Uber estrena su coche sin conductor en San Francisco

Despu¨¦s de tres meses de pruebas en Pittsburgh, Uber comienza a desplegar su modelo de coche sin conductor en la ciudad donde naci¨®, San Francisco. Los coches aut¨®nomos comenzar¨¢n a funcionar con normalidad desde este jueves. Todos ser¨¢n el mismo modelo, un Volvo XC90 con una serie de modificaciones que lo han convertido en aut¨®nomo. En el exterior llama la atenci¨®n una caja con sensores y c¨¢maras sobre el techo, pero no ser¨¢ el ¨²nico cambio. En su interior se han multiplicado las pantallas para tener mejor control de la situaci¨®n. Siempre ir¨¢ una persona en el asiento del conductor, que servir¨¢ tanto de supervisor, para tomar notas y ver que todo funciona como debe, como de auxiliar en caso de tener que tomar el control del veh¨ªculo.

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Uber argumenta que este avance es su prioridad. ¡°La promesa del coche sin conductor es clave para hacer el transporte mucho m¨¢s fiable para todos. Aunque de momento solo ser¨¢ a la luz del d¨ªa, el coche autoconducido va a ser una pieza fundamental del futuro del transporte. Un futuro que nos ilusiona¡±, explic¨® d¨ªas antes del lanzamiento Travis Kalanick, fundador y consejero delegado de una startup cuya valoraci¨®n supera los 60.000 millones de d¨®lares y ya ha recibido m¨¢s de 15.000 millones de inversi¨®n. Uber naci¨® hace siete a?os y ya funciona en m¨¢s de 70 pa¨ªses.

Para los clientes ser¨¢ algo opcional, pero no le aparecer¨¢ a todos. Al abrir la aplicaci¨®n, si el trayecto escogido entra dentro de los m¨¢rgenes de los Volvo adaptados, aparecer¨¢ una notificaci¨®n ofreciendo al consumidor probarlo. Si no quiere subirse en ¨¦l, vendr¨¢ un Uber tradicional. El precio, de momento, ser¨¢ el mismo que si fuese un ch¨®fer. Uber no ha concretado la cantidad de veh¨ªculos rodando. Tan solo han concretado que son menos de un centenar.

Despu¨¦s de probarlo la sensaci¨®n es extra?a. El coche en apariencia va sin tener que tocar volante o pedales. Se mueve con la misma naturalidad que los que le rodean, pero solo lo hace en ciertas calles de la ciudad. SOMA, el barrio de la tecnolog¨ªa, donde naves industriales se suceden, es el que mejor maneja. M¨¢s all¨¢ de Market la arteria comercial, un atasco perpetuo, comienza a sufrir. Estos primeros coches, que apenas llegan a un centenar, no har¨¢n viajes fuera de la ciudad. Es decir, no se podr¨¢ ir al aeropuerto o cruzar el puente Golden Gate en ellos. Impresiona, pero no da miedo. A la vez, el tr¨¢fico demasiado denso, como pasa con los modelos de Tesla, obliga a poner las manos sobre el volante y controlar el coche.

Llegar tan pronto es primordial para Uber. Y hacerlo en San Francisco, capital de Silicon Valley, un mensaje poderoso. Uber reconoce que quiz¨¢ no era la ciudad ideal, pero s¨ª el mejor sitio para lanzar el mensaje al resto del mundo: ¡°Tiene sus retos, claro. Much¨ªsimas bicicletas, un tr¨¢fico muy denso y carriles estrechos. Esto dificulta la labor de nuestros coches¡±.

La elecci¨®n de Volvo tampoco es casual. El fabricante n¨®rdico siempre ha presumido de sus medidas de seguridad. En los a?os 70, 80 y 90 fueron pioneros en pruebas de choque, as¨ª como en la creaci¨®n de elementos de seguridad pasiva y activa que con el tiempo se han convertido en la norma para la industria. Como el caso del cintur¨®n de seguridad de tres puntos, el mismo que se sigue usando.

Uber, que comenz¨® con coches de alta gama bajo demanda a trav¨¦s de una aplicaci¨®n, se centr¨® en los auto de particulares para escalar a gran velocidad. Se sumaron, junto a Airbnb, a la ola de la econom¨ªa compartida para argumentar que hac¨ªan una mejor explotaci¨®n de los recursos. A la vez se argumentaba una ayuda o dinamizaci¨®n de econom¨ªas dom¨¦sticas. En el quinto cumplea?os de Uber se llevaron a madres que consegu¨ªan ingresos extra conduciendo a tiempo parcial o jubilados que completaban la pensi¨®n. Este modelo de transporte, denominado Uber X, ha sido el que ha puesto contra las cuerdas al taxi en muchas ciudades de Estados Unidos. Si los planes de un coche sin conductor prosperan es posible que estos nuevos empleados por cuenta propia, pues Uber nunca ha accedido a contratarlos, pasen a sentir lo mismo que los taxistas.

La aplicaci¨®n se centra en la seguridad para adoptar esta f¨®rmula. Argumentan que las ciudades ser¨¢n m¨¢s limpias, seguras y eficientes, tambi¨¦n que cada a?o m¨¢s de 1,3 millones de personas mueren cada a?o en accidentes de tr¨¢fico, en el 94% de los casos por errores humanos, pero hay intereses m¨¢s profundos. Tan pronto como Uber se pueda deshacer de los conductor su rentabilidad ser¨¢ mucho mayor. En la actualidad comparten ingresos. El 80% para el conductor, que pone tambi¨¦n el coche, y el 20% para la startup. Quitar al humano de la ecuaci¨®n lo hace m¨¢s eficiente: pueden funcionar sin descansos obligatorios, tener un mejor control sobre las horas pico sin necesidad de subir el precio para incentivar que m¨¢s conductores ofrezcan sus servicios.

El veh¨ªculo sin un humano a su cargo abre la puerta a nuevos negocios que completen el central, como l¨ªneas fijas que complementen el transporte p¨²blico o lo suplan, portes gratis a cambio de ir a visitar un comercio o asistir a un evento. Uber no oculta su inter¨¦s en potenciar que se compartan los viajes para que haya menos veh¨ªculos en las carreteras.

El estreno llega solo un d¨ªa despu¨¦s de que Google anuncie la creaci¨®n de una divisi¨®n, Waymo, dentro de Alphabet para investigar de manera m¨¢s profunda la que ha sido una de sus ideas m¨¢s sorprendentes. Google ha sido pionera en este campo y la que m¨¢s ha ayudado a popularizarlo. Sin embargo, tanto Tesla con el autopiloto, como Uber con esta novedad, lo han llevado a los consumidores antes y de una manera m¨¢s efectiva.

El campo del coche sin conductor es un campo cada vez m¨¢s competido. Ford, que ha desplazado su laboratorio de investigaci¨®n a Palo Alto, vaticin¨® que sus modelos llegar¨ªan a las carreteras en 2021.

Para Uber, cuya salida a bolsa se rumorea de manera incesante desde hace m¨¢s de un a?o, este puede ser el golpe de efecto definitivo, por lo medi¨¢tico del mismo y, tambi¨¦n, por quitar de enmedio su gran problema, la relaci¨®n con sus propios conductores y con los sindicatos y asociaciones de taxis de la mayor¨ªa de las ciudades.