As¨ª se acabar¨ªa con el mal h¨¢bito de arrojar comida a la basura
Los consumidores empiezan a actuar contra el desperdicio de alimentos, una pr¨¢ctica con nefastos efectos econ¨®micos y medioambientales. Usuarios, empresas y administraciones aportan soluciones para combatir el problema. En muchas de ellas, la tecnolog¨ªa juega un papel relevante
El a?o pasado, solo en Espa?a arrojamos a la basura 1.200 millones de kilos de comida ?¨Cuna media de 28,21 kilos por persona¨C, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n (MAPA). La cantidad asusta, pero, aun as¨ª, es un 6,2% m¨¢s baja que el a?o anterior. Esto implica que el consumidor de hoy ha comenzado a actuar. En apenas dos a?os, se ha duplicado el n¨²mero de personas que han tomado conciencia del problema, sostiene un estudio del Instituto de Investigaci¨®n Capgemini.
El documento se basa en una encuesta realizada a 10.000 consumidores y a 1.000 ejecutivos de grandes organizaciones del sector, y est¨¢ repleto de conclusiones reveladoras. M¨¢s del 90% de los encuestados prefiere marcas que reduzcan el desperdicio alimentario, seis de cada diez se sienten culpables por tirar la comida y las b¨²squedas en las redes sociales de m¨¦todos para prolongar la vida ¨²til de los alimentos ha crecido hasta un 80% cada a?o.
Adem¨¢s de esta concienciaci¨®n colectiva, existe una serie de factores que han contribuido a que hoy acabe menos comida en los cubos de basura. Entre ellos, la subida de precios de la cesta de la compra, los problemas en la cadena de suministro, la reciente pandemia y la preocupaci¨®n por la sostenibilidad. Los recursos del planeta son finitos. Y ante un contexto de emergencia clim¨¢tica, sumado a una sobrepoblaci¨®n mundial ¨Cla ONU prev¨¦ que, en 2050, hasta 9.700 millones de personas habiten la Tierra¨C, es urgente que ciudadanos y pa¨ªses adopten medidas para garantizar la supervivencia de las generaciones futuras.
Tanto la UE como Espa?a han puesto en marcha pol¨ªticas encaminadas a combatir este asunto. Es el caso de la estrategia europea De la granja a la mesa, que incluye diferentes acciones para que los sistemas alimentarios sean justos, saludables y respetuosos con el medio ambiente. En nuestro pa¨ªs, el MAPA ha impulsado la iniciativa M¨¢s alimento, menos desperdicio, y la campa?a Aqu¨ª no se tira nada. Ambas propuestas inciden en reducir el derroche de comida y en reaprovechar los productos que se desechan. Otra iniciativa reciente es la Ley sobre P¨¦rdidas y Desperdicio Alimentario, que fomenta distintas actuaciones para evitar la p¨¦rdida de alimentos en toda la cadena de valor, desde la cosecha hasta el consumo final.
Eroski identifica los productos pr¨®ximos a caducar con etiquetas de consumo r¨¢pido, que pueden alcanzar ofertas de hasta el 40% en algunos alimentos frescos
Esta concienciaci¨®n colectiva se ha trasladado a algunas cadenas de supermercados. Es el caso de EROSKI, que lidera numerosas acciones a favor del desperdicio cero. Por ejemplo, identifica los productos pr¨®ximos a caducar con etiquetas de consumo r¨¢pido, que pueden alcanzar ofertas de hasta el 40% en algunos alimentos frescos. Otra muestra del compromiso de EROSKI es su colaboraci¨®n con diversas ONG a trav¨¦s de la donaci¨®n de alimentos para colectivos necesitados. En el primer semestre de este a?o, la cooperativa ha evitado el despilfarro de 11.000 toneladas de alimentos, una cantidad que equivale a 34 millones de comidas, suficiente para alimentar a 9.417 familias en un a?o.
Nuevas tecnolog¨ªas contra el desperdicio
En una sociedad cada vez m¨¢s digitalizada, las nuevas tecnolog¨ªas se han convertido en un aliado imprescindible para evitar que la comida termine en la basura. Existen numerosos proyectos tech a favor de una cadena de suministro m¨¢s eficiente, lo que se traduce en mayor aprovechamiento de los recursos. La rob¨®tica ayuda a reducir la p¨¦rdida de alimentos y prevenir las plagas en los cultivos, la combinaci¨®n de inteligencia artificial (IA) y big data impulsa la agricultura de precisi¨®n, el Internet de las Cosas (IoT) ya monitorea el estado de los alimentos y evita que se desechen, la tecnolog¨ªa blockchain garantiza la trazabilidad, la seguridad y la transparencia en el origen de la comida.
Decenas de startups lanzan cada a?o propuestas novedosas, con ideas que facilitan el reciclaje de alimentos, su recolecci¨®n, la recuperaci¨®n y eliminaci¨®n de residuos, el almacenamiento y transporte¡ Algunos de estos proyectos cuentan con miles de usuarios, como la app gratuita Too Good To Go, que permite acceder a packs de alimentos (frescos y preparados) de numerosos establecimientos, entre ellos EROSKI, a precios muy econ¨®micos. Cada d¨ªa, su red de supermercados prepara paquetes sorpresa con el excedente que ha tenido a lo largo de la jornada y los vende a trav¨¦s de la app por apenas 3,99 euros, aunque su contenido est¨¢ valorado en torno a los 12 euros, lo que supone un ahorro de casi el 70%. Esta alianza ya ha ayudado a salvar 284.000 packs de comida, aunque los resultados globales son a¨²n m¨¢s espectaculares.
Desde el lanzamiento de la app en 2015, se han recuperado 250 millones de comidas, lo que ha evitado las emisiones de 625 millones de kilos de CO?.
Otras aplicaciones dejan compartir comida gratis con vecinos y amigos, e incluso aprovechar los men¨²s que sobran en los comedores de grandes empresas para servirlos por la noche en comedores sociales y albergues a colectivos vulnerables. Ideas en las que confluyen econom¨ªa circular, comercio de proximidad, ahorro y tecnolog¨ªa.
Tambi¨¦n desde casa, con sencillas acciones dom¨¦sticas, es posible contribuir a alargar la vida de la comida. Por ejemplo, comprar frutas de aspecto poco apetecible es m¨¢s barato e igual de nutritivo. De hecho, EROSKI ya vende frutas y hortalizas feas (tan sanas, buenas y sabrosas como las dem¨¢s) en determinados momentos del a?o a menor precio. Y existen much¨ªsimas recetas de aprovechamiento para cocinar con sobras y evitar que comida que est¨¢ en perfectas condiciones de consumo termine donde no debe, en la bolsa de la basura. Al fin y al cabo, todo vale. Nunca mejor dicho.