25 a?os despu¨¦s de Pek¨ªn
La autora recuerda que el feminismo global se impuls¨® con la cita china de hace un cuarto de siglo
Hay quien se refiere al Me Too como el movimiento que ha globalizado el feminismo. Sin embargo, el feminismo adquiri¨® una potente agenda global en la IV Conferencia de Pek¨ªn de 1995. En ella vivimos la unidad y la fuerza de un movimiento que estaba en las organizaciones y en las movilizaciones de las mujeres y que, a partir de ese momento, ve¨ªa sus reivindicac...
Hay quien se refiere al Me Too como el movimiento que ha globalizado el feminismo. Sin embargo, el feminismo adquiri¨® una potente agenda global en la IV Conferencia de Pek¨ªn de 1995. En ella vivimos la unidad y la fuerza de un movimiento que estaba en las organizaciones y en las movilizaciones de las mujeres y que, a partir de ese momento, ve¨ªa sus reivindicaciones convertidas en compromisos y programas de gobiernos.
Y yo estaba all¨ª. Era la mujer m¨¢s joven de la delegaci¨®n oficial espa?ola y una de las m¨¢s j¨®venes de la delegaci¨®n no oficial. En cada uno de los encuentros que se celebraban en la Conferencia me sent¨ªa protagonista privilegiada de un momento inolvidable, al que si la historia hiciera justicia reconocer¨ªa impulsor del empoderamiento de las mujeres en todo el mundo.
Las espa?olas llegamos a Pek¨ªn con entusiasmo, organizaci¨®n y ganas de convertirnos en la punta de lanza de las pol¨ªticas feministas. Lleg¨¢bamos tarde pero pronto coger¨ªamos la delantera gracias a nuestro empe?o en convertir la Plataforma de Acci¨®n de la Conferencia en pol¨ªticas a favor del avance de las mujeres y de nuestra joven democracia. Cada d¨ªa habl¨¢bamos, debat¨ªamos, discut¨ªamos, nos cont¨¢bamos historias unas a otras, fueron d¨ªas en los que aprendimos y disfrutamos en igualdad medida.
Despu¨¦s de 1995 las pol¨ªticas de igualdad incorporaron conceptos que se convirtieron en habituales, desde el ¡°mainstreaming de g¨¦nero¡± al ¡°empoderamiento de las mujeres¡±, en la pr¨¢ctica estrategias imprescindibles en la conquista de la igualdad al planear las pol¨ªticas p¨²blicas teniendo en cuenta su impacto diferenciado sobre mujeres y hombres y la presencia de las mujeres en la vida pol¨ªtica, social, cultural o econ¨®mica como un indicador de democracia.
En la Agenda de Pek¨ªn tambi¨¦n quedaron firmados los derechos sexuales y reproductivos, la lucha contra la violencia hacia las mujeres, donde se incluy¨® la trata y la prostituci¨®n, la educaci¨®n de ni?as y mujeres, su participaci¨®n en la econom¨ªa y dignidad en el empleo. En definitiva, el feminismo plante¨® una batalla ideol¨®gica dirigida a cambiar la vida de las mujeres del mundo, y tuvo su reacci¨®n a cargo de un conjunto de pa¨ªses capitaneados por el Estado Vaticano que, si bien hicieron una dur¨ªsima ofensiva antifeminista, la perdieron porque nos encontraron unidas.
Tras la Conferencia Espa?a avanz¨® mucho en pol¨ªticas de igualdad y el movimiento feminista espa?ol se fue convirtiendo en referente mundial. Hoy en d¨ªa las j¨®venes se suman al feminismo antes de cumplir 18 a?os, mucho antes que en 1995 cuando yo era la joven para mis amigas feministas, a algunas de ellas las encontr¨¦ en Pek¨ªn, y de una u otra forma, durante m¨¢s o menos tiempo, me han seguido acompa?ando.
En la actualidad son muchos los debates del feminismo y muchas las conquistas que a¨²n quedan pendientes. Desde 1995 hemos ganado espacio pol¨ªtico y legislaci¨®n feminista, y hemos ampliado nuestra agenda con reivindicaciones que estaban apuntadas t¨ªmidamente en Pek¨ªn, como la abolici¨®n de la prostituci¨®n. Sin duda para seguir avanzando es necesario afrontar una legislaci¨®n al respecto, como se hace imprescindible un debate que haga posible la defensa de los derechos de todas las mujeres, sin exclusiones, precisamente desde la convicci¨®n de que el sujeto pol¨ªtico del feminismo somo las mujeres, todas las mujeres.
Viviendo el 8 de marzo de 2020 tengo que recordar algo que aprend¨ª en Pek¨ªn. Si bien alguien podr¨ªa pensar que una agenda global solo es posible desde la uniformidad, la nuestra, la que construimos con pactos entre mujeres, fue posible por el reconocimiento de nuestra diversidad, porque a pesar de las diferencias la desigualdad est¨¢ presente en la vida de todas y cada una de nosotras, y el machismo ataca con violencia, violaciones, abuso y agresiones, seamos directivas, actrices, trabajadoras del servicio dom¨¦stico, negras, gitanas, mujeres con discapacidad, j¨®venes, mayores, transexuales, lesbianas o heterosexuales, seamos como seamos y quienes seamos, por eso nuestra lucha es compartida y global.
Purificaci¨®n Causapi¨¦ es diputada socialista en la Asamblea de Madrid.