As¨ª salva vidas el rastro de la tarjeta de cr¨¦dito cuando hay una intoxicaci¨®n mortal en un restaurante
Los datos electr¨®nicos de los clientes de un local de Burdeos donde hubo un brote de botulismo con 15 casos y una muerte permitieron identificar a tiempo a tres afectados para administrarles el ant¨ªdoto frente a la toxina
Lo ocurrido este pasado mes de septiembre en Burdeos se parece mucho a la peor pesadilla que puede vivir un responsable de investigaci¨®n epidemiol¨®gica. Una ciudad con decenas de miles de turistas. Una intoxicaci¨®n alimentaria mortal en un concurrido restaurante. La necesidad de identificar r¨¢pido a los clientes, muchos de ellos ya de vuelta en sus pa¨ªses. Y el reloj corriendo en contra, porque el botulismo empieza con ...
Lo ocurrido este pasado mes de septiembre en Burdeos se parece mucho a la peor pesadilla que puede vivir un responsable de investigaci¨®n epidemiol¨®gica. Una ciudad con decenas de miles de turistas. Una intoxicaci¨®n alimentaria mortal en un concurrido restaurante. La necesidad de identificar r¨¢pido a los clientes, muchos de ellos ya de vuelta en sus pa¨ªses. Y el reloj corriendo en contra, porque el botulismo empieza con s¨ªntomas inespec¨ªficos ¡ªfatiga, n¨¢useas...¡ª, pero la toxina que lo causa avanza pronto hasta paralizar los m¨²sculos que permiten a la persona respirar.
La soluci¨®n estaba en las tarjetas de cr¨¦dito. ¡°Hace a?os, en una situaci¨®n como esta, la ¨²nica alternativa era hacer una gran campa?a de comunicaci¨®n a trav¨¦s de los medios, en este caso internacionales, para alertar a los posibles afectados de que buscaran atenci¨®n m¨¦dica urgente. Lo que no siempre era posible y ten¨ªa el riesgo de alarmar en exceso a la poblaci¨®n. El uso de las tarjetas de cr¨¦dito para identificar con urgencia a los afectados, dentro de los cauces previstos por la ley, ha demostrado en este caso ser clave¡±, explica Pere Godoy, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica en la Universidad de Lleida.
Los investigadores pudieron actuar con gran precisi¨®n. El rastro de las tarjetas permiti¨® saber qui¨¦n hab¨ªa pagado con ellas en el restaurante. Y las cuentas abonadas se?alaron, adem¨¢s, en qu¨¦ mesas se hab¨ªan consumido las sardinas caseras en conserva causantes del brote. Con esta informaci¨®n ¡ªque solo dejaba fuera a la minor¨ªa de clientes que pagaron en efectivo, ninguno de los afectados en este caso¡ª, fueron r¨¢pidamente contactados 29 potenciales afectados, de ocho nacionalidades. Los investigadores se encontraron con que 12 ya estaban identificados (hospitalizados o porque una hab¨ªa fallecido), mientras otros 14 estaban fuera de peligro porque no hab¨ªan probado el plato.
A tres de ellos, sin embargo, las gestiones hechas les salvaron probablemente la vida. Se trata de tres ciudadanos brit¨¢nicos que, de regreso en su pa¨ªs, hab¨ªan empezado a encontrarse mal sin saber el motivo. Tras ser avisados, acudieron a un centro hospitalaria donde les fue administrado el ant¨ªdoto contra la toxina botul¨ªmica. El operativo sin embargo, lleg¨® tarde para la mujer de 32 a?os residente en Par¨ªs, que falleci¨® a causa de la intoxicaci¨®n. Fue la ¨²nica que no pudo recibir a tiempo la antitoxina botul¨ªnica.
¡°Este brote de botulismo transmitido por alimentos en Francia pone de relieve la eficacia del uso de datos de tarjetas de cr¨¦dito para identificar r¨¢pidamente a las personas expuestas y posiblemente prevenir casos graves¡±, expone en sus conclusiones un art¨ªculo que describe la respuesta al brote en la revista cient¨ªfica Eurosurveillance. Los autores destacan el valor de esta herramienta en situaciones como las que viv¨ªa a principios de septiembre Burdeos, donde, adem¨¢s de los turistas habituales, se hab¨ªan concentrado miles de aficionados al rugby porque el d¨ªa 9 se celebraba en la ciudad el partido Irlanda-Ruman¨ªa del mundial de este deporte, organizado este a?o en Francia.
¡°La investigaci¨®n tambi¨¦n subraya la importancia de redes de colaboraci¨®n internacional eficientes, particularmente en reuniones masivas en las que personas de muchos pa¨ªses pueden quedar expuestas, como ocurrir¨¢ en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos que acoger¨¢ Francia [Par¨ªs] en el verano de 2024¡å, a?aden las conclusiones del trabajo.
En total, 15 personas originarias de siete pa¨ªses resultaron afectadas por este ¡°brote sin precedentes¡±, seg¨²n el estudio. Trece clientes del local fueron hospitalizados, de los que seis requirieron ventilaci¨®n mec¨¢nica invasiva. Los investigadores destacan otro hecho clave que ayud¨® a que el brote no fuera m¨¢s grave: ¡°Varias personas informaron de que el plato [de sardinas] ten¨ªa mal sabor y olor¡±.
Emilio Salgado, de la Unidad de Toxicolog¨ªa del Servicio de Urgencias del Hospital Cl¨ªnic (Barcelona) considera que esto hizo que ¡°muchos clientes comieran poca cantidad del plato o rechazaran probarlo, lo que con seguridad ha evitado una tragedia mayor¡±. Este especialista, que figura en la lista de sanitarios a los que los autores del estudio agradecen su ayuda, atendi¨® en la capital catalana a uno de los afectados, un irland¨¦s de 33 a?os que vive en Barcelona y que hab¨ªa acudido a Burdeos a ver el partido de rugby.
Reino Unido fue el pa¨ªs con m¨¢s afectados, con cuatro casos. Le siguen Irlanda y Canad¨¢ (tres cada uno), Estados Unidos (dos) y Francia, Alemania y Grecia (uno por pa¨ªs). La edad mediana de los pacientes fue de 36 a?os ¡ªel m¨¢s joven ten¨ªa 30 y el mayor 70¡ª y de ellos ocho eran hombres y siete mujeres.
La alerta por el brote salt¨® el 10 de septiembre de 2023, cuando el Hospital de Burdeos inform¨® a las autoridades de salud p¨²blica sobre tres casos sospechosos de botulismo. Todos hab¨ªan comido en el mismo restaurante ¡ªel Tchin Tchin Wine Bar, situado a orillas del r¨ªo Garona, en pleno centro de la ciudad¡ª. Las investigaciones iniciadas sobre varios alimentos apuntaron a unas sardinas marinadas en aceite y hierbas arom¨¢ticas elaboradas en el propio establecimiento el d¨ªa 1 de ese mes y servidas hasta el mismo d¨ªa 10. Como estos primeros casos eran de distintas nacionalidades, el brote adquiri¨® desde el inicio una dimensi¨®n internacional.
El botulismo est¨¢ causado por las toxinas que producen bacterias del g¨¦nero Clostridium, la m¨¢s habitual de ellas el Clostridium botulinum. Este microorganismo est¨¢ muy presente en el ambiente, pero es especialmente peligroso cuando contamina alimentos, generalmente conservas. Los s¨ªntomas empiezan a manifestarse entre 12 y 36 horas tras su consumo y la mortalidad recogida en la literatura cient¨ªfica ¡°oscila entre el 3% y el 10% de los afectados¡±, recoge el estudio.
Salgado destaca la necesidad de un r¨¢pido diagn¨®stico. ¡°El inicio de los s¨ªntomas puede dar pocas pistas de lo que est¨¢ ocurriendo. Nuestro paciente dec¨ªa que le costaba tragar y fue derivado a especialista para que estudiara la garganta. No vio signos de infecci¨®n, pero sin un diagn¨®stico claro prefiri¨® dejarlo en observaci¨®n. Afortunadamente, porque a las pocas horas los problemas fueron a m¨¢s y empez¨® a ver doble. Estas y otras se?ales nos ayudaron a sospechar del botulismo antes de que llegara la alerta internacional¡±, explica este especialista.
Las primeras horas son clave porque, sin tratamiento, la toxina va inutilizando los m¨²sculos de la funci¨®n respiratoria y el paciente puede morir ahogado si no recibe soporte vital y el ant¨ªdoto que revertir¨¢ los efectos de la toxina, a?ade Salgado.
Nuevas tecnolog¨ªas, ¡®big data¡¯ y epidemi¨®logos
Los autores del estudio publicado en Eurosurveillance destacan la importancia que el uso intensivo de las nuevas tecnolog¨ªas y el llamado big data puede adquirir en una crisis de salud p¨²blica, en ocasiones como en Burdeos, con notable efectividad y en otras, como las aplicaciones de rastreo de contactos ensayadas durante la pandemia, con menos ¨¦xito. Pero tambi¨¦n pone en evidencia cuestiones ¨¦ticas y los l¨ªmites que las leyes de protecci¨®n de datos imponen en estos casos.
En este caso, y ¡°dada la gravedad del botulismo, las compa?¨ªas de tarjetas de cr¨¦dito cooperaron plenamente con las autoridades sanitarias y se pusieron en contacto con los clientes identificados para obtener su aprobaci¨®n antes de enviarles sus datos de contacto¡±, expone el trabajo. ¡°Esto permiti¨® contactar y derivar urgentemente a tres ciudadanos brit¨¢nicos sintom¨¢ticos que desconoc¨ªan su enfermedad a una unidad de emergencia para la r¨¢pida administraci¨®n de la antitoxina del botulismo. Cuando se reconoci¨® el brote, la mayor¨ªa de las personas expuestas ya hab¨ªan regresado a sus pa¨ªses de origen; sin embargo, todas fueron identificadas a trav¨¦s de compa?¨ªas de tarjetas de cr¨¦dito y se les proporcion¨® un contacto de emergencia de salud p¨²blica¡±, a?ade el texto.
Fernando Garc¨ªa L¨®pez, del Grupo de Trabajo de ?tica y Protecci¨®n de Datos de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa (SEE), destaca las ¡°cuestiones ¨¦ticas y legales que supone el uso de datos personales que en condiciones habituales no deber¨ªan ser utilizados para otros fines, pero que, en determinadas circunstancias, puede estar justificado recurrir a ellos con el objetivo de salvaguardar un bien superior, como es la salud¡±.
El hecho de que la ¨²nica persona a la que no se pudo contactar a tiempo falleciera revela, seg¨²n este experto, ¡°el enorme potencial de estas herramientas, pero esto es algo que debe hacerse siempre dentro de los cauces legales previstos por las leyes de protecci¨®n de datos para que no se vean vulnerados otros derechos igualmente fundamentales¡±.