Google quiere terminar con la pesadilla de confirmar que no somos robots
ReCaptcha v3 pretende acabar con la necesidad de identificar im¨¢genes, completar caracteres o terminar sumas para poder acceder a un servicio
Se trata de un momento en el que la desesperaci¨®n puede acabar con uno: llegar a una p¨¢gina y tras solicitar el acceso al ¨¢rea privada, el sistema duda de nuestra identidad y quiere asegurarse que no somos un robot. Queda claro que esta medida es tristemente necesaria pero la contrapartida es encontrarse uno marcando sem¨¢foros en un bodeg¨®n de fotos variopintas o bien completando operaciones matem¨¢ticas como ¡°1+4=¡° en las que el sistema se asegura que quien intenta acceder es un ser de carne y hueso y no una m¨¢quina. Estos procesos son desesperantes en muchos caso y en los que se pierde un valios¨ªsimo tiempo. Y sin embargo, podr¨ªan tener los d¨ªas contados.
Google anunci¨® la semana pasada el lanzamiento de reCaptcha en su tercera versi¨®n, una nueva iteraci¨®n de este sofisticado sistema de validaci¨®n que, por primera vez, libra al humano de tener que hacer nada para acreditar su identidad. En todos los sistemas acreditaci¨®n anteriores, el usuario ha debido llevar a cabo alg¨²n tipo de acci¨®n que resultara inviable para una m¨¢quina, como identificar elementos en fotograf¨ªas borrosas o bien, en la ¨²ltima versi¨®n, marcar una casilla que acompa?a al texto ¡°No soy un robot¡±. Sin embargo, Google nos quiere librar de hasta un simple clic del rat¨®n con un sistema que determine por nosotros si somos humanos o no.
Este es precisamente el esp¨ªritu de reCaptcha v3, un sistema de autenticaci¨®n de usuarios que se basa ¨²nicamente en el an¨¢lisis del comportamiento del usuario en un determinado sitio para descartar que se trate de un bot. La idea es sencilla: los humanos y las m¨¢quinas son muy diferentes en su actividad en una p¨¢gina web, siendo los primeros err¨¢ticos y caprichosos, mientras que los segundos siguen patrones m¨¢s matem¨¢ticos y sin una coherencia explicable. As¨ª, por ejemplo, un administrador puede deducir que su web est¨¢ siendo asediada por un ej¨¦rcito de robots cuando comprueba que un intento masivo de registros en una p¨¢gina de opiniones, por ejemplo, no cuenta con un n¨²mero equivalente en aproximaci¨®n de opiniones publicadas.
Comodidad frente a privacidad
No cabe duda de que reCaptcha v3 supondr¨¢ un avance significativo en la experiencia de uso de las webs que lo instalen, ya que el usuario no ser¨¢ consciente en ning¨²n momento que est¨¢ siendo monitorizado celosamente. Con su aplicaci¨®n ¡°la usabilidad de las webs mejorar¨¢¡±, explica Fernando Su¨¢rez, vicepresidente del Consejo de Colegios de Ingenier¨ªa Inform¨¢tica. Este experto alerta de un peaje que el usuario deber¨¢ asumir por esta automatizaci¨®n: su privacidad. ¡°Asusta saber que el sistema obtiene informaci¨®n ya no solo de las p¨¢ginas que visitamos, sino del propio comportamiento que mostramos dentro de ella¡±, afirma. Su¨¢rez se refiere a que el sistema rastrea la actividad del usuario hasta llegar al momento de la identificaci¨®n hasta que determina si es humano o no.
?Por qu¨¦ husmea reCaptcha en nuestros movimientos de rat¨®n y teclado? Este nuevo m¨¦todo de identificaci¨®n se basa en un sistema de puntuaciones de 1 a 10 en el que cuanto m¨¢s nos acerquemos al extremo superior, tendremos m¨¢s posibilidades de ser humano. Cada usuario ir¨¢ acumulando un scoring de manera que pueda servir para identificar al usuario como humano en funci¨®n de actividad en la web, y todo ello en aras de la automatizaci¨®n del sistema. La API del sistema est¨¢ ya disponible para que los administradores de las webs que lo deseen comiencen a instalar reCaptcha v3.
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