?Qui¨¦n quiere pasar sed y malgastar agua?
Nadie. Ni las personas ni los pa¨ªses. Sin embargo Espa?a, aunque no quiera, lo hace en parte con una de las mayores huellas h¨ªdricas del planeta. Modelo ¡®como si no hubiese un ma?ana¡¯ que empieza a cambiar junto con la mentalidad, la tecnolog¨ªa y el convincente argumento de que no hay otra
El objetivo es dejar huella (en gesti¨®n sostenible) dejando mucha menos huella (h¨ªdrica).
Este ¨ªndice medioambiental mide el volumen de agua dulce necesario para producir los bienes y servicios que consume una persona, una empresa, un sector¡ Por ejemplo, en un hospital ser¨ªa la suma de la que beben pacientes y personal, la que usan laboratorios, aseos, limpieza, la cafeter¨ªa o el riego, m¨¢s el agua empleada para producir la energ¨ªa y fabricar todo el material m¨¦dico, las medicinas o la comida.
Se proyecta esa cuenta a todo un pa¨ªs y tenemos a Espa?a en el n¨²mero ocho del mundo y el segundo en Europa con mayor huella h¨ªdrica. Una posici¨®n poco honrosa si comparamos nuestra escasez con los empapados pa¨ªses del norte. ¡°Cada vez somos m¨¢s Espa?a seca, y estresada porque nuestra demanda es superior a nuestro recurso¡±, apunta Amelia P¨¦rez Zabaleta, directora de la C¨¢tedra de Econom¨ªa del Agua, Fundaci¨®n Aquae-UNED.
Una piscina ol¨ªmpica cada vecino
Seg¨²n Water Footprint Network (WFN), los espa?oles consumen productos y usan servicios que equivalen a 6.700 litros promedio por persona y d¨ªa, casi una piscina ol¨ªmpica anual, mientras Naciones Unidas calcula que, de no cambiar el rumbo, el 65% de la poblaci¨®n espa?ola sufrir¨¢ estr¨¦s h¨ªdrico pasado ma?ana, en 2030.
La huella h¨ªdrica es un indicador fundamental para la sostenibilidad en la cadena de suministro. Si una compa?¨ªa exige a sus proveedores una gesti¨®n responsable, el efecto se transmite en cadenaYago Lorenzo, responsable de proyectos en Cetaqua Galicia
Una porci¨®n de esa huella se importa junto con los productos fabricados fuera, cierto, pero a¨²n as¨ª gran parte de la responsabilidad queda en casa por el consumo dom¨¦stico, el industrial/empresarial y, sobre todo, el agr¨ªcola-ganadero con un 75% de todo el consumo acu¨¢tico (WFN calcula en 15.500 los litros que necesita la producci¨®n de un kilo de carne vacuna, 140 litros una taza de caf¨¦ y de 8.000 a 10.000 unos vaqueros), adem¨¢s de la gesti¨®n nacional desde las leyes por arriba al estado de las tuber¨ªas de suministro por debajo.
¡°Antes de que llegue al consumidor, se pierde el 23% del agua producida en Europa, las fugas en las redes espa?olas de distribuci¨®n se sit¨²an entre el 30% y el 40%¡±, apunta Xavier Armengol, vicepresidente de Industria en Schneider Electric Iberia, una especialista en tecnolog¨ªa h¨ªdrica multipremiada por su aportaci¨®n al cambio de modelo.
No todos los datos encogen tanto el est¨®mago. En Espa?a el consumo para beber y asearse se sit¨²a en 138 litros diarios por persona, cuando la ONU fija en 100 la cantidad media razonable. Un nivel mejorable pero no desmesurado, teniendo en cuenta que el despilfarro no sale caro por las tarifas bajas. ¡°Cualquiera sabe el precio de la luz y se preocupa por el gasto, pero poca gente conoce el del agua, por barata¡±, tercia P¨¦rez Zabaleta.
M¨¢s precio para menos sed
La experta sostiene que el cambio de rumbo exige plantearse el aumento de las tarifas para cubrir ¡°no solo el coste del recurso sino todos los dem¨¢s, los financieros, de las infraestructuras o los ambientales¡±. Para reinversi¨®n en el modelo sostenible, y como estimulo para autocontrol del grifo o la manguera.
Pero todos los datos anteriores pueden resultar en cierto sentido positivos, al menos desde la perspectiva de los especialistas en gesti¨®n. P¨¦rez Zabaleta explica ese aparente contrasentido:
El cambio clim¨¢tico y la pandemia han puesto sobre la mesa de forma descarnada el problema del agua para que enfoquemos por fin toda la voluntad y todos los recursos en las solucionesAmelia P¨¦rez Zabaleta, directora de la C¨¢tedra de Econom¨ªa del Agua Fundaci¨®n Aquae-UNED
Ella recuerda los tiempos en que la estrategia nacional solo persegu¨ªa el aumento de la oferta, no gestionar la demanda; el enfoque pantano, para entendernos, cuando la econom¨ªa no formaba parte real de la gesti¨®n. Avanz¨® despacio el cambio de mentalidad y en 2002 nace el concepto de huella h¨ªdrica, bastante anterior al de huella de carbono.
De cinco a?os a esta parte la confluencia de factores favorables se acelera: el foco en la gesti¨®n econ¨®mica, la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de acceso al agua y saneamiento (hay un D¨ªa Mundial del Retrete, el 19 de noviembre), los fondos europeos del plan de recuperaci¨®n, la estrategia espa?ola de econom¨ªa circular con el agua entre sus prioridades, los proyectos paneuropeos como los Horizonte 2020 para dise?ar nuevos modelos de negocio, la eclosi¨®n tecnol¨®gica en todos los sectores h¨ªdricos, la conciencia ciudadana y la reacci¨®n de una vanguardia empresarial con efecto arrastre.
¡°Esos datos de huella y escasez pueden impresionar, pero el cambio clim¨¢tico y ahora tambi¨¦n la pandemia han puesto sobre la mesa de forma descarnada el problema del agua para que enfoquemos por fin toda la voluntad y todos los recursos en las soluciones¡±, explica la investigadora.
Yago Lorenzo, responsable de proyectos en Cetaqua Galicia, comparte esa impresi¨®n. Cetaqua es un centro tecnol¨®gico de I+D+i h¨ªdricos que impulsa la red EsAgua para asesorar a las empresas en medici¨®n de su huella h¨ªdrica, incluida la posibilidad de certificaci¨®n. ¡°En poco m¨¢s de un a?o se han multiplicado las consultas desde Espa?a y tambi¨¦n Latinoam¨¦rica. Empezamos a o¨ªr hablar de huella h¨ªdrica con la misma naturalidad que de huella de carbono¡±, asegura.
Efecto en cadena (de suministro)
Esa asesor¨ªa ayuda a mejorar procesos para ahorrar, pero sobre todo permitir¨¢ un salto de escala: ¡°La huella h¨ªdrica es un indicador fundamental para la sostenibilidad en la cadena de suministro. Si una compa?¨ªa, sobre todo grande, exige a sus proveedores una gesti¨®n responsable, el efecto se transmite en cadena. Ya lo estamos viendo¡±, apunta Lorenzo. ¡°Otro gran paso ser¨¢ bajar del nivel industrial a las estanter¨ªas de los supermercados con etiquetas que especifiquen cu¨¢nta agua ha gastado la producci¨®n¡±. Algunas empresas textiles lo hacen motu proprio, no porque les obligue la ley.
La ley no obliga a¨²n pero lo har¨¢, seg¨²n el World Business Council for Sustainable Development y algunas reglas b¨¢sicas de la econom¨ªa. La escasez de agua aumentar¨¢ su precio y por tanto los costes de producci¨®n, la competencia por el abastecimiento y la dureza de la regulaci¨®n ambiental. Los consumidores tendr¨¢n en cuenta a qui¨¦n compran, y los inversores a quien financian en funci¨®n de la responsabilidad h¨ªdrica, advierte el Council. ¡°Sin agua, no hay empresas¡±, dec¨ªa en una entrevista reciente el profesor Andrew J. Whelton, uno de los grandes pensadores del nuevo modelo.
Son inagotables las posibilidades de la digitalizaci¨®n aplicada al ciclo integral del agua para optimizar la gesti¨®n y visualizar a trav¨¦s de datos fiables y contextualizados todo el procesoXavier Armengol, vicepresidente de Industria en Schneider Electric Iberia
Queda casi todo por hacer, pero no lo que ya se hace. Xavier Armengol considera inagotables las posibilidades de una digitalizaci¨®n acelerada ¡°aplicada al ciclo integral del agua para optimizar la gesti¨®n y visualizar a trav¨¦s de datos fiables y contextualizados todo el proceso. No solo permite detectar y solucionar fallos y fugas, sino predecirlos, adem¨¢s de un suministro seguro, sostenible y eficiente o avanzar hacia el vertido cero¡±.
La gesti¨®n digital mediante contadores inteligentes y sensores puede combinarse con t¨¦cnicas como embutir tuber¨ªas de carbono en los tramos da?ados de las viejas canalizaciones, lo que permite evitar obras de reparaci¨®n o sustituci¨®n bastante m¨¢s aparatosas.
El campo digital
Armengol se?ala el gran desaf¨ªo de la digitalizaci¨®n agr¨ªcola ¡ªuna de las prioridades del dinero europeo¡ª, que ha permitido a empresas como Waterforce reducir sus costes energ¨¦ticos a la mitad. La bodega Cvne dice ser capaz de producir vino con la mitad de la huella h¨ªdrica que la media vin¨ªcola en Espa?a. Y este tipo de titulares puede atraer a otros sectores agrarios tradicionales que, m¨¢s que miedo al cambio, deben de estar asustados por la enorme inversi¨®n necesaria para implantar, y saber usar, la nueva tecnolog¨ªa. Por ejemplo, sens¨®rica, drones e im¨¢genes de sat¨¦lite que precisan la necesidad de riego en cada ¨¢rea de cultivo.
Por su parte, el negocio de Agua de Acciona, la primera compa?¨ªa espa?ola en el exclusivo club de la Water A List por su gesti¨®n h¨ªdrica, asegura que la tecnolog¨ªa pronto permitir¨¢ un salto de escala en el rendimiento y una ca¨ªda de los precios en el servicio de depuradoras, potabilizadoras y desaladoras. A medio plazo asoma el desarrollo de materiales con memoria de forma capaces de autorrepararse (4D) para fabricar tuber¨ªas y Whelton conf¨ªa en que la captaci¨®n de agua en la humedad del aire sea operativa, y disruptiva, sin esperar demasiado.
?Llegaremos a tiempo? P¨¦rez Zabaleta es moderadamente optimista. ¡°Creo en la capacidad de adaptaci¨®n del ser humano, porque no hacerlo no es una opci¨®n. Tenemos poca memoria, pero hay muchos ejemplos de respuestas a grandes retos, como cuando en el siglo XIX Madrid tuvo un problema gord¨ªsimo de agua y construy¨® el Canal de Isabel II¡±. Ahora hay que repetir esa historia, pero en todo un pa¨ªs.
Contenedores de medicinas, biofactor¨ªas, autodepuraci¨®n, sat¨¦lites y agua para Do?ana
- En el primer trimestre de 2021, el grupo farmacéutico Novartis consumió un 43% menos de agua que al año anterior, en el objetivo de reducirlo un 50% no solo en España sino en todo el mundo de aquí a 2025, además de minimizar el impacto ambiental de los efluentes (las aguas procedentes de las instalaciones industriales) y alcanzar la neutralidad hídrica en 2030 (generar tanta agua de calidad como la que consume). Para lograrlo combina varios programas, por ejemplo mejorar la logística y la producción de medicamentos para reducir más de diez veces el número de contenedores y por tanto la necesidad de lavarlos. Sustituir los antiguos grifos por otros automáticos con inyección de corriente de aire, que reducen el consumo. O eliminar el papel en los documentos, trámites y materiales impresos como los dirigidos a los profesionales sanitarios. La producción de papel es una de las industrias con mayor huella hídrica.
- La NASA, la Agencia Espacial Europea, el Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas de Francia o el Instituto de Investigación y Tecnología Alimentarias (IRTA) español, entre otros organismos, desarrollan un proyecto en Plan d’Urgell (Lérida) para estudiar los efectos del cambio climático en la demanda de agua de los cultivos. Investiga la interacción entre los distintos usos del suelo y la atmósfera y emplea tecnologías como sensores térmicos, radares y análisis hiperespectral para medir la evaporación, la transpiración, la humedad del suelo y la fotosíntesis, cuyos datos usarán los satélites meteorológicos para los modelos predictivos.
- Heineken ha devuelto más de mil millones de litros de agua limpia a los humedales de Doñana y quiere repetir con 430 millones (172 piscinas olímpicas) para ayudar a recuperar un entorno natural ocupado por una especie invasora de caña.
- Agbar promueve en España biofactorías —la versión evolucionada de la depuradora— que con los residuos de la depuración produce suficiente biogás para autoabastecerse de energía y otros productos útiles como ácidos grasos volátiles. La ley española aún no permite el consumo humano de agua regenerada a partir de la residual, mientras en países como Singapur, obligado a importar agua potable, el presidente se bebe un vaso frente a las cámaras. A cambio, Cetaqua desarrolla aquí tecnologías para recargar acuíferos con ese caudal reciclado.