Una cena de Navidad entre desconocidos que han sufrido discriminaci¨®n en sus familias por LGTBIfobia
Seis de cada diez personas del colectivo ocultan su orientaci¨®n sexual o su identidad de g¨¦nero en casa, donde se encuentran con situaciones de rechazo o incomodidad. 80 personas comparten en una cena sus experiencias y el rechazo sufrido
Una larga alfombra con la bandera LGTBI+ se extiende en la entrada de la finca Uzalaca¨ªn. Los ¨¢rboles iluminados a un lado y al otro marcan el camino hacia el recibidor, donde una fot¨®grafa espera quieta delante del photocall. Los primeros invitados atraviesan la pasarela alrededor de las siete de la tarde, en masa, tras la llegada del primer autob¨²s al espacio ubicado en la poblaci¨®n madrile?a de Pozuelo de Alarc¨®n. La variedad de conjuntos estil¨ªsticos es interminable: un invitado recoge toda la paleta de colores en su pelo, otro luce una corbata arco¨ªris e incluso una viste un traje ...
Una larga alfombra con la bandera LGTBI+ se extiende en la entrada de la finca Uzalaca¨ªn. Los ¨¢rboles iluminados a un lado y al otro marcan el camino hacia el recibidor, donde una fot¨®grafa espera quieta delante del photocall. Los primeros invitados atraviesan la pasarela alrededor de las siete de la tarde, en masa, tras la llegada del primer autob¨²s al espacio ubicado en la poblaci¨®n madrile?a de Pozuelo de Alarc¨®n. La variedad de conjuntos estil¨ªsticos es interminable: un invitado recoge toda la paleta de colores en su pelo, otro luce una corbata arco¨ªris e incluso una viste un traje de ¨¢rbol de Navidad. La mayor¨ªa no se conocen entre ellos, pero les une el rechazo y la discriminaci¨®n sufrida a lo largo de su vida en las reuniones navide?as por su condici¨®n sexual o su identidad de g¨¦nero. Esta noche tendr¨¢n una cena sin prejuicios y libre de LGTBIfobia, organizada por la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales (FELGTBI+).
Entre la primera hornada de invitados que acceden a la finca se encuentra Ama Eme Rubio (42 a?os, Granada), persona transg¨¦nero que se identifica como no binaria. Se expresa con la seguridad de alguien que ha superado un proceso de comprensi¨®n y aceptaci¨®n durante los ¨²ltimos tres a?os, cuando empez¨® la transici¨®n para desligarse de su g¨¦nero. Las cenas navide?as, desde ese momento, cambiaron. ¡°Con la familia materna, aunque no existe un rechazo de primeras, tampoco hay una aceptaci¨®n natural¡±, comenta Ama, que en cada reuni¨®n por estas fechas escucha comentarios discriminatorios. ¡°Me preguntan sobre si me voy a operar los genitales o bromean con ponerse todos una peluca para que me sienta una m¨¢s¡±, ejemplifica. Con su padre y su hermano, a?ade, la relaci¨®n es m¨¢s distante porque no han aceptado su decisi¨®n de empezar la transici¨®n.
Sentado en uno de los sof¨¢s de la planta baja se encuentra Alejandro Amaya (31 a?os, Colombia), que tambi¨¦n ha llegado en la primera tanda de comensales. Aunque no conoce a nadie m¨¢s, se lanza a entablar conversaci¨®n con un hombre de edad similar con el que ha coincidido justo en la entrada. Su relaci¨®n con la familia, expone, es actualmente ¡°bastante buena¡±, pero no fue as¨ª durante su infancia por su homosexualidad. ¡°De peque?o me gustaba el mundo de la moda y siempre me ped¨ªa barbies y mu?ecas en Navidad, pero lo que me tra¨ªa el Ni?o Dios ¡ªequivalente a Pap¨¢ Noel en Colombia¡ª eran coches y balones de f¨²tbol¡±, recuerda Amaya, que para satisfacer sus ilusiones les robaba las mu?ecas a sus primas. Tiene grabada la voz de su padre pregunt¨¢ndole de forma agresiva: ¡°?T¨² eres maric¨®n o no?¡±.
Ambas historias no son excepciones dentro del colectivo. El miedo al rechazo familiar impele a seis de cada diez personas LGTBI+ a ocultar su orientaci¨®n sexual o su identidad de g¨¦nero en su casa, seg¨²n la encuesta Estado LGTBI+ 2023, realizada por 40dB y publicada en mayo.
Un atasco en la salida de la capital a la altura de la autov¨ªa de Extremadura retrasa la llegada del segundo autob¨²s fletado de invitados. Aparecen minutos antes de las ocho de la tarde, con un repertorio variopinto de outfits similar al primero. Hay personas de todas las edades, 80 en total. Se saludan, se presentan, se fotograf¨ªan. Se desprenden de sus abrigos en el ropero de la planta inferior y acceden al sal¨®n principal, donde, pasadas las ocho y media de la tarde, empieza el banquete.
All¨ª se encuentra un hombre madrile?o de 31 a?os que prefiere mantener el anonimato para hablar de su familia. Sali¨® del armario a los 23 a?os y en su casa, de tradici¨®n conservadora, no se lo tomaron del todo bien. ¡°Las relaciones son un tema tab¨²; nadie me pregunta por mi pareja y, si se refieren a ¨¦l, lo hacen como un amigo¡±, relata. A lo largo de los a?os ha sufrido comentarios hom¨®fobos, cuenta, especialmente por parte de sus primos, por lo que las cenas navide?as en familia siempre han sido un lugar hostil. ¡°Act¨²o de una manera totalmente distinta a cuando me re¨²no con mis amigos, que muchos son del colectivo, y nos expresamos con mayor libertad¡±, explica.
Se le unen en la conversaci¨®n Ama y Amaya, que sujetan sendos refrigerios en cada mano. Se cuentan entre ellos el motivo de su presencia en la cena mientras pican de los canap¨¦s que salen de la cocina. ¡°En las reuniones navide?as te expones a espacios no seguros, con personas que no tienen relaci¨®n con el mundo trans, y se suelen dar momentos de discriminaci¨®n¡±, argumenta Ama mientras capta al vuelo una croqueta. Amaya les cuenta con orgullo que su salida del armario abri¨® las puertas a las nuevas generaciones en su familia. ¡°Me complace ver que mis primos m¨¢s j¨®venes, dos de los cuales son homosexuales y una bisexual, pueden hablar de sus intereses sin rechazo¡±, expone tras aclararse la garganta con un trago de vino blanco.
Rondando por la sala al ritmo del DJ, que sube paulatinamente los decibelios, se encuentra Sisi C¨¢ceres Rojo (54 a?os, Trujillo, C¨¢ceres), mujer lesbiana que tiene un hijo de 17 a?os. ¡°Mi pareja nunca quiso compartir la Navidad con la familia, as¨ª que cada una ¨ªbamos a nuestra casa. Pero cuando naci¨® mi hijo, yo quise visibilizarlo m¨¢s y eso fue un factor de nuestra separaci¨®n¡±, recuerda C¨¢ceres. Ella fue consciente de su homosexualidad a los 23 a?os, pero nunca se lo cont¨® a sus progenitores de forma directa por el miedo a disgustar a su padre, a quien, de peque?a, hab¨ªa escuchado decir alguna vez la frase: ¡°Si tengo un hijo maric¨®n, lo tiro por la ventana¡±. Actualmente, lo acepta con relativa normalidad.
Alrededor de las 22.30, los invitados se dirigen a la mesa central preparada para el convite. Un ¨¢rbol de Navidad les recibe en el fondo de la sala con un cartel que reza La cena que eleg¨ª. Antes de que el primer plato de ensalada con gambas sea depositado enfrente de los comensales, la presidenta de la FELGTBI+, Uge Sangil, golpea un vaso con un tenedor para reclamar silencio y empezar un breve discurso. ¡°Como pod¨¦is ver, hay una silla vac¨ªa que preside la mesa. Os voy a pedir que cada una de nosotras invitemos a quien queramos. Yo voy a sentar a Itziar Castro [actriz catalana que falleci¨® hace una semana a los 46 a?os] por su defensa del colectivo durante toda su vida¡±, proclama Sangil con la voz entrecortada y los ojos humedecidos.
A lo largo de la cena, algunos apenas degustan los platos por la falta de hambre, mientras que otros guardan sitio para el postre. Todav¨ªa les queda una ¨²ltima parada: la pista de baile. All¨ª permanecen hasta las dos de la madrugada. Est¨¢n felices. Han podido tener una cena tranquila, sin prejuicios, sin discriminaci¨®n, siendo ellos mismos. La cena que eligieron.