Una ofensiva en todo el mundo contra los derechos de las personas LGTBI
El ascenso de la ultraderecha y del discurso de odio en las democracias se suma a una oleada de extremismo religioso que tiene en el punto de mira los avances del colectivo, que celebra el D¨ªa Internacional del Orgullo
All¨¢ donde se abren paso los derechos de las personas LGTBI en el mundo, sea con leyes que reconocen el matrimonio homosexual o la identidad administrativa de las personas trans, se produce una reacci¨®n m¨¢s o menos virulenta. La lucha hist¨®rica del colectivo, que hoy celebra su d¨ªa internacional, est¨¢ sembrada de avances y retrocesos, pero ahora esa din¨¢mica est¨¢ virando r¨¢pidamente hacia la involuci¨®n. Y ocurre en todo el mundo.
La ofensiva es clara en varios pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, alentada por una ultraderecha que ha visto en cercenar los derechos del colectivo un material electoral e ideol¨®gico explosivo, sea en Hungr¨ªa y Polonia, cuya fortaleza democr¨¢tica est¨¢ en entredicho, o en Italia, donde el Gobierno de Giorgia Meloni busca cerrar el paso a cualquier forma de reconocimiento legal de las familias con dos madres o dos padres. En Espa?a, donde los derechos est¨¢n consolidados en la sociedad desde hace casi dos d¨¦cadas, est¨¢ en vigor desde hace cuatro meses una de las normas m¨¢s avanzadas del mundo para las personas LGTBI, la llamada ley trans, colocada por las derechas, tanto PP como Vox, en el punto de mira durante esta campa?a electoral.
Mientras que en las democracias los mensajes de odio y el uso pol¨ªtico de los derechos LGTBI tienen una potente carga ideol¨®gica que envenena el discurso p¨²blico y pone en riesgo la seguridad f¨ªsica de las personas del colectivo, en los reg¨ªmenes autoritarios y dictaduras como Rusia y Arabia Saud¨ª, se penaliza ¡ªen el ¨²ltimo caso, junto con Ir¨¢n, con la pena de muerte¡ª, invisibiliza y borra cualquier diversidad sexual. En 32 de los 54 pa¨ªses de ?frica la homosexualidad est¨¢ prohibida, atravesados por una corriente religiosa ultraconservadora que anida tambi¨¦n, de forma casi contagiosa, en pa¨ªses m¨¢s tolerantes, como Senegal.
El mapamundi de los derechos LGTBI es inmenso y desigual. ¡°Lo que realmente es nuevo es que cada vez hay m¨¢s pa¨ªses que sufren reveses legales y cuya situaci¨®n jur¨ªdica empeora¡±, explica Julia Ehrt, directora ejecutiva de ILGA Mundo, la Asociaci¨®n Internacional de lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales, compuesta por m¨¢s de 1.800 organizaciones de 160 pa¨ªses. ¡°Los hay que avanzan y cambian la legislaci¨®n y la pol¨ªtica en una direcci¨®n positiva en lo que respecta a la protecci¨®n de las personas frente a la discriminaci¨®n y la violencia. Pero cada vez hay m¨¢s territorios que retroceden¡±, dice Ehrt. ¡°Nuestra sensaci¨®n es que la hostilidad contra las personas LGTBI est¨¢ aumentando¡±, afirma.
El fen¨®meno del retroceso, dice la experta, tiene que ver, en primer lugar, con los sorprendentes avances que el colectivo ha conseguido en la ¨²ltima d¨¦cada, que provocan reacciones en contra. El caso espa?ol sirve de ejemplo si se mira con qu¨¦ virulencia fue atacada la ley trans. O el brasile?o, donde las personas trans tienen una gran visibilidad, con presencia en empresas e instituciones y, al mismo tiempo, es el pa¨ªs que m¨¢s asesinatos registra. A eso, seg¨²n la asociaci¨®n, se suma el ascenso de gobiernos m¨¢s derechistas en numerosos pa¨ªses ¡ªen Israel, por ejemplo, que tiene el Ejecutivo m¨¢s ultra de los ¨²ltimos tiempos, varios de sus ministros son abiertamente hom¨®fobos¨D y la expansi¨®n de la narrativa conservadora en el debate pol¨ªtico, principalmente en los pa¨ªses occidentales. Por ¨²ltimo, el uso de los derechos LGTBI como arma pol¨ªtica por esos gobiernos m¨¢s conservadores para conseguir la adhesi¨®n de su electorado.
EL PA?S ha hecho un an¨¢lisis de la situaci¨®n de las personas LGTBI en el mundo, se?alando por regiones los puntos calientes de esta ofensiva. ¡°La ola reaccionaria, que ya tenemos aqu¨ª, es global¡±, dice la soci¨®loga Gracia Trujillo, especializada en el ¨¢rea. ¡°Hay una sensaci¨®n de que no podemos replegarnos ahora; hay que defender lo ganado. Son nuestras vidas, las de nuestras familias, nuestro alumnado, nuestros vecinos¡¡°.
EUROPA
Todav¨ªa la regi¨®n m¨¢s segura para la comunidad LGTBI
Por SILVIA AYUSO, Bruselas
Pese a un deterioro de la situaci¨®n en algunos pa¨ªses y un incremento de los discursos hostiles, Europa sigue siendo una de las regiones donde m¨¢s segura se puede sentir la comunidad LGTBI. De los 35 pa¨ªses del mundo donde est¨¢ legalizado el matrimonio homosexual, 20 est¨¢n en el Viejo Continente. Abri¨® camino Pa¨ªses Bajos, la primera naci¨®n del mundo en permitir que las parejas gais se casaran, en 2001. Espa?a lo hizo en 2005. Este a?o, lo han hecho Andorra y Estonia, que acaba de convertirse en el primer pa¨ªs b¨¢ltico ¡ªy ex rep¨²blica sovi¨¦tica¡ª en dar ese paso. Espa?a, adem¨¢s, tiene desde hace cuatro meses una ley de referencia en todo el mundo para blindar y ampliar los derechos de las personas trans y del resto del colectivo.
Aun as¨ª, hay muchas sombras, que son cada vez m¨¢s extensas y que van m¨¢s all¨¢ de los dos pa¨ªses europeos m¨¢s abiertamente anti-LGTBI, Polonia y Hungr¨ªa. Ya lo advert¨ªa en 2020 la Agencia Europea para Derechos Fundamentales (FRA), que al publicar una de las mayores encuestas ¡ªcon 140.000 personas consultadas¡ª del continente, se?alaba que los promedios europeos ¡°ocultan gigantescas diferencias entre pa¨ªses, en algunos de los cuales m¨¢s del 70% de la poblaci¨®n LGTB dice que la sociedad es m¨¢s tolerante, mientras en otros el 68% dice que lo es menos¡±. Y la tendencia no cesa: en su ¨²ltimo informe anual, ILGA-Europa alertaba en febrero de que 2022 fue el a?o ¡°m¨¢s violento en una d¨¦cada para la comunidad LGTBI¡± en el continente, donde ¡°el discurso de odio anti-LGTBI no es cosa solo de l¨ªderes marginales o aspirantes a aut¨®cratas, sino un problema real con graves consecuencias¡±, destac¨® la directora ejecutiva de la asociaci¨®n internacional, Evelyne Paradis.
Un peligroso juego que el a?o pasado redund¨® en un mortal ataque contra un bar gay en Oslo que dej¨® dos muertos, nueve heridos de bala y otros 25 con diversas lesiones, y otro similar en Bratislava (Eslovaquia), que caus¨® otros dos fallecidos. La semana pasada, la polic¨ªa austriaca inform¨® de que hab¨ªa detenido a tres supuestos islamistas sospechosos de planear un atentado contra la marcha del Orgullo en Viena. Unos hechos que demuestran que el fen¨®meno de la violencia ¡°no se da solo en pa¨ªses donde ha madurado el discurso de odio, sino tambi¨¦n en algunos pa¨ªses donde se cree ampliamente que las personas LGTBI son cada vez m¨¢s aceptadas¡±, advirti¨® ILGA.
Hungr¨ªa y Polonia
Prohibido hablar sobre orientaci¨®n sexual
Aunque en la clasificaci¨®n de ILGA el peor pa¨ªs europeo para ser gay es, desde 2020, Polonia, Hungr¨ªa avanza a pasos agigantados. La Comisi¨®n Europea anunci¨® en julio del a?o pasado que hab¨ªa decidido llevar al Gobierno de Viktor Orb¨¢n ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) por una ley aprobada que proh¨ªbe hablar sobre la orientaci¨®n sexual en escuelas y medios de comunicaci¨®n lo que, a juicio de Bruselas, ¡°discrimina a personas por su orientaci¨®n sexual e identidad sexual¡±. La denuncia se convirti¨® este abril en uno de los mayores casos de derechos humanos de la Uni¨®n Europea, despu¨¦s de que un total de 15 pa¨ªses, adem¨¢s de la Euroc¨¢mara, decidieran adherirse a la denuncia. Entre los ausentes m¨¢s notorios: Italia, cuyo Gobierno ultra tambi¨¦n est¨¢ dando pasos hacia atr¨¢s en materia de derechos LGTBIQ+.
Hace solo unas semanas, Hungr¨ªa se uni¨® adem¨¢s al veto de Polonia que impidi¨® que el Consejo de la UE aprobara unas conclusiones que instan a los Estados a ¡°promover y apoyar el derecho fundamental de todas las personas en la UE, incluidas las personas LGTBI, a estar a salvo de la violencia, acoso y discriminaci¨®n¡± y a ¡°proteger¡± a esta comunidad de discursos de odio y ¡°narrativas conspiranoicas¡±, entre otras. En un intento de limitar el avance de las pol¨ªticas anti-LGTBI, y con la mira puesta espec¨ªficamente en Hungr¨ªa y Polonia, a finales del a?o pasado, la Comisi¨®n Europea propuso un reglamento para armonizar las leyes de los Estados miembros relativas a la filiaci¨®n que est¨¢ dise?ada espec¨ªficamente para facilitar el reconocimiento legal de hijos de parejas LGTBI en territorio europeo. Esta iniciativa de Bruselas no ha impedido que, unos meses despu¨¦s, Italia se haya unido a los pa¨ªses que experimentan retrocesos en materia de derechos para la comunidad homosexual al ordenar el Gobierno de la ultra Giorgia Meloni que se proh¨ªban los registros municipales de hijos de parejas lesbianas.
Rusia
Planes para prohibir el cambio de sexo y temor a centros de ¡®reeducaci¨®n¡¯
Por JAVIER G. CUESTA, Mosc¨²
La comunidad rusa LGTBI primero fue silenciada con la excusa de que la sexualidad de uno debe quedar en casa. Una vez asimilado ese paso, han aparecido amenazas muy recientes a¨²n m¨¢s graves. El Parlamento ruso tramita un proyecto de ley que prohibir¨¢ el cambio de sexo a las personas trans, un derecho reconocido por la ONU y, en cierto modo, por la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Adem¨¢s, el presidente, Vlad¨ªmir Putin, ha ordenado crear un instituto ¡°para la investigaci¨®n del comportamiento sexual de la gente LGTBI¡±, una iniciativa que ha desatado el temor a que permita la proliferaci¨®n de centros de reeducaci¨®n de homosexuales. Para los activistas consultados, se ha truncado la vida ¡°de toda una generaci¨®n¡±.
ESTADOS UNIDOS
Asedio sin precedentes que empez¨® contra las mujeres
Por IKER SEISDEDOS, Washington
Un informe hecho p¨²blico la semana pasada por la Liga Antidifamaci¨®n (ADL son sus siglas en ingl¨¦s) cifra en al menos 356 los ataques contra la comunidad LGTBI entre junio de 2022 y abril de 2023. La cuenta incluye ¡°manifestaciones destinadas a intimidar a organizadores y asistentes a espect¨¢culos drag, amenazas de bomba contra hospitales que ofrecen atenci¨®n m¨¦dica para personas LGTBI y un tiroteo masivo que se cobr¨® la vida de cinco personas en un club de Colorado Springs¡±, y cuyo responsable fue condenado el lunes a cadena perpetua. Los derechos de esos colectivos se encuentran bajo un asedio sin precedentes, que no ha parado de crecer desde la sentencia del Tribunal Supremo que legaliz¨® en 2015 el matrimonio homosexual.
La comunidad m¨¢s perseguida es la de las personas trans. En solo dos a?os, al menos 19 Estados, gobernados por el Partido Republicano, han promulgado o est¨¢n en proceso de aprobar leyes que proh¨ªben los tratamientos de ¡°reafirmaci¨®n de g¨¦nero¡± para los menores. En algunos lugares, como Florida, tambi¨¦n limitan el acceso a esos cuidados a los adultos. En Tennessee, entre otros Estados, se han prohibido los espect¨¢culos p¨²blicos de drags.
Son los efectos de la guerra ideol¨®gica declarada por el movimiento conservador estadounidense tras lograr que el Supremo coartara los derechos de salud reproductiva de las mujeres con la sentencia que tumb¨® el a?o pasado la protecci¨®n federal del aborto. Esa batalla, que comenz¨® con leyes que persegu¨ªan la presencia de atletas trans en el deporte femenino o las normas de uso de los ba?os p¨²blicos para las personas trans, tambi¨¦n se libra en las escuelas, donde los libros que proponen historias sobre diversidad sexual son perseguidos, excluidos de las bibliotecas y sacados de los curr¨ªculos acad¨¦micos.
El tema se ha convertido en uno de los argumentos favoritos entre los candidatos a obtener la designaci¨®n republicana para las elecciones presidenciales de 2024. Y, seg¨²n un sondeo de 2022 realizado por Trevor Project, grupo de prevenci¨®n del suicidio juvenil, tambi¨¦n tiene sus consecuencias en la salud mental del colectivo trans: el 86% de los encuestados confes¨® efectos negativos para su bienestar psicol¨®gico derivados de la bronca pol¨ªtica sobre sus derechos. Casi la mitad hab¨ªa considerado seriamente el suicidio en el ¨²ltimo a?o.
AM?RICA LATINA
Igualdad en las leyes, odio y asesinatos en la calle
Por ALMUDENA BARRAG?N, Ciudad de M¨¦xico
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, Latinoam¨¦rica ha avanzado con paso firme en el reconocimiento de los derechos de las personas LGTBI. Sin embargo, lo alcanzado por la v¨ªa legislativa y judicial no se ha traducido en una reducci¨®n de la violencia, la homofobia y la transfobia. Por el contrario, estas manifestaciones de odio han ido en aumento. Entre 2014 y 2021, alrededor de 3.961 personas de la comunidad fueron asesinadas en la regi¨®n, seg¨²n Sin Violencia LGBTI, que agrupa a organizaciones de 11 pa¨ªses. El avance de las leyes sobre el papel no termina de verse materializado en sociedades tradicionales e hist¨®ricamente conservadoras. A medida que unos pa¨ªses han reconocido derechos, se han producido retrocesos en otros como reacci¨®n de los grupos conservadores, las iglesias y los gobiernos de derecha, por ejemplo, con la proliferaci¨®n de las mal llamadas ¡°terapias de conversi¨®n¡±.
Pese a ello, la importancia del activismo en las calles y las movilizaciones de la sociedad civil han sido fundamentales para la conquista y el reconocimiento pleno de estos derechos. Mientras hay pa¨ªses a la vanguardia como Argentina, M¨¦xico y Colombia, existen regiones como Centroam¨¦rica y el Caribe que acusan rezagos importantes: por ejemplo, el matrimonio entre personas del mismo sexo est¨¢ prohibido en Honduras, Guatemala y El Salvador, y ser gay es un delito en Jamaica.
Bolivia, Ecuador, M¨¦xico y Cuba recogen los derechos de las personas LGTBI en la Constituci¨®n de sus pa¨ªses, mientras que el matrimonio entre personas del mismo sexo es reconocido en Argentina (el primero que lo aprob¨®, en 2010), Uruguay, M¨¦xico, Colombia, Costa Rica, Brasil, Ecuador, Chile y Bolivia. Cuba ha sido de los ¨²ltimos en reconocer este derecho el a?o pasado, que es una asignatura pendiente en Per¨², Paraguay o Venezuela. A la par, han avanzado la adopci¨®n y las leyes de reconocimiento de identidad y expresi¨®n de g¨¦nero para las personas trans y no binarias. En Am¨¦rica Latina, 19 pa¨ªses reconocen la posibilidad de que cambien el nombre, sexo y g¨¦nero en sus documentos oficiales.
Am¨¦rica Latina sigue siendo, sin embargo, una de las regiones m¨¢s violentas del mundo contra la comunidad LGTBI. La falta de cifras oficiales de los gobiernos y la ausencia de clasificaci¨®n de estos delitos como delitos de odio impide conocer su dimensi¨®n real. Las organizaciones se?alan que, m¨¢s all¨¢ de las cifras conocidas, existe un gran subregistro de casos. Las mujeres trans y los hombres homosexuales son el principal foco de estas agresiones. Casi el 90% de estos ataques se focalizaron en Colombia, M¨¦xico y Honduras, pa¨ªses atravesados por contextos de violencia generalizada que impregna las agresiones.
Colombia
Aumento de la discriminaci¨®n en medio de la violencia
Por JUAN ESTEBAN LEWIN, Bogot¨¢
En Colombia, el renacer del conflicto armado pone a la poblaci¨®n LGTBI en la mira como una forma de control social. El pa¨ªs sudamericano, en el que fueron asesinadas al menos 148 personas LGTBI en 2022, seg¨²n la Red Regional de Informaci¨®n sobre Violencias LGTBI en Am¨¦rica Latina y el Caribe, ha visto un resurgimiento de los grupos y los conflictos armados en muchos de sus territorios. Y con esa violencia tambi¨¦n viene una mayor amenaza a las personas de la comunidad. Pese a los cambios y mutaciones del conflicto armado colombiano, esa poblaci¨®n ha estado en la mira de diferentes grupos por d¨¦cadas. Esta vez no es diferente. Marcela S¨¢nchez, directora ejecutiva de la ONG Colombia Diversa, lo explica claramente: ¡°Entre las FARC y los otros grupos solo hay diferencia de intensidad. Todos usan la discriminaci¨®n para controlar y sacar ventaja¡±. Aunque nunca ha dejado de ocurrir del todo, en los ¨²ltimos meses se ha incrementado. Por ejemplo, el aumento de control territorial de los paramilitares del llamado Clan del Golfo en pueblos del Caribe colombiano. A trav¨¦s de asesinatos, extorsiones y violencia en general, promueve ¡°imponer orden¡±, una noci¨®n que en el pasado termin¨® en violencia espec¨ªfica contra la poblaci¨®n LGTBI.
Brasil
Sube la visibilidad del colectivo y los ataques de la ultraderecha
Por NAIARA GALARRAGA GORT?ZAR, S?o Paulo
Brasil puede ser considerado una especie de para¨ªso para las personas transexuales sin haber dejado de ser, simult¨¢neamente, un aut¨¦ntico infierno para esta minor¨ªa, con m¨¢s de 1.700 muertes en 14 a?os. Encabeza desde hace m¨¢s de una d¨¦cada la clasificaci¨®n mundial de asesinatos registrados (que no perpetrados) de personas trans. Mientras, gozan de una visibilidad enorme y cotidiana en comparaci¨®n con muchos pa¨ªses: su presencia aumenta poco a poco en las empresas y en las ¨²ltimas elecciones, este colectivo lleg¨® al Congreso de la mano de dos diputadas, las izquierdistas Duda Salabert y Erika Hilton. El resto de la comunidad LGTBI tambi¨¦n es v¨ªctima de violencia letal.
El balance anual m¨¢s reciente de Trans Murder Monitoring ¡ªobra de una red internacional de ONG¡ª contabiliza ¡°327 asesinatos de personas trans y de g¨¦nero diverso¡± en todo el mundo entre octubre de 2021 y de 2022. De esos, casi un tercio (96) corresponde a Brasil, seguido a distancia por M¨¦xico (56), Estados Unidos (51) y Colombia (38). El 71% ocurri¨® en Latinoam¨¦rica.
Adem¨¢s de la intolerancia violenta y el machismo, otros factores ayudan a explicar esa consolidada posici¨®n de Brasil: la visibilidad, un creciente empoderamiento, una poblaci¨®n de 210 millones y 40.000 muertes violentas al a?o. Aqu¨ª, como en el resto del planeta, la inmensa mayor¨ªa de las v¨ªctimas trans son de g¨¦nero femenino y se buscaban la vida en la prostituci¨®n ante la falta de oportunidades.
Las diputadas trans han desembarcado en la C¨¢mara m¨¢s conservadora de la historia de Brasil y la reacci¨®n de la derecha reaccionaria ha sido fulminante; ha convertido la cuesti¨®n trans en su arma arrojadiza preferida contra los parlamentarios progresistas con proyectos de ley para revertir avances y un c¨®ctel de bromas y ataques que movilizan a la militancia bolsonarista.
La violencia tambi¨¦n se ceba en otros miembros de la comunidad LGTBI. El a?o pasado fueron asesinados 138 homosexuales (incluidas cuatro lesbianas), cinco bisexuales y dos heteros que fueron confundidos con gais, seg¨²n el recuento del Grupo Gay de Bah¨ªa. En paralelo, m¨¢s pol¨ªticos de primera l¨ªnea asumen abiertamente su homosexualidad y casi ha dejado de ser noticia. Es el caso de dos de los 26 gobernadores, reci¨¦n reelegidos por cierto: Eduardo Leite, de R¨ªo Grande do Sul, de centroderecha, y Fatima Bezerra, de Rio Grande do Norte, del izquierdista PT. O de la ministra de Deporte o la nueva presidenta del Banco de Brasil.
?FRICA
Una oleada de homofobia alentada por el extremismo religioso
Por JOS? NARANJO, Dakar
Una ola de homofobia recorre ?frica. Uganda acaba de aprobar una de las leyes m¨¢s represivas contra el colectivo LGTBI de todo el continente, pero no es un caso aislado. Pa¨ªses como Tanzania y Sud¨¢n del Sur e incluso reg¨ªmenes m¨¢s democr¨¢ticos como Ghana o Kenia tambi¨¦n estudian endurecer su legislaci¨®n en contra de las personas gais, lesbianas y trans. Activistas coinciden en se?alar dos factores detr¨¢s del fuerte respaldo popular a estas medidas: el creciente peso del extremismo religioso, tanto cristiano como musulm¨¢n, y el auge del sentimiento antioccidental, que identifica a estas orientaciones sexuales como ¡°desviaciones¡± impuestas desde el Norte global, ajenas a las culturas africanas.
La homosexualidad est¨¢ prohibida en 32 de los 54 pa¨ªses africanos. Si bien Sud¨¢frica tiene una de las legislaciones m¨¢s avanzadas en el reconocimiento de derechos a la comunidad LGTBI, lo que incluye el derecho al matrimonio para personas del mismo sexo, y en otros pa¨ªses se ha avanzado hacia la despenalizaci¨®n, como Angola o Mozambique, lo cierto es que la tendencia general es la inversa.
Hace cinco a?os, Laye (nombre ficticio), un joven senegal¨¦s de 28 a?os, era un destacado miembro de un colectivo de lucha contra el VIH/SIDA, una f¨®rmula habitual del asociacionismo gay en pa¨ªses donde la homosexualidad est¨¢ prohibida. Era frecuente verlo participar en debates p¨²blicos, colaborar con ONG europeas e incluso firmar art¨ªculos en la prensa. Hoy ha desaparecido del radar y vive pr¨¢cticamente escondido. ¡°Han intentado lincharme en varias ocasiones¡±, asegura al otro lado del tel¨¦fono, ¡°no quiero hablar m¨¢s con periodistas. He dedicado buena parte de mi vida a este combate, pero ya no puedo m¨¢s. Hasta mi familia estaba amenazada¡±.
Senegal, de mayor¨ªa musulmana, es un pa¨ªs con una fuerte tradici¨®n de tolerancia. Sin embargo, la emergencia de grupos y sectas isl¨¢micas bajo influencia exterior, sobre todo de pa¨ªses como Qatar y Arabia Saud¨ª, y su penetraci¨®n en la vida pol¨ªtica est¨¢n calando en la sociedad. ¡°Antes era dif¨ªcil, pero ahora es un infierno¡±, remata Laye. Hasta ahora, el Gobierno senegal¨¦s ha conseguido resistir a las presiones para endurecer una legislaci¨®n que ya prev¨¦ penas de hasta cinco a?os para quienes comentan ¡°actos contra natura¡±, pero nadie sabe por cu¨¢nto tiempo. El principal l¨ªder opositor, Ousmane Sonko, quien cuenta con una gran popularidad sobre todo entre los j¨®venes, ha prometido elevar los castigos si consigue llegar al poder.
Uganda
20 a?os de prisi¨®n por hacer ¡°promoci¨®n de la homosexualidad¡±
¡°Pretender imponer valores sociales de un grupo a nuestra sociedad es imperialismo social. Ahora nos dec¨ªs que tenemos que vivir como vosotros. ?En absoluto!¡±, se?alaba hace apenas un mes el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, para justificar la nueva ley que endurece no solo las penas contra el colectivo LGTBI, sino que impone 20 a?os de prisi¨®n para toda persona que haga ¡°promoci¨®n de la homosexualidad¡±. Sin embargo, para la feminista lesbiana Kasha Jacqueline Nabagesera, es el triunfo de ¡°los sectores de ultraderecha de iglesias occidentales que se han instalado en Uganda en la ¨²ltima d¨¦cada¡±. La ley fue aprobada en el Parlamento por una amplia mayor¨ªa de los diputados el 29 de mayo.
Kenia
Cadena perpetua por reincidencia en ¡°pr¨¢cticas homosexuales¡±
Ley para la Protecci¨®n de la Familia. As¨ª se llama el proyecto normativo pr¨¢cticamente calcado de Uganda que se promueve en el Parlamento de Kenia, donde las denominadas ¡°pr¨¢cticas homosexuales¡± ya se castigan con penas de hasta 14 a?os de c¨¢rcel. La iniciativa incluye condenas de cadena perpetua en caso de ¡°reincidencia¡± e incluso la pena capital para la ¡°homosexualidad agravada¡±, en el caso de que dos personas del mismo sexo tengan relaciones y una de ellas sea menor de edad o tenga diversidad funcional. ¡°Es una ley odiosa que realmente har¨¢ que la vida de los kenianos queer sea insoportable si se aprueba¡±, asegur¨® a Reuters Annette Atieno, miembro del grupo de Gais y Lesbianas de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos.
ORIENTE PR?XIMO
Donde la discriminaci¨®n es ley
Por TRINIDAD DEIROS, Madrid
Casi todos los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo criminalizan por ley o en la pr¨¢ctica el sexo homosexual, con escasas excepciones como Bar¨¦in y Jordania, donde las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo no son ilegales siempre que se mantengan ocultas, seg¨²n datos de ILGA. Entre los Estados que han institucionalizado la persecuci¨®n a la comunidad LGTBI, sobresalen tres por su uso habitual de la pena capital contra esta minor¨ªa: Arabia Saud¨ª, Ir¨¢n y Yemen, que castigan las relaciones homosexuales con la muerte por decapitaci¨®n, ahorcamiento o lapidaci¨®n. En Yemen, solo se ejecuta a los hombres, mientras que las lesbianas se arriesgan a pasar entre tres y cuatro a?os en prisi¨®n, siempre que no sean condenadas tambi¨¦n por otros delitos ajenos a su orientaci¨®n sexual.
En Qatar, Emiratos ?rabes Unidos, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n se dictan de forma espor¨¢dica condenas a muerte contra personas LGTBI, aunque lo m¨¢s habitual son las penas de prisi¨®n, al igual que en Irak, Egipto y Om¨¢n. Estas condenas oscilan entre varios meses y entre tres y siete a?os de c¨¢rcel, dependiendo del pa¨ªs. En 2020, Sud¨¢n elimin¨® la pena de muerte para los gais de su c¨®digo penal.
Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n
De latigazos a pena de muerte por ser homosexual
Mehrdad Karimpour y Farid Mohammadi hab¨ªan pasado 6 de sus 32 a?os en el corredor de la muerte cuando fueron ahorcados en enero de 2022 en la ciudad iran¨ª de Maraghe (noroeste) por ¡°sodom¨ªa¡±. Estos dos hombres son dos de los gais ejecutados en un pa¨ªs donde solo besar ¡°con lujuria¡± a alguien del mismo sexo puede acarrear el recibir hasta 74 latigazos. Ni siquiera se conoce cu¨¢ntas personas LGTBI han sido ahorcadas en Ir¨¢n. Miembros de este colectivo han acabado en el pat¨ªbulo condenados por graves delitos no relacionados con su orientaci¨®n, como ¡°la enemistad con Dios¡± o la ¡°corrupci¨®n en la tierra¡±, seg¨²n organizaciones de derechos humanos.
La paradoja es que Ir¨¢n s¨ª permite los cambios de sexo gracias a un dictamen religioso de 1980 del entonces l¨ªder supremo del pa¨ªs, el ayatol¨¢ Jomeini, que consideraba que los transg¨¦nero eran enfermos nacidos en un cuerpo equivocado. Esa relativa tolerancia de la que se han beneficiado numerosos iran¨ªes transg¨¦nero ha empeorado, sin embargo, la situaci¨®n del colectivo LGTBI en su conjunto. Sus miembros ahora no solo son perseguidos, encarcelados y a menudo torturados, sino que adem¨¢s sufren fuertes presiones para hormonarse y someterse a cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo.
El otro gran ejecutor de personas LGTBI en Oriente Pr¨®ximo es Arabia Saud¨ª, seg¨²n ILGA. Ese pa¨ªs carece de c¨®digo penal y sus tribunales se rigen por la ley isl¨¢mica, que homologa la ¡°sodom¨ªa¡± con el adulterio, un delito penado con la lapidaci¨®n. Como en Ir¨¢n, personas LGTBI han sido acusadas de ¡°corrupci¨®n en la tierra¡± o de espiar para otros pa¨ªses, cargos que tambi¨¦n acarrean la pena capital. Los tribunales saud¨ªes pueden ordenar contra las lesbianas, los gais y los transexuales torturas como la flagelaci¨®n o las terapias de conversi¨®n.
Israel
Un antiguo oasis en la regi¨®n con un Gobierno ultra y hom¨®fobo
Por ANTONIO PITA, Jerusal¨¦n
La llegada al poder en Israel, hace medio a?o, de un Gobierno con ministros abiertamente hom¨®fobos y un poder in¨¦dito de los partidos religiosos y de ultraderecha han llenado de miedos al colectivo LGTBI. Israel no reconoce el matrimonio ni la adopci¨®n gay (solo es posible el religioso), pero es el pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo m¨¢s respetuoso con los derechos LGTBI, con un presidente del Parlamento fuera del armario. Una imagen de isla de modernidad en un mar de intolerancia que no pierde ocasi¨®n de proyectar, tanto por motivos pol¨ªticos como por el atractivo tur¨ªstico nicho de Tel Aviv.
Los ¨²ltimos seis meses han recordado a muchos, sin embargo, que Israel no acaba en Tel Aviv y sus alrededores. Hace apenas unos d¨ªas, el d¨ªa 20, Yitzhak Pindrus, diputado de Juda¨ªsmo Unido de la Tor¨¢, uno de los partidos ultraortodoxos que integran la coalici¨®n de gobierno, defini¨® al colectivo LGTBI como ¡°el mayor peligro para el Estado de Israel, m¨¢s que el Estado Isl¨¢mico, Hezbol¨¢ y Ham¨¢s¡±. ¡°Si por m¨ª fuese, no solo impedir¨ªa la Marcha del Orgullo, sino todo el movimiento¡±, dijo.
No est¨¢ solo en el Ejecutivo. El ministro de Seguridad Nacional (al mando de la polic¨ªa), Itamar Ben Gvir, es un ultraderechista que particip¨® en una contramarcha del Orgullo en Jerusal¨¦n con burros y cabras. Se llamaba la ¡°Marcha de las Bestias¡±, para comparar a los homosexuales con animales de granja. El de Finanzas, Bezalel Smotrich, se defini¨® en el pasado como un ¡°hom¨®fobo orgulloso¡±; y el de Legado, Amijai Eliyahu, escribi¨® una columna de opini¨®n sobre el ¡°terrorismo LGBTQ+¡±. El m¨¢s hom¨®fobo es Avi Maoz, el secretario de Estado que quiere reintroducir en los formularios estatales (incluido el del servicio militar, que es obligatorio) las casillas ¡°padre¡± y ¡°madre¡±. Ahora hay una f¨®rmula neutra.
Los derechos legales del colectivo siguen intactos, aunque hay propuestas sobre la mesa como que los empresarios puedan invocar ¡°creencias religiosas¡± para discriminar en el acceso a los locales. De momento, las organizaciones est¨¢n en guardia y movilizadas, con la solidaridad internacional como aliada, como muestra la Marcha del Orgullo m¨¢s numerosa en Jerusal¨¦n, celebrada el d¨ªa 1. Denuncian adem¨¢s un ambiente que legitima las agresiones. Seg¨²n un sondeo de mayo, un 86% del colectivo se siente menos seguro.
Israel es, adem¨¢s, heterog¨¦neo. Al menos la mitad de la poblaci¨®n (palestinos con ciudadan¨ªa israel¨ª, ultraortodoxos, nacionalistas religiosos¡) rechaza mayoritariamente o persigue la homosexualidad, como muestra el reciente asesinato de Sarit Ahmed. Era una lesbiana drusa de 18 a?os a la que dos de sus hermanos hab¨ªan amenazado de muerte por su orientaci¨®n sexual. Tras un intento fallido de reconciliaci¨®n, se mud¨® con su hermana. Cuando sus hermanos salieron de prisi¨®n, pidi¨® ayuda a la polic¨ªa y fue enviada en taxi a un refugio para mujeres j¨®venes en situaci¨®n de peligro, pero cambi¨® de opini¨®n antes de cruzar la puerta. Pens¨® que estar¨ªa m¨¢s segura con su hermana. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, su cad¨¢ver fue hallado con varios disparos. El principal sospechoso es uno de los hermanos. Los jeques drusos locales no asistieron al entierro.
ASIA
Invisibilidad, persecuci¨®n y estigma
Por GUILLERMO ABRIL, Pek¨ªn
Asia es un continente inabarcable, tambi¨¦n en cuanto a derechos LGTBI. La disparidad es inmensa, en numerosos pa¨ªses se ha avanzado, en otros se han dado pasos hacia atr¨¢s. Pero en resumen se puede decir que se encuentra a a?os luz de la Uni¨®n Europea. La isla autogobernada de Taiw¨¢n fue el primer lugar y de momento el ¨²nico en reconocer las uniones del mismo sexo (en 2019). En Tailandia, donde vive una de las comunidades LGTBI m¨¢s toleradas, los ganadores de las ¨²ltimas elecciones (que a¨²n no han formado Gobierno) quieren dar el mismo paso. En varios Estados la invisibilidad es la t¨®nica. En otros, la persecuci¨®n y el estigma. Indonesia, el pa¨ªs con la mayor poblaci¨®n musulmana del mundo, aprob¨® en diciembre una ley que proh¨ªbe el sexo extramarital y la cohabitaci¨®n entre parejas no casadas, un golpe que ¡°viola los derechos de las mujeres, las minor¨ªas religiosas y las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales¡±, seg¨²n Human Rights Watch. Singapur en cambio legaliz¨® en enero el sexo entre homosexuales, un hecho que sigue penado en Malasia, Banglad¨¦s y Myanmar, seg¨²n la base de datos de ILGA.
La pandemia supuso un giro de tuerca m¨¢s. Los confinamientos provocaron en Asia un ¡°aumento de la transfobia y la homofobia¡± y ¡°de los prejuicios, la estigmatizaci¨®n, los abusos verbales y la violencia f¨ªsica¡±, dice el ¨²ltimo informe de Asia Pacific Transgender Network. Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, 40 personas trans o de g¨¦nero diverso fueron asesinadas en Asia, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional.
China
Un panorama sombr¨ªo
Corren malos tiempos para la comunidad LGTBI en China. En un pa¨ªs que levant¨® las penas contra la homosexualidad en 1997, los primeros a?os dos mil conformaron un despertar del movimiento y de la defensa de los derechos. ?ltimamente, esa apertura ha cambiado de rumbo. ¡°El endurecimiento de la normativa ha reducido la visibilidad y la cobertura medi¨¢tica de la causa LGBTQ en China¡±, denuncia el colectivo Rainbow China en un documento elaborado para la delegaci¨®n de la Uni¨®n Europea en Pek¨ªn. El texto pinta un panorama sombr¨ªo. Las leyes, asegura, han restringido a la sociedad civil y han afectado desproporcionadamente al movimiento LGBTQ, mermando su capacidad de movilizaci¨®n. La ¡°persecuci¨®n extrajudicial¡± se ha convertido en algo habitual para activistas. Sufren de forma rutinaria ¡°acoso e intimidaci¨®n¡±, y casi todas las organizaciones se han visto obligadas a cerrar por completo o suspender actividades.
En mayo, ech¨® el cierre la organizaci¨®n Beijing LGTB Center por causa de ¡°fuerza mayor¡±, asegur¨® en un comunicado. Abierta en 2008 y dedicada a todo tipo de servicios para la comunidad, desde ayuda psicol¨®gica a la educaci¨®n en la diversidad de g¨¦nero y el apoyo en cuestiones como el VIH, su clausura ha sido uno de los terremotos definitivos. En 2020, Shanghai Pride, la organizaci¨®n que impuls¨® durante 11 a?os el mayor evento del orgullo en el pa¨ªs, anunci¨® que cancelaba todas sus actividades.
¡°Aunque en China las personas LGBT sufren estigmatizaci¨®n y discriminaci¨®n, esto no suele desembocar en violencia motivada por el odio¡±, resume un documento interno de la delegaci¨®n de la UE en Pek¨ªn. El texto destaca que la homosexualidad y las relaciones entre personas del mismo sexo suelen entrar en conflicto con las tradiciones culturales chinas, por lo que son desaprobadas por la sociedad.
China permite el cambio legal de g¨¦nero de las personas (siempre que haya intervenci¨®n quir¨²rgica), pero las terapias de conversi¨®n (que pretenden cambiar la orientaci¨®n sexual de una persona) no est¨¢n prohibidas. El Legislativo valor¨® las uniones entre personas del mismo sexo durante una revisi¨®n del c¨®digo civil en 2020, pero finalmente no lleg¨® a proponerse. Pek¨ªn no cuenta con ning¨²n organismo oficial a cargo de la comunidad, seg¨²n LGBT Rights Advocacy China. En 2021, el Gobierno censur¨® la aparici¨®n de hombres afeminados en la televisi¨®n p¨²blica. Seg¨²n denuncian activistas, se cierran cuentas de redes sociales de grupos LGTB universitarios. Actos de todo tipo son interceptados por la polic¨ªa, sobre todo cuando sus organizadores se ponen en contacto con medios de comunicaci¨®n y embajadas occidentales u organizaciones internacionales. ¡°Los activistas se han visto bajo presi¨®n por su trabajo e incluso han sido citados y detenidos bajo custodia policial. En algunos casos sus familiares tambi¨¦n son acosados por las autoridades¡±, denuncia Rainbow China. El movimiento LGBTQ en China ha sido ¡°diezmado intencionadamente por las autoridades chinas¡±, concluye. Aunque tambi¨¦n ha habido avances, como la apertura en 2021 de la primera cl¨ªnica para la transici¨®n de g¨¦nero de menores en el Hospital infantil de la Universidad de Fudan en Shangh¨¢i.
India
Un complejo tab¨²
India descriminaliz¨® la homosexualidad en 2018 gracias a una hist¨®rica sentencia de la Corte Suprema que puso fin a una vieja norma de la era colonial. Pero todo lo que tiene que ver con la diversidad sigue siendo un complejo tab¨² en este inmenso pa¨ªs. ¡°La comunidad LGBTQIA+ de la India sigue sufriendo discriminaci¨®n sist¨¦mica en los mejores casos y violencia insidiosa en los peores¡±, denuncia un art¨ªculo reciente publicado por la fundaci¨®n Women¡¯s Media Center. La legislaci¨®n india reconoce derechos b¨¢sicos de esta comunidad, incluida la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero y la identificaci¨®n como un tercer g¨¦nero, prosigue el texto. La cohabitaci¨®n entre personas del mismo sexo no est¨¢ penalizada, pero el matrimonio no est¨¢ legalmente reconocido, ¡°lo que impide a las parejas tomar decisiones como nueva familia¡±, a?ade. Esto podr¨ªa cambiar pronto en un caso que ha levantado expectaci¨®n en el pa¨ªs: varias parejas han solicitado a la Corte Suprema que legalice el matrimonio del mismo sexo.
En 2022, un estudio cualitativo sobre el trato a las personas LGTBQIA+ en los hospitales indios ¡ªpublicado en Sexual and Reproductive Health Matters¡ª concluy¨® que ¡°los pacientes se enfrentaban a una discriminaci¨®n interseccional que repercut¨ªa en su dignidad y bienestar¡±. El estudio iba m¨¢s all¨¢ y diseccionaba muchas de las presiones sociales y familiares a las que se enfrentaban. Uno de los entrevistados, un paciente queer de 26 a?os, relataba c¨®mo su entorno se dej¨® un dineral en terapias de conversi¨®n, que son ilegales sin el consentimiento del paciente: primero, cuenta, lo llevaron a un curandero religioso que le cobr¨® 500.000 rupias (unos 5.560 euros) por un ¡°hawan¡± (ritual de fuego); al no convertirse, a?ade esta persona, los familiares pagaron otras 100.000 rupias (unos 1.114 euros) ¡°en un hospital para psicoterapias de conversi¨®n¡±.
El informe sobre derechos humanos en la India en 2022 elaborado por el Gobierno estadounidense destaca puntos positivos, como una resoluci¨®n de la Corte Suprema de la ciudad de Madra, que recomendaba ¡°cursos de sensibilizaci¨®n para funcionarios p¨²blicos y polic¨ªas, adem¨¢s de ordenar a los gobiernos estatales y centrales que elaboraran planes de reforma para proteger los derechos de las personas LGBTQI+¡±. El tribunal sugiri¨® adem¨¢s la revocaci¨®n de las licencias de los m¨¦dicos que afirman tener una ¡°cura¡± para la homosexualidad y los ba?os de g¨¦nero neutro en escuelas y universidades, seg¨²n el documento. Como puntos negativos: la denuncia de ONG sobre ¡°discriminaci¨®n y violencia incluidos los ataques f¨ªsicos y la violaci¨®n de miembros de la comiunidad LGTBQI+¡± y el hecho de que algunos polic¨ªas cometieran delitos contra personas del colectivo y utilizaran ¡°la amenaza de detenci¨®n para coaccionar a las v¨ªctimas para que no denunciaran los incidentes¡±.