¡°Nos dicen: ¡®Si quer¨¦is salvaros de la pandemia ten¨¦is que renunciar a toda privacidad¡¯. No es verdad¡±
Dos premios Turing, Shafi Goldwasser y Silvio Micali, explican c¨®mo la criptograf¨ªa que ya existe resolver¨¢ pronto problemas que hoy parecen sin soluci¨®n
Shafi Goldwasser (Nueva York, 1958) y Silvio Micali (Palermo, 1954) llevan toda una vida dedicados a las matem¨¢ticas, la inform¨¢tica y la criptograf¨ªa. Han resuelto problemas imposibles, han ganado los premios m¨¢s importantes y han incluso fundado sus empresas. ¡°Yo he decidido crear la m¨ªa porque antes de esperar que otro se d¨¦ cuenta de que se puede hacer blockchain de un modo distinto, me arremango y lo hago yo. Si no, no lo hace nadie¡±, dice Micali.
Ahora ven c¨®mo la soluci¨®n tecnol¨®gica principal que se plantea para ayudar contra la pandemia -el rastreo de contactos digital- podr¨ªa usar sus t¨¦cnicas criptogr¨¢ficas inventadas hace a?os, pero apenas nadie lo intenta a¨²n. Es un ejemplo de c¨®mo los procesos de implantaci¨®n, tambi¨¦n en el mundo de la tecnolog¨ªa, son m¨¢s lentos de lo que parece. ¡°No s¨¦ exactamente cu¨¢l es la barrera. Para llegar a manos de los consumidores necesitas un enorme consenso de muchas partes¡±, dice Goldwasser. ¡°Es interesante por qu¨¦ la gente empieza a usar algo. Deben alinearse muchas cosas: necesidad, que alguien quiera comercializarlo y darle un empuj¨®n. No es solo que las matem¨¢ticas est¨¦n ah¨ª y que la tecnolog¨ªa pueda construirse, sino que alguien quiera realmente hacerlo¡±, a?ade. Esta pandemia puede ser un empuj¨®n para que en la pr¨®xima esas soluciones sean m¨¢s probables.
La criptograf¨ªa es esencial en el funcionamiento de Internet: sirve para demostrar que somos quienes decimos que somos o para asegurar que nadie que no sea su destinatario lee nuestros mensajes. Desde los a?os ochenta, Goldwasser y Micali trabajan en m¨¦todos para mejorarla. Su trabajo les vali¨® conjuntamente en 2012 el premio Turing, el Nobel de la inform¨¢tica, y en 2018 el premio Fundaci¨®n BBVA Fronteras del Conocimiento en nuevas tecnolog¨ªas. Sus trabajos han demostrado que el drama recurrente entre privacidad y seguridad tiene soluciones hasta ahora no estudiadas. ¡°Yo creo en la criptograf¨ªa porque puede impedir que nos digan: ¡®Chicos, si quer¨¦is salvaros ten¨¦is que renunciar a toda privacidad¡¯. No es verdad. La criptograf¨ªa nos permite seguir viviendo y que haya confidencialidad¡±, dice Micali.
Micali tiene su teor¨ªa sobre por qu¨¦ los avances te¨®ricos en tecnolog¨ªa tardan tanto en llegar a un uso pr¨¢ctico para consumidores. ¡°Lo que aprendes en la escuela y la universidad es lo que aplicas. Si un inform¨¢tico sabe desde la universidad que existen herramientas que permiten combinar precisi¨®n y privacidad, cuando se convierte en alguien importante lo aplica. Hay que esperar una generaci¨®n para que los nuevos empleados sepan estas cosas. Requiere tiempo¡±, dice.
?Qu¨¦ pueden hacer las teor¨ªas de Goldwasser y Micali? Resolver en parte el dilema entre privacidad de los ciudadanos y seguridad para todos. ¡°Queremos conservar privacidad y no queremos encontrar informaci¨®n sobre ti: d¨®nde estuviste o a qu¨¦ hora¡±, explica Goldwasser. ¡°Lo que buscamos es alguna se?al que, agregada, sirva para saber d¨®nde se est¨¢ infectando la gente o d¨®nde es m¨¢s probable que suceda: en la calle o en un interior, en una habitaci¨®n grande o peque?a¡±. Esta criptograf¨ªa permite hacer c¨¢lculos con montones de datos sin que ning¨²n participante los vea, con lo que la privacidad queda asegurada.
Esto es importante estos d¨ªas en que los Gobiernos europeos y de todo el mundo debaten c¨®mo puede ayudar la tecnolog¨ªa a rastrear contactos con Bluetooth para saber si has estado cerca de alguien que ha dado positivo por covid-19. En la versi¨®n que mejor preserva la privacidad, la notificaci¨®n de la exposici¨®n se da solo en el tel¨¦fono de los ciudadanos. Es cada persona la que entonces debe decidir si alerta a las autoridades sanitarias. Pero el Gobierno no tiene ni idea de cu¨¢ntos posibles casos nuevos hay cada d¨ªa (solo sabe las llamadas que recibe) ni c¨®mo se han producido estos contactos. Este es el protocolo que apoyan Apple y Google con su tecnolog¨ªa.
Hay pa¨ªses que creen que esta informaci¨®n es insuficiente. En Europa, sobre todo, Francia y Reino Unido. Ambos buscan soluciones para que el Gobierno sepa m¨¢s. Pero sin usar la tecnolog¨ªa de Apple y Google es mucho m¨¢s dif¨ªcil que el Bluetooth de los m¨®viles funcione bien. La criptograf¨ªa podr¨ªa ayudar: ¡°?Es posible preservar la privacidad incluso si centralizas la informaci¨®n? La respuesta es s¨ª. Desde los a?os ochenta hemos tenido este tipo de protocolos. Entonces eran te¨®ricos pero ahora son pr¨¢cticos. Se puede hacer¡±, dice Goldwasser.
La pieza de un puzle
Goldwasser ha usado recientemente en una videoconferencia en Berkeley la met¨¢fora de una pieza de puzle: ¡°Si tienes una pieza del puzle y est¨¢ bien cortada, no te revela nada de la imagen, pero si las pones todas juntas s¨ª. La pieza del puzle es el trozo de datos que t¨² tienes¡±, dice. Si puedes ponerlos todos juntos, tendr¨¢s el resultado que buscas sin ver los datos originales.
El m¨¦todo consiste en encriptar los datos individuales y mandarlos a un servidor p¨²blico. Sin revelar nada, con esos datos encriptados puedes hacer c¨¢lculos agregados, preparar estad¨ªsticas sobre d¨®nde la gente se infecta, a qu¨¦ hora del d¨ªa, si sucede en casa, en la oficina o en la calle. ¡°No es un tipo de computaci¨®n complicada, el tipo de estad¨ªstica no es compleja, puede hacerse encriptada de manera eficiente¡±, dice Goldwasser. El problema es que el coronavirus ha llegado r¨¢pido y de repente. Goldwasser tiene una empresa en Israel que est¨¢ en contacto con Gobiernos europeos para poder hacer algo as¨ª. Pero es dif¨ªcil que tenga resultados pronto. ¡°Puede usarse en m¨¢s sectores. Debe desarrollarse. Probablemente en meses, antes de lo que pensamos. Alguien tiene que verlo¡±, dice.
Este tipo de tecnolog¨ªa se ha usado para el blanqueo de dinero, por ejemplo. Los bancos son reacios a dar los datos de sus clientes para ver si alguien mueve mucho dinero entre un mont¨®n de bancos, pero este tipo de colaboraci¨®n cifrada es m¨¢s viable. Igual puede ocurrir con datos m¨¦dicos.
Micali, por su lado, propone una app que defina el n¨²mero total de contactos en la sociedad. Su objetivo ser¨ªa medir si con las diferentes fases del desconfinamiento los contactos entre gente crecen de manera acelerada: ¡°Abro la playa. Si los encuentros van de tres de media a 200, tengo que preocuparme. No se trata solo de rastreo. El pobre Gobierno que quiera hacer una pol¨ªtica inteligente tiene el derecho a saber cu¨¢ntos encuentros se producen. Pero no lo sabemos¡±, explica. Y a?ade: ¡°La app no tiene seud¨®nimos, no tiene nada. Solo el n¨²mero de encuentros¡±. Ser¨ªa por tanto completamente privada.
Los esfuerzos de Micali tambi¨¦n van dirigidos a limpiar el buen nombre de blockchain: ¡°Las blockchain tradicionales no lo son, solo se llaman as¨ª. Vend¨ªan algo que ya no se vende, pero ahora la gente quiere blockchain: pues borro el nombre y lo cambio¡±, dice. Eso hace que blockchain sea hoy algo risible: ¡°Es un mito. Hay dos o tres descentralizadas, las otras 2.000, nada¡±, dice. Como con la criptograf¨ªa para la privacidad, los cambios llegan despacio.
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