Coches el¨¦ctricos y aut¨®nomos, el cambio llega sobre ruedas
Protagonista del siglo XX, el autom¨®vil atraviesa ahora una profunda transformaci¨®n. La conducci¨®n aut¨®noma y la movilidad el¨¦ctrica y compartida prometen cambiar nuestra forma de vida
"El autom¨®vil va a cambiar m¨¢s en los pr¨®ximos 10 a?os que en los 100 anteriores¡±, insist¨ªa Carlos Ghosn, presidente de la Alianza Renault-Nissan, en el pasado Sal¨®n de Detroit, hace solo unos d¨ªas. La frase se ha convertido en un mantra con el que martillea a sus auditorios en el ¨²ltimo a?o. Y aunque fue el primero en decirlo, no est¨¢ solo: con ligeras variaciones se han ido sumando casi todos los ejecutivos del sector. ¡°La tecnolog¨ªa del coche aut¨®nomo ya est¨¢ a punto: podemos hacer circular un autom¨®vil por la carretera sin necesidad de llevar un conductor. Pero no est¨¢ lista su incorporaci¨®n a la sociedad, y tenemos que ser muy cuidadosos al hacerlo para no provocar rechazo¡±, declaraba a EL PA?S Melissa Cefkin, en el pasado CES de las Vegas (Costumer Electronics Show), hasta hace poco cient¨ªfica de la NASA y ahora una de las m¨¢ximas responsables del ¨¢rea de inteligencia artificial en el centro de investigaci¨®n de conducci¨®n aut¨®noma que tiene Nissan en Silicon Valley (California).
La llegada acelerada y casi simult¨¢nea de dos tecnolog¨ªas de ruptura, el coche el¨¦ctrico y la conducci¨®n aut¨®noma, va a permitir acabar con las dos grandes lacras hist¨®ricas del autom¨®vil, la contaminaci¨®n y las muertes que provoca su uso. Y nos llevar¨¢n a un nuevo escenario que har¨¢ realidad el sue?o del doble cero: cero emisiones, cero accidentes. Sin embargo, con todo lo que supone la llegada del nuevo paradigma, lo realmente importante es que la revoluci¨®n trasciende al autom¨®vil y va mucho m¨¢s all¨¢ de las cuatro ruedas. En realidad, va a cambiar nuestra forma de vida y gran parte de lo que la rodea, desde el paso de la propiedad del coche al pago por servicio, a nuestro papel activo al volante, que dejar¨¢ de ser imprescindible y permitir¨¢ destinar al uso profesional o l¨²dico el tiempo que pasemos a bordo.
Adem¨¢s, los nuevos servicios de movilidad, personal y compartida, afectar¨¢n tambi¨¦n a las ciudades, que, aparte de mejorar dr¨¢sticamente la calidad del aire con el coche a pilas, tendr¨¢n menos veh¨ªculos en movimiento y podr¨¢n afrontar un nuevo reparto del espacio devolviendo a las personas y los equipamientos sociales parte del que ocupa el autom¨®vil. Queda a¨²n mucho camino por recorrer para disfrutar las ventajas de esta revoluci¨®n transversal, unos 20 a?os, y grandes retos por superar, como la adaptaci¨®n de la legislaci¨®n al coche sin conductor para dilucidar responsabilidades en caso de accidente, o su convivencia con los autom¨®viles manuales, y sobre todo con los conductores y peatones que se saltan las normas. Y se atisban desaf¨ªos ¨¦ticos para establecer prioridades para minimizar da?os ante siniestros inevitables, si los ocupantes del propio coche, los del contrario o los peatones son los afectados.
Todos estos muros acabar¨¢n cayendo, y al final del camino, lo que se empieza ahora a vislumbrar es algo que en 250 a?os de historia del autom¨®vil se hab¨ªa considerado ciencia-ficci¨®n: el coche volador. La confluencia tecnol¨®gica entre la conducci¨®n aut¨®noma y los drones puede hacerlo realidad antes de lo que imagin¨¢bamos.
1. La mec¨¢nica: movilidad a pilas
El coche el¨¦ctrico ya est¨¢ aqu¨ª, pero su implantaci¨®n se va a acelerar. La evoluci¨®n de las bater¨ªas est¨¢ superando las previsiones m¨¢s optimistas: cada vez permiten recorrer m¨¢s kil¨®metros y tienen costes m¨¢s competitivos. Su popularizaci¨®n depende ya solo de un mayor despliegue de infraestructuras de carga y de las limitaciones de acceso que establezcan los Ayuntamientos a los veh¨ªculos t¨¦rmicos. Algo m¨¢s adelante, a partir de 2020, las autonom¨ªas reales de los modelos a pilas llegar¨¢n a 500 kil¨®metros y las recargas para recorrerlos se har¨¢n en lo que se tarda en tomar un caf¨¦. Para entonces, el coche el¨¦ctrico podr¨¢ competir tambi¨¦n como primer veh¨ªculo.
2. El espacio: m¨¢s peque?os pero m¨¢s grandes
¡°Los futuros modelos el¨¦ctricos podr¨¢n ofrecer el espacio interior y la capacidad de maletero de un Passat actual en la longitud de un Golf¡±, aseguraba Michael Mauer, director de dise?o de VW, en la presentaci¨®n del prototipo VW I.D. en el ¨²ltimo Sal¨®n de Par¨ªs. ¡°La electrificaci¨®n del autom¨®vil abre posibilidades in¨¦ditas y dar¨¢ m¨¢s libertad a los dise?adores a la hora de crear nuevos modelos¡±, declaraba a EL PA?S Ian Callum, director de dise?o de Jaguar.
La mayor simplicidad de los coches el¨¦ctricos ¡ªno llevan escapes, cambio ni transmisiones, ni circuitos de refrigeraci¨®n¡ª permite reducir el tama?o de las mec¨¢nicas en un cap¨® delantero minimizado. Y como las bater¨ªas pueden ir debajo del piso, se libera mucho espacio para ampliar el habit¨¢culo. Si a esto le sumamos la conducci¨®n aut¨®noma, que permitir¨¢ ocultar el volante y los pedales cuando no se utilicen, y mover los asientos por el habit¨¢culo, el espacio a bordo ser¨¢ mayor, y mucho m¨¢s flexible y modulable.
El concepto de coche particular se ir¨¢ reduciendo para acabar siendo minoritaria
3. La comunicaci¨®n: Internet de las cosas
El autom¨®vil ofrecer¨¢ conectividad 100%, tanto en tiempo, porque ser¨¢ permanente, como en cobertura, que ser¨¢ universal. As¨ª, el coche estar¨¢ conectado en tiempo real con los dispositivos de comunicaci¨®n del conductor y los ocupantes para ofrecerles acceso a sus e-mails, redes sociales, etc¨¦tera. Pero se comunicar¨¢ tambi¨¦n con todo tipo de objetos que puedan transmitir informaci¨®n, como otros veh¨ªcu?los, c¨¢maras de tr¨¢fico y cualquier infraestructura a trav¨¦s del Internet de las cosas. El objetivo es optimizar los servicios, desde buscar itinerarios alternativos a reservar postes de recarga de bater¨ªas o plazas de aparcamiento. Pero el autom¨®vil estar¨¢ tambi¨¦n permanentemente conectado con su fabricante, tanto para avisar de cualquier incidencia como para recibir alertas si hay riesgo de aver¨ªa.
La llamada de emergencia a los servicios sanitarios en caso de accidente, que se hace ya de forma autom¨¢tica en muchos modelos cuando se activa alg¨²n airbag, ser¨¢ obligatoria a partir de 2018 en la Uni¨®n Europea.
4. Las funciones: del cuarto de estar a la oficina con ruedas
¡°La diferenciaci¨®n del autom¨®vil y las marcas, que ahora se basa en detalles como dise?o, potencia o prestaciones, ser¨¢ muy diferente y estar¨¢ en la inteligencia del coche, en qu¨¦ sabe y c¨®mo me ayuda y dialoga conmigo. Y como viviremos m¨¢s en su interior, querremos que tenga todo lo que nos gusta, desde el ambiente a nuestros olores y m¨²sica preferidos¡±, declaraba Herbert Diess, presidente de VW autom¨®viles. El comprador del coche particular, igual que el del familiar, incluyendo aqu¨ª los alquileres y leasing de larga duraci¨®n, podr¨¢ configurar su dise?o interior y funciones de acuerdo a sus gustos y necesidades personales, desde el n¨²mero y tipo de asientos a su disposici¨®n, materiales, ambiente y decoraci¨®n, iluminaci¨®n, etc¨¦tera.
La nueva movilidad afectar¨¢ tambi¨¦n a nuestras ciudades, con un nuevo reparto del espacio urbano¡±
El otro punto diferenciador ser¨¢ el asistente personal, la novedad com¨²n presentada por varias marcas en el ¨²ltimo CES de Las Vegas. Se trata de un secretario virtual, el equivalente a Siri de Apple, que ejecutar¨¢ nuestras ¨®rdenes orales o gestuales. As¨ª, podr¨¢ leer correos y mensajes, reservar mesa en un restaurante o sacar entradas para un espect¨¢culo, llevar nuestra agenda, pedir cita en el taller, etc¨¦tera. Tambi¨¦n, gracias a la inteligencia artificial, el coche aprender¨¢ nuestros gustos y elegir¨¢ la m¨²sica preferida o el programa de conducci¨®n seg¨²n nuestro estado de ¨¢nimo, y nos avisar¨¢ de los atascos proponiendo la mejor ruta alternativa.
En el caso de los coches de empresa, la diferencia es que ser¨¢n oficinas rodantes y dispondr¨¢n de todos los servicios y comunicaciones.
5. La propiedad: de comprarlo a compartirlo
El concepto de coche particular, incluyendo otras soluciones actuales de propiedad compartida con el arrendador, se mantendr¨¢, pero caer¨¢ de forma acusada en los pa¨ªses desarrollados hasta convertirse en minoritario. El concepto binario del autom¨®vil actual ¡°un coche, un ocupante¡± tender¨¢ a desaparecer y se impondr¨¢ el coche compartido: cada veh¨ªculo tendr¨¢ varios usuarios y pasajeros en el d¨ªa.
6. Los servicios: movilidad a la carta y pago por uso
En el futuro, a partir de 2020, se impondr¨¢ de forma masiva el pago por uso o pago por servicio, que el cliente contratar¨¢ con diferentes plataformas de movilidad, ya sean las de los fabricantes de coches actuales o compa?¨ªas especializadas. Unas y otras se aliar¨¢n o competir¨¢n a la vez con las especialistas en cada servicio concreto.
Las plataformas de movilidad resolver¨¢n las necesidades de transporte combinando las alternativas disponibles: desde autom¨®viles a motos, bicicletas e incluso patinetes el¨¦ctricos para cubrir los tramos ¨²ltimo kil¨®metro. Y podr¨¢n hacerlo con sistemas de registro ¨²nico para poder acceder en todo el mundo sin tener que darse de alta en cada ciudad o pa¨ªs visitado.
Otra modalidad que se implantar¨¢ r¨¢pidamente y ayudar¨¢ a reducir los atascos ser¨¢ la informaci¨®n din¨¢mica de tr¨¢fico, como ya hace Waze, que tiene m¨¢s de 50 millones de usuarios en el mundo y crece en subida libre. Aqu¨ª cada conductor y su coche act¨²an como sensores din¨¢micos que informan de forma autom¨¢tica o por decisi¨®n personal al sistema inform¨¢tico y a los dem¨¢s usuarios sobre la situaci¨®n del tr¨¢fico.
7. La revoluci¨®n: el trayecto compartido en tiempo real
El trayecto compartido (ride sharing) ser¨¢ ¡°el servicio que revolucionar¨¢ la movilidad urbana¡±, seg¨²n expertos como Carl Friedrich Eckhardt, director del Centro Especializado en Movilidad Urbana de BMW. Y como aumentar¨¢ dr¨¢sticamente la ocupaci¨®n de los coches en movimiento, contribuir¨¢ a reducir el tr¨¢fico de forma significativa en las grandes urbes. Funcionar¨¢ de forma parecida a Blablacar, pero el proveedor del servicio podr¨¢ ser un profesional o un particular, que anunciar¨¢n en tiempo real el trayecto que est¨¦n realizando a trav¨¦s de una aplicaci¨®n para que puedan compartirlo quienes vayan en la misma direcci¨®n.
8. El coche aut¨®nomo: robotizaci¨®n por etapas
Las funciones de la conducci¨®n aut¨®noma se ir¨¢n incorporando por fases a lo largo de los pr¨®ximos a?os, pero el conductor deber¨¢ seguir al volante en lo que se ha denominado como conducci¨®n delegada. En 2017 empezar¨¢n a llegar los primeros pilotos autom¨¢ticos para autopista, como los que ofrecen ya, con limitaciones de tiempo, algunas marcas exclusivas.
En 2018 este sistema sumar¨¢ tambi¨¦n la funci¨®n autom¨¢tica de adelantamiento y cambio de carril. Y hacia 2020 la de circulaci¨®n autom¨¢tica en ciudad para alcanzar la madurez en un horizonte 2025-2030, cuando el autom¨®vil llegue a la fase 5 de automatizaci¨®n y abandone la conducci¨®n delegada para circular por si solo sin conductor. Entretanto, el coche 100% aut¨®nomo se empezar¨¢ a implantar con los taxis robot, de momento, siempre con conductor, como hace ya en Singapur la compa?¨ªa nuTonomy, una start-up auspiciada por el MIT (Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts).
9. Inteligencia artificial: coches que hablan
Es lo que falta por implementar para que el coche deje atr¨¢s la conducci¨®n delegada, con el conductor al volante, y pueda ofrecer con absoluta seguridad un funcionamiento 100% aut¨®nomo en el que el puesto de conducci¨®n sea prescindible.
La soluci¨®n final pasa por una coordinaci¨®n perfecta entre varias tecnolog¨ªas y sistemas. Por una parte, los equipos de radares, c¨¢maras y sensores del veh¨ªculo; por otra, los futuros navegadores con cartograf¨ªas ultraprecisas y m¨¢rgenes de error inferiores al cent¨ªmetro.
Y, por ¨²ltimo, los equipos de inteligencia artificial (IA), que est¨¢n ahora almacenando los protocolos de comportamiento de todos los actores que participan en el tr¨¢fico, desde conductores a motoristas, ciclistas, peatones y hasta animales. Pero tambi¨¦n est¨¢n memorizando las costumbres y tradiciones de cada pa¨ªs o regi¨®n: no se cruza igual una rotonda en Los ?ngeles que en Madrid, Teher¨¢n o Calcuta, ni son iguales las condiciones meteorol¨®gicas, el estado y agarre del piso ni el color de las l¨ªneas del asfalto.
Gracias a la inteligencia articial, el coche aprender¨¢ nuestros gustos y evitar¨¢ atascos
As¨ª, el coche aut¨®nomo deber¨¢ almacenar esa cantidad ingente de informaci¨®n y ser capaz de procesarla en mil¨¦simas de segundo para encontrar la mejor soluci¨®n a cada situaci¨®n, lo que llevar¨¢ al l¨ªmite los nuevos superprocesadores.
Pero todo eso implica tambi¨¦n convivir y comunicarse con los dem¨¢s coches aut¨®nomos y con los que no lo son, con ciclistas y motoristas, y con las infraestructuras. Y por supuesto con los peatones.
Cuando el coche aut¨®nomo alcance la madurez, entre 2025 y 2030, no solo sabr¨¢ conducir respetando las reglas establecidas igual o mejor que la mayor¨ªa de los humanos, sino que habr¨¢ procesado las costumbres e infracciones m¨¢s habituales en cada zona o pa¨ªs para aplicar al instante soluciones ante cualquier imprevisto, como un peat¨®n cruzando fuera del paso establecido.
Y tendr¨¢ tambi¨¦n que conducir lo m¨¢s parecido posible a un humano, pero sin mostrarse demasiado prudente para no exasperar por su lentitud, ni excesivamente agresivo para poner en tensi¨®n o en peligro a sus ocupantes.
Resolver todos esos desaf¨ªos ser¨¢ clave para evitar que una implantaci¨®n precipitada de la conducci¨®n aut¨®noma provoque accidentes fatales que desencadenen el rechazo de la sociedad.
10. Conducci¨®n aut¨®noma y drones: nace el coche volador
Parece un sue?o infantil o pura ciencia-ficci¨®n, pero hay ya un buen n¨²mero de compa?¨ªas investigando el coche volador. Algunas son casi desconocidas, como Terrafugia, que ya ha mostrado sus primeros ensayos. Y otras son tan populares y prestigiosas como la NASA o Airbus, que reconocen estar trabajando en su desarrollo.
Y es que las tecnolog¨ªas del coche aut¨®nomo y las de los drones comparten muchos elementos comunes, desde radares, l¨¢ser, c¨¢maras y GPS. Y la fusi¨®n entre ellas re¨²ne todos los ingredientes necesarios para que ese encuentro amoroso acabe alumbrando la llegada del autom¨®vil volador.
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