Por qu¨¦ los m¨®viles robados o perdidos ¡®aparecen¡¯ en esta casa de Atlanta

Desde que Christina Lee y Michael Saba empezaron a vivir juntos, a principios de 2015, se han encontrado con que unas cuantas personas se han presentado en su casa de Atlanta con la intenci¨®n de recuperar un tel¨¦fono perdido o robado. En una ocasi¨®n hasta se present¨® all¨ª la polic¨ªa en busca de una adolescente desaparecida ya que la ubicaci¨®n de su tel¨¦fono parec¨ªa indicar que se encontraba en la casa de Lee y Saba. Es, claro, un motivo de preocupaci¨®n para ellos; las personas que se presentan en su casa no est¨¢n precisamente de buen humor.

El origen de sus problemas parece estar en que la casa de Lee y Saba est¨¢ en una calle de algo m¨¢s de un kil¨®metro y medio en la que apenas hay nueve puntos de acceso WiFi. Los tel¨¦fonos m¨®viles tienen como principal herramienta para localizar su ubicaci¨®n el GPS, que les permite decir con una precisi¨®n de pocos metros donde est¨¢n. Pero cuando, por la raz¨®n que sea, no son capaces de determinar su posici¨®n mediante el GPS usan la informaci¨®n acerca de la ubicaci¨®n de las redes WiFi que detecta y, si eso tampoco funciona, usan la ubicaci¨®n de la direcci¨®n IP que tienen.

Las bases de datos de las direcciones f¨ªsicas de cada red WiFi y la direcci¨®n IP son mantenidas por una serie de empresas que emparejan la direcci¨®n IP de un m¨®vil en cada momento con la posici¨®n GPS que detecta; la direcci¨®n IP es como una especie de n¨²mero que identifica a cada dispositivo que se conecta a Internet. Grosso modo, es como si fuera su n¨²mero de tel¨¦fono.

El GPS usa la informaci¨®n de las redes WiFi que detecta y si eso no funciona usa la ubicaci¨®n de la direcci¨®n IP

Pero a veces la precisi¨®n de las bases de datos de direcciones IP no es muy grande, y esto es lo que parece suceder en el caso de la casa de Lee y Saba: cuando se consulta la direcci¨®n f¨ªsica a la que corresponde una direcci¨®n IP en su zona la respuesta por defecto apunta a un lugar situado a unos 300 metros de su casa, que es la m¨¢s cercana que tiene un punto de acceso WiFi.

De ah¨ª todas esas visitas inesperadas y esos m¨®viles perdidos que aparecen en su casa, a pesar de que, seg¨²n dice el experto en seguridad inform¨¢tica Dave Maynor uno no deber¨ªa fiarse de la ubicaci¨®n f¨ªsica de la direcci¨®n IP que dan las bases de datos mucho m¨¢s all¨¢ de para saber en qu¨¦ estado o pa¨ªs se encuentra el dispositivo que la tiene.

El caso de Lee y Saba es muy similar al de Joyce Taylor, una mujer de Kansas propietaria de una granja muy pr¨®xima a las coordenadas que devolv¨ªa durante alg¨²n tiempo la base de datos de Maxmind cuando no pod¨ªa determinar la ubicaci¨®n de una IP con m¨¢s precisi¨®n que la de poder decir que estaba en Estados Unidos.

Como cualquier otra tecnolog¨ªa, la geolocalizaci¨®n tiene sus limitaciones

Como cualquier otra tecnolog¨ªa la geolocalizaci¨®n tiene sus limitaciones, y entender estas es muy importante de cara a usarla correctamente. Los usuarios no suelen ser no son conscientes de ellas y tampoco lo son a menudo las fuerzas de seguridad, que se pueden presentar en el domicilio de un inocente bas¨¢ndose en una IP contenida en un correo electr¨®nico o cualquier otro documento.