De ni?o solo a ni?o acogido
M¨¢s de 50.000 menores tutelados en Espa?a crecen privados de cuidados parentales. La asociaci¨®n Mam¨¢s en Acci¨®n lucha por dar a conocer el acogimiento de estos ni?os y asesora a aquellas familias que quieran cuidarlos. Estas son las razones y las vivencias de tres parejas que abrieron sus puertas a un nuevo miembro
De ni?o solo a ni?o acogido
M¨¢s de 50.000 menores tutelados en Espa?a crecen privados de cuidados parentales. La asociaci¨®n Mam¨¢s en Acci¨®n lucha por dar a conocer el acogimiento de estos ni?os y asesora a aquellas familias que quieran cuidarlos. Estas son las razones y las vivencias de tres parejas que abrieron sus puertas a un nuevo miembro
Una infancia repleta de carencias emocionales, una adolescencia en los m¨¢rgenes del sistema y el desamparo final a los 18 a?os, fecha en la que expira la protecci¨®n constitucional. A esta situaci¨®n se enfrentan m¨¢s de 50.000 menores tutelados en Espa?a, seg¨²n datos de 2019 del Bolet¨ªn de datos estad¨ªsticos de medidas de protecci¨®n a la infancia, el ¨²ltimo publicado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Para Majo Gimeno el problema es complejo y, por desgracia, a¨²n desconocido. Desde hace seis a?os preside Mam¨¢s en Acci¨®n, una asociaci¨®n con m¨¢s de 2.000 voluntarios que tiene entre sus objetivos acompa?ar a estos ni?os cuando deben pasar por un hospital. ¡°Es una realidad que te deja en shock¡±, explica esta activista y emprendedora de 43 a?os en la sede de su asociaci¨®n, en pleno centro hist¨®rico de Valencia. Gimeno afirma que existe una soluci¨®n al problema: el acogimiento, una figura de protecci¨®n que integra al menor en una familia, ya sea de forma temporal o permanente. A diferencia de la adopci¨®n, en esta alternativa la custodia est¨¢ en la familia que acoge, pero la tutela es de la administraci¨®n. ¡°A las familias nos permite dar a uno de estos ni?os cuidado, cari?o, acompa?amiento y educaci¨®n¡±, afirma.
Mam¨¢s en Acci¨®n est¨¢ dando difusi¨®n a esta posibilidad y asesora a las familias interesadas en iniciar el proceso. ¡°Que son muchas, much¨ªsimas, m¨¢s de las que creemos. Pero hace falta informaci¨®n. En Espa?a, solo el 14% de los ni?os tutelados viven en acogida. En Suecia, la cifra llega al 70%¡±, sostiene Gimeno. Estas son las historias de tres familias que han abierto su casa a un nuevo e inesperado miembro.
En casa de Vicente Rubio, de 77 a?os y exdirector de banco, y Amparo Arona, de 56 y una de las responsables de Mam¨¢s en Acci¨®n, vive Mario [nombre ficticio], un ni?o de cinco a?os que quiz¨¢ es el t¨ªo m¨¢s joven de toda Valencia. ¡°Tiene cuatro sobrinos mayores que ¨¦l. Es muy gracioso¡±, r¨ªe Rubio, un tipo jovial y autodeclarado maestro paellero. ¡°Hoy somos sus pap¨¢s, sus hermanos, su familia¡±, tercia Arona. ¡°Con total normalidad¡±.
En su casa se aprecian paralelismos con Los Serrano, la m¨ªtica serie familiar de la televisi¨®n. Son siete y cada uno de su padre y de su madre: la pareja tiene dos hijos biol¨®gicos, Rubio tiene dos m¨¢s de un matrimonio anterior y hace cuatro acogieron a Mario. Fue Amparo Arona quien conoci¨® al ni?o en el valenciano Hospital de La Fe, donde ejerc¨ªa de voluntaria en Mam¨¢s en Acci¨®n. El chaval ten¨ªa cuatro meses y ya se enfrentaba a varios procesos quir¨²rgicos. Amparo reconoce: ¡°Desconoc¨ªa el mundo del acogimiento. Me top¨¦ de bruces con este problema, el de los ni?os solos. Te remueve muchas cosas¡±.
La familia biol¨®gica de Mario renunci¨® a ¨¦l. El chico atraves¨® entonces una larga hospitalizaci¨®n. ¡°Mi hija y yo estuvimos a su lado hasta que le dieron el alta. Se me hac¨ªa impensable que un beb¨¦ de cuatro meses se fuera a un centro de acogida. Eso me rompi¨® los esquemas¡±, relata.
En vista de la situaci¨®n, Rubio y Arona se postularon para un acogimiento temporal ¨Cque puede oscilar entre los seis meses y los dos a?os¨C y Mario aterriz¨® en su hogar. Pas¨® el tiempo y se abri¨® la posibilidad de convertir en permanente la acogida. ¡°Lo hicimos a ojos cerrados¡±, enfatiza Vicente.
Aunque la parte m¨¦dica no ha acabado, ¡°y el ni?o siempre va a estar cogido con alfileres¡±, el cambio ha sido radical. ¡°Si hubiera pasado ese primer a?o en un centro no habr¨ªa evolucionado como lo hizo en casa¡±, asegura Amparo. Majo Gimeno concuerda con esta experiencia. Se lo demuestra la relaci¨®n diaria que tiene Mam¨¢s en Acci¨®n con pediatras y psic¨®logos: ¡°Vemos todos los d¨ªas en el hospital c¨®mo el contacto y el cari?o tienen efectos beneficiosos a nivel f¨ªsico y emocional. Adem¨¢s de la estabilidad que aporta que sean siempre las mismas figuras las que est¨¢n con los ni?os¡±.
Mario es ahora el juguete de la familia. Le gusta la nataci¨®n y, como cualquier otro ni?o, tiene mamitis, algo que no se negocia. ¡°Sigue las mismas reglas que sus hermanos¡±, incide Rubio. ¡°Es uno m¨¢s y le queremos por lo que es, como a nuestros otros hijos¡±. Pronto celebrar¨¢ su quinto cumplea?os en una piscina de bolas y compartir¨¢ videollamada con todos sus sobrinos. Amparo Arona insta a la gente a informarse sobre la acogida. Para ella ser madre no es solo dar a luz. ¡°Es acompa?ar y cuidar. Lo otro es un acto biol¨®gico¡±, concluye.
?Qui¨¦n puede acoger?
¡°Los interesados han de ser mayores de 25 a?os, tener una situaci¨®n afectiva equilibrada y un entorno estable. Son las ¨²nicas condiciones¡±, explica Majo Gimeno. Y a?ade que desde Mam¨¢s en Acci¨®n han informado a todo tipo de familias: ¡°Monomarentales, diversas, mayores, j¨®venes¡ Caben todos los perfiles¡±. La asociaci¨®n asesora a quienes quieran iniciar este intrincado proceso, cuyos requisitos legales cambian en cada Comunidad Aut¨®noma. ¡°Adem¨¢s, tenemos familias que se prestan a compartir sus experiencias¡±, a?ade Gimeno. Y denuncia: ¡°Pero deber¨ªa ser m¨¢s sencillo. Hay que facilitar las cosas a quienes quieren dar este paso¡±.
A finales de a?o, Mam¨¢s en Acci¨®n analizar¨¢ la informaci¨®n de las familias que han acogido o han mostrado inter¨¦s en esta v¨ªa para visibilizar el fen¨®meno y reivindicar una mayor difusi¨®n p¨²blica. ¡°A diferencia de las campa?as contra el tabaquismo o por la protecci¨®n animal, en las administraciones se habla poco es este asunto¡±, incide Gimeno. El objetivo final es que su misi¨®n hospitalaria deje de tener sentido. ¡°Querr¨¢ decir que todos estos ni?os ya tienen familias que les cuiden. Aunque nos basta con que esa cifra de 50.000 vaya bajando¡±, sentencia.
Mam¨¢s en Acci¨®n contin¨²a cuidando a ni?os tutelados hospitalizados. Esta historia forma parte de Pienso, Luego Act¨²o, la plataforma social de Yoigo que da voz a personas que est¨¢n cambiando el mundo a mejor y que ha colaborado en la divulgaci¨®n de su tarea. Y si quieres saber m¨¢s sobre la labor de Mam¨¢s en Acci¨®n, escucha c¨®mo Majo Gimeno lo explica detalladamente en el siguiente podcast.
Si el trabajo de Mam¨¢s en Acci¨®n te ha hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres acoger o profundizar en su iniciativa
ACT?ADe la noche a la ma?ana, Mar¨ªa Lorman, periodista de 43 a?os, y Vicente Per¨ªs, trabajador de 48 a?os de una agencia de anal¨ªtica digital, se lanzaron a pertrecharse con s¨¢banas, ropa y menaje infantil. Incluso rastrearon a toda prisa Wallapop. La pareja estaba en la lista de espera de acogimiento de la Administraci¨®n y les comunicaron que dos ni?os llegar¨ªan a su hogar. ¡°Te vuelves un poco loco. Es un acontecimiento¡±, r¨ªe Mar¨ªa. ¡°Te cambian las din¨¢micas y quieres que est¨¦ todo perfecto¡±.
Padres de un hijo biol¨®gico, Nicol¨¢s, se aventuraron hace seis a?os en la acogida porque quer¨ªan cuidar de alguien m¨¢s. Lorman es una de las voluntarias de Mam¨¢s en Acci¨®n y ha visto a muchos menores hospitalizados sin padres a su lado. ¡°Pasa que quieres acogerlos a todos¡±, afirma. ¡°Me transmiti¨® la idea Mar¨ªa. Hay ni?os que lo necesitan. Lo maduramos y nos lanzamos a ello¡±, completa Per¨ªs.
Mar¨ªa Lorman tiene una motivaci¨®n extra: ella misma creci¨® en una familia de acogida. No se enter¨® hasta que ya era adulta, cuando hac¨ªa las entrevistas para gestionar la llegada a casa de un nuevo miembro. ¡°Jam¨¢s lo hab¨ªa pensado pero, cuando mi madre falleci¨®, yo me fui a vivir con mi abuela, lo que se llama acogimiento por familia extensa¡±, ampl¨ªa. ¡°Muchos ni?os nunca van a tener en la cabeza que son de acogida. Y eso est¨¢ bien porque los ni?os son ni?os, sin apellido¡±.
Desde entonces, por la casa de la pareja han pasado varios ni?os de toda edad y condici¨®n. La primera experiencia fue una ni?a de 12 a?os que estuvo unas navidades. Su hijo Nicol¨¢s a¨²n recuerda con cari?o a esa pasajera hermana y el atrapasue?os que le regal¨®. Despu¨¦s acogieron a otra ni?a de cinco a?os con apego desorganizado, un trastorno que mina la confianza en los adultos. Luego llegaron dos hermanos, de tres y cinco a?os, en principio para un mes que se convirti¨® en un a?o. ¡°Tu vida se pone patas arriba: pasas de ser tres a cinco. Hay que escolarizarlos, enfrentarse a la log¨ªstica¡±, asegura Lorman. Su ¨²ltima acogida fue un beb¨¦, hace tres a?os, una criatura que lleg¨® en sus primeros d¨ªas de vida y se qued¨® algo m¨¢s de un a?o.
Admiten que hay que tener la piel dura para ser hogar de tantos menores. ¡°Por un lado, cambia tus rutinas. Y por otro, empiezas a crear un v¨ªnculo aunque sabes que posiblemente se vayan¡±, coinciden ambos. ¡°Hay que interpretarlo como un regalo y saber que lo que t¨² tienes que aportar son cuidados y normalidad¡±. Las personas que acogen son conscientes de que el ni?o puede retornar a un centro o su familia biol¨®gica. Dejan claro que esta modalidad no es una adopci¨®n encubierta. ¡°Hay un inicio y un fin, y el fin es doloroso¡±, reconoce esta pareja. ¡°Pero en ese tiempo has dado estabilidad y cari?o. Y te quedas con eso¡±.
Aparte de su hijo biol¨®gico, hoy con 12 a?os, y de las m¨²ltiples acogidas que han vivido, Mar¨ªa y Vicente adoptaron hace pocos meses a una ni?a que ahora tiene tres a?os. ¡°Cuando pase un tiempo volveremos a acoger¡±, concluye Mar¨ªa. ¡°Es una forma de vida¡±.
Un ni?o solo en el hospital. Sin nadie que le acompa?ara en la noche. Esa fue la escena que provoc¨® que Majo Gimeno tomara partido y fundara Mam¨¢s en Acci¨®n. Pero m¨¢s all¨¢ de ese recuerdo, muchos a?os antes, en su casa se vivi¨® una peculiar odisea que marcar¨ªa la filosof¨ªa familiar. Sus padres, Jos¨¦ Gimeno, enfermero de 62 a?os, y Mar¨ªa Furi¨®, de 63, fueron pioneros en el acogimiento. ¡°Si ahora es algo desconocido, imag¨ªnate hace 25 a?os¡±, dice Majo. El matrimonio recibi¨® un verano a un ni?o kosovar reci¨¦n salido de la guerra. ¡°Ven¨ªa desnutrido, con tuberculosis. Ten¨ªa seis a?os y pesaba 13 kilos. Era todo hueso. Se acostaba en el suelo. No com¨ªa. Hasta que comi¨®¡±, recuerda Mar¨ªa Furi¨® de aquellos primeros d¨ªas.
El chico alarg¨® su estancia m¨¢s all¨¢ del verano y se recuper¨® de la tuberculosis. Pero lleg¨® el momento de volver. ¡°Sab¨ªamos que las circunstancias en su casa no eran las ideales para el ni?o. Y mis padres se propusieron acogerlo permanentemente¡±, explica Majo. Sacaron los billetes y los tres, padre, madre e hija, se plantaron en una ciudad secundaria de Kosovo.
Estando all¨ª sucedi¨® algo surrealista. Los Gimeno conocieron a otro ni?o, ciego y dos a?os menor que el que acompa?aban en su retorno. La madre les rog¨® que se lo llevaran para tratarle en Espa?a. ¡°No lo dudamos. Pensamos: ¡®Nos lo llevamos, lo operamos y lo devolvemos¡¯¡±, relatan. ¡°A posteriori vimos que nos enga?aron porque el ni?o no ten¨ªa operaci¨®n posible¡±.
Los padres biol¨®gicos de ambos ni?os kosovares aceptaron que se marcharan con la familia de Majo a Espa?a. En Valencia iniciaron el proceso legal de acogimiento permanente y en la actualidad son dos de sus cuatro hijos. La cuarta es Alicia Gimeno, la hija mayor de la familia y una voluntaria muy activa de Mam¨¢s en Acci¨®n. ¡°Dos m¨¢s de la familia¡±, explica Gimeno padre. ¡°Cuando llegaron a Valencia fue algo ex¨®tico, s¨ª. Todo el mundo se volc¨® para bien¡±, rememora Majo.
Hoy el mayor trabaja en una f¨¢brica de pl¨¢sticos. El menor es emprendedor y DJ. Y sigue siendo ciego. Recuerdan el d¨ªa en que se cay¨® por un terrapl¨¦n con la bici y aleg¨® que la culpa era de la velocidad y no de su falta de visi¨®n. O cuando aprendi¨® a cocinar una tortilla francesa: ¡°?l med¨ªa sus tiempos y a veces sal¨ªa bien y otras, no¡±, r¨ªe su padre Jos¨¦. ¡°Son cr¨ªos. Han venido de un sitio que no conocen y hay dificultades. El pasado que vivieron influye. Pero lo hemos conseguido. La vida con ellos ha sido muy bonita¡±, termina Mar¨ªa.
CR?DITOS
- Guion y redacci¨®n: Jaime Ripa
- Fotograf¨ªas: Jacobo Medrano
- Coordinaci¨®n editorial: Francis Pach¨¢
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