La antigua pero fr¨¢gil ciencia de las aplicaciones que prometen ayudarte a dormir o concentrarte
Probamos dos apps que emplean distintos m¨¦todos de generaci¨®n de sonidos para modificar las ondas cerebrales y valoramos su efectividad con la ayuda de expertos
Estas l¨ªneas tendr¨ªan que ser fruto de la actividad de una mente concentrada. Se han escrito al son del modo Focus de la aplicaci¨®n Brain.FM. De los cascos sale una lejana melod¨ªa que recuerda al sonido de un hang -instrumento de percusi¨®n consistente una pieza hueca de metal- y mucho m¨¢s pr¨®ximo se oye un zumbido parecido al que se escucha al bucear. El toque submarino es uno de los canales disponibles, tambi¨¦n se puede optar por un bosque, la lluvia o sencillamente elegir entre estilos, como m¨²sica cl¨¢sica o electr¨®nica.
Brain.FM naci¨® en 2005 como una patente registrada por ingeniero de software y fundador de esta startup, Adam Hewett. El propio documento describe el sistema como ¡°un m¨¦todo para incorporar el arrastre de ondas cerebrales en una composici¨®n de audio a trav¨¦s de la modulaci¨®n selectiva de elementos de la composici¨®n¡±. En 2015, la patente se materializ¨® en la aplicaci¨®n que est¨¢ poniendo la banda sonora de la redacci¨®n de este texto. Adem¨¢s de seleccionar estilos y sonidos, los usuarios pueden elegir el estado mental que est¨¢n buscando -concentraci¨®n, sue?o o relajaci¨®n- y el tiempo de la sesi¨®n.
?Funciona? Es pronto, pero podemos hablar de tres ventajas superficiales: las canciones -por llamarlas de alguna manera- son f¨¢ciles de ignorar, es decir no vas a descubrirte a ti mismo marcando el ritmo con la cabeza ni se te quedar¨¢n pegadas durante d¨ªas. Por otra parte, los movimientos de los vecinos desaparecen del paisaje sonoro asociado al teletrabajo. Adem¨¢s si se utilizan auriculares con cable, se logra el efecto secundario de estar literalmente atado al ordenador.
Tambores de guerra
En su m¨¢s simple descripci¨®n -escuchar m¨²sica para conseguir un estado u otro-, Brain.FM no es nada nuevo, explica Jordi Auset, doctor en comunicaci¨®n, ingeniero y m¨²sico. ¡°La influencia de la m¨²sica en los estados de ¨¢nimo es conocida. Existen indicios o referencias desde las antiguas culturas egipcia y griega¡±. El experto se remite a la historia de la humanidad para encontrar todo tipo de ejemplos de estas pr¨¢cticas. Cita la biblia, los hospitales musulmanes entre los siglos X y XVII, la obra del jesuita espa?ol Juan Eusebio Nieremberg, autor de Oculta filosof¨ªa de la m¨²sica en el hombre y la naturaleza; la contrataci¨®n del cantante de ¨®pera Farinelli por parte del rey Felipe V para mejorar su estado depresivo; el encargo del conde Karl von Keyserlingk a Johann Sebastian Bach de la composici¨®n de obras musicales para tratar su insomnio; o incluso el uso de tambores en las batallas. ¡°Cient¨ªficamente, se demuestra que los est¨ªmulos sonoros y musicales con determinadas caracter¨ªsticas y, en funci¨®n de una serie de variables personales, pueden afectar a los niveles de segregaci¨®n de distintos neurotransmisores (dopamina, serotonina, oxitocina) que est¨¢n correlacionados con nuestro estado de ¨¢nimo y de bienestar¡±, a?ade Jauset.
Nueva, o al menos, m¨¢s propia del presente siglo, es la aparici¨®n de plataformas dedicadas a generar estos contenidos a trav¨¦s del dise?o intencional de ciertos par¨¢metros musicales y venderlos a trav¨¦s de modelos de suscripci¨®n como los que usan Spotify o HBO. ¡°Aunque estos productos se dise?an en base a resultados de estudios estad¨ªsticos con grupos de personas, no es posible asegurar que funcionar¨¢ con todos¡±, explica Jauset. As¨ª se estructura el modelo de Brain.FM -cuesta unos siete d¨®lares al mes o cincuenta al a?o- o de su reci¨¦n nacida competidora, Restflix. Esta ¨²ltima lleg¨® al mercado el pasado mes de julio y se ha popularizado en los medios con el inevitable sobrenombre del Netflix del sue?o.
¡°Nuestros usuarios son principalmente gente que sufre ansiedad, insomnio o tinnitus¡±, comenta Kevin Hillman, fundador de Restflix. La plataforma ofrece un cat¨¢logo de contenidos en se mezclan im¨¢genes ¡°relajantes¡± con composiciones musicales que buscan favorecer el sue?o con el uso de pulsos binaurales. Esta t¨¦cnica se basa en la teor¨ªa de que al exponer a cada o¨ªdo a una frecuencia distinta se pueden lograr distintos beneficios, como mejorar el sue?o o la memoria. En Restflix, el usuario puede reproducir un v¨ªdeo en el que un bucle de medusas luminosas se combina con la consabida pareja de zumbidos y algunas notas procedentes de un piano.
?Cu¨¢nto podemos confiar en la efectividad de estos sonidos? ¡°S¨ª que es verdad que desde hace unos a?os hay algunos trabajos que han demostrado que existen frecuencias que pueden reforzar algunas fases del sue?o asociadas a un descanso profundo¡±, explica Javier Puertas, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola del Sue?o (SES) y coordinador de la Unidad de Trastornos del Sue?o, Hospital Universitario de la Ribera (Valencia). Otra cosa es que el alcance de esos estudios asegure la eficacia de aplicaciones como Brain.FM y Restflix. Seg¨²n el doctor, a¨²n no hay tanta evidencia cient¨ªfica en lo relativo a que estos sonidos puedan controlar, por ejemplo, la duraci¨®n de las fases del sue?o: ¡°Se est¨¢ trabajando intensamente en ello, pero que est¨¦ demostrado que con unas frecuencias u otras podamos controlar la actividad electroencefalogr¨¢fica es m¨¢s dudoso¡±.
Un zumbido para cada uno
Jauset y Puertas coinciden en que la efectividad de estos remedios no es universal y en esta diversidad son tan aceptables las t¨¦cnicas de quienes se concentran mejor escuchando heavy metal como las de quienes recurren al canto gregoriano. ¡°Los efectos de los sonidos y la m¨²sica no son universales. Se consideran los resultados estad¨ªsticos para su comercializaci¨®n¡±, explica el primero. En este sentido, Puertas no descarta que en caso de consolidarse, las aplicaciones que usan estas frecuencias tengan que utilizar unos u otros par¨¢metros en funci¨®n de las particularidades de cada individuo.
¡°La farmacopea musical no existe¡±, sentencia Jauset. Pero hay algunas nociones que pueden ayudar a que cada cual se confeccione la suya. Las obras musicales que no incluyen l¨ªrica y tienen un tempo inferior a la tasa cardiaca personal, explica, pueden contribuir a la relajaci¨®n o facilitar tareas de estudio y lectura. Asimismo, fragmentos de blues o de jazz pueden ir bien para iniciar una tarea intelectual que genere cierta pereza. ¡°Pero no son reglas universales, hay muchos condicionantes¡±, insiste.
En el caso del sue?o, es clave la gesti¨®n de la atenci¨®n. ¡°Nadie recuerda exactamente el momento en que se duerme¡±, comienza Puertas. En este sentido, puede resultar beneficiosa cualquier medida que nos distraiga de la urgencia de dormir sin requerir un exceso de atenci¨®n que acabe por despertarnos. ¡°Hay que dirigir la atenci¨®n hacia cosas relajantes que nos permitan bajar nuestro nivel de vigilancia y de alerta¡±, a?ade. Aqu¨ª encajan los contenidos que ofrecen Brain.FM y Restflix, pero tambi¨¦n servir¨ªa el sonido de un secador -que parece ayudar a los beb¨¦s- o el zumbido del aire acondicionado. ¡°Al ser una informaci¨®n ac¨²stica mon¨®tona, el cerebro no se crea expectativas sobre lo que puede escucharse, por lo que no le presta atenci¨®n, disminuyendo as¨ª los recursos cognitivos. Pero tambi¨¦n es posible que se considere como una informaci¨®n vibracional molesta, generando tensi¨®n y una atenci¨®n indeseable, lo cual perjudica el estado de descanso requerido¡±, razona Jauset.
La pandemia y el distanciamiento social no han contribuido precisamente a mejorar los h¨¢bitos de sue?o de la poblaci¨®n. ¡°Hemos tenido pacientes que han alterado sus rutinas y sus horarios de forma tremenda durante el confinamiento. Adem¨¢s, la gente se iba a dormir con preocupaciones intensas y dram¨¢ticas que han hecho que se tengan enso?aciones m¨¢s angustiosas¡±, precisa Puertas. De estas experiencias se deriva un renovado con todo lo que tenga que ver con controlar y mejorar el descanso -wearables, dispositivos, apps-, que no necesariamente trae los beneficios buscados. ¡°Si no hay una higiene de sue?o conductual no van a funcionar¡±, sentencia el doctor.
En general, ambos expertos prescriben sentido com¨²n en las expectativas que depositamos en estas tecnolog¨ªas, tanto en su dudosa universalidad como en su alcance. ¡°Mi opini¨®n es que faltan m¨¢s estudios cient¨ªficos al respecto que permitan, con prudencia, dar una respuesta m¨¢s s¨®lida¡±, concluye Jauset.
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