?Por qu¨¦ hay personas m¨¢s enganchadas al m¨®vil que otras?
Rasgos de la personalidad como la impulsividad o la falta de autocontrol son las claves, seg¨²n un estudio
Los espa?oles consultamos el m¨®vil una media de 150 veces al d¨ªa, tengamos o no notificaciones. Es fruto de lo que los expertos denominan "llamada imaginaria". Estos datos, publicados por la Sociedad de la Informaci¨®n en Espa?a de Telef¨®nica en 2014, reflejan una tendencia imparable: cada vez se nos hace m¨¢s dif¨ªcil vivir sin smartphone. Pero, dentro del uso generalizado, hay usuarios m¨¢s enganchados al m¨®vil que otros. ?A qu¨¦ se debe? Rasgos de la personalidad como la impulsividad y la falta de autocontrol son claves para desarrollar esta adicci¨®n tecnol¨®gica, seg¨²n un reciente estudio publicado en Psychonomic Bulletin & Review2.
"La tecnolog¨ªa no tiene componentes que por s¨ª mismos puedan cambiar la conducta, como s¨ª tiene el tabaco con la nicotina, por lo que el uso adictivo recae casi todo en caracter¨ªsticas de cada persona", explica la psic¨®loga de la Universidad de Navarra, Charo S¨¢daba. ¡°As¨ª, es la propia personalidad, el propio car¨¢cter, la que va a determinar cu¨¢nto de peligroso es para ti un uso excesivo del tel¨¦fono¡±. La impulsividad o la falta de autocontrol ya estaban ligados al desarrollo de otro tipo de adicciones; sin embargo, y como remarcan los autores del estudio, no hab¨ªa hasta ahora investigaciones emp¨ªricas sobre que estos rasgos tambi¨¦n estuvieran relacionados con la dependencia al m¨®vil.
La creciente dependencia al m¨®vil ha creado nuevas patolog¨ªas, como la nomofobia (No-Mobile-phone-Phobia), el miedo a estar sin el m¨®vil
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Temple en Philadelphia (EE UU), prueba que las personas que refieren h¨¢bitos m¨¢s dependientes al tel¨¦fono son tambi¨¦n aquellas que muestran una mayor tendencia a conseguir gratificaciones inmediatas y tienen una personalidad m¨¢s impulsiva.
Los investigadores ofrecieron a un centenar de participantes una recompensa que iba multiplic¨¢ndose cu¨¢nto m¨¢s tarde aceptaban recibirla (la suma final era siempre 1.000 d¨®lares). Adem¨¢s, a esos mismos individuos se les realiz¨® una prueba para medir el control de sus impulsos: deb¨ªan apretar un bot¨®n de respuesta cuanto ve¨ªan unos est¨ªmulos determinados y abstenerse cuando eran del tipo contrario. El cruce de estos datos, junto al cuestionario sobre la dependencia al tel¨¦fono, daba como respuesta que los participantes m¨¢s enganchados a los dispositivos electr¨®nicos eran tambi¨¦n aquellos que aceptaban las recompensas inmediatas m¨¢s peque?as y exhib¨ªan una falta de control sobre sus impulsos.
As¨ª, la investigaci¨®n responde a la pregunta ¡°?Qu¨¦ lleva a las personas a estar enganchadas a sus tel¨¦fonos?¡± y concluye que se debe a que los individuos no pueden controlar sus impulsos. La creciente dependencia al m¨®vil ha creado, incluso, nuevas patolog¨ªas cada vez m¨¢s extendidas, como la nomofobia (No-Mobile-phone-Phobia), el miedo a estar sin el m¨®vil. ¡°Es un miedo patol¨®gico que puede provocar un s¨ªndrome de abstinencia que no ser¨ªa muy diferente al que despierta el alcohol o el tabaco¡±, explica el psic¨®logo Ismael Dorado.
La impulsividad o la falta de autocontrol ya estaban ligados al desarrollo de otro tipo de adicciones
Este tipo de adicciones tecnol¨®gicas afectan m¨¢s a los adolescentes. ¡°Est¨¢n en una fase maduraci¨®n y de formaci¨®n de la personalidad, y uno de los elementos a?adidos y caracter¨ªsticos de esta fase es la falta de autocontrol. Porque est¨¢n aprendiendo a controlarse y a ser aut¨®nomos¡±, razona la experta en el impacto de la tecnolog¨ªa en los j¨®venes, Charo S¨¢daba. Debido a esta impulsividad y autocontrol, los adolescentes son uno de los grupos m¨¢s dependientes del tel¨¦fono m¨®vil.
Pero, no son los ¨²nicos. En Espa?a ya est¨¢n disponibles terapias de desconexi¨®n para adultos. Varias cadenas hoteleras ofrecen packs de desintoxicaci¨®n digital en los que se deja el tel¨¦fono m¨®vil bajo llave en recepci¨®n. Sin embargo, los expertos advierten de que esto no resuelve el problema de fondo: la clave toda est¨¢ en el autocontrol.
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