De rastrear olas a inspirarse en amigos: la vida rutera de Kepa Acero
Este surfero explorador dej¨® la competencia profesional hace 10 a?os para ubicar a trav¨¦s de Google Earth las olas m¨¢s perfectas y complejas del planeta. En medio de la pandemia, recorre Euskadi para encontrarse con aquellas personas que viven la naturaleza con la misma intensidad que ¨¦l
Los que han hablado con Kepa Acero (Algorta, Bizkaia, 1980) ya saben que es imposible mantener conversaci¨®n con ¨¦l si el mar est¨¢ a la vista. Surfista devenido en explorador, Acero tiene una obsesi¨®n por las olas tubulares. Se ha convertido en un estudioso de la materia y dedica su tiempo a rastrear aquellas que rozan la perfecci¨®n y que le permiten meterse bajo el ¡°labio¡± y completar un ¡°tubo¡±, como se conoce en la jerga. Las ubica primero con el sistema de mapas de Google Earth y luego examina minuciosamente la profundidad de la costa, los vientos, las mareas o el calendario lunar para saber cu¨¢ndo podr¨¢ encontrarlas. Desde 2010, con esta excusa, ha recorrido el mundo entero para meterse literalmente dentro de las olas y ha conocido cientos de culturas, paisajes, aventuras, miedos o soledades.
Episodio 1: Unai Basurto, por l conservaci¨®n de los mares
Este verano, dado que la covid-19 lo obligaba a quedarse en casa, ha decidido recorrer sus lugares favoritos de Euskadi en una furgoneta Ford Tourneo Custom Hybrid. Con una particularidad: reencontrarse con amigos que lo inspiran a la hora de pensar en el planeta. ¡°Quer¨ªa encontrarme con gente que hubiera tenido una relaci¨®n muy profunda con la naturaleza¡±, apunta Acero, que tiene dos hermanos tambi¨¦n profesionales del surf. As¨ª se junt¨® con el navegante Unai Basurko en Bilbao, con quien hab¨ªa viajado en un velero a la Ant¨¢rtida en 2012; con el alpinista y aizkolari Alex Txik¨®n en el Monte Gorbea o con Izaskun Suberbiola, coordinadora del proyecto BASURALEZA de Ecoembes, en la cala Alabortza. Sus encuentros, grabados, se han convertido en un podcast de cinco episodios llamado Las coordenadas de Kepa.
¡°Mi aita [padre] es de Bilbao, creci¨® cerca del Casco Viejo, y mi ama [madre], de Durango¡±, cuenta Acero. Para cuando ¨¦l y sus dos hermanos nacieron, su familia se hab¨ªa mudado ya a Algorta, un barrio de Getxo, ba?ado por el Cant¨¢brico, donde su padre, profesor de Filosof¨ªa, era director de un instituto. ¡°No ten¨ªamos nada que ver con el mar. El surf era un deporte para gente de mucho dinero, pero se estaba democratizando en la segunda mitad de los a?os 80¡±, recuerda. La cuadrilla del skatepark que frecuentaba con sus hermanos comenz¨® a meterse al agua con las tablas. Eneko, el mayor de los Acero, descubri¨® un talento innato: a los 13 a?os gan¨® un campeonato europeo y una copa del mundo junior. ¡°A los 15 firm¨® el primer contrato con un patrocinador y se convirti¨® en el primer surfista profesional de Europa¡±, asegura Kepa.
Tambi¨¦n con bastante ¨¦xito, Kepa sigui¨® los pasos de Eneko, pero las giras rel¨¢mpago, siempre enfocadas en la competici¨®n y nunca en explorar los lugares visitados, no terminaron de convencerlo. ¡°Comenc¨¦ a hacerme preguntas de los sitios. Quer¨ªa recuperar el esp¨ªritu de aventura que ten¨ªa el surf, que se estaba perdiendo. La cultura surf viene del movimiento Beat, de j¨®venes que no quer¨ªan ir a la guerra sino coger una tabla, una mochila y viajar por el mundo¡±, cuenta Acero. Y se lanz¨® a por ello.
Episodio 2: Alex Txik¨®n, la importancia del camino
En 2010 comenz¨® a dar la vuelta al mundo. El primer destino fue la costa de Namibia, en ?frica. Document¨® todo y sus v¨ªdeos se hicieron virales. ¡°?La palabra selfie no exist¨ªa en 2010! Compr¨¦ una c¨¢mara y empec¨¦ a grabar mis experiencias en el desierto solo¡±, dice. Su popularidad en las redes le permiti¨® vivir de ello. ¡°Viajar solo me encanta. Me obligo a conocer a gente. Cuando est¨¢s con alguien ya tienes tu protecci¨®n. Lo m¨¢s bonito y lo m¨¢s duro son las despedidas. ?Y de gente que no conoc¨ªas de nada! Sabes que probablemente nunca m¨¢s volver¨¢s a ver a esas personas. Es un reflejo de la vida: llegas solo, conoces a gente que quieres y luego te tienes que despedir¡±, reflexiona.
Acero lleg¨® a buscar olas hasta en la Ant¨¢rtida, en la base Marambio, la de Argentina. ¡°Me encantar¨ªa volver con m¨¢s recursos¡±, dice. Tambi¨¦n estuvo en una remota isla de la India, donde fue casi imposible llegar y donde no pudo encontrar las olas que buscaba. ¡°Curiosamente se llamaba la Isla Esperanza. Hicimos lo que se puede contar y lo que no para llegar. De todo. Hay que saber aceptar el fracaso¡±, subraya. Pas¨® por las Islas Gal¨¢pagos, por Alaska, por Angola¡
Episodio 3: Mater Museo Ecoactivo, del egocentrismo al ecocentrismo
Con ¡°miles de lugares¡± todav¨ªa por conocer, Acero repara en una nueva forma de viajar a partir de ahora: ¡°Con la pandemia todos hemos reflexionado mucho sobre la manera de viajar, de consumir, sobre qu¨¦ estamos haciendo. Espero que luego cumplamos todas esas cosas. Nuestra forma de vivir tiene que cambiar¡±. ¡°Ahora tengo 40 a?os. Cuanto m¨¢s viajo tengo menos energ¨ªa f¨ªsica, pero m¨¢s preguntas, infinitas. Y muchas ganas de conocer olas. Mientras me siga haciendo esas preguntas¡¡±, dice.
El viaje que acaba de hacer por Euskadi, a bordo de una furgoneta h¨ªbrida Ford, despert¨® en ¨¦l el orgullo por su tierra. ¡°Nos vamos lej¨ªsimos y al lado de casa tenemos lugares incre¨ªbles¡±. Al lado de su casa, es cierto, tiene una de las mejores olas del mundo, en Mundaka, un lugar que adora pero donde sufri¨® un accidente que le parti¨® varias v¨¦rtebras y que casi le cuesta la vida el 2 de enero de 2017 cuando surfeaba. Regres¨® al sitio en cuanto pudo para hacer lo que m¨¢s le gusta. ¡°La sensaci¨®n dentro de una ola es de una relaci¨®n muy intima con la naturaleza. Eso hace que hagamos estas locuras¡±.