Financiador 2.0 busca emprendedor
La solidaridad en los tiempos de Internet est¨¢ mutando del modelo de la simple donaci¨®n al del microcr¨¦dito entre particulares
La manida frase ¡°No des peces a un hombre, ens¨¦?ale a pescar¡± tiene, desde la irrupci¨®n de los microcr¨¦ditos, una coletilla: ¡°Y, adem¨¢s, recibe de vuelta parte de sus capturas¡±. En el caso de la nueva realidad de los microcr¨¦ditos P2P (peer to peer, literalmente, de punto a punto y, en sentido figurado, entre particulares) podr¨ªa a?adirse una expresi¨®n del tipo: ¡°Y hazlo desde tu ordenador o m¨®vil, c¨®modamente¡±.
La entrada en juego de numerosas webs dedicadas a la gesti¨®n de microcr¨¦ditos P2P ha cambiado el panorama de la ayuda al desarrollo y el modo de trabajo de numerosas ONG. Frente al apadrinamiento o la donaci¨®n, hay p¨¢ginas que proponen proyectos con nombre y apellidos. Jos¨¦ Francisco, de El Salvador, necesita 900 d¨®lares para comprar semillas y herbicidas para su plantaci¨®n. Roselyn, de Filipinas, precisa 300 d¨®lares para adquirir arroz y venderlo en su peque?a tienda. Son dos emprendedores a los que podemos apoyar a trav¨¦s de Kiva, la plataforma de pr¨¦stamos P2P m¨¢s grande del mundo. Para respaldarlos, solo hay que darse de alta como usuario y donar.
Microcr¨¦ditos P2P vs. ¡®crowdfunding¡¯
El Gobierno prepara un anteproyecto de ley para regular el crowdfunding en Espa?a, una pr¨¢ctica de financiaci¨®n colectiva diferente a la de los microcr¨¦ditos P2P. "En el caso del crowdfunding social (con p¨¢ginas como Goteo.org o Microdonaciones.net) realizamos una donaci¨®n a una ONG, por ejemplo, para construir una escuela en ?frica. Aportamos hasta que el objetivo est¨¢ cumplido, pero sin recibir de vuelta nuestra inversi¨®n. En el caso de los microcr¨¦ditos P2P s¨ª que recibimos un retorno, que, por tratarse de un dinero que ya consider¨¢bamos descontado, pasamos a invertir de nuevo en otro proyecto, gener¨¢ndose una din¨¢mica muy positiva", describe Mar¨ªa L¨®pez-Escorial, profesora del Instituto de Empresa.
¡°Kiva ha conseguido movilizar 625 millones de d¨®lares, una cantidad enorme para el sector de las ONG. Hablamos de m¨¢s de 1.200.000 prestamistas particulares¡±, explica Mar¨ªa L¨®pez-Escorial, profesora del Instituto de Empresa y experta en microfinanzas. No obstante, aunque hablemos de pr¨¦stamos entre particulares, no hay que olvidar que existen intermediarios: la plataforma web, la entidad microfinanciera que gestiona los fondos en el pa¨ªs de destino, etc¨¦tera. ¡°Hay otras webs, como MyC4.com, que tienen sus propios agentes en ?frica, sustituyendo a las entidades microcrediticias, pero no crecen como Kiva porque resultan m¨¢s complejas, tanto de gestionar como para el usuario¡±, asegura L¨®pez-Escorial.
Facilidad de uso, manejo intuitivo, donaciones a partir de 25 euros¡ El modelo propuesto por las p¨¢ginas de microdonaciones P2P parece asegurar el futuro de la ayuda al desarrollo. ¡°Por un lado, el usuario invierte en un proyecto y, como financiador, recupera el dinero. Por el otro, la persona que recibe el dinero deja de ser un simple beneficiario y se convierte en un peque?o empresario que crea tejido industrial en su comunidad. Es mejor ayudar a poner en pie una empresa que venda filtros de agua que simplemente donar los filtros¡±, reflexiona L¨®pez-Escorial.
El futuro pasa por ampliar el modelo y dejar de entenderlo como una relaci¨®n vertical entre los pa¨ªses desarrollados y los que est¨¢n en v¨ªas de desarrollo. ¡°En Kiva ya existen proyectos de emprendedores estadounidenses a los que apoyar¡±. Quiz¨¢s, a medio plazo, podremos financiar, adem¨¢s de peque?as empresas en Kenia o Banglad¨¦s, micronegocios en Andaluc¨ªa o Galicia: la globalizaci¨®n de la nueva solidaridad.
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