El ansia de notoriedad desborda a Twitter
Es como si todos intent¨¢semos ser el invitado ingenioso de un programa de televisi¨®n nocturno
En cierto momento, compartir la noticia dej¨® de ser la prioridad en Twitter y el resto de las redes sociales. Ahora se trata de ser parte de la noticia m¨¢s que de contarla.
Parece que Twitter ha llegado a una fase en la que sus usuarios ya no buscan que el servicio sea lo m¨¢s ¨²til posible para el p¨²blico en general y solo tratan de distinguirse unos de otros. Ya no consiste en dejarse llevar por la corriente, absorbiendo lo que se pueda mientras se flota, sino de fabricar la balsa m¨¢s ostentosa para navegar por ella, recogiendo seguidores y elogios por el camino.
Como veterana usuaria del servicio, con un n¨²mero importante de seguidores, creo que la cantidad de followers que uno tenga es a menudo irrelevante. Lo que de verdad importa es cu¨¢nta gente te presta realmente atenci¨®n, ya sea a trav¨¦s de retuits, de favoritos o del Santo Grial, (obtener un retuit de alguien extremadamente conocido, como un famoso). Esa confirmaci¨®n de que nuestra contribuci¨®n es importante, interesante o valiosa es prueba suficiente para que nos animemos a repetir. Muchas veces, todo eso desemboca en un esfuerzo por ser el m¨¢s ruidoso o el m¨¢s retuiteado, por ser la persona que ha captado de la manera m¨¢s concisa el acontecimiento del d¨ªa.
Es como si todos intent¨¢semos ser el invitado ingenioso de un programa de televisi¨®n nocturno y tener adem¨¢s la mejor actuaci¨®n de nuestra vida. Estamos convencidos de que si somos lo bastante buenos, Twitter podr¨ªa ser nuestro pasaporte a la fama, que nos conseguir¨¢ un puesto fugaz en una serie de p¨¢ginas web populares como BuzzFeed y The Huffington Post o, si hay suerte, un puesto de escritor. Pero la mayor¨ªa de las veces la plataforma acaba convertida en un escaparate en el que todos intentamos hacernos sitio a codazos con la esperanza de que nos atribuyan la reacci¨®n m¨¢s inteligente.
La red de los 140 caracteres empieza a ser menos emocionante y m¨¢s agotadora. Quiz¨¢ por eso otras formas menos p¨²blicas de comunicaci¨®n? desempe?an un papel cada vez m¨¢s importante en mis interacciones diarias
Decir que el servicio que presta ya no es relevante parece err¨®neo: todav¨ªa paso gran parte del d¨ªa buceando en Twitter y eligiendo los mejores enlaces, reflexiones, y ocurrencias para examinarlos y compartirlos m¨¢s tarde. Pero desde luego hay menos informaci¨®n (y es menos instructivo) que antes. Cada vez es m¨¢s frecuente que me retire a grupos reducidos, donde la gente es m¨¢s honesta, m¨¢s confiada y m¨¢s abierta a bromear o a tener una conversaci¨®n real.
En su d¨ªa, Twitter parec¨ªa una agencia de noticias digital en la que la informaci¨®n llegaba desde todo el planeta, de todo tipo de lugares, experiencias y personas. Y yo sigo queriendo que sea ese lugar. Todav¨ªa lo parece a veces, especialmente durante grandes acontecimientos informativos que se desarrollan en tiempo real. Es entonces cuando Twitter brilla, en el momento en que todos compartimos y devoramos cada nuevo apunte ofrecido por fuentes sobre el terreno, presentadores de informativos, testigos p¨ªcaros y comentaristas ir¨®nicos. Pero puede que la euforia de esas ocasiones nos lleve a considerar el incidente m¨¢s nimio como algo que merece la pena diseccionar y examinar hasta la muerte. Estamos todos al acecho, esperando nuestra oportunidad de hablar, de aportar algo inteligente a la conversaci¨®n, incluso cuando lo mejor ser¨ªa que nos call¨¢ramos.
La red de los 140 caracteres empieza a ser menos emocionante y m¨¢s agotadora. Quiz¨¢ por eso, otras formas menos p¨²blicas de comunicaci¨®n ¡ªaplicaciones como Snapchat, GroupMe, Instagram Direct e incluso las anticuadas listas de correo y los grupos de Google¡ª desempe?an un papel cada vez m¨¢s importante en mis interacciones diarias.
Twitter ha apostado por ayudar a sus usuarios a cribar el caudal de informaci¨®n para que encuentren aquello que m¨¢s les interesa. En su nueva versi¨®n m¨®vil, te avisa cuando la gente a la que sigues empieza a hablar sobre un tema en particular. Pero la red tambi¨¦n tiene planes ¡ªcomo transformarse en una plataforma para el comercio electr¨®nico ¡ª que lo que buscan es ser m¨¢s rentable.
Aunque la empresa diera a quienes lo usan otras herramientas para personalizar el servicio, adem¨¢s de listas y botones para bloquear, probablemente no ser¨ªa suficiente. Nosotros, los usuarios, los productores, los consumidores ¡ªen nuestro af¨¢n por llamar la atenci¨®n y por ver reconocidas nuestras aportaciones como importantes¡ª somos el problema. Y nuestra necesidad (cada vez mayor) de recibir atenci¨®n y aprobaci¨®n a trav¨¦s de ¡°me gustas¡±, favoritos, respuestas e interacciones engorda el problema. Es un c¨ªrculo vicioso que no hay manera de romper, al menos por ahora.
? 2013 New York Times News Service
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