Del esquivo se?or Koum y otras costumbres raras del Mobile

Jan Koum, el fundador de WhatsApp, deber¨ªa desplazar para siempre a Ronaldo o a Messi como h¨¦roe infantil. Dudo que nadie le haya reconocido en los cortos paseos que dio en los tres d¨ªas y medio que pas¨® en Barcelona. Ning¨²n fans le ha atosigado para pedirle aut¨®grafos ni le ha reclamado la atenci¨®n salvo cuando le ve¨ªa con un cartel muy grande detr¨¢s en el que ponia WhatsApp. Y hasta dudo que los rateros de las Ramblas se tropezaran con ¨¦l para distraerle la cartera. Porque nadie dir¨ªa a primera vista que este ucraniano con pinta de frecuentar un kebab se acabara de convertir en un multimillonario de la noche a la ma?ana. Y, como no pod¨ªa ser de otra manera, ha sido el h¨¦roe y la foto de la feria. Reci¨¦n aterrizado en la Ciudad Condal acababa de dejar sin servicio a 450 millones de terr¨¢queos, provocando qui¨¦n sabe cu¨¢ntas rupturas de amantes que no pudieron llegar a la cita o cu¨¢ntas noches de desenfreno de adolescentes con la excusa perfecta para no ser controlados por sus progenitores. El bueno de Koum se limit¨® a decir: "Son cosas que pasan". Y todos tan contentos, incluyendo la OCU y Facua. Acto seguido, anul¨® todas las entrevistas pactadas con los medios

Durante toda su estancia espa?ola no se quit¨® su uniforme de hombre corriente: chaquetilla de saldo, jersey gris de baratillo y vaqueros gastados (como reci¨¦n salido de un Lefties). El f¨ªsico tampoco le ayuda: calvillo, de rostro m¨¢s vulgar que feo, sin ning¨²n rasgo que siquiera le haga singular como a los feos ilustres, hablar titubeante y enclenque dial¨¦ctica, m¨¢s bien parece un parroquiano de un kebab. Al menos Mark Zuckerberg, el due?o de Facebook que le ha hecho multimillonario, luce ricitos, mujer ex¨®tica y le han hecho una peli.

Con estos antecedentes, la fiesta de la feria en la que hab¨ªa que estar era la del cumplea?os de Koum, en el Boujis. Se sirvi¨® ponche y pastel de dise?o (8 textures de xocolata, el mejor postre del mundo en el 2001, e Insinuaci¨® de vainilla, frambuesas y bizcocho de cacao, seg¨²n leo a la pastelera en La Vanguardia). Pero cuando la cosa se anim¨® (imaginen a los chicos de Facebook descoc¨¢ndose y teni¨¦ndolo que contar todo por el Facebook por obligaci¨®n profesional) se pasaron al Dom Perignon y aquello fue Sodoma versi¨®n beta. Deber¨ªan reflexionar los nacionalistas catalanes sobre la raz¨®n que lleva a los dirigentes del Bar?a y a los popes de la era digital a agraviar a la tierra del cava pas¨¢ndose al champ¨¢n. Al d¨ªa siguiente, Koum lleg¨® tarde a su cita oficial del MWC. El Pr¨ªncipe le estuvo esperando media hora. Bueno, pero al menos le dio la mano porque hubo alguno que se la neg¨®.

Para mortales y periodistas, quedaban las fiestas de los fabricantes de cacharritos. La m¨¢s animada la de la china ZTE (hotel Hilton, pero el de Diagonal Mar), sicodelia azul y danzas varias. Hubo buena bebida en la de Samsung; papeo deconstruido de los Adri¨¢ en el Tickets (cortes¨ªa de la tambi¨¦n china Huawei); Sony ameniz¨® la suya con The Hives en el Teatre Principal de Barcelona, y la de Twitter en el MACBA, a la que no acudi¨® ning¨²n p¨¢jaro gordo de la empresa del gorjeo (el chiste es horroroso, me consta) .

Las fiestas m¨¢s petardas eran las que de alguna manera estaban a cargo de la organizaci¨®n o las de los irritantes emprendedores y sus inventos del TBO digital. Estos chicos dan la impresi¨®n de que se pasan la vida jugando al futbol¨ªn y cruz¨¢ndose fotos trucadas. Pero viven bien. Ah, sus fiestas recuerdan bastante a los guateques de los 60. La Mobile Premier Awards (sala Apolo), la Mobile Marketing Mixer Party 2014 (F¨¢brica Cervecer¨ªa Moritz), la Wayra VIP Dinner & Party (Mobile World Centre), la Bubble Over Barcelona que organizaba TechCrunch, Wearable Wednesday Barcelona (Fira de Montju?c), el Mobile Sunday 2014 y MLOVE MWC 2014 (caf¨¦ Oca?a Barcelona)

Del Congreso, el lugar m¨¢s concurrido por los ejecutivos fue el siest¨®dromo, una c¨²pula pl¨¢stica con confortables sillones blancos y chill-out relajante para los o¨ªdos. Igual de petados estaban los "green", espacios al aire libre y hierba artificial, donde los directivos se tomaban un refrigerio o un almuerzo breve no al alcance de cualquier bolsillo. Y es el men¨² econ¨®mico del MWC, costaba 37 euros.

Los mu?ecotes de la feria fueron una vez m¨¢s los peluches verdes de Android (patrocinados por Intel, eso s¨ª, que Google no paga ni impuestos). Qu¨¦ paciente era el que iba disfrazado con la camiseta del Bar?a, posando con todos los chinos y coreanos que le requer¨ªan ansiosamente para hacerse una foto. El mejor pabell¨®n, el de Samsung, y entre los m¨¢s horribles, el de Espa?a, con columnas de pl¨¢stico emulando la bandera. A las fueras del recinto de Gran V¨ªa, el mundo dejaba de ser m¨®vil y digital. Frente a la entrada al recinto, diversos colectivos, como trabajadores de Movistar o Panrico recordaban, con pancartas, pitos y petardos, que la cuarta parte del pa¨ªs (ya sea Espa?a o Catalu?a, porque en esto coinciden) est¨¢ parada.

El Mobile sigue siendo un sitio de hombres. Lamentablemente, se cuentan m¨¢s azafatas y personal auxiliar que directivas. As¨ª que, como en las ferias de autom¨®viles, es una de las pocas concentraciones en la que las colas est¨¢n en los aseos de los hombres (no lo tomen con segundas). "El MWC sigue teniendo pendiente la visibilizaci¨®n de las mujeres directivas. A pesar de notables excepciones como este a?o Mitchell Baker, CEO de Mozilla, y algunas directivas m¨¢s, en el MWC sigue habiendo mucho traje gris. En la presente edici¨®n de 34 ponentes del programa de Keynotes, solo 6 son mujeres. Desde diferentes ¨¢mbitos se est¨¢n haciendo esfuerzos para sensibilizar a las j¨®venes hacia las carreras tecnol¨®gicas, incluso acercando la tecnolog¨ªa ya en la infancia a trav¨¦s de juegos y juguetes. Pero hace falta conseguir una visibilidad en eventos tan relevantes como el MWC, d¨¢ndose a conocer referentes que pueden motivar a otras mujeres a acercarse a la tecnolog¨ªa", comenta To?i Herrero, cofundadora de Gadwoman.com , revista femenina de tecnolog¨ªa.

Los congresistas y asistentes? gozaban de wifi gratis en cada pabell¨®n, pero casi siempre ten¨ªan trampa. Hab¨ªa que logarse en el sitio del patrocinador y ya se sabe. Lo que no hab¨ªa era enchufes para todos, al menos, el primer d¨ªa. La conferencia m¨¢s concurrida y casi la ¨²nica que provoc¨® aglomeraciones, la de Zuckerberg, para contar su aventura solidaria Internet.org.

La factura del Mobile nadie la sabe. Pero lo que cada vez se escucha m¨¢s son las quejas de las telef¨®nicas y los fabricantes. Son Telef¨®nica, NTT Docomo, Samsung, Nokia, Ericsson... los que ponen la pasta pero los que se llevan la foto y los titulares son los Facebook, los WhatsApp... Es lo que tiene el gratis total que alguien siempre acaba pagando (incluyendo los viajes y estancia de los periodistas, muchos de ellos subvencionados por las marcas).

A la salida del Congreso, se reparten todo tipo panfletos, desde locales de pizza, compa?¨ªas de pago o folletos independentistas como los que repart¨ªa ?mniun Cultural bajo el el t¨ªtulo What's going on in Catalonia? Aunque el mejor panfleto es pasear por Barcelona. No hace falta ser Woody Allen y que te financie alguien para reconocer la insufrible belleza de los paseos por la ciudad de Gaud¨ª.