?Quieres saber cu¨¢l es la contaminaci¨®n de tu calle?
Un proyecto europeo crea un sistema que combina tecnolog¨ªa espacial con ¡®big data¡¯ e Internet de las cosas para monitorizar la calidad de vida en las ciudades

En Mil¨¢n es preocupante la contaminaci¨®n; en Amberes, la p¨¦rdida de calor de las calefacciones; en Helsinki, el riesgo de inundaciones; en el municipio londinense de Kensington y Chelsea, la densidad de poblaci¨®n, y en Madrid, aparte de la calidad del aire, el aumento de las llamadas noches tropicales durante las olas de calor del verano.
En estas grandes urbes vivimos expuestos a una cadena de problemas, muchos derivados de una ineficiente gesti¨®n de los recursos. La contaminaci¨®n del aire y la lum¨ªnica nos provocan problemas de salud y la mala gesti¨®n del suelo impide que la ciudad y sus habitantes respiren por la escasez de ¨¢rboles o de amplias zonas verdes. Pero, a la vez, el calentamiento influye en la temperatura de las calzadas, lo que acaba afectando a la calidad del agua que sale de nuestro grifo.

El ejemplo de las ciudades mencionadas no es casual. Por la variedad de sus situaciones, han sido las primeras en probar la versi¨®n piloto de un nuevo sistema, denominado Decumanus (un t¨¦rmino empleado para la planificaci¨®n urban¨ªstica en el Imperio romano) destinado a lograr que los ayuntamientos e incluso los propios ciudadanos puedan monitorizar la calidad de vida en su ciudad. Esta herramienta utiliza una combinaci¨®n de datos obtenidos de la tecnolog¨ªa espacial, el Internet de las cosas (de sensores medioambientales y datos de tr¨¢fico a smartphones y redes sociales), el big data y las t¨¦cnicas de an¨¢lisis de datos (data analytics).
Las ciudades generan el 75% del PIB mundial, pero tambi¨¦n el 70% de las emisiones de CO2 y los datos obtenidos con esta herramienta ayudar¨¢n a los ayuntamientos o comunidades aut¨®nomas a controlar su eficiencia. Pero, en ¨²ltimo t¨¦rmino, ayudar¨¢n a tomar decisiones a los ciudadanos, a las propias comunidades de vecinos o a los gestores de los edificios de las empresas.
Con esta herramienta se han creado m¨¢s de 90 indicadores avanzados sobre siete cuestiones ¡ªclima urbano, calidad del aire y del agua, salud, eficiencia energ¨¦tica, variaciones del volumen de poblaci¨®n y uso del suelo¡ª, que ofrecen un elevado detalle sobre la situaci¨®n en cada calle, barrio e incluso edificio. Decumanus, liderado por la tecnol¨®gica Indra, ha sido financiado con 3,5 millones de euros entre la UE, dentro uno de sus programas marco de investigaci¨®n, y por diversas empresas.
¡°Vimos que hac¨ªan falta herramientas y datos para apoyar las pol¨ªticas europeas destinadas a mitigar y adaptar los diversos entornos al cambio clim¨¢tico, sobre todo a nivel local y contando con la implicaci¨®n de los ciudadanos¡±, explica Julia Pecci L¨®pez, jefa del proyecto en Indra.
Se han creado m¨¢s de 90 indicadores avanzados que ofrecen un elevado detalle sobre la situaci¨®n en cada calle, barrio e incluso edificio
En 30 meses, que concluyeron el pasado mayo, idearon el proyecto e hicieron pruebas en diversas ciudades. Han participado cinco empresas, dos universidades, cinco grandes urbes y diversos organismos, como la Federaci¨®n de Municipios Europeos o el Centro Aeroespacial Alem¨¢n (DLR). ¡°Hay dos tendencias en relaci¨®n con el uso de los datos que se obtienen desde el espacio¡±, explica Marino Palacios Morera, experto en Observaci¨®n de la Tierra en Indra. ¡°Por un lado, la de buscar formas de rentabilizar la gran cantidad de im¨¢genes de sat¨¦lite que se pueden obtener y, por otro, utilizar esta tecnolog¨ªa espacial para el desarrollo de servicios para usuarios finales. La dificultad est¨¢ en el procesamiento de esos datos junto con los de los sensores en tierra, las herramientas de big data, para su tratamiento, y las anal¨ªticas, que nos permiten fusionarlos y darles m¨¢s valor¡±.
?Qu¨¦ pueden cambiar este sistema? ¡°Las ciudades pueden tener a su disposici¨®n datos que les pueden permitir variar poco a poco c¨®mo les afecta el clima desde la actualidad hasta 2100. Con ellos pueden predecir la evoluci¨®n de la calidad del aire o saber c¨®mo va a impactar en la salud de la poblaci¨®n (tanto si no se hace nada como si se cambiasen las pol¨ªticas)¡±, resalta la jefa de este programa. ¡°Tambi¨¦n los pueden usar para analizar c¨®mo pueden paliar la contaminaci¨®n del agua por vertidos, sedimentos o mal uso; para lograr una mayor eficiencia energ¨¦tica gracias a las renovables; para monitorear el crecimiento, tanto de la ciudad como de la poblaci¨®n, e incluso para medir el impacto en los ciudadanos de estas cuestiones en distintos momentos del d¨ªa o del a?o (de noche, en periodo de vacaciones...)¡±.
En el proyecto piloto de Madrid, se centraron en el castizo barrio de Chamber¨ª, una zona con numerosos edificios antiguos. Uno de los objetivos era averiguar los que necesitaban una rehabilitaci¨®n urgente y el sobrecoste que supon¨ªa no hacerla para los vecinos. Y en Amberes, a base de termograf¨ªas, averiguaron la temperatura de los tejados para comprobar la p¨¦rdida de calor. El resultado fue un mapa, volcado en una web, en el que se identifica con colores la situaci¨®n, edificio por edificio: el rojo (alta p¨¦rdida de calor) y el azul (buen aislamiento). Con ello, este Ayuntamiento pretend¨ªa que la poblaci¨®n tomara conciencia de la importancia de aislar debidamente sus casas.
Con el proyecto acabado, ahora solo depende de los ayuntamientos hacerse con esta tecnolog¨ªa para redise?ar las ciudades, esta vez ya no el trazo del cardo y el decumano sino el camino de la eficiencia y del uso responsable de los recursos.
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