Flash de ultratumba: carrera contrarreloj para resucitar dos d¨¦cadas de arte y videojuegos
Los contenidos creados para el reproductor que Adobe acaba de retirar podr¨¢n seguir disfrut¨¢ndose en emuladores y plataformas creados por diferentes iniciativas de preservaci¨®n
Flash Player acaba de morir y ya ha resucitado. Es m¨¢s, la segunda vida del reproductor al que Adobe acaba de retirar el soporte comenz¨® antes de su defunci¨®n. Gracias a los distintos proyectos que durante los ¨²ltimos meses e incluso a?os han desarrollado medios alternativos para dar acceso a los contenidos creados con esta herramienta, la muerte de Flash Player se salda con la resurrecci¨®n de videojuegos, gr¨¢ficos interactivos e incluso obras de arte a bordo de nuevas plataformas. ¡°Parece que la imparable marcha del progreso har¨¢ que los nuevos formatos hagan que los viejos queden obsoletos. Por eso es importante el archivo y la accesibilidad¡±, explica Mike Welsh, responsable del emulador de Flash Player bautizado como Ruffle. Esta aplicaci¨®n se integra en los navegadores de un modo similar a su predecesora y ¡ªpor ahora¡ª permite ejecutar por ahora contenidos creados en las primeras versiones de Flash.
Welsh vivi¨® desde dentro la era dorada de los contenidos creados en Flash para la web. ¡°Durante muchos a?os trabaj¨¦ en Newgrounds, un sitio web donde cualquiera pod¨ªa colgar sus animaciones y juegos¡±, comenta. Este portal, nacido en 1995, fue un olvidado pionero en los albores de la ya lejana web 2.0 en la que los usuarios est¨¢bamos llamados a ser protagonistas no solo en consumo sino tambi¨¦n en generaci¨®n de informaci¨®n, y conquist¨® la cima de su popularidad entre finales de un milenio y principios del otro. En sus entra?as nacieron t¨ªtulos como Alien Hominid, que despu¨¦s saltar¨ªa a las consolas de Nintendo y Sony. Lo que hac¨ªa posible que videojuegos y animaciones se reprodujeran sin esfuerzo en Newgrounds era la extensi¨®n creada por Charlie Jackson y Jonathan Gay, despu¨¦s comprado por Macromedia y finalmente fagocitado por Adobe: Flash Player.
Aunque este complemento ya estaba bloqueado por defecto en muchos navegadores, el largamente anunciado y reci¨¦n ejecutado abandono es la estocada final que puso en alerta a los creadores y consumidores de estos contenidos. Ben Latimore se enter¨® de los planes de Adobe en 2017. ¡°Pens¨¦ en todos los juegos ah¨ª fuera que pod¨ªan desaparecer para siempre o ya lo hab¨ªan hecho por culpa de la retirada de Flash. Me espabil¨¦ y me puse manos a la obra¡±, recuerda. El resultado de su trabajo es Flashpoint, un proyecto de preservaci¨®n que ha salvado m¨¢s de 70.000 juegos y 8.000 animaciones creados para una veintena de plataformas distintas. ¡°Si todos sigui¨¦ramos utilizando ordenadores Pentium con Windows 98, no podr¨ªamos avanzar tecnol¨®gicamente. Mudarnos a nuevas plataformas es un mal necesario en nombre del progreso. El error est¨¢ en la falta de intentos de proteger de la oscuridad lo que hab¨ªa antes¡±, razona Latimore.
El inter¨¦s es creciente. En 2018, la web de Flashpoint recibi¨® 37.000 visitantes ¨²nicos. En 2019, fueron 300.000. Durante el a?o que acabamos de cerrar, el proyecto casi alcanz¨® el mill¨®n y medio de visitantes. ¡°He tenido noticias de muchas personas y compa?¨ªas intentando preservar sus contenidos en Flash¡±, coincide Welsh. ¡°En muchos casos, todav¨ªa cumplen su funci¨®n as¨ª que no hay necesidad reemplazarlos. En otros, la gente quiere archivarlos para prop¨®sitos hist¨®ricos. Me sorprendi¨® especialmente la cantidad de contenido educativo creado con Flash que todav¨ªa se sigue utilizando hoy en d¨ªa¡±.
Arte en peligro de extinci¨®n
Para Rhizome, dotar de vida eterna a contenidos en riesgo de ser olvidados es el pan de cada d¨ªa. La raz¨®n de ser de esta organizaci¨®n es ofrecer una plataforma para archivar y dar acceso al arte creado con nuevos medios que, parad¨®jicamente, se han quedado viejos. ¡°Algunas cosas parecen durar para siempre, como el MP3 o los formatos JPEG. Sin embargo, cada vez que hay una retirada notable, se hace visible c¨®mo los usuarios se sienten impotentes ante los cambios introducidos por empresas o desarrolladores de software libre¡±, razona Dragan Espenschield, director de Preservaci¨®n de Rizhome.
A diferencia de los videojuegos, que en la mayor¨ªa de los casos consisten en un ¨²nico archivo de Flash que se embeb¨ªa en una u otra web, los cientos de obras de arte de la colecci¨®n de Rhizome que emplean este software, lo integran en un entramado m¨¢s complejo. ¡°Muchos artistas usaron Flash como un componente de p¨¢ginas web meticulasamente creadas, con ventanas emergentes, navegaciones mutip¨¢gina, gifs, fuentes espec¨ªficas y m¨¢s¡±, enumera Espenschield.
Recrear como es debido el h¨¢bitat de estas creaciones es una tarea m¨¢s exigente. ¡°Los proyectos de este tipo funcionan mejor cuando se ofrece el entorno completo para el que fueron creados¡±, explica el experto. Tal es la funci¨®n que cumple Emulation as a Service (EaaS). Si queremos ver la obra World of Awe, creada por Yael Kanarek en el 2000, EaaS, nos la mostrar¨¢ a trav¨¦s de un Mac de la ¨¦poca que la cargar¨¢ en la versi¨®n 4.5 de Internet Explorer. Para poner a punto esta plataforma, Rhizome ha lanzado una campa?a de recaudaci¨®n de fondos que emplear¨¢ para mejorar la suavidad de las animaciones y el sonido.
?Deber¨ªan Adobe o los propios navegadores haber asumido cierta responsabilidad en la conservaci¨®n de estos formatos? Para Espenschield, esta opci¨®n resulta tan ideal como ut¨®pica. ¡°En general, no les interesa y sencillamente no tiene sentido econ¨®mico para ellos¡±, sentencia. Latimore, por su parte, cree que la historia podr¨ªa haber sido distinta. ¡°La culpa es de Adobe. Si hubieran convertido Flash en un proyecto de c¨®digo abierto, este problema habr¨ªa desaparecido¡±, afirma, convencido de que habr¨ªa habido gente dispuesta a contribuir a su mantenimiento.
¡°Con frecuencia depende de esfuerzos voluntarios hacer todo lo posible para preservar estos contenidos¡±, reconoce Welsh. A Ruffle, Flashpoint y EaaS les queda trabajo pendiente para ponerse al d¨ªa con los veinte a?os de desarrollo del difunto reproductor, pero incluso en estas etapas tempranas son una alternativa mejor que aceptar el olvido. ¡°Algunos puristas insisten en que solo la experiencia original es aut¨¦ntica, en que escuchar un ¨¢lbum en vinilo es el ¨²nico modo. Pero para la gran mayor¨ªa, si estos contenidos no est¨¢n disponibles de forma c¨®moda, sencillamente no ser¨¢n capaces de disfrutarlos¡±, concluye Welsh.
Aunque la vocaci¨®n de estos proyectos es conservar y dar acceso a lo ya creado, el renovado soporte a este formato podr¨ªa abrir caminos inesperados. ¡°Mucha gente se siente c¨®moda con este software. Es una herramienta de creaci¨®n maravillosa que, en muchos sentidos, no ha sido reemplazada. Y estoy gratamente sorprendido de ver que hay gente usando Ruffle para ejecutar nuevos contenidos¡±, asegura Welsh. Flash ha muerto, viva Flash.
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