Pescado de acuicultura: clave para el futuro de la dieta mediterr¨¢nea y de nuestra salud
La dieta mediterr¨¢nea, en la que juegan un papel fundamental los pescados, tiene efectos positivos m¨¢s que evidentes para la salud: menor riesgo de obesidad, infartos, diabetes, depresi¨®n o demencia, entre otros. La acuicultura, que ya aporta la mitad del pescado que consumimos, se presenta como la garant¨ªa sostenible para cubrir la demanda mundial de este alimento y, por lo tanto, como el ¡®seguro de vida¡¯ que proporcionar¨¢ salud para todos
Ancel Keys es el nombre de un bi¨®logo estadounidense que seguramente no le suene a la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n. ?l fue el responsable, a finales de los a?os 50, de demostrar al mundo los beneficios para la salud de uno de los grandes buques insignia de nuestra cultura: la dieta mediterr¨¢nea. Parad¨®jicamente, tuvo que ser un se?or de la fr¨ªa Minnesota quien acu?¨® en la vieja Europa el t¨¦rmino que define no solo lo que comemos, sino tambi¨¦n el estilo de vida y las tradiciones culinarias que nos caracterizan desde la ¨¦poca de los fenicios. Su tratado epidemiol¨®gico, El estudio de los siete pa¨ªses, demostr¨® que el tipo de alimentaci¨®n de la cuenca mediterr¨¢nea estaba estrechamente asociado con un menor riesgo de enfermedad coronaria y, en consecuencia, con una alta esperanza de vida.
Aquello fue el pistoletazo de salida para una infinidad de estudios que vendr¨ªan despu¨¦s y que han corroborado la vinculaci¨®n de este patr¨®n alimenticio con la reducci¨®n de la mortalidad: disminuye el riesgo de obesidad y el s¨ªndrome metab¨®lico, rebaja la tensi¨®n arterial y los niveles de colesterol, previene el envejecimiento celular y el deterioro cognitivo, fortalece el sistema inmune, la masa ¨®sea y un largu¨ªsimo etc¨¦tera de beneficios para la salud. Pero el mejor legado de Ancel Keys fue sin duda predicar con el ejemplo: fiel a los h¨¢bitos que eran objeto de sus investigaciones, aplic¨® a su vida todo lo aprendido y falleci¨® mientras dorm¨ªa reci¨¦n cumplidos los 101 a?os.
Tres o cuatro raciones a la semana, el mejor h¨¢bito
Uno de los grandes secretos de aquel estudio emerg¨ªa precisamente de ese Mare nostrum (literalmente, ¡°mar nuestro¡±) que acaricia la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y que daba nombre al patr¨®n alimentario m¨¢s saludable del planeta. El consumo de pescado, fuente de prote¨ªna de alta calidad y de gran digestibilidad, repleto de grasas saludables (omega-3), vitaminas y minerales, se convert¨ªa en el gran pilar de esta dieta.
La rotundidad con la que los resultados de las investigaciones cient¨ªficas demostraban la estrecha vinculaci¨®n de este alimento con el incremento de la esperanza de vida (ya se sabe, en Jap¨®n, ejemplo de longevidad en la poblaci¨®n, el pescado es algo m¨¢s que un alimento) convenci¨® incluso a la OMS, que respond¨ªa recomendando el consumo de tres o cuatro raciones de pescado por semana (dos de ellas, de pescado azul).
Aqu¨ª precisamente hay que hacer un par¨®n para darle un tir¨®n de orejas a los espa?oles. En los ¨²ltimos a?os el consumo de pescado ha descendido notablemente (un 30% en una d¨¦cada, seg¨²n el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n) y sobre todo entre las generaciones m¨¢s j¨®venes, un mal h¨¢bito que urge remediar. Recuperar las tres o cuatro raciones semanales que recomienda la OMS proporcionar¨¢ sin lugar a duda el mejor seguro de vida para la poblaci¨®n.
Un estilo de vida que nos aporta bienestar
La dieta mediterr¨¢nea no es solo un grupo de alimentos con unos nutrientes determinados, tambi¨¦n, y fundamentalmente, es un modo de vida. Comer fuera y exponerse al sol, disfrutando y saboreando diferentes recetas de cada regi¨®n, es otra fuente de vitaminas. Con amigos o en familia, celebrar y compartir una lubina, un rodaballo o una dorada, por ejemplo. Todo eso tambi¨¦n es salud. Socializar en la mesa resulta casi tan importante como la composici¨®n nutricional de la comida, y forma parte de nuestra se?a de identidad cultural.
Seg¨²n la FAO, el consumo mundial de alimentos derivados de animales acu¨¢ticos aumenta a un preocupante ritmo dos veces superior al de la poblaci¨®n mundial, y para 2050 se estima que esta alcanzar¨¢ los 10.000 millones de habitantes. La acuicultura garantiza la presencia de ese alimento
Optar a esas tres o cuatro raciones de pescado a la semana no ser¨ªa posible sin la acuicultura, el cultivo en mares y r¨ªos de pescados y algas para consumo humano. M¨¢s del 50% de los alimentos acu¨¢ticos que se consumen provienen de esta actividad, y en el caso concreto de algunas especies el porcentaje alcanza el 90%. Adem¨¢s, para 2030, en apenas cinco a?os, se prev¨¦ que dos de cada tres pescados en las mesas provendr¨¢n de los cultivos acu¨ªcolas. Estos datos son esperanzadores, ya que representan una garant¨ªa de salud y de un futuro responsable y sostenible.
Variedad de especies y oferta todo el a?o
Esta actividad posibilita tambi¨¦n al consumidor el privilegio de disfrutar de una gran variedad de especies. Alternar durante los 7 d¨ªas raciones de pescado blanco (por ejemplo, un lenguado o una corvina) con otras de azul (como una trucha o at¨²n rojo) es un derroche de salud y un deleite para el paladar que llega gracias a la acuicultura.
El hecho de que sea una actividad que no dependa de la estacionalidad del producto facilita la estabilidad de los precios y que haya una oferta constante de pescado en el supermercado, sin obviar la ventaja de que se trata de un sector que puede anticiparse a ¨¦pocas de gran demanda. Todo ello respetando el crecimiento y ciclo natural de los peces.
Sin acuicultura, el pescado ser¨ªa un lujo
Oc¨¦anos, mares y r¨ªos son una de las principales fuentes de prote¨ªna para los seres humanos, pero la responsabilidad con el medio ambiente dice que los recursos naturales no son infinitos. Precisamente para proteger a las poblaciones silvestres y seguir disfrutando de estos productos del mar que proporcionan nutrientes esenciales para el desarrollo humano y la salud, existe desde hace tiempo en todo el mundo las cuotas m¨¢ximas de pesca permitida.
La acuicultura complementa a la pesca extractiva. Sin su existencia la mitad de la poblaci¨®n no tendr¨ªa acceso al pescado, una escasez que provocar¨ªa que estuvi¨¦ramos semanas sin comerlo, pero que tambi¨¦n se ver¨ªa reflejada en el precio y lo convertir¨ªa directamente en un art¨ªculo de lujo solo al alcance de algunos privilegiados. Afortunadamente, gracias a la acuicultura, este hipot¨¦tico escenario, que tendr¨ªa un impacto negativo en la salud de la poblaci¨®n, est¨¢ lejos de suceder.
Hoy por hoy, se puede decir que hay pescado para todos gracias a la acuicultura.
Garante de la alimentaci¨®n del futuro
El consumo de pescado en todo el mundo ha crecido a lo largo de los a?os: se ha pasado de una media de 9,1 kilos por persona al a?o en 1961 a los 20,7 kilos en 2022. Seg¨²n el ¨²ltimo informe Sof¨ªa (Estado Mundial de la Pesca y Acuicultura 2024) de la FAO, el consumo mundial de alimentos derivados de animales acu¨¢ticos aumenta a un preocupante ritmo dos veces superior al de la poblaci¨®n mundial, y para 2050 se estima que esta alcanzar¨¢ los 10.000 millones de habitantes. Todos estos datos abren un gran interrogante: a este ritmo de consumo, ?habr¨¢ pescado suficiente para alimentar a las generaciones del futuro? El mismo oc¨¦ano, si pudiera hablar, dir¨ªa que solo con la pesca extractiva es inviable. La acuicultura es la actividad clave para garantizar el abastecimiento de productos acu¨¢ticos ahora y en el futuro. Gracias a la acuicultura hay y habr¨¢ pescado para todos. Y, por tanto, m¨¢s salud y longevidad para todos