Autorretratos en las redes sociales: yo estuve aqu¨ª
Deber¨ªamos contemplar los 'selfies' bajo su aspecto m¨¢s positivo: una especie de diario digital
Hace poco encontr¨¦ por casualidad una vieja foto en blanco y negro de una mujer piloto en la cima de una monta?a. Sus gafas de aviadora apoyadas en la frente dejaban al descubierto un rostro satisfecho y curtido por el viento, mientras que las alas del avi¨®n solo eran visibles a su espalda. Pero lo mejor del descubrimiento fue que ella misma sosten¨ªa la c¨¢mara. Era, a falta de una palabra mejor, un selfie, un autorretrato.
Me record¨® a otra especie de autorretrato, que he visto evolucionar en l¨ªnea, del misterioso Benny Winfield hijo.
No conozco a Winfield, pero durante los ¨²ltimos meses he visto su cara en Instagram casi todos los d¨ªas. Se denomina a s¨ª mismo ¡°l¨ªder del movimiento selfie¡±, y cada imagen es hipn¨®ticamente repetitiva; su rostro sonriente llena el marco y suele ir acompa?ado por un texto sugestivo.
Estos autorretratos est¨¢n separados por mundos ¡ªy d¨¦cadas¡ª , pero les une el deleite intemporal que nos produce la capacidad para documentar nuestras vidas y dejar una huella que otros puedan descubrir. ¡°Los humanos tenemos una necesidad primaria de salir fuera de nuestro interior y mirarnos a nosotros mismos¡±, explica Clive Thompson, autor especializado en tecnolog¨ªa.
¡°En realidad, la cuesti¨®n no es tu aspecto¡±, dice Dom Hoffman, uno de los fundadores de Vine. ¡°El tema eres t¨² haciendo otras cosas o t¨² en otros sitios¡±
El t¨¦rmino selfie se ha convertido en el paraguas que agrupa a los autorretratos digitales surgidos de la explosi¨®n de las c¨¢maras en los m¨®viles y de los servicios de edici¨®n de imagen y de intercambio de ficheros. Todo el mundo, desde el Papa hasta las hijas del Barack Obama, han sido captados en uno de ellos. El Diccionario Oxford lo ha incorporado a su l¨¦xico. Un reciente proyecto en Kickstarter recaud¨® 90.000 d¨®lares para desarrollar y poner a la venta un peque?o disparador bluetooth para tel¨¦fonos inteligentes y tabletas que ayuda a tomar fotograf¨ªas de uno mismo m¨¢s f¨¢cilmente.
A veces da la impresi¨®n de que, en gran medida, es una puesta en escena, otra manera de sacar brillo a la imagen p¨²blica de qui¨¦nes somos, o de qui¨¦nes nos gustar¨ªa parecer que somos. Y los selfies abren toda clase de interrogantes acerca de la vanidad, el narcisismo y la obsesi¨®n por la belleza y la imagen del cuerpo.
Pero despachar de un plumazo el fen¨®meno de los selfies es demasiado simplista. Nos estamos acostumbrando a las conversaciones por Internet y las acciones rec¨ªprocas que tienen lugar en torno a im¨¢genes y fotograf¨ªas. A menudo son m¨¢s eficaces como veh¨ªculo de emociones o de reacciones que un texto. Adem¨¢s, gracias a servicios como Snapchat, Skype, Google Hangouts y FaceTime, nos sentimos m¨¢s c¨®modos al ver nuestro rostro en una pantalla.
¡°La idea del selfie es que la cara es el t¨ªtulo cuando se intenta explicar un momento o contar una historia¡±, indica Fr¨¦d¨¦ric della Faille, fundador y dise?ador de Frontback, un nuevo programa que permite a los usuarios hacer fotograf¨ªas utilizando c¨¢maras tanto frontales como traseras.
En otras palabras, se trata de mostrar a los amigos y a la familia la euforia cuando se tiene un buen d¨ªa, o de abrir un di¨¢logo de la misma manera en que se podr¨ªa escribir simplemente ¡°hola¡±.
Los selfies demuestram que el mundo que observamos a trav¨¦s de los medios sociales es mucho m¨¢s interesante cuando la gente se inserta en ¨¦l, algo que han advertido los sitios web de muchos de estos medios, como Vine, una herramienta de Twiter para compartir v¨ªdeos. ¡°En realidad, la cuesti¨®n no es tu aspecto¡±, dice Dom Hoffman, uno de los fundadores de Vine, refiri¨¦ndose al potencial de la c¨¢mara frontal de las aplicaciones para m¨®viles y tabletas. ¡°El tema eres t¨² haciendo otras cosas o t¨² en otros sitios.¡±.
Sea como sea, la reacci¨®n que pueden originar los selfies no hace da?o. Cuando era un usuario novato de Instagram, rara vez enfocaba la c¨¢mara hacia m¨ª mismo. Prefer¨ªa compartir fotos de la puesta de sol o de fiestas a ense?ar un corte de pelo o una prenda nueva. Pero el a?o pasado observ¨¦ c¨®mo todos mis compa?eros empezaban a volver poco a poco sus c¨¢maras hacia ellos mismos. Esto ha hecho mis noticias de Instagram m¨¢s interesantes y divertidas. Y he visto con mucha m¨¢s frecuencia las caras de mis amigos mientras cocinaban que una foto en primer plano del plato ya preparado. En las raras ocasiones en que me siento lo bastante atrevido como para publicar una foto frontal de mi cara, compruebo que los comentarios y la respuesta aumentan de una manera que las im¨¢genes de un parque o la foto de un concierto pocas veces consiguen.
En vez de menospreciar esta tendencia de la cultura digital, quiz¨¢ har¨ªamos mejor en contemplar los selfies bajo su aspecto m¨¢s positivo: son una especie de diario digital, una manera de llamar la atenci¨®n sobre nuestra breve existencia y de conservarla para otros como prueba de que estuvimos aqu¨ª. El resto, por supuesto, est¨¢ abierto a la interpretaci¨®n.
? 2013 New York Times News Service
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