Luisiana obliga por ley a los colegios p¨²blicos a exhibir en clase los Diez Mandamientos
La nueva norma desaf¨ªa la doctrina del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre la separaci¨®n entre Iglesia y Estado
Luisiana ha aprobado una ley que exige que los Diez Mandamientos est¨¦n expuestos en todas las aulas de las guarder¨ªas, colegios, institutos y universidades p¨²blicos en letra grande y f¨¢cilmente legible. La norma, aprobada por el legislativo estatal, de mayor¨ªa republicana, ha sido firmada por el gobernador de Luisiana, el tambi¨¦n conservador Jeff Landry, y desaf¨ªa la jurisprudencia en la materia del Tribunal Supremo de Estados Unidos.
La ley H. B. 71 exige que los Diez Mandamientos se exhiban en todas las aulas en ¡°un p¨®ster o documento enmarcado de al menos 11 por 14 pulgadas¡± (28 por 36 cent¨ªmetros). Los Mandamientos deben ser el ¡°foco central¡± del cartel y estar ¡°impresos en un tipo de letra grande y f¨¢cilmente legible¡±. El proyecto de ley tambi¨¦n exige que se utilice una versi¨®n espec¨ªfica de los Diez Mandamientos, dictada por la legislatura estatal. Los carteles con los Diez Mandamientos ir¨¢n acompa?ados de una ¡°declaraci¨®n de contexto¡± de cuatro p¨¢rrafos en la que se describa c¨®mo ¡°fueron una parte destacada de la educaci¨®n p¨²blica estadounidense durante casi tres siglos¡±.
Otras medidas tambi¨¦n aprobadas autorizan la contrataci¨®n de capellanes en las escuelas, restringen a los profesores la menci¨®n de la orientaci¨®n sexual o la identidad de g¨¦nero e impiden a los centros utilizar el nombre o los pronombres preferidos de un alumno transexual, a menos que los padres lo autoricen.
En 1980, en el caso Stone contra Graham, el Supremo dictamin¨® que una ley similar de Kentucky era inconstitucional y violaba la llamada cl¨¢usula de establecimiento de la Constituci¨®n de Estados Unidos, que dice que el Congreso no puede ¡°dictar ninguna ley relativa al establecimiento de una religi¨®n¡±. El Alto Tribunal consider¨® que aquella ley no ten¨ªa una finalidad laica, sino que respond¨ªa a un prop¨®sito claramente religioso. El aluvi¨®n migratorio de las primeras colonias, con personas que profesaban religiones diferentes, llev¨® a los llamados padres fundadores de Estados Unidos a reconocer la libertad religiosa y, al tiempo, dejarla al margen de los asuntos del Gobierno. Como se?al¨® Thomas Jefferson, deb¨ªa haber ¡°un muro de separaci¨®n¡± entre Iglesia y Estado.
Grietas en el muro
Los republicanos de Luisiana cuentan con nuevas bazas para que el Supremo no anule su ley. Por una parte, alegan que los Diez Mandamientos tienen un valor hist¨®rico m¨¢s all¨¢ de lo religioso. Por otra, su colocaci¨®n no se financiar¨¢ con fondos p¨²blicos, sino mediante donaciones. Uno de los argumentos de la separaci¨®n entre Iglesia y Estado de los padres fundadores era que hacer pagar impuestos a quienes profesaban una religi¨®n para usar fondos p¨²blicos en favor de otra parec¨ªa contra natura. Pero la principal baza es que el Supremo cuenta ahora con una clara mayor¨ªa conservadora que ya ha abierto grietas en ese muro.
Esa mayor¨ªa sentenci¨® que los fondos p¨²blicos empleados por el Estado de Maine para ayudar a estudiantes en un programa de becas pod¨ªan ser utilizados en colegios religiosos. Seg¨²n los jueces de la mayor¨ªa, la separaci¨®n entre Iglesia y Estado que exige la Constituci¨®n no se ve¨ªa afectada por ello y, en cambio, dejar a los estudiantes de esos colegios al margen de las becas violaba su libertad religiosa. En otra sentencia, dieron la raz¨®n al entrenador de un equipo de f¨²tbol americano de un instituto p¨²blico que fue despedido por arrodillarse y rezar en la mitad del campo al acabar los partidos. Las juezas progresistas del Supremo interpretaban que esa actitud forzaba de alguna manera a los jugadores a sumarse y, por tanto, favorec¨ªa a una religi¨®n desde los poderes p¨²blicos. Sin embargo, la mayor¨ªa conservadora consider¨® que primaba la libertad de expresi¨®n y de culto y que el entrenador no pod¨ªa ser despedido por ejercerla, sino que ten¨ªa el derecho constitucional a rezar as¨ª.
¡°Si se quiere respetar el Estado de derecho, hay que empezar por el legislador original, que fue Mois¨¦s¡±, quien recibi¨® los mandamientos de Dios, dijo en la ceremonia de firma de la ley el gobernador Landry, que ha capitaneado un giro ultraconservador en Luisiana desde que sustituy¨® en enero al dem¨®crata John Bel Edwards, gracias a que los republicanos tienen el control del legislativo y todos los cargos estatales.
La Uni¨®n Americana de Libertades Civiles, Estadounidenses Unidos por la Separaci¨®n de la Iglesia y el Estado, y la Fundaci¨®n Libertad de Religi¨®n anunciaron que presentar¨¢n una demanda para impedir la aplicaci¨®n de la ley, que entra en vigor a principio de 2025. ¡°La ley viola la separaci¨®n entre Iglesia y Estado y es abiertamente inconstitucional. La Primera Enmienda promete que todos podemos decidir por nosotros mismos qu¨¦ creencias religiosas, en su caso, mantener y practicar, sin la presi¨®n del Gobierno. Los pol¨ªticos no tienen por qu¨¦ imponer su doctrina religiosa preferida a los alumnos y las familias en las escuelas p¨²blicas¡±, indicaron a trav¨¦s de un comunicado.
La ley impide que los estudiantes reciban una educaci¨®n igualitaria y evitar¨¢ que los ni?os que tienen creencias diferentes se sientan seguros en la escuela, argumentan. ¡°Incluso entre quienes creen en alguna versi¨®n de los Diez Mandamientos, el texto concreto al que se adhieren puede diferir seg¨²n la confesi¨®n religiosa o la tradici¨®n. El Gobierno no deber¨ªa tomar partido en este debate teol¨®gico¡±, a?aden los grupos.
La ley tambi¨¦n ¡°autoriza¡± pero no exige la exhibici¨®n de otros elementos en los colegios p¨²blicos, entre ellos, la Declaraci¨®n de Independencia y el Pacto del Mayflower, que firmaron los peregrinos religiosos a bordo de ese buque en 1620.
En otros Estados, como Texas, Oklahoma y Utah, se han propuesto proyectos de ley similares que exigen la exhibici¨®n de los Diez Mandamientos en las aulas, informa AP. Sin embargo, ante las amenazas de batallas legales sobre la constitucionalidad de tales medidas, ning¨²n Estado, aparte de Luisiana, ha logrado convertir estos proyectos en ley.