Cambia tu relaci¨®n con... Las latas
El ciudadano ecorresponsable sabe que los envases met¨¢licos se tiran al contenedor amarillo junto con los de pl¨¢stico y conoce que el contenido de las conservas, una vez abiertas, se debe mantener en fr¨ªo, con su l¨ªquido y fuera de la lata para que no pierda sabor y se evite el desperdicio alimentario
Las latas de conservas constituyen un eficaz sistema para preservar los alimentos entre dos y cinco a?os. Eso s¨ª, cuando se abren, la cuenta atr¨¢s de su caducidad se dispara. Es el momento de saber que hay que mantenerlas en fr¨ªo y que nunca se debe tirar el l¨ªquido que las acompa?a, porque ayuda a mantener sus propiedades organol¨¦pticas (olor y sabor) y a que se pueda comer su contenido hasta cuatro o cinco d¨ªas una vez abiertas. No ocurre lo mismo con las latas de bebidas (consumimos de media unas 190 al a?o por persona, seg¨²n la Asociaci¨®n Latas de Bebidas). Los refrescos apenas aguantan m¨¢s de 48 horas una vez abiertos sin perder todo su aroma, pues su carbonataci¨®n (lo que les da ese toque espumoso junto a las burbujas) se ha escapado. La cerveza a¨²n dura menos.
El material m¨¢s com¨²n con el que se hacen las latas es el aluminio, un metal que puede reciclarse casi de forma infinita sin perder sus cualidades. Las de conservas, adem¨¢s, est¨¢n hechas de hojalata. Todos estos recipientes son herm¨¦ticos y est¨¢n esterilizados para matar cualquier organismo. Resulta tan perfecto este envase que incluso hay aficionados a la gastronom¨ªa en Francia que comen latas de sardinas de hace 10 a?os. Se llaman millesim¨¦ (de a?ada) y existe una empresa conocida como La Perle des Dieux que las comercializa. Pero no todos los envases met¨¢licos son iguales ni tienen las mismas propiedades. Un refresco aguanta menos de un a?o (sin abrir) y no mantiene su contenido como un bote de ma¨ªz o de tomate frito, por ejemplo.
Pero s¨ª tienen en com¨²n su capacidad aislante y su robustez (pueden soportar m¨¢s presi¨®n que un neum¨¢tico y hasta 300 kilos de peso), lo que facilita su almacenamiento y traslado, y evita el desperdicio alimentario, algo que siempre tienen en cuenta los ecorresponsables. Su dise?o ha ido evolucionado hasta hacerse m¨¢s fino y ligero. Es menos cortante, m¨¢s ergon¨®mico, y mucho m¨¢s reciclable. ¡°En las plantas de tratamiento de residuos no se escapa ni una gracias a los imanes que se utilizan en el proceso de selecci¨®n y separaci¨®n¡±, comenta Gabriel Ballester, director general de Auxiliar Conservera, que lleva dise?ando estos envases desde 1961.
Pablo Garc¨ªa y Jorge P¨¦rez tambi¨¦n se han sumado al infinito universo de las latas. Amigos desde los tiempos de guarder¨ªa, este t¨¢ndem valenciano, ambos de 25 a?os, comparte las mismas aficiones, como la escalada, el surf, el monopat¨ªn, el buceo o acampar en autocaravana. Pero tambi¨¦n aplican la misma actitud ecorresponsable tanto dentro como fuera de casa. En cada uno de sus hobbies, mantienen el compromiso con el cuidado del planeta. ¡°?C¨®mo no vamos a reciclar? si estamos todo el d¨ªa en la naturaleza. Cada vez que convocan una recogida de basuraleza nos apuntamos¡±, dice P¨¦rez. Latas de refresco oxidadas, trozos de tela, envoltorios... Da igual el entorno, todo lo que se cruce en su camino va a parar a una bolsa que despu¨¦s tiran al contenedor correspondiente. ¡°Solemos dormir cerca de miradores, all¨ª es dif¨ªcil encontrar cubos de reciclaje. Por eso tiramos las bolsas en alg¨²n pueblo o ciudad. No cuesta nada hacer ese peque?o esfuerzo¡±, explica Garc¨ªa. Incluso aprovechan cuando est¨¢n subidos a la tabla. ¡°Si veo alguna botella o un trozo de cuerda me la guardo en la capucha del neopreno. Es tremendo verlo en medio del mar¡±, a?ade.
Las latas que consumen Pablo Garc¨ªa y Jorge P¨¦rez
Durante sus viajes en furgoneta camperizada suelen consumir todo tipo de comida y bebida enlatada: sardinas, at¨²n, mejillones, fabada, potaje, lentejas, refrescos... Tienen que rendir bien entre las olas, por eso apuestan por alimentos que aporten grasas y prote¨ªnas. ¡°Necesitamos mucha energ¨ªa para una mayor resistencia¡±, justifica Garc¨ªa (en la foto, a la izquierda). Aunque confiesan no tener mucha ma?a a la hora de cocinar, s¨ª cumplen religiosamente con la separaci¨®n y reciclaje. ¡°Sabemos que todos los envases de metal van al amarillo, incluso la crema solar en espray¡±, responden cuando se les intenta poner a prueba. Est¨¢n orgullosos de su conocimiento pero aspiran a alcanzar el nivel de experto. Para ello deben resolver algunas dudas:
Su truco: Evitan comprar platos y cubiertos desechables, por eso utilizan una vajilla met¨¢lica reutilizable e intentan comer directamente desde la propia lata.
?Se puede consumir una lata de at¨²n deformada? ?Y si est¨¢ en mal estado, c¨®mo se recicla?, se pregunta Pablo Garc¨ªa, community manager en una agencia de publicidad.
Se recomienda no ingerir ningún tipo de lata que esté abombada, abollada o con restos de óxido. En ese caso hay que abrirla, vaciar el contenido y tirarlo al contenedor orgánico (marrón). El envase, aunque esté deformado, deberá colocarse en el amarillo. En estos casos, la humedad ha podido corroer el metal y provocar que estén en mal estado. Aunque aparentemente no le haya pasado nada al producto, es posible que la lata haya dejado de ser hermética por un golpe y el alimento haya entrado en contacto con alguna bacteria, como la toxina botulínica. “Eso es porque ha perdido su estanqueidad y se ha contaminado. Para prevenir sustos, mejor deshacerse de ella”, dice Ballester.
Las primeras latas de conservas empezaron a comercializarse a partir de 1813. Eran muy pesadas y para abrirlas se tenía que usar un escoplo y un martillo. “Antes se soldaban a mano y se echaban a puñados en un camión. Cada conservería tenía su propia hojalatería, era un trabajo muy manual hasta que llegó la soldadura eléctrica en los setenta. Gracias a este avance se pueden fabricar 1.200 envases en un minuto”, explica Ballester.
El proceso de reciclaje de una lata apenas emplea un 5% de la energía que se consume a la hora de producir metal virgen. En las instalaciones de reciclado, las latas se compactan en grandes bloques, se trituran en piezas más pequeñas y se funden para eliminar lacas, barnices o pinturas. Después, se moldean para su nueva vida.
ENVASES
Lata
ORG?NICO
Restos de at¨²n
?ltimamente me he fijado que algunas latas han incorporado un nuevo sistema de apertura en la tapa, como un papel muy fino. ?Qu¨¦ material es? ?Se tira al amarillo tambi¨¦n?, se cuestiona Jorge P¨¦rez, trabajador en Amazon.
Sí, esa lámina tan ligera en forma de tapa es de aluminio y también se tira en el contenedor amarillo. Se trata de un nuevo cierre mucho más sencillo y seguro para el consumidor, ya que apenas corta. Gracias al ecodiseño, la cantidad de plástico utilizada es mucho menor sin que la calidad del envase disminuya. Se reduce el uso de materias primas y el impacto medioambiental.
Cuando una lata se abre, el alimento deja de estar protegido. Nunca hay que dejar los envases abiertos en la nevera, esto hará que se oxiden por la humedad, y el hierro o el estaño darán un regusto metálico. Lo ideal es guardar el contenido en un táper o en un recipiente de cristal en la parte inferior del refrigerador (es la que mantiene los alimentos a una temperatura más baja). Y no tirar el líquido que las acompaña, porque será la clave para que se mantenga la textura y su sabor.
ENVASES
Tapa de aluminio
Siempre llevamos insecticida para espantar a los mosquitos y crema solar en espray, porque es m¨¢s f¨¢cil de aplicar. Pero, ?qu¨¦ pasa si quedan restos de producto en el interior? ?D¨®nde habr¨ªa que tirar los botes?, a?ade Garc¨ªa.
Todos los aerosoles hechos de metal son reciclables siempre y cuando estén vacíos. Y se depositarán en el amarillo (el tapón de plástico también). Pero cuidado, aquellos envases que aún contengan restos de producto deberán llevarse a un punto limpio. Si se mezclan con otras sustancias pueden resultar inflamables, tóxicos o corrosivos. Durante su proceso de reciclado, estos botes metálicos se vacían, limpian, trituran y funden.
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, los protectores solares también tienen fecha de caducidad. Suelen durar hasta tres años si no están abiertos y han sido correctamente almacenados. Si han estado expuestos al calor o a la luz solar directa, es probable que hayan perdido su eficacia y no proporcionen la protección debida. Lo mismo ocurre con las cremas del verano anterior. Una vez abiertas, suelen durar entre seis y diez meses. Para comprobarlo, el color es una prueba infalible: si ha adquirido un tono amarillo o si su textura se ha vuelto más pastosa hay que comprar otra.
ENVASES
Bote de insecticida
ENVASES
Crema solar
ENVASES
Tap¨®n de pl¨¢stico
Cada vez que nos vamos de viaje solemos tomar como aperitivo patatas fritas con mejillones, aceitunas y cerveza. Antes de dejar las latas en la bolsa para reciclarlas les damos un agua, pero no s¨¦ si es necesario, dice P¨¦rez.
No, no lo es. Es un desperdicio de agua prescindible. Hay que depositarlas directamente en el cubo amarillo (la bolsa de patatas fritas también). En las instalaciones de reciclado las latas pasarán por un lavado industrial antes de separarlas y triturarlas para convertirlas en materia prima reciclada.
Lo que sí se puede lavar con un poco de agua y jabón es la tapa de un refresco antes de abrirlo. Así nos aseguramos de que las bacterias que se puedan encontrar en el exterior no entren en contacto con la boca. Aunque lo mejor siempre será verter el líquido en un vaso.
ENVASES
Lata
ENVASES
Bolsa de snacks
ENVASES
Lata de bebida
C¨®mo gestionar estos envases met¨¢licos y otros residuos que se generan
ENVASES
Latas, botes met¨¢licos, tapones de pl¨¢stico
PAPEL Y CART?N
Envoltorio de cart¨®n
ORG?NICO
Alimentos caducados