C¨®mo ense?ar a combatir la desinformaci¨®n: ¡°Menos pensamiento cr¨ªtico y m¨¢s saber qu¨¦ miras¡±
El experto en alfabetizaci¨®n digital Michael Caulfield dise?a un m¨¦todo en cuatro pasos para identificar fuentes fiables usado por m¨¢s de cien universidades
En el primer a?o de estudio en muchas universidades de Estados Unidos, los bibliotecarios suelen dar unas clases de c¨®mo buscar informaci¨®n y comprobar fuentes. Hace una d¨¦cada, con la explosi¨®n de internet, se dieron cuenta de que algo fallaba. La confusi¨®n crec¨ªa. Los estudiantes cre¨ªan dar con fuentes fiables que en realidad eran basura.
Michael Caulfield (Boston, de 51 a?os), experto en el nuevo campo de la alfabetizaci¨®n digital en la Washington State University (EE UU), empez¨® a fijarse en qu¨¦ estaba ocurriendo. El problema no eran tanto las mentiras que circulaban, sino en qu¨¦ se...
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En el primer a?o de estudio en muchas universidades de Estados Unidos, los bibliotecarios suelen dar unas clases de c¨®mo buscar informaci¨®n y comprobar fuentes. Hace una d¨¦cada, con la explosi¨®n de internet, se dieron cuenta de que algo fallaba. La confusi¨®n crec¨ªa. Los estudiantes cre¨ªan dar con fuentes fiables que en realidad eran basura.
Michael Caulfield (Boston, de 51 a?os), experto en el nuevo campo de la alfabetizaci¨®n digital en la Washington State University (EE UU), empez¨® a fijarse en qu¨¦ estaba ocurriendo. El problema no eran tanto las mentiras que circulaban, sino en qu¨¦ se fijaba la gente. De repente un bien escaso como la informaci¨®n hab¨ªa pasado a ser casi infinito. Ya no hab¨ªa que ¡°prestar atenci¨®n¡± para entender algo sino que millones de p¨¢ginas web, v¨ªdeos o infograf¨ªas quer¨ªan ¡°llamar la atenci¨®n¡±. La mentira y la exageraci¨®n eran solo dos caminos para reclamar nuestro inter¨¦s.
Caulfield se puso a buscar un ant¨ªdoto. Con los a?os ha ideado un m¨¦todo basado en cuatro conceptos que trata de cambiar el modo en que los j¨®venes buscan informaci¨®n en internet y que se ense?a en m¨¢s de cien universidades y docenas de institutos norteamericanos. Su primera v¨ªctima es el mal entendido pensamiento cr¨ªtico, tal y como cuenta a EL PAIS en conversaci¨®n por Zoom desde Vancouver, sede del campus de su universidad en el noroeste de EE UU.
1. No empieces con el pensamiento cr¨ªtico
Caulfield empieza por desandar una tradici¨®n que se impon¨ªa hasta ahora. ¡°No sirve el pensamiento cr¨ªtico tradicional que ense?amos¡±, dice. ¡°Pedimos a los estudiantes que cojan un documento o una foto o unos datos y les decimos que el camino m¨¢s directo a la verdad es mirarlo con mucha atenci¨®n, que se sumerjan en ¨¦l¡±, a?ade.
Pero no. No es que eso est¨¦ mal por s¨ª mismo. Es que es insuficiente: ¡°Primero tienes que saber qu¨¦ est¨¢s mirando¡±. Una vez alguien ha captado tu atenci¨®n con algo, hacer el esfuerzo de analizarlo es darle ventaja. Una p¨¢gina racista o antivacunas aspira a que dudes de lo que has o¨ªdo hasta entonces. Su eficacia reside sobre todo en que el lector no sepa que esa web, que parece seria, es en realidad obra de un colectivo nazi o promotor de la homeopat¨ªa.
2. Cribar, un m¨¦todo en cuatro pasos
Caulfield dise?¨® un m¨¦todo para evitar emplear el pensamiento cr¨ªtico en p¨¢ginas poco fiables. Lo llam¨® SIFT, por sus siglas en ingl¨¦s, una palabra que tambi¨¦n significa ¡°cribar¡± en espa?ol.
-Para de leer.
-Investiga la fuente.
-Busca una cobertura m¨¢s fiable.
-Traza el contexto original, sobre todo en el caso de fotos, v¨ªdeos o citas.
El m¨¦todo se basa en un recurso muy sencillo: antes de leer la p¨¢gina hacia abajo, en vertical, abre otra pesta?a e investiga la fuente, en horizontal. En espa?ol ha sido traducido en parte por la plataforma de verificaci¨®n de informaci¨®n Verificat. Ese concepto se llama ¡°lectura lateral¡± y lo ide¨® Sam Wineburg, profesor en la Universidad de Stanford, y sobre el que Caulfield se bas¨® para crear su m¨¦todo.
En febrero Wineburg y un grupo de profesores publicaron un art¨ªculo cient¨ªfico con un experimento de lectura lateral. Antes de explicarles nada, pidieron a un grupo de 87 j¨®venes que identificaran como aceptable o no la credibilidad de una p¨¢gina. Solo 3 de ellos abrieron otra pesta?a para comprobar la financiaci¨®n o el curr¨ªculum de sus autores. El resto intent¨® desentra?ar la respuesta analizando la p¨¢gina, con el tradicional pensamiento cr¨ªtico. Los m¨¦todos eran casi aleatorios, sin ning¨²n fundamento: ?es un dominio .com o .org? ?Tiene muchos links? ?Tiene muchos anuncios? ?Qu¨¦ dicen en ¡°sobre nosotros¡±?
Despu¨¦s de cuatro sesiones sobre lectura lateral, 67 de los 87 buscaron informaci¨®n fuera de esa p¨¢gina. Con el primer m¨¦todo, solo dos de los tres que hicieron lectura lateral acertaron acerca de la dudosa credibilidad con razones fundamentadas. Los otros 84 se centraron ¡°exclusivamente en caracter¨ªsticas que eran irrelevantes o pod¨ªan ser manipuladas¡± por los autores. Tras las sesiones, 36 de los j¨®venes encontraron la informaci¨®n sobre la dudosa financiaci¨®n de la p¨¢gina.
3. Las dudas llevan al cinismo
El objetivo del m¨¦todo de Caulfied es centrar las preguntas y reducir as¨ª el tiempo necesario para obtener algo parecido a una respuesta. ¡°La gente recibe tantos puntos de vista opuestos que para saber si algo es verdad o mentira deben mirarlo en profundidad, analizar los datos, descargar incluso una hoja de Excel¡±, explica. ¡°Sienten que descubrir la verdad ser¨¢ un camino arduo, con lo que levantan las manos y dicen qui¨¦n sabe¡±, y de ah¨ª al cinismo.
¡°El riesgo del cinismo es creer que nadie dice la verdad, que todos mienten igual¡±, a?ade Caulfield. Su objetivo por tanto es eliminar una parte de ese cinismo.
La met¨¢fora del vendedor de coches es para Caulfield un buen ejemplo de lo que ocurre en estos casos. El comprador llega al concesionario y sabe m¨¢s o menos lo que quiere: un coche mediano, con aire acondicionado y buenos altavoces. Tiene dos condiciones y un tope de precio. Pero el vendedor le va a liar. A?ade un sinf¨ªn de variables nuevas: gasolina o no, cuatro por cuatro, asientos de piel, maletero, llantas. ¡°Ese proceso nos agota. Te sobrecarga, abandonas y acabas pagando m¨¢s por algo que no quer¨ªas¡±, dice.
Con la informaci¨®n ocurre igual. Ya no es un vendedor, sino miles de fotos, mensajes, tuits, v¨ªdeos. ¡°Todo el mundo trata de atraerte pero t¨² debes alejarte y volver a la pregunta que te estabas haciendo al principio. Y decirte: ?en un mundo ideal qui¨¦n podr¨ªa contestarme? As¨ª, igual evitas acabar, 18 clics despu¨¦s, en un pozo donde se afirma que un grupo de reptilianos dirige el mundo¡±, a?ade.
4. La verdad no est¨¢ en crisis, sino la reputaci¨®n
El m¨¦todo de Caulfield no es para proteger a los medios. Al contrario. Es para ponerlos en su lugar, como la menos mala de las soluciones en algunos casos. Cuando hablamos de desinformaci¨®n o noticias sesgadas, ¡°lo que se pierde en la conversaci¨®n es la reputaci¨®n relativa¡±, dice. ¡°La pregunta no es si EL PA?S tiene siempre raz¨®n. La cuesti¨®n es si lees una pieza de informaci¨®n en el peri¨®dico, ?es m¨¢s probable que tengas una visi¨®n rigurosa de lo que est¨¢ ocurriendo que si lo investigas por tu cuenta en la misma cantidad de tiempo?¡±, dice.
Esa es, seg¨²n Caulfield, la pregunta que deber¨ªa hacerse un consumidor de informaci¨®n: cu¨¢l es la mejor elecci¨®n para tener un resumen r¨¢pido de la situaci¨®n. ¡°Ah¨ª es donde empezamos a perder la noci¨®n de que incluso si un periodista del medio se ha equivocado en otra ocasi¨®n o de que aquel titular era un poco exagerado, no todo va a estar mal. La verdad es que hay un periodista de salud que lleva 10 a?os en el sector, entiende las cuestiones, sabe qui¨¦nes son los expertos, les pregunta y te hace un resumen, as¨ª que es probable que lo que produzca sea mejor que lo que tu t¨ªo Fred cuelga en Facebook. Eso no implica que el periodista de salud acierte en todo. Debemos mirar estas cosas teniendo en cuentas las alternativas y no solo en c¨®mo es una fuente en particular¡±, dice.
No se trata solo de pensar en noticias falsas vinculadas a partidos pol¨ªticos, que tambi¨¦n, sino a encontrar respuestas razonables a preguntas sobre nutrici¨®n, clima, vacunas o enfermedades.
5. Los j¨®venes no saben m¨¢s
Otra conclusi¨®n obtenida por Caulfield es el mito de las habilidades digitales de los j¨®venes: existen, pero no como creemos. ¡°Puede defenderse que una parte de ellos son algo m¨¢s h¨¢biles para algunas cosas, pero cuando les pones a mirar en el mundo real noticias sesgadas no lo hacen mejor que generaciones precedentes¡±, dice. Y tienen a¨²n alg¨²n problema nuevo: no reconocen las cabeceras de los peri¨®dicos fiables. ¡°Si les pides que nombre un peri¨®dico no dir¨¢n el New York Times¡±, a?ade.
El m¨¦todo de Caulfield se ha mostrado eficaz adem¨¢s en ¨¢reas tanto conservadoras como progresistas y ha llegado a la conclusi¨®n de que la gente que cuelga desinformaci¨®n adrede es menos de la que creemos: ¡°Sobrevaloramos la cantidad de gente as¨ª porque quienes m¨¢s gritan en internet son los m¨¢s comprometidos, los que postean en Facebook 15 veces al d¨ªa. La impresi¨®n puede ser que haya montones de gente as¨ª pero no¡±, dice.
6. La vuelta del contexto
Internet ha eliminado el contexto de mucha informaci¨®n. Antes estaba claro de d¨®nde sal¨ªa: una enciclopedia, un telediario, un vecino. Cada cual le daba el peso que cre¨ªa. Ahora la confusi¨®n es extraordinaria: un blog partidista puede parecerse a un medio tradicional, un diccionario sesgado copia a la Wikipedia o un post anti vacunas imita el lenguaje de un art¨ªculo cient¨ªfico.
Por nuestra formaci¨®n hist¨®rica, damos peso a esa informaci¨®n que nos llega de manera aparentemente seria. Ya no es suficiente.
El m¨¦todo de Caulfield se centra en los usuarios. ¡°Es mi trabajo¡±, dice. Pero las plataformas tambi¨¦n tienen una responsabilidad. En el m¨®vil es menos ¨¢gil abrir otra pesta?a en el navegador y teclear una nueva b¨²squeda. ¡°Hemos tratado de convencer a quienes elaboran esas aplicaciones para que faciliten el proceso. WhatsApp est¨¢ experimentando con incorporar algunas herramientas en sus mensajes y quiz¨¢ acaben ligados a enlaces¡±, dice.
Caulfield cree que la lucha contra la desinformaci¨®n debe ser como la educaci¨®n vial: el uso del intermitente o el reconocimiento de las se?ales no evita que empresas y autoridades no pongan de su parte. ¡°Los fabricantes de coches incluye cinturones, airbags o detectores de colisiones y la gente que idea las carreteras busca la manera de proteger a peatones y ciclistas. Todos deben trabajar juntos¡±, dice. ¡°No puedes resolver el problema solo pidiendo a la gente que sea mejor o cambiando de plataformas. Hay que hacer un ecosistema m¨¢s seguro a la vez que ense?ar mejores herramientas¡±, a?ade.