¡°El capitalismo ha acaparado la tecnolog¨ªa y la usa para precarizar la sociedad¡±
El periodista Pablo Stancanelli coordina un atlas para dar una perspectiva global y tratar de ¡°alfabetizar¡± a la poblaci¨®n sobre la revoluci¨®n digital
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Pablo Stancanelli (Lima, 45 a?os) calcula que el 98% de la poblaci¨®n es ¡°absolutamente analfabeta¡± respecto a lo que pasa detr¨¢s de la pantalla y se incluye en ese porcentaje. La revoluci¨®n digital no es nada nuevo. Se estudia y se comenta desde, al menos, los a?os 80 ¡ªaunque los or¨ªgenes de Internet remonten a los 60¡ª, pero ahora, en plena pandemia por el coronavirus, es un momento perfecto para analizar las cuestiones y los cambios con una visi¨®n com¨²n y global. ¡°La tecnolog¨ªa se ha vuelto central. Hay que tratar los temas no tanto de manera deshilachada, sino m¨¢s bien como un conjunto y dirigirse hacia una nueva alfabetizaci¨®n de la sociedad¡±, propone el periodista argentino de nacimiento y editor en Le Monde Diplomatique.
Para tratar de alcanzar ese objetivo, Stancanelli ha coordinado El Atlas de la revoluci¨®n digital. Del sue?o libertario al capitalismo de vigilancia, cuatro cap¨ªtulos (geopol¨ªtica, econom¨ªa, sociedad y cultura) y construido por m¨¢s de 30 art¨ªculos animados, a cada p¨¢gina, por grafismos y datos. Los diferentes autores cuentan cronol¨®gicamente la transformaci¨®n digital ofreciendo una perspectiva global donde demuestran, como no, que todo est¨¢ conectado.
El proyecto deb¨ªa publicarse en marzo a la ocasi¨®n de la Feria del Libro de Argentina, pero la crisis sanitaria lo paraliz¨® todo y, parad¨®gicamente, el resultado fue a¨²n m¨¢s interesante para el equipo. El contenido de este centenar de p¨¢ginas, con la pandemia, se hab¨ªa quedado atr¨¢s. La covid lo hab¨ªa superado: ¡°Todo era viejo ya. Se hab¨ªa demostrado con el confinamiento el alcance de la tecnolog¨ªa y su importancia en la vida. Tuvimos que actualizar¡±.
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Una mirada hacia el pasado
Recuerda el periodista que Internet, cuando se volvi¨® masivo, se ve¨ªa como un movimiento ut¨®pico y libertario que permitir¨ªa romper con las jerarqu¨ªas. Se dec¨ªa que iba a acabar con las desigualdades, pues todos ¨ªbamos a tener acceso a una informaci¨®n gratuita, se pod¨ªa comunicar con todas las partes del mundo y, en suma, iba a permitir construir un mundo m¨¢s igualitario y m¨¢s libre. Pero, ¡°lo que se est¨¢ viendo brutalmente en este proceso es c¨®mo el capitalismo ha acaparado estas herramientas y, en cierta forma, las est¨¢ utilizando para precarizar a¨²n m¨¢s la sociedad, para crear mayor desigualdad y m¨¢s m¨¦todos de vigilancia¡±.
En definitiva, el mundo com¨²n, gratuito y con acceso a todo, tom¨® otro camino. Se qued¨® atrapado: ¡°Internet no ha logrado escapar a la l¨®gica comercial, financiera que domina nuestras sociedades ni tampoco a los estados m¨¢s autoritarios o dictatoriales. El Atlas trata de reflejar este recorrido de la tecnolog¨ªa y ense?ar lo que ocurre del otro lado de esta pantalla que miramos cada d¨ªa y a¨²n m¨¢s en estos tiempos de pandemia. ¡°Es hora de que los ciudadanos sepan realmente qu¨¦ es y hagamos todos un mejor uso de Internet¡±.
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Atrapados en la red
¡°Atrapados en la red¡±. Estas son las cuatro primeras palabras que se leen al abrir la obra. Una de las razones es que, bajo el punto de vista de Stancanelli, no hay una real conciencia por parte de la sociedad del alcance de estas herramientas y del mal uso que se hace de ellas. ¡°Ahora parece ser que es Internet el que tiene acceso a nosotros. El precio de esa gratuidad se vuelve cada vez m¨¢s serio¡±, advierte el coordinador del proyecto. Aunque el Atlas no tiene como objetivo demonizar la tecnolog¨ªa y se reconoce que las herramientas digitales son ¡°fant¨¢sticas¡±, tambi¨¦n desvela que hay monopolios, censuras y abusos y que no es Internet el culpable, sino el ser humano. ¡°La red multiplica las tensiones. Internet est¨¢ influyendo mucho en la degradaci¨®n del mundo y la pandemia lo ha sacado m¨¢s a la luz¡±, opina el compilador por videollamada desde Argentina.
Una de las mayores preocupaciones del editor de Le Monde Diplomatique es la manipulaci¨®n de la informaci¨®n, las fake news, que han aumentado con la crisis sanitaria. ¡°De repente, parece que todos podemos ser periodistas, que todos podemos difundir una informaci¨®n. Hay una circulaci¨®n y una manipulaci¨®n que supone un problema grave para la democracia, pero, a la vez, hay una gran negaci¨®n de los peligros del uso de esas herramientas¡±, lamenta Stancanelli.
Pensar en los derechos digitales
Pese al miedo y al desconocimiento, la gente no vive esta revoluci¨®n digital sin hacerse preguntas. Aunque Stancanelli no ve que haya todav¨ªa un movimiento suficiente fuerte por parte de la sociedad civil para defender sus derechos digitales ¡ªuno de los temas abordados por el atlas en el ¨²ltimo cap¨ªtulo¡ª los ciudadanos se dan cuenta de su necesidad.
Un buen comienzo para resolver estas dudas ser¨ªa pensar en c¨®mo dar la informaci¨®n sobre todo para los m¨¢s j¨®venes que ven este entorno digital como algo natural. ¡°Vuelcan toda su vida y sus movimientos en las redes y por eso se necesita educar m¨¢s sobre herramientas en el colegio¡±, propone el periodista. Para ¨¦l, ser¨ªa interesante que los propios estados y organizaciones gubernamentales fomenten el uso de dispositivos y aplicaciones donde haya un mayor control y transparencia para que se puedan entender mejor los entresijos de las comunicaciones. ¡°Por ejemplo, ahora utilizamos mucho Zoom, pero ?cu¨¢l es el alcance de la privacidad? Quiz¨¢s ahora nos est¨¦n escuchando. No sabemos casi nada sobre ello¡±, ejemplifica. ¡°Se puede tomar como una advertencia. El uso que se est¨¢ dando a la tecnolog¨ªa se convierte en algo muy nocivo si no se ponen unos l¨ªmites¡±, concluye.
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