Los robots ya pueden sentir empat¨ªa
La tecnolog¨ªa est¨¢ eliminando los l¨ªmites que diferencian a los humanos de los androides
La premisa de la famosa novela de Philip K. Dick ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas?, que se public¨® por primera vez en marzo de 1968, es que la empat¨ªa define nuestra humanidad. La novela y la pel¨ªcula directamente inspirada en ella ¨C Blade Runner de Ridley Scott ¨C describen a unos androides que son indistinguibles de los seres humanos y a los que solo se les puede descubrir mediante el test de empat¨ªa de Voight-Kampff, una especie de detector de mentiras.
En la novela ¨C que est¨¢ ambientada en 1992, un a?o futurista en la ¨¦poca en que se public¨® ¨C la gente necesitaba m¨¢quinas para desarrollar su empat¨ªa. Se registraba en una ¡°m¨¢quina de la empat¨ªa¡± que a su vez la conectaba al sufrimiento de una figura casi religiosa. Un ¡°¨®rgano del estado de ¨¢nimo¡± dom¨¦stico controlaba los estados de ¨¢nimo y las motivaciones de la gente seg¨²n un n¨²mero que se marcaba en ¨¦l.
Y tambi¨¦n se supon¨ªa que todo el mundo ten¨ªa que cuidar a una criatura. Como los animales estaban casi extinguidos en ese mundo apocal¨ªptico post-nuclear, la gente compraba criaturas artificiales para cuidarlas. Hacia el final de la novela, el personaje principal, Deckard, encuentra un sapo en el campo y cree que es de verdad. Su mujer confirma que el sapo es falso y compra moscas artificiales para ¡°alimentarlo¡±.
La tecnolog¨ªa actual dista mucho de poder crear androides que sean indistinguibles de los seres humanos, pero parece que los investigadores de rob¨®tica se hallan cerca de construir m¨¢quinas capaces de sentir empat¨ªa. Un art¨ªculo cient¨ªfico de 2011 describ¨ªa un procedimiento experimental en el que un sujeto humano que llevaba una red de sensores de la actividad cerebral en el cuero cabelludo realizaba varias tareas. El robot (llamado ROBERT) detectaba el esfuerzo mental de la persona usando los sensores y proporcionaba informaci¨®n verbal (de texto a voz de una base de datos de informaci¨®n personal) sobre los alumnos con los que la persona se encontraba, en diferentes estilos seg¨²n el nivel de actividad mental.
Pero esa no es la clase de empat¨ªa que Dick ten¨ªa en mente. Cuando los cient¨ªficos hablan de empat¨ªa, se centran en la empat¨ªa cognitiva, llamada a veces ¡°teor¨ªa de la mente¡±. Es la capacidad para entender las opiniones, los sentimientos y las intenciones de los dem¨¢s. No significa sentir simpat¨ªa o compasi¨®n. En 2015, un robot llamado Pepper suscit¨® mucha atenci¨®n por su capacidad para leer las expresiones emocionales de las personas y ¡°ofrecer un contenido apropiado¡±. Pepper se expresa cambiando el color de sus ojos y de la tableta o el tono de voz. Sin embargo, esto no significa que el propio Pepper pueda sentir emociones.
Cuando los cient¨ªficos hablan de empat¨ªa, se centran en la empat¨ªa cognitiva, llamada a veces ¡°teor¨ªa de la mente¡±. Es la capacidad para entender las opiniones, los sentimientos y las intenciones de los dem¨¢s. No significa sentir simpat¨ªa o compasi¨®n
El hecho de tener esta teor¨ªa de la mente tambi¨¦n permite a los seres humanos enga?ar a otras personas, algo que los androides de Dick hac¨ªan al hacerse pasar por un humano. Entonces ?qu¨¦ pasa con los robots del mundo real? ?Son lo suficientemente buenos como para enga?ar?
En septiembre de 2010, New Scientist inform¨® de que el coche robot ROVIO hab¨ªa enga?ado a su rival en un juego del escondite, un logro que el art¨ªculo describ¨ªa como ¡°un paso hacia la creaci¨®n de m¨¢quinas que puedan intuir nuestros pensamientos y sentimientos y nuestras intenciones¡±. Sin embargo, un experto se?alaba que esto ¡°era muy diferente de la teor¨ªa de la mente humana¡±, porque lo que hab¨ªa hecho ROVIO era muy espec¨ªfico de la tarea y no demostraba el concepto generalizado del enga?o que tienen los humanos.
Las apariencias no enga?an
Existe una enorme diferencia entre lo que los robots pueden hacer y lo que los seres humanos hacen en lo que se refiere a la empat¨ªa. Sin embargo, una importante distinci¨®n entre el futuro en el que estamos entrando y el futuro imaginado en la novela de Dick puede ser el hecho de que los robots sociales del mundo real no sean ¡°replicantes¡±. Muchos dise?adores de robots prefieren las formas animadas, ya que esto evita el efecto del ¡°valle inquietante¡± identificado por el experto en rob¨®tica japon¨¦s Masahiro Mori. Esta teor¨ªa mantiene que los artefactos muy humanoides pueden provocar una sensaci¨®n de miedo o de repulsi¨®n en los seres humanos de verdad.
Los dise?adores optan por las formas animadas porque tambi¨¦n son divertidas, especialmente para los ni?os, como por ejemplo el robot Tega, descrito como un cruce entre un Furby y un Teletubby. Tega se presenta como un robot de compa?¨ªa que puede ser un buen ejemplo para los ni?os cuando se programa con comportamientos adecuados.
Muchos dise?adores de robots prefieren las formas animadas, ya que esto evita el efecto del ¡°valle inquietante¡± identificado por el experto en rob¨®tica japon¨¦s Masahiro Mori
Algunos desarrolladores prefieren usar para estas m¨¢quinas el t¨¦rmino ¡°robot de asistencia social¡±, en contraposici¨®n con el de ¡°robot social¡±. Su objetivo es ayudar a los cuidadores, a los terapeutas y a los profesores en su trabajo. Uno de esos ¡°ayudantes sociales¡± es Paro, que parece un beb¨¦ de foca y se usa como alternativa a la terapia con animales de compa?¨ªa en residencias de la tercera edad.
Otro de los usos prometedores de este tipo de robots es el trabajo terap¨¦utico con ni?os autistas. El autismo se asocia a las dificultades para interpretar las convenciones sociales y para interactuar con los dem¨¢s. Los estudios han demostrado que los juegos que se juegan con un adulto o con otro ni?o a trav¨¦s de un robot, como Kaspar, con aspecto de mu?eca, pueden ayudar a los ni?os autistas a salir de su caparaz¨®n.
Parece inevitable que los robots entren en nuestras vidas, pero existen opiniones divididas sobre si es lo mejor para la humanidad. Sus defensores inciden en las ventajas para el aprendizaje. Sin embargo, los estudios indican que los ni?os que crecen inmersos en la tecnolog¨ªa podr¨ªan ser menos propensos a considerar que los animales vivos tienen derecho a que no les hagan da?o.
La premisa de ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? era que la empat¨ªa diferencia a los seres humanos de los androides. Sin duda, la tecnolog¨ªa est¨¢ eliminando este l¨ªmite, pero sea lo que sea lo que el futuro depare a la humanidad, la novela de Dick sigue siendo un relato conmovedor sobre lo que significa ser realmente humano.
Raya A. Jones es profesora adjunta de Ciencias Sociales, Universidad de Cardiff
Cl¨¢usula de divulgaci¨®n: Raya Jones ha escrito este art¨ªculo bas¨¢ndose en un discurso pronunciado en el Cardiff BookTalk, cardiffbooktalk.org.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la web The Conversation.
Traducci¨®n de News Clips.
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