Apple lucha contra el aburrimiento
La compa?¨ªa presenta este mi¨¦rcoles sus nuevos dispositivos, en la pelea por mantener su nivel de sorpresa y atractivo para el gran p¨²blico tras la muerte de Steve Jobs
Este mi¨¦rcoles Apple mostrar¨¢ el iPhone de la pr¨®xima temporada. Ha cambiado la localizaci¨®n del encuentro: en lugar del centro cultural Yerba Buena, ser¨¢ el auditorio Bill Graham, dedicado habitualmente a conciertos, pero tambi¨¦n el lugar que, a solo dos calles de su sede, usa Twitter para su encuentro de programadores, Flight. La elecci¨®n de este espacio hace presagiar un mayor n¨²mero de asistentes y, quiz¨¢, una zona amplia para probar las novedades con tranquilidad.
Un a?o m¨¢s el iPhone despierta expectaci¨®n. El tel¨¦fono ha cambiado la forma en que se usan los m¨®viles. S¨ª, cuando sali¨® ya los hab¨ªa con c¨¢mara, conexi¨®n a Internet, incluso con aplicaciones. Ah¨ª estaban los Nokia m¨¢s avanzados con apps, pero eran lentas y no presentaban con un patr¨®n de dise?o claro. Carec¨ªan de un lugar, una AppStore, a modo de expositor y gran escaparate. En estos siete a?os, se ha creado un est¨¢ndar que siguen Google y Amazon en sus respectivas tiendas. El 70% va para el autor, el 30% de la venta de programas para ellos.
Ya ha pasado un a?o desde que Apple renov¨® su tel¨¦fono. Mejor bater¨ªa, mejor pantalla, mejor c¨¢mara, nuevos tama?os. ?Qu¨¦ puede sacarse la manzana de la chistera? Se espera m¨¢s de lo mismo, con una excepci¨®n: Force Touch, el mismo sensor que utiliza la pantalla del Apple Watch o los ¨²ltimos ordenadores de la casa. Se trata de un mecanismo que identifica cu¨¢nta presi¨®n se ejerce con el dedo y reacciona de distinta manera en funci¨®n de su intensidad. ?Es un motivo suficiente como para sacar de nuevo la cartera para comprar la ¨²ltima versi¨®n? M¨¢s all¨¢ de los innumerables fanboys de Apple, es posible que el mercado asi¨¢tico, ¨¢vido de consumo que marca estatus, caiga en la tentaci¨®n.
Sin embargo, a pesar de los 47,5 millones de iPhones vendidos en el ¨²ltimo trimestre, m¨¢s de 700 millones en total desde su nacimiento, la sensaci¨®n de rutina comienza a ser una constante. La cifra es un 59% superior al mismo periodo del a?o pasado, pero no llega a los 49 millones de las estimaciones de los analistas. Lo interpretan como signo de cansancio.
La gesti¨®n financiera es mucho mejor con Cook. La capacidad de crear deseo y asombrar, con Jobs
Incluso para dar sorpresas, Apple sigue una f¨®rmula que se ha terminado convirtiendo en convenci¨®n. Casi al final de la presentaci¨®n, surge la frase que el resto de la industria pretende imitar: ese ¡°one more thing¡±, "una cosa m¨¢s", a modo de golpe final de efecto pensada para dejar dejar en rid¨ªculo una cr¨®nica escrita al borde del cierre de edici¨®n. Las keynotes de Apple, como les gusta llamar a sus presentaciones ¡ªno es casualidad que su programa equivalente al Power Point de Microsoft tenga ese nombre¡ª sigue un patr¨®n que estudiado. Primero, abre el directivo presentando los hitos conseguidos; acto seguido, da la palabra a expertos que han trabajado en el desarrollo del aparato o programa en cuesti¨®n; despu¨¦s se muestra en qu¨¦ consiste el valor de la novedad y, al final, vuelve a cerrar el maestro de ceremonias. En ocasiones especiales, un grupo ameniza en directo el final del encuentro. El a?o pasado, un viejo amigo e inversor de la casa, Bono y U2.?Los invitados de lujo evidencian el esfuerzo por mantener el inter¨¦s, el factor sorpresa, pero no siempre se consigue.
Septiembre se ha convertido en el mes en el que se muestra el nuevo producto, a finales de mes aparece el producto en Estados Unidos. Al resto del mundo, con China como prioridad, se le abastece seg¨²n la capacidad de la cadena de suministro permite. El consumidor estadounidense tambi¨¦n da por hecho que siempre se saltar¨¢ una generaci¨®n; las operadoras ofrecen contratos con renovaci¨®n de terminal a los 24 meses. Y ya no se ven colas en sus tiendas. Incluso con el Apple Watch han tratado de terminar con ellas requiriendo una cita previa para hacer una prueba de compra m¨¢s profunda. El oto?o es tiempo de iPhone. La primavera, de iPads.
Impulsar las ventas
Con todos estos datos, ?qu¨¦ armas tiene Apple para impulsar las ventas del iPhone, ya elevadas, de su tel¨¦fono sin resultar demasiado repetitiva? Ya pasaron de las 4,3 pulgadas ¡ªel ideal seg¨²n Jobs y principal argumento para descalificar a Samsung por parte de los fieles de la manzana¡ª a 4,7 y 5,5 pulgadas. Y ya mejoraron la c¨¢mara, la bater¨ªa es capaz de llegar al final del d¨ªa lejos del enchufe, un milagro para aquellos que sufrieron los problemas de autonom¨ªa del 5 y 5S.
Ateni¨¦ndose a la invitaci¨®n, el asistente de voz, Siri, tendr¨¢ gran protagonismo. ¡°Siri, give us a hint¡± ("Siri, danos una pista"), rezaba el correo que emplaza al encuentro. Tanto Microsoft con Cortana, integrado en Windows 10, como Google, con Now, han dado grandes pasos en el terreno de la inteligencia artificial. Las tres propuestas reconocen las peticiones orales con un alto rango de acierto. Es c¨®modo, siempre que al usuario no le importe hablar en voz alta con un aparato. Se espera que Siri sea capaz de funcionar con un rango m¨¢s amplio de programas, que consiga hacer reservas en un restaurante o que cierre una cita en el dentista.
Tambi¨¦n, a pesar del salto de calidad en las ¨²ltimas versiones de la c¨¢mara trasera, es probable que la fiebre selfi traiga como consecuencia una mejora notable en la frontal.
La cifra de venta de iPhones es un 59% superior al mismo periodo del a?o pasado, pero no llega a los 49 millones de las estimaciones de los analistas
Es obvio que la empresa que fund¨® el visionario Jobs junto al na?f Wozniak ha cambiado. Se considera que se ha mantenido el legado, con todo su valor, pero se han tomado decisiones que apuntan a un nuevo rumbo. En Silicon Valley es un mito del que se cuentan leyendas sobre qu¨¦ hizo en tal cafeter¨ªa o c¨®mo aparcaba en una plaza que no le correspond¨ªa su Mercedes sin matr¨ªcula. Era perfeccionista y meticuloso. En su trayectoria final solo una aplicaci¨®n empa?a su nivel de exigencia, los mapas de Apple. Ahora, los peque?os errores del Apple Watch, como se encienda y apague si se comen palomitas o pida que el usuarios se ponga de pie cada hora, sin tener en cuenta ¡ªteniendo sensores tiene para ello¡ª si est¨¢ en el cine, un avi¨®n o conduciendo, no parecen propios de ¨¦pocas anteriores. A cambio, Tim Cook ha hecho de Apple una empresa menos personalista, donde los equipos tienen m¨¢s que decir, m¨¢s abierta y flexible.
Apple sigue un patr¨®n fijo incluso para las sorpresas.?El oto?o es tiempo de iPhone. La primavera, de iPads
Cuando Jobs muri¨® se dio por hecho que dejar¨ªan de innovar, que perder¨ªan la frescura de la innovaci¨®n constante del padre de la criatura. La respuesta, filtrada en forma de prototipos en sus estudios y un gran abanico de patentes, comienza a cuestionarse. Era una forma de decir que dej¨® la nevera llena. La gran duda es si el almac¨¦n de ideas se est¨¢ renovando con el mismo ritmo sin bajar el list¨®n.
Paul Saffo, profesor de innovaci¨®n y predicci¨®n en la Universidad de Stanford y la Singularity University, se remonta al nacimiento del iPod para explicar c¨®mo ha evolucionado la empresa. Cuenta que cuando Jobs volvi¨® a Apple, a punto de echar el cierre, comenz¨® a trabajar con los ingenieros. Ten¨ªan entre manos un Safari Pad, algo as¨ª como el iPad del paleol¨ªtico. Jobs entendi¨® que el producto no se pod¨ªa aprovechar a¨²n, que no era algo que se pudiera fabricar y sacar al mercado, pero s¨ª una parte. As¨ª naci¨® el reproductor que revolucion¨® la industria musical. ¡°Era un genio en el manejo de los tiempos, en el desarrollo de producto y en el posicionamiento en el mercado. Es cierto que tras su muerte se le ha mitificado, pero no hay duda de que sab¨ªa crear productos inesperados en el momento justo¡±, subraya.
Yukari I. Kane, autora del libro?El imperio encantado, un an¨¢lisis de Apple sin Jobs, apunta en la misma direcci¨®n. La gesti¨®n financiera es mucho mejor con Cook. La capacidad de crear deseo y asombrar, con Jobs. Incluso se atreve con una comprometida afirmaci¨®n: "Tim Cook era un maestro de las hojas de c¨¢lculo, no de la innovaci¨®n".
Mientras las cr¨ªticas por su previsibilidad inundan Internet, la acci¨®n de Apple sigue volando alto. Va camino de ser la primera empresa que alcance el trillion, el equivalente el bill¨®n espa?ol, un mill¨®n de millones de d¨®lares de valor. Esta escalada burs¨¢til no aplaca la codicia de los accionistas. La presi¨®n es palpable. Los vaivenes recientes de la bolsa China han tambaleado su cotizaci¨®n en Wall Street. Carl Quintanilla, periodista de CNBC, mand¨® un email a Cook interes¨¢ndose por ello. El consejero delegado contest¨® personalmente y el redactor puso en Twitter el email de respuesta. Surti¨® efecto y se normaliz¨® la cotizaci¨®n.
Apple ha pasado de ser una comunidad, una secta seg¨²n sus detractoras, a una m¨¢quina de publicidad. No hac¨ªan anuncios en prensa, ya fueran revistas o peri¨®dicos, y las vallas sol¨ªan estar en lugares ic¨®nicos. La campa?a m¨¢s recordada son las siluetas coloreada bailando con el iPod y sus caracter¨ªsticos auriculares blancos.
?Qu¨¦ puede sacarse la manzana de la chistera??La incorporaci¨®n de un sensor de la impresi¨®n, la ampliaci¨®n de las funciones de Siri o la mejora de la c¨¢mara frontal
De su art¨ªstico corto de 1984, tomando la novela de Orwell como ancla para atacar a la uniformidad de Microsoft, a peque?os clips en los que una m¨²sica alegre adorna im¨¢genes que apelan a los sentimientos. Casi siempre, muestran qu¨¦ se puede hacer con un iPhone. No se habla de megap¨ªxeles, procesadores, o tama?o de la memoria, sino de maravillosos montajes de las vacaciones o una motivaci¨®n extra para darlo todo en el gimnasio. Las vallas publicitarias no est¨¢n solo en las esquinas m¨¢s transitadas de Manhattan. Al contrario, carteles de grandes dimensiones evidencian las bondades de su c¨¢mara en capitales de medio mundo, incluso en carreteras. Como si de un fabricante m¨¢s se tratase, contratan banners de publicidad en Internet.
La empresa de Cupertino no ha sido as¨ª siempre. Tuvo su halo, basado en la comunidad y la fuerte personalidad de Steve Jobs. Desde hace seis a?os la entradas para su cita anual de desarrolladores, a 1.500 d¨®lares, se han vendido en cuesti¨®n de minutos. Antes de que el iPhone tuviese aplicaciones, Apple ve¨ªa c¨®mo en las filas de asientos del Moscone Center quedaban varias hileras con huecos. Incluso se cursaban llamadas para invitar a desarrolladores. Al final y al cabo, eran una empresa de ordenadores, de excelente dise?o, con un sistema operativo bien pulido, pero minoritario. El mi¨¦rcoles suceder¨¢ lo contrario. Solo un pu?ado de elegidos de antemano por Apple tendr¨¢ su asiento y sabr¨¢ de primera mano c¨®mo ser¨¢n sus pr¨®ximos productos para calentar el oto?o.
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