¡°No tengo WhatsApp y no pasa nada¡±. Las ventajas de abandonar la aplicaci¨®n (no solo por la privacidad)
Siete personas que han decidido prescindir de la principal plataforma de mensajer¨ªa en Espa?a y Am¨¦rica Latina cuentan su experiencia
La fecha para aceptar la actualizaci¨®n de la pol¨ªtica de privacidad de WhatsApp ya ha pasado. De momento, los usuarios que no les dieron el visto bueno el s¨¢bado 15 de mayo siguen usando la aplicaci¨®n sin problema. La compa?¨ªa seguir¨¢ mostrando ¡°durante varias semanas¡± un recordatorio a quienes no han acepta...
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La fecha para aceptar la actualizaci¨®n de la pol¨ªtica de privacidad de WhatsApp ya ha pasado. De momento, los usuarios que no les dieron el visto bueno el s¨¢bado 15 de mayo siguen usando la aplicaci¨®n sin problema. La compa?¨ªa seguir¨¢ mostrando ¡°durante varias semanas¡± un recordatorio a quienes no han aceptado. Pasadas esas semanas, el recordatorio ser¨¢ ¡°persistente¡± y solo se podr¨¢ interactuar con WhatsApp mediante notificaciones: cuando llegue un mensaje se podr¨¢ responder, pero no se podr¨¢ acceder a la lista de chats.
Quiz¨¢ haya millones de personas en ese limbo, bajo la futura guillotina de WhatsApp. Solo la compa?¨ªa sabe la cifra y, despu¨¦s de la contundencia de enero, cuando amenazaron con el cierre de su cuenta a quien no aceptara, esta vaguedad con los plazos puede indicar que hay muchos usuarios a¨²n con dudas.
WhatsApp es la aplicaci¨®n de mensajer¨ªa m¨¢s usada de largo en Espa?a y Am¨¦rica Latina. La compa?¨ªa no revela cifras, pero ninguna alternativa se le acerca en las clasificaciones. Esta ventaja apabullante genera un efecto red obvio: si usas el m¨®vil para mensajes, lo m¨¢s l¨®gico es estar en WhatsApp, donde est¨¢ todo el mundo. En pa¨ªses como Brasil hay adem¨¢s compa?¨ªas que ofrecen tarifas especiales donde WhatsApp no usa datos del m¨®vil, con lo que no supone gasto.
Pero tambi¨¦n hay gente que decide no usar WhatsApp. EL PA?S ha querido saber por qu¨¦ y ha hablado con siete personas que no tienen la aplicaci¨®n en sus m¨®viles.
El rechazo a ceder los datos
WhatsApp es propiedad de Facebook, cuyo modelo de negocio esencial es la publicidad. La compa?¨ªa procura afinar el perfilado de sus clientes (para mostrarles anuncios personalizados en Facebook e Instagram) o mejorar las opciones para que las empresas contacten con ellos en WhatsApp. Para todo ello necesitan informaci¨®n sobre sus usuarios y hay gente que se ha cansado. ¡°Irme de WhatsApp es mi recurso de la pataleta de no pasar por el aro de Facebook¡±, dice Juan Escudero, jubilado de 68 a?os residente en Cantabria.
Isaac Tejero, empleado de 48 a?os de la feria de muestras de Basilea (Suiza), da m¨¢s detalles sobre sus problemas con la privacidad: ¡°Me molesta la cantidad de datos que compilan. Esa ligereza con nuestros datos personales no me es aceptable: ubicaci¨®n, hora de transmisiones, identificadores. No me hace gracia el perfilado que pueden crear por motivos comerciales o lo que sea. Creo que mis datos valen m¨¢s que el uso de unas aplicaciones gratuitas¡±. Sus razones son comunes, pero no ¨²nicas.
La mayor¨ªa de las personas consultadas valora la calma que obtienen al salir de WhatsApp. Hay varios tipos de tranquilidad. Primero, huir del spam (mensajes no deseados) bienintencionado. ¡°Me ahorro los interminables di¨¢logos-mon¨®logos de gente que necesita comunicar que tiene una nueva mascota pero requiere 35 l¨ªneas, 50 emoji y docenas de signos de puntuaci¨®n y admiraci¨®n, adem¨¢s de chistes viejos, historias en Power Point de cisnes en un estanque, puestas de sol interminables con acompa?amiento de violines o las invocaciones a santos y v¨ªrgenes¡±, dice Rosa Salom, de 68 a?os, profesora universitaria en Venezuela que vive en M¨¢laga desde hace diez a?os.
Para Mar¨ªa Jes¨²s Gull¨®n, dise?adora de producto de 37 a?os de Zamora, el problema era m¨¢s serio. ¡°Dej¨¦ WhatsApp por mi trabajo y por el bien de mi salud¡±, dice. ¡°Recib¨ªa notificaciones a cualquier hora, invad¨ªa mi vida privada, no desconectaba del trabajo, lleg¨® a crearme adicci¨®n. Estaba todo el d¨ªa pendiente de si recib¨ªa mensajes y de si ¡®hab¨ªan le¨ªdo¡¯ lo que fuera que hubiese enviado¡±, a?ade.
?Pierdes la conexi¨®n con gente? S¨ª.
En enero este peri¨®dico habl¨® con Merc¨¨ Porta, una exprofesora de Barcelona de 60 a?os. Hab¨ªa abandonado WhatsApp. Una de sus preocupaciones era si desconectar¨ªa de amigos y grupos. Ahora lleva cuatro meses fuera de la aplicaci¨®n y, efectivamente, ha ocurrido. ¡°He perdido contacto con muchas personas que no tienen ning¨²n otro sistema de mensajer¨ªa, especialmente grupos¡±, dice, ¡°y de momento no pasa nada¡±.
No es el ¨²nico caso. En general quienes abandonan WhatsApp valoran haber vuelto a las llamadas de tel¨¦fono y salir de una especie de serenata social absurda donde la gente habla por hablar, solo por tener acceso a una aplicaci¨®n masiva. ¡°Mi comunicaci¨®n se ha desarrollado en el habla y el c¨ªrculo de personas que necesita comunicarse conmigo es m¨¢s preciso, m¨¢s directo y me ahorra el proceso que conlleva los protocolos de esta herramienta¡±, dice Claudio Rojas, artista visual de 55 a?os residente en Santiago de Chile.
El alivio de no estar todo el d¨ªa pendiente del m¨®vil
La falta de conexi¨®n continua mediante notificaciones tambi¨¦n es apreciado. ¡°Ver el tipo de uso que la gente, en general, le da a WhatsApp como si fuese una red social con un uso continuo hace que sienta muy poco inter¨¦s en meterme en esa dependencia¡±, dice Jos¨¦ Manuel, trabajador del sector sanitario de 45 a?os en Lugo que no da su apellido, y que a?ade que ni siquiera la obligaci¨®n laboral le llevar¨ªa meter WhatsApp en su vida cotidiana. ¡°Coger¨ªa una l¨ªnea ¨²nica y exclusivamente para ello¡±, explica.
Signal, la alternativa preferida
Todos estos usuarios han decidido no usar WhatsApp pero no han tirado su m¨®vil ni han desaparecido del mundo. Casi todos tienen alternativas similares a WhatsApp, pero menos extendidas y por tanto con menos usuarios. La preferida en seis de los siete entrevistados es Signal: ¡°Despu¨¦s de probar varias (Telegram, Wickr) la que m¨¢s me ha convencido es Signal¡±, dice Escudero. ¡°Excepto la ubicaci¨®n continua en tiempo real, tiene el resto de funciones de WhatsApp y la calidad de llamadas es mejor¡±, a?ade. Gull¨®n solo se comunica por tel¨¦fono, correo electr¨®nico y sms. Un par tienen Telegram descargada y otros usan una aplicaci¨®n suiza de pago, Threema, o XMPP, un protocolo abierto de mensajer¨ªa instant¨¢nea.
La trampa de estar rodeados de usuarios de la ¡¯app¡¯
La ventaja de muchos de estos no usuarios es que est¨¢n rodeados de usuarios reales de WhatsApp. ¡°Siempre tengo la ayuda a aliados como mi marido o mi hermano que siguen utilizando Facebook y WhatsApp y pueden enviarle recados a alguien de mi parte o reenviarme las respuestas¡±, dice Salom.
?Es esto hacer algo de trampa? Rojas no lo ve as¨ª. ¡°El uso de la aplicaci¨®n ac¨¢ en Chile es hegem¨®nico y por consiguiente, a pesar de que no quieras enterarte, la presi¨®n de tus cercanos te lo dan a conocer¡±, dice, y a?ade: ¡°Es un poco tragic¨®mico, porque lo dem¨¢s te filtran la informaci¨®n de acuerdo a la bandeja de tus intereses, funcionan como una ameba que se relaciona con el h¨¢bitat y extrae lo necesario para alimentarte¡±.
Escudero ha buscado una artima?a m¨¢s sofisticada para irse sin desaparecer. ¡°Utilizo una cuenta de Whatsapp Business con un n¨²mero fijo solo para mantenerme en cuatro grupos¡±, dice. Pero ha cancelado su cuenta antigua con lo que excepto para esos cuatro valios¨ªsimos grupos, la conclusi¨®n para su vida es similar a la del resto. ¡°Al haber borrado la cuenta de mi n¨²mero de m¨®vil, perder¨¦ intentos de contactar conmigo a quien pretenda hacerlo a mi cuenta borrada¡±, dice.
Los aprendizajes de estar fuera
Esta ausencia tambi¨¦n les permite observar incongruencias del mundo que se ha creado alrededor de WhatsApp. Porta va a clase de franc¨¦s a un centro c¨ªvico. Las normas de privacidad del centro impiden compartir con la profesora los correos electr¨®nicos de los alumnos. As¨ª que la clase crea un grupo de WhatsApp, con sus n¨²meros de tel¨¦fono, para comunicaciones menores. ¡°Es un contrasentido¡± en el modo en que gestionamos nuestra privacidad, dice Porta. Ella es la ¨²nica que no est¨¢ en el grupo. ¡°Si un d¨ªa la profesora avisa que llega tarde, pues la espero, y si no aparece nadie me desconecto¡±, explica. Aunque se queja de la ¡°improvisaci¨®n y disponibilidad permanente que provoca WhatsApp¡±, Porta prefiere esperar y no saber que aguantar la serenata de mensajitos en la aplicaci¨®n. ¡°La gente no sabe mantener la funci¨®n de los grupos: tienen que compartirlo todo¡±, dice.
Desde que est¨¢ fuera de WhatsApp, Salom se ha dado cuenta de que cada aplicaci¨®n genera su tipo de usuario. La actividad en WhatsApp es m¨¢s fren¨¦tica y el ¡°doble check azul¡± es ya una leyenda en nuestras vidas: ¡°He notado que quienes se comunican por Signal tienden a ser m¨¢s respetuosos con tu tiempo y paciencia que los que utilizan WhatsApp¡±, dice.
Nuestros datos en bruto a menudo son igual de valiosos que el propio contenido. Si un usuario no tiene Facebook pero est¨¢ en tres grupos de WhatsApp donde la mayor¨ªa de sus usuarios son apasionados de la moda y los grupos tienen nombres como ¡°los elegantes¡± y ¡°me visto de Gucci¡±, es f¨¢cil deducir sus intereses. Jos¨¦ M. no entiende por qu¨¦ las empresas son descuidadas con el lugar donde acaban esos datos: ¡°?Por qu¨¦ una compa?¨ªa no puede pagar una miseria literalmente [en servidores] para ser due?a y responsable de la comunicaci¨®n profesional de sus trabajadores y las pone en cambio en manos de Facebook?¡±