Los pediatras declaran la guerra contra los dispositivos inteligentes para beb¨¦s
Los m¨¦dicos afirman que esos monitores llenan las urgencias con falsas alarmas
Calcetines que calculan la frecuencia card¨ªaca, sensores que miden los niveles de ox¨ªgeno o pa?ales inteligentes que analizan la orina de los beb¨¦s y env¨ªan a una app m¨®vil los datos sobre el riesgo de deshidrataci¨®n, infecciones o problemas renales. La tecnolog¨ªa lo tiene (casi) todo para que los padres controlen el bienestar de sus hijos. Para los m¨¦dicos, sin embargo, los beb¨¦s data se han convertido en una pesadilla. El equipo del Children¡¯s Hospital de Filadelfia ha publicado un art¨ªculo en el que critica el uso de esos monitores y afirma que su principal efecto es llenar los departamentos de urgencias con falsas alarmas.
¡°Para la mayor¨ªa de los beb¨¦s sanos, no hay ninguna necesidad del uso de esos monitores en casa¡±, defiende Elizabeth Foglia, neonat¨®loga y coautora del texto publicado en la revista JAMA, de la Asociaci¨®n M¨¦dica Americana (American Medical Association).
Foglia y sus colegas, los pediatras Christopher Bonafide y David Jaminson, explican que los sensores de se?ales vitales tampoco disminuyen el riesgo del S¨ªndrome de Muerte S¨²bita en el Lactante, uno de los mayores miedos de los padres. ¡°En cambio, que el lactante duerma boca arriba en vez de boca abajo o de lado, o que no se fume en el entorno del beb¨¦, son medidas contrastadas que si han demostrado disminuir la muerte s¨²bita y que no cuestan e incluso ahorran dinero¡±, se?ala Federico Martin¨®n-Torres, jefe de Pediatr¨ªa del Hospital Santiago de Compostela.
Los fabricantes de esos dispositivos reconocen que no pueden prevenir el s¨ªndrome, pero en su publicidad afirman que los aparatos emiten ¡°se?ales de alerta¡±. Es el caso de Owlet, una marca citada por los m¨¦dicos del Children¡¯s Hospital. Ese monitor, que cuesta 230 euros, es un calcet¨ªn inteligente que promete controlar el ritmo cardiaco, los niveles de ox¨ªgeno, temperatura corporal y calidad del sue?o del reci¨¦n nacido.
Para los pediatras, que han analizado cinco modelos de monitores fisiol¨®gicos, con precios entre 140 euros y 280 euros, esos aparatos provocan m¨¢s estr¨¦s en los padres, en vez de tranquilizarles. Foglia explica, por ejemplo, que los beb¨¦s sanos tienen ca¨ªdas ocasionales de ox¨ªgeno de menos del 80%, sin consecuencias, y que eso no ser¨ªa motivo de alarma. ¡°Esos artefactos se aprovechan de la inseguridad y de la dificultades para conciliar las responsabilidades paternales con las laborales y acaban por generar m¨¢s inseguridades y m¨¢s preocupaci¨®n¡±, opina Martin¨®n-Torres.
Reglamentaci¨®n
Los pediatras estadounidenses abogan por que los monitores sean reglamentados por la agencia que controla los medicamentos en EE UU, la Agencia de Administraci¨®n de Alimentaci¨®n y Medicamentos (FDA, por sus siglas en ingl¨¦s). ¡°No hay evidencias de que los sensores sean precisos en la medici¨®n de las se?ales vitales¡±, dicen. La marca Owlet afirma en su p¨¢gina web que ya ha enviado a la FDA una solicitud para la aprobaci¨®n del dispositivo. Aunque estos obtengan el visto bueno, el equipo del Children¡¯s Hospital defiende que la comunidad m¨¦dica debe debatir si el uso de los sensores es apropiado, una vez que una peque?a se?al de ca¨ªda del nivel de ox¨ªgeno podr¨ªa ocasionar una visita a urgencias, un an¨¢lisis de sangre innecesario o incluso el ingreso hospitalario del beb¨¦.
M¨¢ximo Vento Torres, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neonatolog¨ªa, afirma que los sensores m¨¢s eficaces son aquellos de alta precisi¨®n, desarrollados por m¨¦dicos, y que son utilizados por un breve per¨ªodo y en circunstancias espec¨ªficas, como en el caso de algunos beb¨¦s prematuros. ¡°Ellos pueden tener riesgo de apnea y recomendamos los dispositivos para acortar su estancia en el hospital¡±, explica. Vento Torres se?ala que, en esos casos, los padres reciben una formaci¨®n en reanimaci¨®n cardiorrespiratoria. ¡°Los aparatos, por muy inteligentes que sean, no ayudan en nada si sus alertas no generan la reacci¨®n adecuada¡±, concluye.
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