Qu¨¦ dicen los mensajes privados de Elon Musk sobre el futuro de Twitter
Ahora que el hombre m¨¢s rico del mundo vuelve a querer comprar la red social, es ¨²til saber qu¨¦ cuenta en privado
Este an¨¢lisis es parte del env¨ªo del bolet¨ªn semanal de Tecnolog¨ªa, que se manda cada viernes. Si quiere apuntarse para recibirlo entero, con temas similares pero m¨¢s variados y breves, puede hacerlo en este enlace.
Elon Musk quiere volver a comprar Twitter. Ahora s¨ª que s¨ª. Esta es la cronolog¨ªa breve de este caso: en abril compr¨® un 9% de la compa?¨ªa. Acept¨® y luego renun...
Este an¨¢lisis es parte del env¨ªo del bolet¨ªn semanal de Tecnolog¨ªa, que se manda cada viernes. Si quiere apuntarse para recibirlo entero, con temas similares pero m¨¢s variados y breves, puede hacerlo en este enlace.
Elon Musk quiere volver a comprar Twitter. Ahora s¨ª que s¨ª. Esta es la cronolog¨ªa breve de este caso: en abril compr¨® un 9% de la compa?¨ªa. Acept¨® y luego renunci¨® a entrar en la junta de accionistas. Poco despu¨¦s firm¨® un acuerdo para comprarla toda entera por 44.000 millones. En mayo se ech¨® atr¨¢s. Twitter le llev¨® a juicio para que cumpliera ese acuerdo, que deb¨ªa empezar el 17 de octubre. El propio Musk deb¨ªa declarar ayer jueves pero se aplaz¨®.
Esta noche se ha sabido que el juicio se ha aplazado hasta el 28 de octubre para que ambas partes puedan negociar.
Est¨¢ por ver si Musk querr¨¢ bailar m¨¢s. Pero el consenso entre periodistas con fuentes directas en Silicon Valley es que Musk ha optado por el mal menor: asumir la compra antes de alargar un proceso que le iba a chupar energ¨ªa y que ten¨ªa m¨¢s opciones de perder. En noviembre aspira, por ejemplo, lanzar el nuevo cohete de SpaceX, que deber¨ªa llevarnos a Marte en alg¨²n momento. Es m¨¢s importante.
Al final le resulta menos laborioso gastarse 44.000 mil millones y nombrarse jefe interino de Twitter que prepararse para un juicio que tiene mala pinta.
Hay otro asunto que quiz¨¢ preocupa a Musk. A finales de la semana pasada, el tribunal public¨® cientos de mensajes privados entre Musk y un variado grupo de lumbreras de Silicon Valley. Su lectura es fascinante. Ayer la jueza del caso dijo que no estaban todos. Musk usa Signal, que autodestruye mensajes y no responde a peticiones de autoridades. La hipot¨¦tica recuperaci¨®n de m¨¢s mensajes puede inquietar a Musk y sus amigos.
Los mensajes publicados dan una idea de los debates en la intimidad de un n¨²cleo duro de Silicon Valley, que b¨¢sicamente incluye a multimillonarios y aspirantes. Entre todos esos mensajes hay algunos entretenidos, otros reveladores y m¨¢s a¨²n que ayudan a entender qu¨¦ quiere Musk de Twitter. Esto es lo que sale de ah¨ª:
1. ¡°Creo que nadie deber¨ªa ser jefe de nadie¡±
Musk aparece como un tipo correcto, poco estridente: ¡°Odio hacer de jefe¡±. dice. ¡°Creo que nadie deber¨ªa ser el jefe de nadie. Pero me encanta ayudar resolver problemas t¨¦cnicos¡±. Cuenta que le gusta la cadena rusa RT: ¡°Me gustan sus informativos en realidad. Mucha basura, pero tambi¨¦n buenos argumentos¡±, escribe.
Tambi¨¦n explica que espera trabajar unos meses sin asistente: ¡°Jehn tuvo un hijo y he decidido no tener asistenta unos meses¡±. Un ejecutivo de Twitter le propone quedar en un Airbnb para una reuni¨®n y le advierte que hay tractores y burros en la propiedad: ¡°Haha incre¨ªble. Quiz¨¢ al algoritmo de Airbnb cree que te gustan los tr¨¢ctores y los burros (a qui¨¦n no!)¡± No usa el emoji de carcajadas, aunque usa otros.
La mayor¨ªa de mensajes son de gente que admira, anima o pelotea a Musk. Nadie le tose. Es una larga fila de admiradores descontrolados: ¡°Mi espada es tuya¡±, le dice el inversor Jason Calacanis, que es el m¨¢s pegajoso y que se postula incluso para ser jefe ejecutivo de Twitter: ¡°Ser¨ªa mi trabajo so?ado¡±. Le manda listados de ideas que Musk omite. Menos la propuesta de reducir dr¨¢sticamente la plantilla de Twitter, que le hace m¨¢s gracia.
2. ¡°Necesitamos una nueva plataforma¡±
A finales de marzo, Musk tuitea: ¡°Ya que Twitter funciona como la plaza p¨²blica, no adherirse a los principios de la libertad de expresi¨®n socava la democracia. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacerse? ?Se necesita una nueva plataforma?¡±
Jack Dorsey, fundador de Twitter y jefe hasta noviembre 2021, le escribe: ¡°S¨ª. No puede ser una empresa. Por eso me fui¡±. Musk le pregunta c¨®mo deber¨ªa ser. Dorsey le responde un mensaje largo: debe ser un protocolo abierto, como Signal, sin anuncios, sin una entidad centralizada detr¨¢s. Musk le dice: ¡°Idea s¨²per interesante¡± y ¡°me gustar¨ªa ayudar¡±. La ausencia de publicidad gusta a Musk.
3. ¡°?Te van bien 1.000 millones? Mejor 2.000¡å
Con el tuit de la plataforma empiezan a llegarle m¨¢s mensajes. Uno es de Larry Ellison, cofundador de Oracle: ¡°No creo que necesitemos otro Twitter¡±, le dice. Con Ellison, Musk tiene uno de los intercambios m¨¢s locos. Unas semanas despu¨¦s de ese primer mensaje, Musk le pregunta si sigue interesado en entrar en la compra de Twitter: ¡°?Qu¨¦ cantidad de d¨®lares m¨¢s o menos?¡±, pregunta Musk. Y Ellison: ¡°1.000 millones, o lo que me recomiendes¡±. Musk responde con el mismo tono que el resto de la humanidad habla de compartir loter¨ªa: ¡°Lo que te vaya bien. Yo te recomendar¨ªa 2.000 o m¨¢s. Tiene mucho potencial¡±.
Ellison encima le dice: ¡°Estoy de acuerdo y ser¨ªa muy divertido¡±. En toda la humanidad quiz¨¢ haya menos de 10 personas que si tienen 2.000 millones encontraran ¡°muy divertido¡± invertirlo en una empresa.
4. ¡°?Pero por qu¨¦ no compras Twitter?¡±
Tambi¨¦n hay europeos que tienen ideas. Mathias D?pfner, director ejecutivo de Axel Springer, que controla Bild y Politico, pide a Musk directamente que compre Twitter: ¡°Nos encargamos por ti¡±, sigue. ¡°Establecemos una plataforma de libertad de expresi¨®n. Ser¨ªa una contribuci¨®n real a la democracia¡±. Musk responde: ¡°Idea interesante¡±. Se compromete poco.
D¨ªas despu¨¦s, D?pfner es el autor del mensaje m¨¢s largo de toda la base de datos, con una lista de puntos para arreglar Twitter. El primero es ¡°solucionar la libertad de expresi¨®n¡±. ?C¨®mo? Habr¨ªa que reducir los t¨¦rminos de servicio ¡°que ahora son cientos de p¨¢ginas¡± a tres cosas: no spam o estafas, no promocionar violencia, no porno ilegal. El resto son ideas parecidas a convertir Twitter en un protocolo abierto a varios algoritmos. Musk no parece atra¨ªdo.
5. ¡°Haz algo contra los progres¡±
Uno de los mensajes m¨¢s comentados es de un autor desconocido. (Hay mensajes cuyos autores est¨¢n tachados.) ¡°Ser¨¢ un juego delicado dejar a los de derechas volver a Twitter y c¨®mo navegarlo (especialmente el propio jefe) [presunta referencia a Donald Trump]. Yo pondr¨ªa las normas pronto y tendr¨ªa a alguien con sabidur¨ªa pol¨ªtica y cultural para que fuera vicepresidente de cumplimiento¡±, le dice. Ese vicepresidente podr¨ªa ser ¡°alguien como Blake Masters¡±, que es un candidato trumpista a senador por Arizona que proviene del grupo de Peter Thiel en Silicon Valley.
Hay varios mensajes que piden a Musk, por ejemplo, que haga ¡°algo contra los progres¡±, de alguien tambi¨¦n censurado. Joe Rogan, el podcaster acusado de racismo y antivacunas, le pide que ¡°libere Twitter de la mafia de la censura¡±.
Este es el punto m¨¢s repetido: parece que volver¨¢ Trump y su s¨¦quito. Es probable: ¡°Ser¨ªa magn¨ªfico que se relajen las suspensiones permanentes, excepto para las cuentas de spam y quienes abogan por la violencia expl¨ªcita¡±, escribe Musk al jefe actual de Twitter, Parag Agrawal. Y poco despu¨¦s: ¡°Twitter deber¨ªa moverse hacia al centro¡±.
?Pero deshar¨¢ Musk las normas comunitarias de Twitter y permitir¨¢ la ley de la selva? Musk puede ser muchas cosas, pero gastarse el 20% de su patrimonio en una empresa para convertirla en un desag¨¹e es dif¨ªcil de creer.
6. ¡°?T¨² qu¨¦ has hecho esta semana?¡±
Solo hay un momento chungo en los mensajes y se lo dedica a Agrawal. En los mensajes iniciales entre ambos parecen llevarse bien. Hablan de ingeniero a ingeniero, Jack Dorsey apoya la labor de Agrawal. Primero Musk dice un pu?ado de amabilidades como ¡°tengo una tonelada de ideas, pero dime si te aprieto mucho. Solo quiero Twitter sea ¡®incre¨ªble m¨¢ximo¡¯ [sic]¡± o ¡°Me gustar¨ªa entender los detalles t¨¦cnicos del c¨®digo base de Twitter. As¨ª podr¨¦ calibrar mejor la estupidez de mis propuestas¡±.
Luego llega el c¨¦lebre tuit de Musk: ¡°?Twitter se est¨¢ muriendo?¡± Agrawal le dice que eso no ayuda. Musk le responde con una de las peores preguntas que puede hacerte un futuro jefe: ¡°?T¨² qu¨¦ has hecho esta semana?¡± Se da por hecho que si Musk compra Twitter, Agrawal se va a casa. Algo pas¨® entre ellos. Hasta Dorsey admiti¨® con Musk que ya no podr¨ªan trabajar juntos.
7. ¡°Tengo dos ideas¡±
En los d¨ªas calientes de su compra en primavera, Musk coment¨® un par de ideas. Primero para su c¨¦lebre superapp, sobre la que sigue tuiteando, similar a la china WeChat: mensajes, pagos, red social. ¡°Tengo una idea para un sistema de redes sociales con blockchain que hace tanto pagos como mensajes de texto cortos/enlaces como Twitter. Hay que pagar una peque?a cantidad para registrar el mensaje en la cadena, lo que eliminar¨ªa la mayor¨ªa de spam y bots. No hay cuello de botella, as¨ª que la libertad de expresi¨®n est¨¢ garantizada¡±, escribi¨® primero.
Y luego: ¡°Mi plan B es una versi¨®n de Twitter basada en blockchain. Tendr¨ªas que pagar tal vez 0.1 doges [una cripto promovida por Musk] por comentario o reenv¨ªo de ese comentario¡±.
Poco despu¨¦s admiti¨® que ese modelo en blockchain no era posible. A partir de aqu¨ª, todo es especulaci¨®n.
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