El descalabro de Airbnb arrastra a los anfitriones
La paralizaci¨®n de las reservas a ra¨ªz de los confinamientos, as¨ª como la cancelaci¨®n masiva de las que hab¨ªa, han dejado a los anfitriones de Airbnb sin un flujo de ingresos con el que muchos cuentan para su d¨ªa a d¨ªa.
El piso que tiene Bea en la calle Toledo, a tiro de piedra de La Latina, funcionaba muy bien en Airbnb. "Hasta que todo esto empez¨® y nos cancelaron todas las reservas. Del mes de marzo, del mes de abril y todas las que ten¨ªamos previstas para la temporada de verano", se?ala esta madrile?a, que practica el alquiler vacacional desde 2017.
El sector tur¨ªstico es uno de los m¨¢s afectados por la crisis del coronavirus. La Organizaci¨®n Mundial del Turismo prev¨¦ una ca¨ªda entre el 20% y el 30% este a?o. Esto se traducir¨ªa en p¨¦rdidas entre 30.000 y 50.000 millones de d¨®lares a nivel mundial. Airbnb acusa el golpe. Aparte de las cancelaciones masivas, las reservas est¨¢n paralizadas en gran parte del mundo. En Espa?a, desde el 20 de marzo.
La proyecci¨®n de Transparent, firma analista del sector de alquiler a corto plazo, calcula una ocupaci¨®n de los pisos tur¨ªsticos del 11% al terminar abril, cuando en 2019 estaban al 38%. Para mediados de verano la predicci¨®n es del 16%, en comparaci¨®n a un 60% el pasado a?o. Con el fin de aplacar sus p¨¦rdidas econ¨®micas, Airbnb ha levantado 2.000 millones de d¨®lares en deuda e inversi¨®n. Sus cuentas ya antes de la pandemia no ten¨ªan un saldo positivo. Aunque factur¨® 4.800 millones de d¨®lares en 2019, registr¨® p¨¦rdidas de 674 millones.
En su ca¨ªda, Airbnb arrastra a las miles de personas (solo en Espa?a hay ofertadas 300.000 propiedades) que alquilan sus pisos o habitaciones en la plataforma. Pese a la presencia de los fondos inmobiliarios, los peque?os propietarios a¨²n son una parte muy relevante de la oferta. Desde la compa?¨ªa afirman que en Espa?a, el 50% de los anfitriones han manifestado que necesitan de los ingresos que obtienen de los viajeros para llegar a fin de mes.
El piso de Bea, de 58 metros cuadrados y dos habitaciones, supon¨ªa un flujo de ingresos constante para ella y su pareja. "Lo compramos hace tres a?os como inversi¨®n y empezamos probando en Airbnb. Siempre nos ha funcionado muy bien¡±. Ganaban entre 1.600 y 2.300 euros al mes.
"Nosotros pag¨¢bamos la hipoteca con lo que gan¨¢bamos del alquiler", se?ala Bea. "Este mes ser¨¢n cero ingresos, con lo cual tenemos que hacernos cargo con nuestro dinero". Explica que las ganancias del piso no las tocan, pero ahora ¡°les hace pu?etas, porque son ahorros¡±. Ellos viven con sus dos hijos en otro piso de Madrid, tambi¨¦n con hipoteca.
Bea, que ofreci¨® su piso de Airbnb a la Comunidad de Madrid para acoger a sanitarios sin obtener respuesta, es agente de viajes. Esto ahora casi te asegura el ERTE. En su caso se ha cumplido: su empresa ha recortado el 90% de la plantilla hasta 2021.
En el centro de Barcelona, en L¡¯Antiga Esquerra de l¡¯Eixample, vive Iv¨¢n. Alquila una habitaci¨®n de su casa desde 2014. "En abril empezaba la temporada alta, as¨ª que ten¨ªa un 90% de ocupaci¨®n", indica. "Donde yo vivo estamos en una buena zona, as¨ª que normalmente no tenemos problema por la ubicaci¨®n".
Sus ingresos por Airbnb -unos 1.500 euros¨C le daban para cubrir el alquiler, que hace dos a?os le subieron de golpe 300 euros. ¡°Yo estoy de baja y era una buena ayuda, digamos, para vivir bien. Nos ha ayudado a seguir viviendo aqu¨ª. Si no tendr¨ªamos que estar viviendo en un sitio bastante m¨¢s alejado¡±. ?l trabajaba en hosteler¨ªa, su pareja es profesora y tambi¨¦n tienen dos ni?os.
Airbnb ha establecido un fondo de ayuda a los anfitriones de 250 millones de d¨®lares. Se aplicar¨¢ a las reservas realizadas hasta el 14 de marzo que cubrieran fechas entre ese d¨ªa y el 31 de mayo. La compa?¨ªa abonar¨¢ el 25% del importe que el anfitri¨®n habr¨ªa recibido seg¨²n su pol¨ªtica de cancelaci¨®n. Este matiz es importante, porque si la pol¨ªtica era flexible (cancelaci¨®n gratuita hasta dos d¨ªas antes de la entrada), ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil acceder a estas ayudas. Seg¨²n Transparent, el 39% de los anfitriones trabajan con pol¨ªticas flexibles. Tambi¨¦n se ha creado otro fondo, de 17 millones de d¨®lares, para ayudar a los llamados ¡®superhost¡¯, que necesiten ayuda para el alquiler o la hipoteca. Las ayudas comenzar¨¢n a llegar este mes de abril.
Iv¨¢n est¨¢ pendiente de los emails que Airbnb le manda estos d¨ªas, para informarse sobre si puede acogerse a las ayudas. La recuperaci¨®n no la ve cercana. "Todo el mundo da por perdido hasta agosto". Con poca convicci¨®n a?ade que podr¨ªa los ingresos podr¨ªan volver en esa ¨²ltima fase del verano. "Tenemos la esperanza de que vuelva a remontar, pero todo es incertidumbre".
El alquiler tradicional de larga estancia se postula como una alternativa al alquiler tur¨ªstico. La propia Airbnb trata de dirigir los esfuerzos hacia este terreno, con vistas a acoger a estudiantes o personas que pasan tiempo fuera de casa por trabajo. Algunos anfitriones han escogido este camino por su propia cuenta. Bea ha probado a poner su piso de la calle Toledo en Idealista, por 800 euros al mes. En cinco horas le llamaron cinco personas y una agencia. ¡°Hemos tenido la idea de ponerlo en alquiler de larga estancia para por lo menos cubrir los gastos¡±, indica.
Desde Idealista replican que no han notado un aluvi¨®n de pisos procedentes del alquiler tur¨ªstico, pero reconocen que este fen¨®meno ser¨ªa dif¨ªcil de medir. Tampoco esta es una soluci¨®n inmediata. "Est¨¢ parado todo¡±, sentencia Bea. ¡°Ahora mismo no puedes ense?ar el piso. Y l¨®gicamente la gente quiere ver y estar en el piso antes de firmar nada". Adem¨¢s, a Bea y a su pareja les queda una duda: "No sabemos si al alquilarlo en larga estancia perdemos la licencia de alquiler vacacional", comenta en referencia al permiso que concede el Ayuntamiento de Madrid y que ellos tienen desde que empezaron en esto.
La huida al campo
En el municipio de Candeleda, en la provincia de ?vila, tiene Pedro dos caba?as que alquilaba por Airbnb. Son dos casas revestidas de madera para darles el toque rural que merece el enclave. Los visitantes tienen acceso a una finca de seis hect¨¢reas, cruzada por un bosquecito y desde la que se ve la sierra de Gredos. Lo suyo eran las escapadas de fin de semana. ¡°Ten¨ªamos reservada la Semana Santa y a primeros de abril¡±, cuenta el propietario. ¡°Eran algo m¨¢s de 600 euros, que me arreglaban el mes¡±.
Este tipo de alojamientos rurales ofrecen mejores previsiones que los urbanos, seg¨²n la firma analista AirDNA, especializada en alquiler vacacional. Atribuyen esta tendencia a la b¨²squeda del distanciamiento social. Los datos de Transparent ponen de relieve que algunos departamentos campestres de Francia, como Lozera y Haute Sa?ne, tuvieron grandes incrementos entre el 11 y el 25 de marzo (el pa¨ªs entr¨® en confinamiento el 17 de ese mes). Al mismo tiempo, tanto Par¨ªs, como la regi¨®n de los Alpes y la Costa Azul sufr¨ªan fuertes ca¨ªdas.
A Pedro le han preguntado por sus caba?as. Un cliente que ya hab¨ªa estado antes quiere quedarse todo el mes de julio. ¡°Hemos tenido pocas estancias largas. Nos funcionaban m¨¢s los fines de semana. Alguna vez s¨ª hemos tenido a gente una semana seguida, pero un mes entero no se ha alquilado nunca¡±, comenta. Aunque por encima de todo est¨¢ la incertidumbre. El propietario de las caba?as sabe que despu¨¦s de la tempestad del coronavirus vendr¨¢ ¡°el asunto de la econom¨ªa de la gente¡±, como ¨¦l dice.
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