Lo bueno de vivir en el extrarradio
La basura se recoge de d¨ªa o de noche en funci¨®n de los horarios de los colegios, de lo concurridas que est¨¦n las calles y del tr¨¢fico, en un esfuerzo por proteger la salud y el descanso de los vecinos
En las afueras de Getafe (185.000 habitantes, sur de Madrid) se duerme de maravilla. El cami¨®n de la basura pasa por las ma?anas. A diferencia del centro de la ciudad, la presencia de viandantes en las zonas residenciales es escasa ¡ªel riesgo de atropello resulta casi inexistente¡ª y las calles amplias y vac¨ªas de coches permiten al cami¨®n completar sus 100 kil¨®metros diarios de media con facilidad y sin causar atascos. La organizaci¨®n cambia a la fuerza en el centro. El grueso de la recogida se lleva a cabo por la noche, con la ciudad ya despejada de peatones y autom¨®viles. Sepan los que tienen el sue?o ligero y viven en la zona antigua que desde 2019 los veh¨ªculos est¨¢n propulsados por gas natural, menos contaminantes y menos ruidosos que los de gasoil. Condicionados por las caracter¨ªsticas de cada barrio, el servicio en el centro se refuerza a la hora de comer, cuando los comercios est¨¢n cerrados, para evitar que algunos contenedores se llenen por completo. Y por la tarde, con la precauci¨®n de que no coincida con la salida de los ni?os del colegio. En todas las circunstancias se trata de mantener limpia la ciudad, facilitar la labor de reciclaje y proteger la salud y el descanso de los vecinos.
Miguel Retamal es uno de los dos encargados del turno de ma?ana de la Empresa Municipal de Limpieza y Medio Ambiente de Getafe (Lyma). Con 25 a?os al volante de veh¨ªculos pesados, maneja un cami¨®n de 330 CV como si fuera una bici de paseo. ¡°Se evitan la grandes aceleraciones, las frenadas bruscas y una velocidad excesiva, lo que redunda en menos emisiones contaminantes y menos ruido¡±, afirma este getafense, que para liberar adrenalina ya tiene tres motos. Cuando la pericia de los conductores no es suficiente, un pitido les avisa de que est¨¢n frenando o acelerando de manera brusca. Gracias a esta conducci¨®n tranquila y segura han disminuido el consumo de 63 kilos de gas cada 100 kil¨®metros a 53 kilos. Seg¨²n C¨¦sar Rico, director de Lyma, pueden reducirlo en otros 10 kilos m¨¢s sin que afecte al tiempo y a la forma de la recogida de residuos. En cualquier caso estos veh¨ªculos propulsados por gas, en renting, consumen un 10% menos que los de gasoil. Un sistema de GPS registra los movimientos y la conducci¨®n de cada empleado en pos de la eficiencia.
El cubo se mueve, el conductor no
El vaciado de los contenedores se realiza de forma autom¨¢tica. El conductor acciona un brazo hidr¨¢ulico con un joystick sin bajarse del cami¨®n de tal manera que el contacto con los residuos es inexistente. Cinco c¨¢maras instaladas en el veh¨ªculo proyectan im¨¢genes en una pantalla que sale del salpicadero. La carga m¨¢xima de uno de estos camiones es 10.000 kilos y se vac¨ªan unos 150 contenedores en cada turno de ocho horas. A cada conductor se le asigna una ruta y un tipo de residuos. Lyma se encarga de gestionar los cubos amarillos (envases de pl¨¢stico, briks y latas), azul (papel y cart¨®n) y de la fracci¨®n resto; de su vaciado, limpieza y mantenimiento. Retamal, curtido como transportista y conductor de excavadoras, destaca la seguridad con la que se trabaja en la empresa municipal: ¡°Los camiones son autom¨¢ticos, lo que reduce las lesiones de rodilla al no accionar el embrague¡±. Por supuesto va ataviado con indumentaria de alta visibilidad y botas de seguridad. ¡°No solo se tiene en cuenta el trabajo que se va a realizar sino c¨®mo se va a llevar a cabo¡±, explica.
Si no fuera por lo elevado que se va en la cabina de un cami¨®n, uno podr¨ªa pensar que est¨¢ realizando un transfer al aeropuerto. ¡°Una cosa es ir seguro y otra muy importante es transmitir la sensaci¨®n de que se va seguro¡±, afirma este conductor y formador de 46 a?os. La labor de recogida la completan unos veh¨ªculos menos pesados que se conocen como sat¨¦lites. Realizan una batida por los puntos de control (los espacios de la calzada donde se ubican los contenedores grises, azules y amarillos) para recoger enseres que yacen en la calle y que dificultan el trabajo del brazo hidr¨¢ulico encargado de agarrar y elevar el contenedor hacia la tolva del cami¨®n. ¡°El cart¨®n puede provocar problemas si hace viento y lo mueve a zonas indeseadas¡±, cuenta este padre de un ni?o de ocho a?os, que realiza el turno 5-2-7-7, esto es, trabaja cinco d¨ªas y libra dos, trabaja siete seguidos y libra otros tantos. A pesar del trabajo de los sat¨¦lites, resulta fundamental depositar los residuos en los espacios habilitados.
En este municipio de dimensiones superiores a muchas capitales de provincia ha aumentado la recogida de residuos del contenedor amarillo y azul un 20% anual en los ¨²ltimos a?os, seg¨²n Rico, lo que est¨¢ modificando las rutas para garantizar que los ciudadanos no se encuentren los contenedores llenos. El director de Lyma apunta una evidencia. ¡°Cuando el cubo est¨¢ lleno, el ciudadano no suele volver a casa con la bolsa sino que la deja en el suelo¡±. La distancia entre los puntos de control en zonas concurridas no supera los 100 metros.
La pausa del bocadillo
El descanso f¨ªsico y mental de los 700 trabajadores de la empresa municipal se tiene en cuenta. Las rutas constan de intervalos de trabajo de unas dos horas, momento en que el conductor se dirige a una planta de reciclaje a vaciar la carga. ¡°Sirve para destensar m¨²sculos y para que se relajen los trabajadores. Verter los residuos es como un alivio¡±, afirma el encargado.
Retamal acude a la planta a las 5.30 para planificar la jornada y distribuir las rutas a sus compa?eros. Los viajes son de dos tipos: uno convencional que para y vac¨ªa todos los contenedores de una zona en concreto y otro de refuerzo que acude solo a los puntos que saben que son conflictivos, es decir, que se llenan antes porque haya un colegio cerca, una comisar¨ªa o comercios. ¡°Todos los a?os cambian las rutas. La ciudad est¨¢ viva¡±, afirma este encargado de turno, que entr¨® como conductor hace siete a?os y que desde hace cuatro gestiona un equipo de 18 trabajadores. La comunicaci¨®n con los coches sat¨¦lites y con la central es constante. Al final se trata de recoger los residuos cuando es necesario y hacerlo con el menor consumo de gas posible. ¡°Lo ideal es que se vac¨ªen cuando est¨¢n entre la mitad y los tres cuartos de su capacidad¡±, asegura.
Mismo servicio, menos gasto
La b¨²squeda de la eficiencia es constante. Rico, licenciado en Ciencias Qu¨ªmicas, apunta que est¨¢n valorando un cambio de sede. Las naves desde donde parten los camiones se hallan a siete kil¨®metros de Getafe, una distancia que pretende acortar. ¡°El gasto de gas natural comprimido que realizan los 60 veh¨ªculos alcanza los 300.000 kilos al a?o. Si el punto de partida est¨¢ m¨¢s pr¨®ximo a la ciudad, se consume menos¡±, afirma en su despacho. Meticuloso, se?ala una forma de ahorro que puede resultar anecd¨®tica pero que suma: ¡°Los contenedores que se ubican en calles en cuesta se recogen con el cami¨®n poco cargado para que consuma menos¡±.
Su plan de ahorro carece de fundamentalismos. Probaron hace seis a?os la instalaci¨®n de detectores de llenado pero se dieron cuenta de que con las altas temperaturas que se dan en Getafe en verano la basura se ha de recoger cada d¨ªa para evitar malos olores. Rico incide en que los puntos de control est¨¦n limpios y que los contenedores no est¨¦n llenos. ¡°Si un ciudadano se esfuerza en reciclar, lo importante es que tenga sitio para depositar los residuos¡±, asegura mientras bucea en la memoria del a?o pasado, que muestra que los vecinos se encontraron con espacio en los cubos en el 99,5% de las ocasiones.