¨ªtica. Apoy¨® a los objetores de conciencia. Defendi¨® al pueblo saharaui. Se solidariz¨® con el pueblo palestino, a quien visit¨® en varias ocasiones, y denunci¨® la violencia militar de Israel contra ¨¦l. Defendi¨® la Intifada, mantuvo reiterados encuentros con Yasir Arafat y reclam¨® el derecho del pueblo palestino a vivir en su tierra sin dependencia de Israel. Particip¨® en la operaci¨®n Un barco para la paz en Atenas y en la Cadena por la paz alrededor de las murallas de Jerusal¨¦n. Vot¨® en contra del tratado de Maastrich porque sacrificaba a los seres humanos en aras de la econom¨ªa, se mostr¨® a favor de la construcci¨®n de la Europa de los pueblos y apoy¨® a las personas migrantes.
Asisti¨® a la toma de posesi¨®n de Jean Bertrand Aristide como presidente de Hait¨ª en solidaridad con ¡°una de las poblaciones m¨¢s pobres del planeta, que padece desde siempre dictaduras, invasiones, colonialismo¡±. Viaj¨® a Mururoa para protestar contra las pruebas nucleares francesas que se realizaban all¨ª. Fue el ¨²nico obispo franc¨¦s que asisti¨® al traslado al Pante¨®n de las cenizas del abate Henri Gr¨¦goire, obispo constitucional durante la Revoluci¨®n Francesa que vot¨® a favor de la abolici¨®n de la monarqu¨ªa, de los privilegios de la nobleza y de la Iglesia. Se manifest¨® contra la guerra del Golfo y se opuso al embargo que penalizaba al pueblo.
Tras 13 a?os de obispo, en 1995 fue destituido por el Vaticano, que, en un acto de hipocres¨ªa, le nombr¨® obispo de Partenia, di¨®cesis imaginaria de Mauritania en el desierto del S¨¢hara que hab¨ªa dejado de existir en el siglo VI y que Gaillot convirti¨® en una Iglesia abierta, sin fronteras, en salida hacia las periferias, como acostumbra a decir el papa Francisco, quien, en un gesto de acogida y de di¨¢logo respetuoso, le recibi¨® en 2015. Como obispo de Partenia comparti¨® su vida con las personas excluidas de la calle del Drag¨®n en Par¨ªs, sigui¨® defendiendo las causas perdidas e hizo realidad la consigna del obispo y profeta Pedro Casald¨¢liga: ¡°Mis causas son m¨¢s importantes que mi vida¡± con la convicci¨®n de que ¡°una Iglesia que no sirve, no sirve para nada¡±, t¨ªtulo de uno de sus libros m¨¢s emblem¨¢ticos.
Juan Jos¨¦ Tamayo es te¨®logo y autor de ¡®La compasi¨®n en un mundo injusto¡¯ (Editorial Fragmenta).
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