Covid y tabaco: de la ca¨ªda en su consumo a mayor incidencia entre fumadores
En Espa?a hay un 1,4% menos de fumadores que antes de la pandemia. La mala noticia: aunque la covid afecta con m¨¢s severidad a quienes fuman, la dependencia de la nicotina ha llevado a muchos a volver al tabaco al poco de curarse
La pandemia de covid ha obligado a muchos cambios en la sociedad. Pero ni siquiera el riesgo a contraer la enfermedad, ni las complicaciones asociadas a la misma entre fumadores, han logrado eliminar el h¨¢bito de fumar que atrapa a casi uno de cada tres espa?oles (27,7%). Sin embargo, este a?o convulso abre una ventana al optimismo: se fuma un poco menos. En concreto, un 1,4% menos que antes de la pandemia, seg¨²n datos de la encuesta OEDA-Covid 2020, elaborada por el Observatorio Espa?ol de las Drogas y las Adicciones, dependiente del Ministerio de Sanidad. ¡°En este ¨²ltimo a?o un 2,6% de los fumadores lo ha dejado por completo, mientras que un 8,1% ha disminuido su consumo de tabaco. En el polo opuesto tenemos que alrededor del 1,2% han empezado a fumar y un 5,7% fuman m¨¢s cigarrillos diarios¡±, se?ala el doctor Jos¨¦ Luis D¨ªaz-Maroto Mu?oz, responsable de Comunicaci¨®n del Grupo de Tabaquismo de Semergen (Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria).
La encuesta, realizada en Espa?a entre 7.886 personas con edades comprendidas entre los 15 y los 64 a?os, revela otros datos interesantes. El primero es una sensible reducci¨®n en el h¨¢bito de fumar entre los menores de 24 a?os. No se apuntan las posibles causas, pero permanecer m¨¢s tiempo bajo el techo paterno debido a los confinamientos y toques de queda, as¨ª como la pr¨¢ctica desaparici¨®n del ocio nocturno, podr¨ªan explicar por qu¨¦ el tabaco acusa una ca¨ªda m¨¢s notable entre los m¨¢s j¨®venes. A la vez, el consumo de cigarrillos electr¨®nicos tambi¨¦n cae: del total de fumadores, un 3,5% fumaba cigarrillos electr¨®nicos antes de la pandemia; a finales de 2020, era solo el 2,3%.
La fatal relaci¨®n entre covid y tabaco
Ser fumador aumenta el riesgo de contraer la covid y empeora mucho su pron¨®stico. Son varias las razones que convierten a los fumadores en un colectivo especialmente vulnerable al virus SARS CoV-2. De entrada, al no usar mascarilla para fumar en entornos con m¨¢s personas pr¨®ximas, su probabilidad de contagio es mayor. Adem¨¢s, su organismo se lo pone m¨¢s f¨¢cil al virus para instalarse y replicarse. ¡°Se introduce en las c¨¦lulas humanas gracias a una prote¨ªna S que interact¨²a con la enzima de la conversi¨®n de angiotensina II. Esta enzima se encuentra en las c¨¦lulas pulmonares y su c¨®mputo es mayor en pacientes fumadores y con EPOC¡±, explica el doctor D¨ªaz-Maroto.
Una vez contagiados, la enfermedad tiende a mostrar cuadros m¨¢s graves. ¡°Un estudio del Instituto Nacional del Pulm¨®n y el Coraz¨®n del Reino Unido revela que los fumadores tienen un 14% m¨¢s de probabilidades de desarrollar la tr¨ªada cl¨¢sica de s¨ªntomas asociados a la covid: fiebre, tos persistente y dificultad para respirar¡±, explica D¨ªaz-Maroto. ¡°Sin olvidar que parte de un sistema inmunol¨®gico ya de por s¨ª debilitado, que incrementa su predisposici¨®n a desarrollar neumon¨ªas, producidas por el propio virus, o por sobreinfecciones bacterianas. Tambi¨¦n aumenta la posibilidad de requerir tratamiento hospitalario y de ingreso en UCI¡±. Por este motivo, los autores del estudio reclamaban incluir los programas de lucha contra el tabaquismo entre las medidas para contener la covid.
Los a?os de tabaquismo, as¨ª como la intensidad en el consumo, tambi¨¦n juegan en contra de los fumadores. A mayor n¨²mero de a?os encendiendo pitillos y mayor cantidad de cigarrillos diarios, peor pron¨®stico ante la covid: s¨ªntomas m¨¢s agudos, curaci¨®n m¨¢s lenta y superaci¨®n de los efectos secundarios de la enfermedad a un ritmo m¨¢s pausado. Sin embargo, pese a haber sufrido la infecci¨®n con toda su crudeza, incluidas varias semanas en UCI y una recuperaci¨®n lenta y agotadora, los m¨¦dicos reconocen que son muchos los fumadores que retoman el tabaco en cuanto recuperan las fuerzas para sostener el cigarrillo. ¡°Ser¨ªa una buena oportunidad para concienciarse de lo mal que se ha pasado durante la enfermedad y proponerse dejar de fumar. Pero la dependencia es tan fuerte que, incluso habiendo pasado por una UCI, vuelven a fumar en un elevado porcentaje¡±, se?ala el doctor.
Si hay tabaco, el metro y medio no basta
La separaci¨®n de metro y medio entre las sillas de los comensales en las terrazas es suficiente si los clientes se limitan a hablar y comer, pero no si fuman. Cuando el fumador exhala el humo lo proyecta a mayor distancia que si solo charla o respira. Adem¨¢s, el humo favorece que los aerosoles que transmiten el virus se desplacen hasta los ocho metros de distancia y se mantengan durante m¨¢s tiempo en el aire. ¡°Por este motivo es muy importante que no se fume en las terrazas. Incluso en espacios abiertos¡±, abunda D¨ªaz-Maroto.
Precisamente la incompatibilidad de comer o fumar con el uso de la mascarilla se ha convertido en un coladero para la picaresca de aquellos que buscan cualquier excusa para no usar el tapabocas en espacios p¨²blicos. Aunque a¨²n es pronto para aventurar si este recoveco legal puede tener alguna influencia en un posible repunte del tabaquismo, los expertos piden medidas m¨¢s restrictivas para evitar que el humo del tabaco se convierta en un nuevo vector de contagio. ¡°Es muy importante que la legislaci¨®n sea muy clara, como la ley publicada recientemente en el BOE y que ya se est¨¢ matizando por la Comunidades Aut¨®nomas, respecto al uso obligatorio de la mascarilla en todos los espacios abiertos¡±, a?ade el doctor.
Apagar el cigarrillo tambi¨¦n en casa
Las peculiares condiciones dictadas por la pandemia, como los confinamientos, la imposibilidad de grandes reuniones sociales y el teletrabajo obligado, han favorecido que muchos fumadores sociales se hayan propuesto apagar para siempre el cigarrillo. Son esas personas que se encienden un pitillo en la pausa del caf¨¦ de media ma?ana o al salir del restaurante despu¨¦s de comer camino a la oficina. Tambi¨¦n los que solo fuman cuando salen los fines de semana. El doctor D¨ªaz-Maroto es claro: ¡°La nicotina es la sustancia responsable de la dependencia f¨ªsica, pero hay tres clases m¨¢s de dependencia: la gestual, la psicol¨®gica y la social. Cuando desaparecen esos condicionantes, es m¨¢s f¨¢cil cortar con el tabaco¡±.
Pasada la primera etapa dura de confinamiento total, con toda la familia encerrada en las casas, numerosos trabajadores ahora desarrollan sus jornadas laborales en solitario desde sus domicilios. Sin m¨¢s personas en el hogar durante buena parte del d¨ªa y sin la prohibici¨®n de fumar que ya exist¨ªa en las oficinas, se abre un escenario incierto en el que nadie vigila ni impide encender un cigarrillo mientras teclea ante el ordenador. ¡°No es f¨¢cil aventurar si el teletrabajo ayudar¨¢ a fumar menos o m¨¢s. El tabaquismo es una enfermedad cr¨®nica y adictiva que necesita prevenci¨®n, diagn¨®stico y tratamiento¡±.
Dejar de fumar solo con fuerza de voluntad no es imposible. Pero cuesta: las estad¨ªsticas revelan que el 80% recae en la primera semana. Por ello, el doctor D¨ªaz-Maroto incide: ¡°Es muy importante que los sanitarios traten a sus pacientes fumadores con ayuda psicol¨®gica m¨¢s tratamiento farmacol¨®gico¡±. El proceso suele incluir terapias sustitutivas con nicotina (chicles, parches, espr¨¢is o inhaladores), f¨¢rmacos que bloquean los efectos satisfactorios de esa sustancia en el cerebro y antidepresivos que inhiben la recaptaci¨®n de noradrenalina y dopamina. As¨ª se desactiva el circuito de recompensa que impulsa a fumar y se aplacan los s¨ªntomas de abstinencia. El tratamiento farmacol¨®gico suele prolongarse durante tres meses. ¡°Se aborda en Atenci¨®n Primaria y hospitales e involucra a m¨¦dicos, enfermeros, farmac¨¦uticos y psic¨®logos. La pandemia nos ha ense?ado a hacer el seguimiento de los pacientes desde la telemedicina a trav¨¦s del tel¨¦fono o el correo electr¨®nico. Pero ya sea en consulta presencial o en remoto lo importante es animar a los fumadores a pedir ayuda sanitaria para dejar de fumar de forma definitiva. Es la mejor medida en materia de salud que van a adoptar en toda su vida¡±.