Charlotta Bass lleg¨® antes que todas las dem¨¢s y contra todo pron¨®stico a ser la primera mujer candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos en 1952. Como afrodesdendiente, super¨® todos los obst¨¢culos en un momento en el que ni siquiera hab¨ªa empezado la lucha por los derechos civiles y se abri¨® camino pese a que no se sent¨ªa identificada con ninguno de los dos partidos tradicionales. No fue ning¨²n problema: cre¨® uno a su medida. En Chile, Carmela Jeria ten¨ªa solo 19 a?os y era una obrera tip¨®grafa cuando fund¨® el primer peri¨®dico feminista del pa¨ªs. Corr¨ªa el a?o 1905 y a¨²n faltaban tres d¨¦cadas para que las chilenas pudieran votar, pero ella les dio un espacio para pensar y so?ar.

Tampoco pod¨ªan votar las mujeres en M¨¦xico (hubo que esperar a 1953) cuando In¨¦s Amor se puso al frente de la primera galer¨ªa dedicada en exclusiva al arte en su pa¨ªs en 1936, que proyect¨® en el mapa internacional a figuras como Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo o Leonora Carrington. A ella ¡ªque vivi¨® a la sombra de los focos¡ª le toc¨® lidiar con los egos de aquellos artistas a los que acab¨® impulsando. La pintora colombiana Emma Reyes s¨ª que fue reconocida en Europa, pero no en su pa¨ªs. Muri¨® sin saber que, una d¨¦cada despu¨¦s de su partida, una compilaci¨®n de cartas que envi¨® a un amigo, se convertir¨ªa en un best seller en Colombia. Pero su obra art¨ªstica a¨²n no ha sido expuesta en su tierra.

La zo¨®loga y diplom¨¢tica brasile?a Bertha Lutz persisti¨® para que el acta fundacional de Naciones Unidas ¨Cfirmada en 1945¡ª tuviera en cuenta a la mitad de la humanidad. Su batalla se centr¨® en que el documento incluyera dos palabras: ¡°y mujeres¡±. Pese a que las delegadas anglosajonas tacharon en aquel momento su demanda de ¡°vulgar¡±, esos dos t¨¦rminos abrieron el camino a la igualdad a todas las mujeres que vinieron despu¨¦s. Hasta la ONU lleg¨® tambi¨¦n la voz de Aim¨¦ Pain¨¦, la primera argentina en cantar en lengua mapuche en los escenarios, en los que denunci¨® el borrado de su pueblo del relato oficial en plena dictadura militar.

A Charlotta Bass, Carmela Jeria, In¨¦s Amor, Emma Reyes, Aim¨¦ Pain¨¦ y Bertha Lutz les cost¨® superar el filtro de los nombres que pasan a la Historia pese a ser todas ellas mujeres que abrieron camino para las que vinieron despu¨¦s. Como cada 8-M en los ¨²ltimos a?os, EL PA?S Am¨¦rica hace este ejercicio de rescatar sus historias para reivindicar las figuras de quienes fueron relegadas del relato oficial por haber roto los l¨ªmites asignados a su g¨¦nero. Son muchas las mujeres que no fueron reconocidas en su momento, pero tambi¨¦n son muchas las que trabajan hoy para que sus legados no queden en el olvido, y las que est¨¢n dispuestas a contar sus historias para reivindicarlas. Porque si algo ha hecho esta lucha feminista que se celebra cada 8 de marzo es levantar el grito colectivo de las mujeres que no queremos ser invisibles nunca m¨¢s.

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