As¨ª act¨²a uno de los mejores equipos m¨¦dicos ante un ataque card¨ªaco
El reconocimiento internacional por sus logros m¨¦dicos, pero tambi¨¦n el de sus pacientes gracias al servicio integral que reciben en caso de infarto han convertido al equipo del Servicio de Cardiolog¨ªa del Hospital Lucus Augusti de Lugo en un referente del coraz¨®n. Detr¨¢s est¨¢n profesionales que explican sus motivaciones cuando llevan la bata y qu¨¦ hacen en su d¨ªa a d¨ªa cuando se la quitan
El Servicio de Cardiolog¨ªa del Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) de Lugo ha sido reconocido dentro y fuera de Espa?a por su trabajo. Especialmente desde que experiment¨® un proceso de modernizaci¨®n al pasar del Hospital Xeral al nuevo Lucus Augusti en 2011. El jefe de servicio, Carlos Gonz¨¢lez Juanatey, saca pecho ante el esfuerzo de su equipo: ¡°Nuestra experiencia y resultados son comparables a los de cualquier hospital de nuestro pa¨ªs¡±, remarca este m¨¦dico que tambi¨¦n re¨²ne en su curr¨ªculum algunos hitos de la cardiolog¨ªa en Espa?a. Junto con la innovaci¨®n, el abordaje global e inmediato de las emergencias card¨ªacas desde una perspectiva lo m¨¢s humana posible es otra de sus se?as de identidad. Por algo, el lema de este centro es Cuidamos tu coraz¨®n con el nuestro.
Pulsa el ¡®play¡¯ para visitar el Hospital Lucus Augusti de Lugo de la mano del equipo del Servicio de Cardiolog¨ªa. Sigue leyendo para descubrir sus historias personales
El ¨¦xito de este servicio se basa en tres pilares. El primero, la innovaci¨®n. En 2018 recibi¨® la distinci¨®n Best of the Best del Congreso de la Sociedad de Cardiolog¨ªa Intervencionista de EE UU por su estudio con stents reabsorbibles, peque?os tubos de malla met¨¢lica que se expanden dentro de una arteria y se disuelven cuando han cumplido su funci¨®n. Adem¨¢s, fue el primer servicio gallego en contar con una unidad de rehabilitaci¨®n card¨ªaca, esencial para la recuperaci¨®n de los pacientes tras un infarto.
La segunda, su capacidad para ofrecer un servicio integral en el caso de que una persona sufra un ataque al coraz¨®n y sea trasladado a este hospital. Desde que entra por urgencias, el paciente recibe un tratamiento personalizado y, sobre todo, inmediato, que solo acaba cuando se ha recuperado completamente gracias a la rehabilitaci¨®n. Y la tercera columna sobre la que se sustenta su trabajo reside en el trato que los 22 profesionales que conforman el equipo ofrecen a los que necesitan su ayuda, an¨®nimo para la mayor¨ªa, pero no para los m¨¢s de 20.000 pacientes que atienden al a?o.
Esta es la ocasi¨®n de que los dem¨¢s descubran a estos profesionales, con sus nombres, sus logros, pero tambi¨¦n sus historias personales, como la de Gonz¨¢lez Juanatey quien adem¨¢s de un cardi¨®logo de prestigio, tambi¨¦n es Carlos, el aficionado a la gaita galega; la del m¨¦dico intervencionista Bay¨®n, que al salir del hospital se pone el mandil para ser Jerem¨ªas, el hortelano, o la veterana jefa de celadores Carmen Santiso, que ha encontrado en la pintura un lienzo para rebajar la tensi¨®n del d¨ªa a d¨ªa. En definitiva, una oportunidad para medir las pulsaciones de este vibrante equipo a partir de sus motivaciones, sus temores y sus ilusiones.
Carlos Gonz¨¢lez Juanatey
Jefe del Servicio de Cardiolog¨ªa
Mi hermano mayor es cardi¨®logo tambi¨¦n, fue un espejo en el que mirarme
El doctor Carlos Gonz¨¢lez Juanatey guarda en su curr¨ªculum algunos hitos de la cardiolog¨ªa en Espa?a: junto a un equipo multidisciplinar ha sido uno de los primeros en profundizar en la relaci¨®n que existe entre las enfermedades inflamatorias cr¨®nicas y el desarrollo de dolencias cardiovasculares. Tambi¨¦n fue pionero en encontrar los marcadores que identifican cualquier da?o en las arterias (aterosclerosis) de pacientes con riesgo cardiovascular elevado. ¡°Si identifico la presencia de deterioro en las arterias puedo valorar el riesgo de que sufra un problema de coraz¨®n¡±.
Gonz¨¢lez Juanatey recorre los pasillos del hospital mientras reflexiona sobre la gran responsabilidad que siente al atender con su equipo a m¨¢s de 20.000 pacientes al a?o. Tambi¨¦n expresa su preocupaci¨®n por aquellos que desafortunadamente no llegan con vida al centro tras un episodio card¨ªaco: ¡°Uno de cada tres pacientes fallece antes de llegar al hospital¡±, se lamenta. Por eso, ha convertido el evitar que esas vidas se pierdan en su mayor desaf¨ªo.
Lo de acabar cuidando los corazones de los dem¨¢s le viene de familia: ¡°Mi hermano mayor es cardi¨®logo tambi¨¦n y, aunque yo ten¨ªa claro que quer¨ªa ser m¨¦dico, ¨¦l fue un espejo en el que mirarme¡±. Cuando sale del hospital, Gonz¨¢lez Juanatey dedica tiempo a la actividad f¨ªsica. Cuenta que siempre disfruta de un buen partido de tenis: ¡°Jugu¨¦ mucho durante mis a?os de juventud¡±, relata, aunque ahora lo combina con el p¨¢del. Su mayor pasi¨®n, sin embargo, est¨¢ alejada de la pista y muy pegada a la tierra: ¡°Me gusta mucho la m¨²sica tradicional gallega y toco la gaita¡±, revela. Esta particular afici¨®n, asegura, le relaja mucho y con ella ameniza las reuniones familiares. ¡°Tocarla es un momento especial del d¨ªa. M¨¢s enxebre [tradicional en gallego] no puedo ser¡±, finaliza.
Javier D¨ªaz
Supervisor de Enfermer¨ªa en Cardiolog¨ªa
Todos hemos sido pacientes de Urgencias. Conocemos el miedo con el que uno llega
Javier D¨ªaz se encuentra en una de las salas de hemodin¨¢mica para hablar de su trabajo, justo antes de que llegue una paciente. En ese espacio, este Supervisor de Enfermer¨ªa de Cardiolog¨ªa Hemodin¨¢mica y su equipo se encarga de realizar cateterismos card¨ªacos, intervenciones en las que una fin¨ªsima sonda viaja por las arterias hasta llegar al coraz¨®n para observar de cerca su funcionamiento, y que se realiza de urgencia cuando llega un paciente.
En esta operaci¨®n, que requiere la m¨¢xima concentraci¨®n y ha de hacerse con rapidez, D¨ªaz se muestra tranquilo. La profesionalidad y la costumbre de quien lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas como enfermero le proporcionan el temple que necesita, aunque sea un perfeccionista: ¡°Nunca estamos libres de los nervios porque queremos hacerlo todo perfecto para el paciente. Por eso tenemos que aprender a sosegarnos. Estamos con un ojo en ¨¦l y otro en el monitor¡±, reconoce.
Por sus manos pasan m¨¢s de 1.500 personas al a?o: ¡°Lo primero es tranquilizarlas y ense?arles el lado humano, porque lo que ven es maquinaria y pantallas, y escuchar¨¢n todo tipo de ruidos¡¡±. Tambi¨¦n ser conscientes de que est¨¢n sufriendo y solidarizarse con ellos: ¡°Les decimos: ¡®El dolor que tienes se te va a ir pasando, todo ir¨¢ bien¡±. Como supervisor de Enfermer¨ªa, su responsabilidad es coordinar y gestionar un equipo formado por tres personas en el servicio de guardia, uno de los m¨¢s intensos del hospital, pero tambi¨¦n de los que mejor permite conocer a los pacientes. Ponerse en su piel le resulta f¨¢cil: ¡°Todos hemos sido alguna vez usuarios de Urgencias y conocemos el miedo con el que uno llega... Si yo puedo ayudar a que se sientan la mitad de bien que cuando me han atendido, habr¨¢ merecido la pena¡±.
D¨ªaz reconoce con una sonrisa ir¨®nica que su labor es tan exigente que le es dif¨ªcil desconectar del todo. Para relajarse, este enfermero disfruta de largos paseos con sus perros por la monta?a. Pero su secreto para romper del todo es la actividad f¨ªsica: ¡°La m¨¢s intensa, que se te canse el cuerpo y que la cabeza descanse con ¨¦l tambi¨¦n¡±.
Carmen Santiso
Jefa de Celadores
Que te escuchen, a veces, vale m¨¢s que tomar una aspirina
Las manos de la jefa de celadores del Lucus Augusti esconden un talento especial para el arte. Fuera del hospital, Santiso es artista. Le encanta la pintura abstracta. ¡°Me gusta mucho el color¡±, comenta esta celadora, concienzuda y meticulosa. Reconoce que pinta ¡°con las manos¡±, las mismas que acompa?an y ayudan h¨¢bilmente a miles de pacientes desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas. Y las artes pl¨¢sticas se han convertido en su mejor terapia: ¡°Dependiendo del d¨ªa que haya tenido o las circunstancias que se hayan dado a lo largo de la semana, necesito despejar la cabeza¡±.
El d¨ªa a d¨ªa, el n¨²mero de pacientes, la carga de trabajo, el estr¨¦s... Todo hace que la jornada se vuelva m¨¢s gris a ojos de esta profesional. Y ella busca una salida a ese mundo triste: ¡°Dejo llevar mis manos, no pienso en nada. Pinto conforme va saliendo. Intento meter color siempre, puesto que lo oscuro ya est¨¢ siempre est¨¢ en mi cabeza¡±, confiesa. Esta bilba¨ªna lleg¨® a Lugo desde Vitoria, donde estudiaba la carrera de Historia, hace casi 35 a?os, para acompa?ar a su marido a la ciudad gallega. Antes de instalarse, no se hab¨ªa planteado ser celadora: ¡°No sab¨ªa que exist¨ªa este trabajo¡±, reconoce. Ahora, sin embargo, no lo cambiar¨ªa por nada. ¡°El trato con la gente es lo mejor de esta profesi¨®n. Que te escuchen, a veces, vale m¨¢s que tomar una aspirina¡±.
Maribel Imedio
Fisioterapeuta de la Unidad de Rehabilitaci¨®n Card¨ªaca
No es f¨¢cil implantar h¨¢bitos saludables en una sociedad que busca lo contrario
Maribel Imedio ayuda desde hace ocho a?os a los pacientes que han sufrido un infarto a volver a su vida normal lo m¨¢s r¨¢pido posible. Esta fisioterapeuta trabaja en la Unidad de Rehabilitaci¨®n Card¨ªaca con ellos desde el momento en el que reciben el alta. A partir de entonces se enfrentan a la ¨²ltima fase del proceso: la recuperaci¨®n. ¡°Nosotros decimos que esa ¨²ltima etapa es el resto de sus vidas¡±, destaca Imedio en referencia a que tendr¨¢n que cuidarse para siempre.
En las salas de fisioterapia ense?a a sus pacientes ejercicios b¨¢sicos de rehabilitaci¨®n, pero tambi¨¦n dietas adaptadas. Esa vuelta a la normalidad, explica, empieza por peque?as mejoras en sus h¨¢bitos. Un buen pu?ado de cambios que ella misma ha ido incorporando a su cotidianidad: ¡°He cambiado mi forma de alimentarme, de hacer ejercicio, de intentar relajarme y mantener el estr¨¦s a raya¡±, admite.
Imedio se ha propuesto llevar ese discurso de h¨¢bitos saludables a su familia. Especialmente a sus dos hijas adolescentes para que coman sano, dejen la consola, jueguen en la calle y hagan ejercicio. ¡°Yo se lo transmito con mi ejemplo, en casa, y aunque los adolescentes siempre dicen que no a todo, espero que mi trabajo con ellos d¨¦ su fruto¡±, afirma esperanzada. Sin embargo, se lamenta de que no todo el mundo piense igual. ¡°No es f¨¢cil implantar los h¨¢bitos saludables en ellos estando en una sociedad que busca todo lo contrario¡±, se lamenta.
Jerem¨ªas Bay¨®n
M¨¦dico hemodinamista
Siempre se habla de que el tiempo es oro. Para nosotros, el tiempo es m¨²sculo
Octubre es mes de peras, mandarinas y membrillos. Lo sabe bien Jerem¨ªas Bay¨®n, m¨¦dico hemodinamista que, cuando no est¨¢ en el hospital inmerso en las meticulosas intervenciones cardiovasculares m¨ªnimamente invasivas que realiza cada d¨ªa, pasa horas y horas cultivando frutas y hortalizas: ¡°[Mi mujer y yo] tenemos un invernadero donde crecen tomates, lechugas y acelgas¡±, relata este cardi¨®logo, que agradece esos ratos ¡°sin medicina de por medio, ni dolor, ni sufrimiento¡± como contrapunto al frenetismo de su jornada. Las arduas pero gratificantes tareas del campo junto con el cuidado de sus hijos y alguna que otra panchanga de baloncesto son las maneras que tiene Bay¨®n para rebajar la tensi¨®n que genera asistir a personas con graves problemas de coraz¨®n.
En su profesi¨®n, cada segundo es esencial para lograr el ¨¦xito en cualquier intervenci¨®n. ¡°Siempre se habla de que el tiempo es oro, pero para nosotros el tiempo es m¨²sculo¡±, explica. Una poderosa met¨¢fora con la que Bay¨®n resalta la importancia que tiene la capacidad de actuar lo antes posible para salvar esa vida. Una labor que se apoya no solo en los conocimientos cient¨ªficos, sino tambi¨¦n en el control de los nervios: ¡°Lo que m¨¢s valoran los pacientes es que les transmitas seguridad¡±, dice este cardi¨®logo acostumbrado a tratar con personas que llegan al hospital con miedo tras haber sufrido un infarto. Muchos, a?ade, lo hacen en una situaci¨®n muy mala.
Antes de despedirse, este m¨¦dico y hortelano en sus ratos libres deja un consejo para todos: ¡°Ante cualquier malestar, como si te pusieran una piedra en el pecho que no te dejara respirar bien durante m¨¢s de cinco minutos, acude a un m¨¦dico. El tiempo es fundamental¡±.