El Supremo de EE UU vota a favor de conceder fondos p¨²blicos a escuelas religiosas en el Estado de Maine
La mayor¨ªa conservadora del Tribunal da la raz¨®n a dos familias cristianas que denunciaban discriminaci¨®n en un programa de becas
Fondos p¨²blicos para colegios religiosos. El giro ultraconservador del Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado este martes una nueva vuelta al fallar a favor de dos familias cristianas del Estado de Maine, que hab¨ªan denunciado un programa p¨²blico de becas por excluir a las escuelas privadas de ideario religioso. Es la en¨¦sima decisi¨®n del Alto tribunal relativa a derechos religiosos desde que el presidente Donald Trump conformara la composici¨®n de la Corte a su imagen y a la de la mitad m¨¢s conservadora del pa¨ªs. La polarizaci¨®n cada d¨ªa se percibe m¨¢s en EE UU, tambi¨¦n en las leyes.
En una decisi¨®n tomada por seis votos a favor y tres en contra -los de los tres miembros liberales del tribunal-, el Supremo anul¨® un fallo de un tribunal inferior que hab¨ªa rechazado las denuncias de discriminaci¨®n religiosa de las dos familias, que consideraban que se les imped¨ªa el libre ejercicio religioso consagrado por la Primera Enmienda de la Constituci¨®n. La jueza Sonia Sotomayor, puede que la m¨¢s liberal de la minor¨ªa progresista, ha acusado a la mayor¨ªa conservadora de seis miembros de socavar la separaci¨®n iglesia-Estado. ¡°Este Tribunal contin¨²a desmantelando el muro de separaci¨®n entre la iglesia y el Estado que los redactores de la Constituci¨®n lucharon por erigir¡±, ha dicho Sotomayor.
La decisi¨®n acerca de Maine se basa en un fallo de la Corte Suprema de 2020 relativo a un caso similar de Montana, que allan¨® la v¨ªa para que las escuelas religiosas reciban d¨®lares de los impuestos de los contribuyentes. Hasta ahora, Maine destinaba fondos p¨²blicos como ayuda de matr¨ªcula para escuelas secundarias privadas a las que deb¨ªan recurrir familias residentes en ¨¢reas poco pobladas del Estado sin centros p¨²blicos. El requisito para que estos establecimientos recibieran dicha ayuda era que el programa educativo no fuera ¡°sectario¡±, quedando privados de los fondos aquellos que promueven una religi¨®n en particular y configuran sus curr¨ªculos ¡°a trav¨¦s de la lente de esa fe¡±. La teor¨ªa del creacionismo, en abierta contradicci¨®n con el darwinismo cient¨ªfico, por citar un solo ejemplo.
El conservadurismo del Supremo resulta cada vez m¨¢s asertivo y patente, se?alan los observadores, sobre todo en la prioridad de ampliar los derechos relativos a la pr¨¢ctica religiosa. Desde la presidencia de Trump, cuya base electoral se cimentaba, entre otros grupos, en los cristianos m¨¢s conservadores, los jueces han sido especialmente receptivos a las denuncias de radicales cristianos sobre la presunta hostilidad del Gobierno hacia la religi¨®n, no s¨®lo en el contexto educativo. El esperado fallo sobre el aborto, en el que presumiblemente el Supremo revocar¨¢ la piedra angular de su protecci¨®n constitucional, la doctrina Roe contra Wade, es otra muestra de la deriva conservadora.
El fallo de Montana que se considera precedente del conocido hoy fue m¨¢s re?ido, cinco votos a favor y cuatro en contra. El Alto tribunal respald¨® un programa de incentivos fiscales a los donantes de un fondo de becas que proporcionaba dinero a las escuelas cristianas para los gastos de matr¨ªcula. El resultado de aquella votaci¨®n tiene f¨¢cil explicaci¨®n: se produjo a finales de julio de 2020, meses antes de que Trump, en la recta final de su presidencia, eligiera a la ultraconservadora Amy Coney Barrett para ocupar la vacante dejada por la muerte de la progresista Ruth Bader Ginsburg. Con el nombramiento de Barrett, los republicanos consumaron el giro conservador del Supremo.
Los fallos de Montana y Maine, no obstante, revelan la presunta contradicci¨®n en los t¨¦rminos entre garantizar el libre ejercicio de la religi¨®n y otro elemento medular de la Primera Enmienda: la separaci¨®n de la iglesia y el Estado, que proh¨ªbe al Gobierno establecer una religi¨®n oficial o favorecer a una religi¨®n sobre otra.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.