Ross Ulbricht, el joven detr¨¢s de Silk Road
El FBI le acusa de dirigir el mayor mercado mundial 'online' de venta de drogas
Los ¨²ltimos momentos de Rosss Ulbricht como hombre libre fueron lo bastante ruidosos como para atraer a una multitud. Los trabajadores de la biblioteca de San Francisco oyeron un estr¨¦pito y pensaron que alg¨²n cliente se hab¨ªa ca¨ªdo al suelo. En lugar de eso, se encontraron a unos agentes federales rodeando a un hombre delgado de 29 a?os. El objetivo de esta operaci¨®n no solo era apresar a Ulbricht, sino tambi¨¦n impedir que cerrase su ordenador port¨¢til. Ese ordenador, seg¨²n el FBI, era el centro de mando de Silk Road, el mayor mercado mundial de venta de drogas.
La p¨¢gina web era una especie de eBay (el portal de compra online) pero de lo il¨ªcito, aclamado por los entusiastas de las drogas, denunciado por los senadores de Estados Unidos y acechado por cuatro organismos federales. Si Ulbricht hubiese cerrado el port¨¢til, la protecci¨®n de las contrase?as probablemente lo habr¨ªa bloqueado y habr¨ªa convertido el disco duro en lo que Nicholas Eaver, del Instituto Internacional de Ciencias Inform¨¢ticas, describe como ¡°un bloque cifrado¡±.
En las acusaciones del FBI, Ulbricht era conocido como el Temible pirata Roberts, un personaje de la pel¨ªcula y novela La princesa prometida. El Gobierno public¨® despu¨¦s unas capturas de pantalla que mostraba que Ulbricht estaba conectado a una p¨¢gina web llamada Cerebro y en la que se encontraron archivos operativos, entre ellos libros de contabilidad que reflejaban unos ingresos de 600.000 bitcoins (la criptomoneda empleada en todas las transacciones de la web Silk Road). Esa cantidad ten¨ªa en ese momento un valor de 80 millones de d¨®lares.
La acusaci¨®n enumeraba los cargos contra Ulbricht, entre ellos los de narcotr¨¢fico, pirater¨ªa inform¨¢tica y blanqueo de dinero. Otra investigaci¨®n aportaba este sorprendente detalle: Ulbricht hab¨ªa gastado una parte considerable del bot¨ªn en ordenar asesinatos. Pero, seg¨²n las autoridades, ninguno de los encargos se llev¨® a cabo. Sus amigos y familiares se negaban a creer todo lo que se dec¨ªa sobre el detenido.
Quiero usar las teor¨ªas econ¨®micas como herramienta para abolir las pr¨¢cticas coercitivas y agresivas?
Un compa?ero de instituto, Thomas Haney, dijo que pod¨ªa llegar a imaginarse a Ross comprando en Silk Road, pero de ninguna manera dirigi¨¦ndolo. ¡°Es una de las personas menos maliciosas y agresivas que he conocido¡±, aseguraba. Un antiguo compa?ero de piso recordaba la ocasi¨®n en que sali¨® corriendo a ayudar a una anciana sin hogar que iba en silla de ruedas.
Silk Road cre¨® un bazar an¨®nimo en el que se pod¨ªan comprar drogas c¨®modamente desde casa. El portal albergaba el mercado de Internet y guardaba el dinero hasta que los compradores confirmaban que los productos hab¨ªan llegado. D.P.R. (acr¨®nimo de las siglas Dreadful Pirate Roberts), que es como el Gobierno se refiere a Ulbricht, se cobraba entonces una comisi¨®n del 15% y liberaba el resto del dinero que iba a parar al traficante.
A los pocos meses de su puesta en marcha, en enero de 2011, el sitio iba viento en popa. Los vendedores publicaban fotograf¨ªas y descripciones de los productos, como ¡°5 g de cristal de coca¨ªna puro¡±. Una gu¨ªa daba consejos a los reci¨¦n llegados. Una secci¨®n de ¡°servicios¡± inclu¨ªa un manual sobre c¨®mo piratear cajeros autom¨¢ticos. Hab¨ªa m¨¢s de 800 gu¨ªas que ofrec¨ªan ¡°productos digitales¡± y 169 que eran para ¡°falsificaciones¡±.
La web hizo multimillonario a D.P.R., pero tambi¨¦n le trajo problemas. El principal lo tuvo con Curtis Clark Green, un empleado que se gan¨® la confianza de Ulbricht y que vend¨ªa drogas desde Utah. A principios de diciembre de 2012, D.P.R. encomend¨® a Green un encargo especial. Un traficante que actuaba bajo el alias de Nob se hab¨ªa quejado de que las transacciones de Silk Road eran demasiado peque?as y por eso no le val¨ªa la pena invertir tiempo en ellas.
La misi¨®n de Green era encontrar a alguien dispuesto a traficar a un nivel m¨¢s alto. Sin embargo, Nob no era ning¨²n traficante, sino miembro de un grupo especial del que formaban parte agentes de la DEA (el organismo estadounidense para la lucha contra la droga) y de la oficina de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional. Cuando Green ayud¨® a Nob a pactar la venta de un kilo de coca¨ªna, se ofreci¨® para que se la enviase a su propia casa. Lo detuvieron, pero despu¨¦s lo liberaron y la coca¨ªna se envi¨®, seg¨²n lo planeado, al comprador (supuestamente para evitar que D.P.R. se diese cuenta de que hab¨ªan pillado a su subalterno).
Poco despu¨¦s, D.P.R. acudi¨® a Nob para quejarse de que Green se hab¨ªa fugado con los bitcoins, y le pidi¨® ayuda. ¡°?Puedes cambiar la orden para que lo ejecuten en vez de torturarlo? Me preocupa que d¨¦ informaci¨®n¡±, le pidi¨®. El supuesto traficante le dijo a D.P.R. que conoc¨ªa a ¡°profesionales¡± que podr¨ªan encargarse del trabajo. El precio era de 40.000 bitcoins por adelantado y 40.000 m¨¢s despu¨¦s del asesinato.
El 21 de febrero, Nob envi¨® unas fotos retocadas de Green en las que parec¨ªa un cad¨¢ver. D.P.R. tambi¨¦n iba a pagar 150.000 bitcoins a un supuesto asesino a sueldo conocido como Rojoyblanco para que matase a un chantajista y despu¨¦s a un vendedor que hab¨ªa timado a muchos usuarios de Silk Road.
El Gobierno sostiene que toda la empresa era una especie de timo. Las autoridades no han podido certificar que ninguno de los cr¨ªmenes que Ulbricht plane¨® se haya llevado a cabo. No obstante, su disposici¨®n a financiar los asesinatos se convertir¨ªa en un argumento para que le sea denegada la libertad condicional. Ahora D.P.R. se encuentra a la espera de juicio en un centro de detenci¨®n de Brooklyn (un barrio de la ciudad de Nueva York).
La primera menci¨®n de Silk Road en Internet qued¨® registrada en enero de 2011, y la hizo un cibernauta llamado Altoid. Unos meses despu¨¦s, se volvi¨® a mencionar por un usuario con el mismo alias en un foro de Bitcoin Talk que quer¨ªa contratar a un inform¨¢tico. Los solicitantes deb¨ªan escribir por correo electr¨®nico a ¡°ross-ulbricht arroba gmail punto com¡±. Desde entonces, Ulbricht se convirti¨® en una ¡°persona de inter¨¦s¡± [t¨¦rmino empleado por las agencias policiales estadounidenses para referirse a un implicado en una investigaci¨®n criminal].
En julio de 2013, el Servicio de Aduanas y Protecci¨®n Fronteriza de EE UU intercept¨® un paquete procedente de Canad¨¢ que iba dirigido a ¨¦l. El env¨ªo conten¨ªa nueve documentos de identidad falsos, cada uno de ellos con una foto de Ulbricht y un nombre diferente. El avance definitivo del caso tuvo lugar unas semanas despu¨¦s de que se interceptase el paquete. El FBI localiz¨® y copi¨® el contenido de los principales servidores de Silk Road. Lo ¨²nico que ha desvelado el FBI es que el servidor principal apareci¨® en ¡°cierto pa¨ªs extranjero¡± que tiene un tratado de ayuda legal rec¨ªproca con EE UU.?
La mayor¨ªa de los amigos de Ulbricht dicen que siempre fue una mente inquieta. Aunque estaba licenciado en F¨ªsica, hab¨ªa escrito en LinkedIn que su inter¨¦s por dicha materia se hab¨ªa evaporado. ¡°Quiero usar las teor¨ªas econ¨®micas como herramienta para abolir las pr¨¢cticas coercitivas y agresivas¡±, sosten¨ªa. D.P.R. consideraba su trabajo un hito porque cre¨ªa estar reinventando las bases del comercio. ¡°Usted necesita todo lo que vendemos¡±, escrib¨ªa D.P.R. acerca de la web Silk Road. ¡°Hacedlo por m¨ª, por vosotros mismos, por vuestros familiares y amigos, y por la humanidad¡±, instaba a los usuarios. Puede que fuera en este punto cuando el Temible pirata Roberts, el cerebro criminal, se superpuso con Ross Ulbricht, el chico que asisti¨® a una mujer sin hogar en silla de ruedas. En realidad, lo que ambos quer¨ªan era ayudar.
? 2013 New York Times News Service
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