La v¨ªctima del cura de Mallorca calcula en 468.000 euros la compensaci¨®n que debe pagarle el obispado
La di¨®cesis balear ofrece cubrir los gastos en terapia, que la denunciante estima en 1.500 euros mensuales durante 26 a?os. Ser¨ªa la indemnizaci¨®n m¨¢s alta conocida en la Iglesia espa?ola
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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El obispado de Mallorca ha ofrecido una compensaci¨®n econ¨®mica a la v¨ªctima de un sacerdote condenado por abusos, un caso que ha admitido esta semana, y le ha pedido que calcule sus gastos en terapia: ascienden a casi medio mill¨®n de euros, seg¨²n confirma esta mujer a EL PA?S. Esa cantidad resulta del dinero invertido durante 26 a?os en terapia y medicinas, con una media de 1.500 euros al mes, lo que suponen al menos 468.000 euros. Si el obispado accede, ser¨ªa la mayor suma conocida que ha desembolsado la Iglesia espa?ola por abusos sexuales, en este caso de una mujer adulta considerada vulnerable por sus trastornos psicol¨®gicos, una condici¨®n que el Vaticano equipara en su legislaci¨®n al abuso de menores.
Hasta ahora, la cifra m¨¢s alta conocida, dentro del secretismo imperante en la Iglesia espa?ola, es la pagada en 2020 por los maristas de Catalu?a por los abusos a menores en sus colegios, en torno a 400.000 euros, pero era una compensaci¨®n en grupo a 25 personas. En Mallorca se trata, en todo caso, solo de un reembolso de los gastos que esta mujer ha tenido en sus tratamientos, no es una indemnizaci¨®n por el da?o causado, ya reconocido por la di¨®cesis en la condena al sacerdote Juli¨¤ Cifre Vanrell. Es un caso que estaba incluido en el cuarto informe sobre abusos en la Iglesia que EL PA?S entreg¨® a la Conferencia Episcopal (CEE) y al Defensor del Pueblo el pasado mes de junio, y fue publicado la semana pasada por el Diario de Mallorca. Adem¨¢s, esta mujer tambi¨¦n lo ha denunciado en los tribunales.
El caso supone un hito en la Iglesia espa?ola, que en su gu¨ªa de mayo sobre c¨®mo actuar ante las denuncias de pederastia, el documento Instrucci¨®n de la CEE sobre abusos sexuales, reh¨²ye las indemnizaciones y ni siquiera las menciona. En realidad, cada obispo y cada orden religiosa va por libre, seg¨²n su buena o mala disposici¨®n, y las compensaciones se llevan con total opacidad. En este caso, el obispo de Mallorca, Sebasti¨¤ Taltavull, que tambi¨¦n ha entregado a la v¨ªctima una copia de la sentencia can¨®nica, algo muy inusual y prueba de transparencia, puede marcar un precedente.
La Iglesia espa?ola nunca ha querido informar de cu¨¢ntas indemnizaciones ha pagado por casos de pederastia. Seg¨²n un c¨¢lculo de EL PA?S de las sentencias conocidas, han sido ya al menos dos millones de euros, con una media de 12.000 por caso, pero cantidades m¨¢ximas de 50.000. Los jesuitas han desembolsado hasta 72.000 euros y los maristas, 35.000, seg¨²n ha ido revelando este diario. La Compa?¨ªa de Jes¨²s maneja una tabla que establece un pago de 5.000, 10.000 o 15.000 euros, seg¨²n consideren los abusos leves, medios o graves, un sistema considerado un insulto por los afectados. Adem¨¢s, tanto maristas como jesuitas exigen un pacto de silencio, algo que contradice las ¨®rdenes del Papa. En cuanto a la v¨ªa civil en los tribunales, a¨²n ha sido poco explorada y ahora mismo est¨¢ abierta en Catalu?a una demanda contra la abad¨ªa de Montserrat y el obispado de Sant Feliu de Llobregat de Miguel Hurtado, v¨ªctima de abusos en el monasterio catal¨¢n, que les pide una indemnizaci¨®n de 150.000 euros, como responsables subsidiarios.
El obispado de Mallorca no aclara de momento si va a acceder a la solicitud de esta mujer, de 53 a?os, un caso especialmente grave porque no solo ha denunciado ante la justicia abusos durante tres d¨¦cadas, aprovech¨¢ndose de su vulnerabilidad psicol¨®gica, de Juli¨¤ Cifre Vanrell, sino tambi¨¦n de dos jesuitas del colegio Montesi¨®n de Palma, Fernando Meseguer Ruiz y Luis A?orbe S¨¢daba. As¨ª consta en la denuncia presentada el pasado mes de junio a la que ha tenido acceso este diario. En el caso de Meseguer, denuncia que los abusos comenzaron cuando ten¨ªa 15 a?os y era menor.
Los jesuitas no se han manifestado a¨²n sobre ninguna posibilidad de compensaci¨®n, y la v¨ªctima asegura que no tiene noticias de la orden desde que lo denunci¨® a la Compa?¨ªa hace dos a?os, en abril de 2021. En cuanto a la di¨®cesis de Mallorca, el comunicado en el que anunci¨® el lunes la condena del sacerdote, dec¨ªa que ¡°manifiesta su petici¨®n de perd¨®n a la v¨ªctima y su voluntad de seguir apoy¨¢ndola y acompa?¨¢ndola en su proceso terap¨¦utico, espiritual y econ¨®mico¡±. Consultado por este diario sobre si aceptar¨¢ la suma que prev¨¦ reclamar la v¨ªctima, el obispado prefiere no responder: ¡°Los responsables hablar¨¢n de estos temas directamente con ella, como han hecho hasta ahora y como es pertinente en los procesos¡±. Lo cierto es que en la reuni¨®n que el vicario judicial mantuvo el martes con la v¨ªctima le mostr¨® su voluntad de pagarle una compensaci¨®n: ¡°Me pidieron que realizara la carta de solicitud de la reparaci¨®n econ¨®mica¡±.
La v¨ªctima ya ha hecho su c¨¢lculos, que adem¨¢s hab¨ªa adelantado en el proceso can¨®nico, seg¨²n consta en la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. La resoluci¨®n considera probado que el sacerdote ¡°ha causado da?o f¨ªsico y ps¨ªquico¡± a la v¨ªctima. La cifra tiene en cuenta todo el dinero que ha gastado ¡°en intentar vivir¡±, en procurar mejorar su ¡°estado de salud f¨ªsico y psicol¨®gico-emocional¡±, gravemente da?ado por las agresiones. Enumera, entre otros conceptos, 400 euros mensuales en medicaci¨®n farmac¨¦utica psiqui¨¢trica; entre 130 y 260 en psicoterapia; 100 en psiquiatra; 400 en desplazamientos para las consultas, a veces en otra ciudad. Pese a todo, la denunciante quiere dejar algo claro: ¡°Mi objetivo no es el dinero. Nunca lo ha sido. De hecho, voy a dar este paso porque me lo ha solicitado el vicario episcopal, Nadal Bernat. De ¨¦l solo he percibido comprensi¨®n, empat¨ªa y ganas de ayudarme¡±.
Para la v¨ªctima, la condena del cura ha sido una noticia ¡°agridulce¡±. Positiva, por un lado, porque por fin ha llegado la sentencia contra Cifre, despu¨¦s de tres a?os, pues lo denunci¨® en septiembre de 2020. Pero la denunciante es cr¨ªtica con la condena can¨®nica, que ha impuesto al cura tres a?os sin decir misa en p¨²blico, pero no lo ha expulsado del clero ni habla de violaciones. En el proceso el cura aleg¨®, seg¨²n la sentencia, que eran relaciones consentidas y que ¡°no era delito, solo pecado¡±.
Al final, el tribunal consider¨® probada la vulnerabilidad de la v¨ªctima, que presenta una serie de patolog¨ªas, psiqui¨¢tricas y oncol¨®gicas, que suponen un grado de discapacidad del 68% y que implicaron su jubilaci¨®n a los 50 a?os por incapacidad permanente absoluta. Entre otros, sufre un trastorno l¨ªmite de la personalidad que con los a?os ha derivado en conductas suicidas y autolesivas, graves trastornos alimentarios y da?os a las relaciones interpersonales. Sin embargo, la sentencia de la Iglesia opta por creer al sacerdote cuando afirma que no sab¨ªa nada de los trastornos psicol¨®gicos de la denunciante, y por tanto no ve el requisito necesario del conocimiento de causa del abuso para condenarle con la expulsi¨®n del clero.
Una vida marcada por los abusos sexuales
La terrible historia que narra esta mujer comienza con los abusos de su propio padre, a quien tambi¨¦n ha denunciado en los tribunales, aunque los hechos est¨¢n prescritos. ¡°Como normalic¨¦ que me violara mi padre, dej¨¦ que lo hicieran otros tres padres¡±. Luego acusa de abusar de ella, cuando ten¨ªa 15 a?os, al jesuita Fernando Meseguer Ruiz, una situaci¨®n que dur¨® 26 a?os. Despu¨¦s, acusa, lleg¨® el otro jesuita, Luis A?orbe S¨¢daba, y luego, Juli¨¤ Cifre. Los abusos se solaparon simult¨¢neamente en el tiempo durante tres d¨¦cadas, seg¨²n su relato.
La v¨ªctima explica que los abusos de Cifre fueron los primeros de los que fue capaz de hablar, en una sesi¨®n de psicoterapia en 2017. Denuncia que empezaron en 1994, cuando ella ten¨ªa 24 a?os y se acababa de comprar un piso propio. ¡°Este se?or, que era el cura amigo de la familia y que antes me visitaba en casa de mis padres, empez¨® a visitarme en la m¨ªa. Le cont¨¦ que mi padre me violaba y lo criticaba duramente, pero luego empez¨® ¨¦l con los abusos¡±, relata. ¡°Aunque no me penetraba, s¨ª que eyaculaba. Me hac¨ªa tocarle el pene y estaba obsesionado con los besos de tornillo y con sobarme las tetas. Cuando estuve ingresada en el hospital, por mis problemas psiqui¨¢tricos y oncol¨®gicos, ven¨ªa a verme. Rez¨¢bamos, me daba la comuni¨®n y me sub¨ªa el camis¨®n para abusar de m¨ª¡±, recuerda. Estos abusos, cuenta, duraron hasta sus 50 a?os, cuando decidi¨® denunciar.
Cuando pudo empezar a hablar de ello en psicoterapia, cont¨® tambi¨¦n los abusos de los dos jesuitas. Finalmente se vio con fuerzas para actuar: denunci¨® a Cifre en septiembre de 2020 y a los dos jesuitas, en abril de 2021. La Compa?¨ªa de Jes¨²s ya conden¨® en un proceso interno a A?orbe en 2022, y le impuso un precepto penal con restricci¨®n de movilidad, limitaci¨®n completa de su actividad pastoral y prohibici¨®n de actividades con menores y adultos. No obstante, la v¨ªctima asegura que nunca se lo comunicaron. En cuanto a Meseguer, que adem¨¢s ha recibido otras dos acusaciones en Zaragoza, a¨²n tiene abierto un proceso can¨®nico. ¡°Hasta entonces, los terapeutas no entend¨ªan por qu¨¦ me intentaba suicidar tantas veces, por qu¨¦ no quer¨ªa vivir. Era porque silenciaba el horror de estar violada por tres padres a la vez en tiempos coincidentes¡±, razona la denunciante.
Los de Cifre fueron los primeros abusos que cont¨®, pero no los primeros que afirma haber sufrido. Despu¨¦s de su padre, acusa al jesuita Fernando Meseguer, al que conoci¨® en 1985, cuando ten¨ªa 15 a?os. ¡°Yo iba todas las semanas al Colegio Montesi¨®n, que dispon¨ªa de un lugar de formaci¨®n juvenil cristiano llamado Congregaci¨®n Mariana. All¨ª coincid¨ª con ¨¦l, que participaba en varias actividades, entre ellas el coro¡±, relata. ¡°Entablamos confianza y yo le cont¨¦ que mi padre abusaba de m¨ª. Lejos de ayudarme, empez¨® ¨¦l tambi¨¦n... Empez¨® a estar m¨¢s pendiente de m¨ª y a llevarme en coche a casa. Tambi¨¦n d¨¢bamos paseos y me met¨ªa la mano por debajo de la ropa¡±, contin¨²a. Los abusos, dice, fueron a m¨¢s, hasta llegar el sacerdote a violarla en su despacho del colegio.
Pero la peor experiencia, asegura, la sufri¨® en uno de los ¨²ltimos campamentos en Las Hurdes (Extremadura): ¡°Me oblig¨® a dormir en su habitaci¨®n para protegerme. Puerta cerrada con llave y abusada de arriba abajo¡±. Tambi¨¦n tiene grabado a fuego otro recuerdo: ¡°Un d¨ªa de fiesta entre los monitores de all¨ª, Meseguer me rob¨® ropa de la mochila y se disfraz¨® de m¨ª. Me bautiz¨®, de rodillas en el suelo, yo mirando al suelo y ¨¦l agarr¨¢ndome con una fregona, con el mote ¡®Mofi¡¯, de mofeta, porque dec¨ªa que yo ol¨ªa el momento en el que me iba a rega?ar o hacer algo contra m¨ª. Se burlaba de m¨ª delante de todo el mundo, cuando ya hac¨ªa cinco o seis a?os que me violaba. Era un bullying como un piano. Delante de todos se jodi¨® de mi forma de ser¡±.
Meseguer se fue de Mallorca en 1988, pero la denunciante continu¨® acompa?¨¢ndolo al campamento en Extremadura todos los veranos. ¡°Tambi¨¦n me citaba y me violaba cada vez que ven¨ªa de visita. Aprovechando que me gustaba tocar el ¨®rgano de la iglesia de Montesi¨®n, me llevaba all¨ª a tocar y luego me introduc¨ªa en una habitaci¨®n del coro de la iglesia, donde me violaba. Sigui¨® hasta el 2021 pidi¨¦ndome fotograf¨ªas de mi cuerpo desnudo por WhatsApp¡±, asegura.
Nada m¨¢s salir a la luz el caso de Meseguer, surgieron dos acusaciones contra ¨¦l en Zaragoza. Seg¨²n ha informado esta semana el Heraldo de Arag¨®n y ha confirmado a EL PA?S una portavoz de los jesuitas, dos personas que han comunicado un posible caso de ¡°conducta impropia¡± y otro de ¡°posibles abusos¡± por parte de este cura. Ejerci¨® en dos periodos en el colegio zaragozano de El Salvador ¡ªentre 1977 y 1981 y de 1990 al 2007¡ª y tambi¨¦n estuvo en el noviciado que ten¨ªa la Compa?¨ªa en la capital aragonesa durante el curso 1984-1985 y en el colegio jesuita de Oviedo, entre 2016 y 2021.
El mismo a?o que Meseguer se march¨®, en 1988, lleg¨® Luis A?orbe S¨¢daba para reemplazarle. Seg¨²n relata la denunciante, ven¨ªa del colegio El Salvador de Zaragoza, de donde lo hab¨ªan expulsado porque en una excursi¨®n con alumnos y padres se ba?¨® ¡°en pelotas¡± en un lago. En Palma, era profesor de religi¨®n, f¨ªsica y qu¨ªmica, matem¨¢ticas e inform¨¢tica. ¡°Lo tuvo a huevo. R¨¢pidamente, entablamos amistad, pues coincid¨ªamos todas las semanas en la Congregaci¨®n Mariana. Me dio la llave de su despacho en Son Moix, el mismo que empleaba el otro¡±, comienza. ¡°Cuando descans¨¢bamos en el sof¨¢, empezaba a besarme en la mejilla, en la boca y con la lengua¡ Las situaciones eran cada vez m¨¢s inc¨®modas, y al final tambi¨¦n me viol¨®¡±, relata. Para entonces ya ten¨ªa 18 a?os.
Con el paso de los a?os, A?orbe tambi¨¦n se march¨® de Mallorca. Seg¨²n la v¨ªctima, ¨¦l mismo le cont¨® que el marido de una amante del jesuita le dijo a la Compa?¨ªa de Jes¨²s que o lo trasladaban o hac¨ªa p¨²blico el romance. Entonces, lo enviaron a Huesca. La orden, sin embargo, asegura que ¡°fue trasladado por motivos apost¨®licos¡±. Al igual que Meseguer, continu¨® citando a esta mujer cuando iba a Mallorca y pidi¨¦ndole fotograf¨ªas y v¨ªdeos de car¨¢cter sexual, hasta 2021.
Los jesuitas, seg¨²n sostiene la denunciante, conocieron hace a?os los abusos y los encubrieron. Asegura que el director de la Congregaci¨®n Mariana del colegio jesuita de Montesi¨®n ten¨ªa conocimiento de los hechos. ¡°?l no viv¨ªa en Mallorca, pero ven¨ªa a Palma a hacerse revisiones m¨¦dicas y se alojaba en Montesi¨®n. Yo se lo cont¨¦ todo en una entrevista, creo que en 2005, y ¨¦l me dijo que lo guardar¨ªa como secreto de confesi¨®n¡±, expone la v¨ªctima, que subraya que no era una confesi¨®n, era una conversaci¨®n. Se trataba de un truco para no tener la obligaci¨®n de informar a sus superiores.
¡°A m¨ª todo esto no me aportaba ning¨²n tipo de placer y los odiaba. Pero no me atrev¨ªa a negarme, mi forma de ser me lo imped¨ªa, tan sumisa. Yo era tal y como me hab¨ªan educado. Callaba y obedec¨ªa¡±, explica. Todo nace, cree, de que se crio en un entorno familiar muy religioso y conservador, hija de un padre que la violaba.