Clara Pretus, neurocient¨ªfica: ¡°Hay agentes del mal que est¨¢n sacando r¨¦dito al generar este nerviosismo¡±
Estudia c¨®mo las personas caen en el extremismo y c¨®mo el cerebro procesa la desinformaci¨®n en situaciones polarizadas
Poca gente conoce la mente de los extremistas como la neurocient¨ªfica Clara Pretus (Barcelona, 36 a?os), porque ella se ha asomado literalmente a su interior. En su trabajo m¨¢s celebrado, escanearon el cerebro de j¨®venes que quer¨ªan participar en actos violentos yihadistas para entender los mecanismos personales y sociales que activaban esa vocaci¨®n. En ...
Poca gente conoce la mente de los extremistas como la neurocient¨ªfica Clara Pretus (Barcelona, 36 a?os), porque ella se ha asomado literalmente a su interior. En su trabajo m¨¢s celebrado, escanearon el cerebro de j¨®venes que quer¨ªan participar en actos violentos yihadistas para entender los mecanismos personales y sociales que activaban esa vocaci¨®n. En un trabajo m¨¢s reciente, lo que pusieron bajo la lupa fue la materia gris de votantes de Vox para entender por qu¨¦ difund¨ªan mentiras en temas importantes para ellos, como la inmigraci¨®n: lo que descubrieron es que al plante¨¢rselo se activaban ¨¢reas de su cerebro social. ¡°No son las t¨ªpicas zonas de toma de decisiones, sino las que sirven para inferir qu¨¦ piensan los dem¨¢s¡±, explica Pretus, de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona. Es decir, difund¨ªan bulos teniendo en mente la aprobaci¨®n del grupo.
Asesora de la Oficina de Naciones Unidas contra el Terrorismo y directora del Social Brain Lab, advierte de que una tragedia como la sufrida en Valencia por la dana facilita mucho la difusi¨®n de desinformaci¨®n. ¡°Cuando est¨¢s en peligro, te vale m¨¢s la pena creer cualquier informaci¨®n que pueda salvarte o que pueda favorecerte¡±, resume. Pero a la vez critica que ¡°se ha utilizado por varios actores pol¨ªticos para sacar provecho¡±. Pretus sabe que en situaciones de peligro y ansiedad surgen actores interesados que saben que el uso de palabras de alta carga emocional nos ¡°hackea el sistema nervioso¡±. ¡°Debemos tenerlo en cuenta, porque cada vez habr¨¢ m¨¢s emergencias de este tipo, muy propicias para la desinformaci¨®n y sacar provecho pol¨ªtico¡±, a?ade.
Pregunta. La misma noche de la dana en Valencia, cuando la gente se da cuenta de que es muy grave, ya se empez¨® a hacer una lectura partidista.
Respuesta. No estamos acostumbrados a algo as¨ª, eso crea incertidumbre, alarma y emergencia, y hace que nos apoyemos en lo poco que sabemos. Y los sesgos que ya llevamos incorporados, sean conscientes o inconscientes, salen m¨¢s a la superficie. Por ejemplo, la identidad social o la identidad pol¨ªtica, las creencias de ese partido y esa visi¨®n del mundo: qui¨¦nes son los enemigos, qui¨¦nes son los aliados... Te apoyas en eso en momentos de incertidumbre. Y as¨ª vamos a sesgar d¨®nde buscamos la informaci¨®n, c¨®mo la procesamos e incluso afecta a c¨®mo la percibimos. Una persona, por ser de izquierdas o de derechas, lleva la mirada a los puntos de la informaci¨®n que m¨¢s confirma lo que ya cre¨ªan. Hay un experimento sobre cambio clim¨¢tico donde ense?an la curva de temperaturas de los ¨²ltimos siglos a liberales y conservadores en Estados Unidos. Siguen su mirada y ven que los liberales miran a las ¨²ltimas d¨¦cadas, centran su atenci¨®n donde se da la subida de temperaturas m¨¢s dram¨¢tica. En cambio, los conservadores no prestan particular atenci¨®n a esta ¨²ltima parte del gr¨¢fico. Incluso si ley¨¦ramos las mismas noticias, nos fijar¨ªamos en lo que confirma nuestra cosmovisi¨®n.
Consumimos desinformaci¨®n porque queremos reafirmar nuestra pertenencia
P. Lo identitario nos predispone a consumir desinformaci¨®n.
R. Lo que tendemos a hacer es buscar aquello que nos reafirme como miembros del grupo, intentar salvaguardar aquello que lo deje en una buena posici¨®n. Es una de las propuestas que se hacen para explicar por qu¨¦ consumimos desinformaci¨®n: para reafirmar nuestra pertenencia, no solo a nivel abstracto, sino tambi¨¦n con nuestro entorno inmediato, la audiencia que tenemos en redes sociales. Estamos motivados a compartir informaci¨®n que sabemos que nuestra audiencia va a recibir bien y nos va a servir para reafirmarnos. Y esto es m¨¢s importante cuanto m¨¢s cr¨ªtica es la informaci¨®n. Por ejemplo, en una emergencia o cuando es muy clave para la identidad de grupo.
P. ?Difundimos el bulo porque anulamos el esp¨ªritu cr¨ªtico, porque es un bulo que nos da la raz¨®n?
R. Hay distintas razones. Algunas m¨¢s cognitivas: no tengo tiempo para prestar atenci¨®n o no tengo capacidad de mirar esta informaci¨®n de forma cr¨ªtica y contrastarla. Luego hay un aspecto formativo: hace falta una capa de protecci¨®n que proporcione la educaci¨®n para ver las t¨¦cnicas espec¨ªficas que se usan para propagar desinformaci¨®n, como el uso de falsos expertos, emociones negativas, etc. Y en ¨²ltimo lugar, la motivaci¨®n m¨¢s partidista, que tambi¨¦n desempe?a un papel. Se han desarrollado estrategias que funcionan para el ciudadano com¨²n con el enfoque m¨¢s cognitivo y el m¨¢s pedag¨®gico, con cierto ¨¦xito. En realidad, la mayor parte de la desinformaci¨®n la comparte un porcentaje m¨ªnimo de usuarios de internet. Es un grupo peque?o, pero radicalizado, el que mueve la mayor¨ªa de la desinformaci¨®n que consumimos. El problema es que para ellos todas esas estrategias no son eficaces porque sus motivaciones son distintas.
P. Porque es deliberado.
R. Puede ser 100% deliberado, puede ser con mala fe. Y puede ser un poco fan¨¢tico, que est¨¦ muy cegado por una ideolog¨ªa y cuando ve esta informaci¨®n, le hierve la sangre y tiene que compartirlo.
La difusi¨®n de desinformaci¨®n debe tener consecuencias legales. Porque si no, no vamos a conseguir crear un entorno informativo saludable
P. En ese sentido, ?c¨®mo ve las estrategias de fact-checking, combatiendo cada bulo, cuando hay una gran maquinaria detr¨¢s produci¨¦ndolos?
R. En estos momentos, las estrategias de fact-checking tienen una eficacia muy limitada. A lo mejor reducen la difusi¨®n en un porcentaje muy bajo. Hay iniciativas, herramientas, pero en absoluto son suficientes. Lo hemos visto en el caso de la dana y creo que va a haber muchos cambios en este sentido. Sobre todo, porque la difusi¨®n de desinformaci¨®n debe tener consecuencias legales. Porque si no, no vamos a conseguir crear un entorno informativo saludable, donde las personas podamos ejercer nuestro derecho a tomar decisiones basadas en informaci¨®n veraz.
P. ?Hay que aprobar leyes contra los bulos?
R. S¨ª, porque no puede ser que no tengan consecuencias. Pero ese es un sistema muy lento para frenar la desinformaci¨®n. Para hacerlo m¨¢s r¨¢pido, estamos experimentando con otro acercamiento que es de crowdsourcing, es decir, de colaboraci¨®n en abierto entre usuarios. Es una idea incipiente, pero pensamos que podr¨ªa ser un sistema m¨¢s r¨¢pido: que los usuarios puedan verificar informaci¨®n de redes sociales.
P. Pero los estudios muestran que cuando alguien nos quiere sacar de un error es importante que sea alguien de tu grupo, de quien te f¨ªas. Es crucial contar con gente con suficiente valor y honestidad intelectual para sacarle los colores a la gente de su grupo.
R. Esto es importante, pero no se puede forzar. Es dif¨ªcil influenciar lo que ocurre dentro de un grupo. Hay un estudio que muestra, en EE UU, que la verificaci¨®n de comentarios que viene del lado opuesto, no solamente no funciona, sino que hace que la parte contraria se enfade m¨¢s y est¨¦ m¨¢s de acuerdo con su comentario inicial. Cuando viene del propio grupo es mucho m¨¢s fiable, mucho m¨¢s eficaz, pero es dif¨ªcil. Lo ideal es que haya una norma social que diga que es deseable ser cr¨ªtico con el propio grupo. Que haya un valor casi moral, que estar¨ªa por encima de nuestros intereses partidistas, que es la honestidad.
La llegada de Trump reforz¨® la impunidad ante las mentiras y la desinformaci¨®n
P. Tambi¨¦n podemos dar m¨¢s importancia a otro tipo de entidades. En estos momentos polarizados, nos descomponemos en una sola identidad: la pol¨ªtica. Pero tenemos m¨¢s identidades, compartimos m¨¢s cosas, somos padres, del Bar?a... ?Podemos generar confianza en otro ¨¢mbito identitario para resolver esto?
R. Es una estrategia que se utiliza justamente con el cambio clim¨¢tico. Muchos republicanos de EE UU tienen mucho escepticismo, pero cuando se apela a su identidad como padres est¨¢n m¨¢s abiertos a mejorar las condiciones de futuro de sus hijos. Si te pregunto sobre el cambio clim¨¢tico apelando antes a tu identidad como padre, me contestas de forma diferente. Es valioso saber que tenemos m¨²ltiples identidades y que podemos apelar a ellas para estar m¨¢s cerca de la veracidad de la informaci¨®n.
P. ?Hab¨ªa un caldo de cultivo polarizador que cristaliz¨® en la pandemia y ha vuelto a exacerbarse ahora?
R. S¨ª, incluso antes, creo que la llegada de Trump reforz¨® la impunidad ante las mentiras y la desinformaci¨®n. Y luego se han dado una serie de golpes duros que hacen que la gente est¨¦ m¨¢s desesperada, tenga m¨¢s incertidumbre. Y los medios que seguimos, los l¨ªderes a los que escuchamos, tienen un papel superimportante. Hace poco hicimos un experimento en EE UU, donde pagamos a la gente para que dejara de seguir durante un mes cuentas hiperpartidistas, tanto dem¨®cratas como republicanas. Y ve¨ªamos que s¨ª hab¨ªa una desinflamaci¨®n de las actitudes pol¨ªticas de la gente. Pasaba a haber menos animadversi¨®n hacia el contrincante pol¨ªtico, hacia el grupo opuesto. Y tambi¨¦n estaban expuestos a menos desinformaci¨®n. Es decir, nuestra dieta informativa tiene un impacto en mantener este estado de nerviosismo inflamatorio. O reducirlo si nos desconectamos de estas fuentes. No solamente son los desastres como la pandemia o la dana, sino que realmente hay agentes del mal que est¨¢n sacando r¨¦dito y que est¨¢n ganando mucho dinero, invirtiendo mucho dinero, en generar este nerviosismo y desesperaci¨®n.
No podemos dejar a los ciudadanos solos ante la desinformaci¨®n
P. Seguimos este tipo de cuentas hiperpolarizadas porque nos dan satisfacci¨®n, ?deber¨ªamos hacer todos un esfuerzo personal por reducir ese tipo de exposici¨®n?
R. Total, pero con la responsabilidad individual siempre hay un problema. Primero, porque es imposible. Es decir, si t¨² ya est¨¢s haciendo esta reflexi¨®n, es que igual no te hace falta. Y despu¨¦s, que evidentemente los cambios estructurales en el plano pol¨ªtico, de regulaci¨®n europea, son mucho m¨¢s eficaces. Siempre se tiende a llevar responsabilidad al individuo. Pero la gente est¨¢ trabajando 10 horas al d¨ªa, tiene unas limitaciones de tiempo, de escrutar informaci¨®n mientras trata de llevar su d¨ªa adelante. Tiene una responsabilidad, pero el cambio tiene que ser m¨¢s estructural, m¨¢s profundo. Y no podemos dejar a los ciudadanos solos ante la desinformaci¨®n.
P. Hablando de soledad, ?influye el aislamiento social, la soledad de la gente, que luego encuentra refuerzo en redes sociales?
R. S¨ª, totalmente. Es que se teletrabaja, no salimos a la calle, no nos reunimos con otra gente... Y juntarse con gente es una dosis de realidad. Hay quien dice que trabajar es bueno porque te obliga a hacerte compatible con la realidad. Porque cuando estamos solos empezamos a irnos por sitios de internet y terminas en rincones de la red que no sabes ni c¨®mo has llegado. Muchas veces, al compartirlo con alguien, al externalizarlo, ya te suena rid¨ªculo mientras lo est¨¢s contando. Es muy, muy importante tener interacciones sociales y est¨¢ comprobad¨ªsimo por muchos estudios. La soledad tiene muchos inconvenientes, reduce la esperanza de vida, y uno de ellos es que si te encierras en tu propia mente y encima tienes acceso a la red, que te lleva por sitios cada vez m¨¢s radicalizados, hacia contenidos m¨¢s extremos. Es muy bueno estar en contacto con gente de la vida real.
P. Pero cada vez es m¨¢s dif¨ªcil encontrar esos puntos de fricci¨®n, nos rodeamos de los nuestros.
R. S¨ª, y las situaciones extremas, como la dana, hacen que t¨² tambi¨¦n te polarices en tu vida personal. Que dejes de ver a cierta gente. Por ejemplo, en Catalu?a y en el Brexit hubo una reestructuraci¨®n de las amistades. Tiene un impacto en tus relaciones personales, pero a la vez es en las relaciones personales donde es m¨¢s f¨¢cil expresar identidades diferentes. La interacci¨®n en tres dimensiones proporciona la oportunidad de conectar a otros niveles. Es mucho m¨¢s matizado, hay interdependencias, tienes v¨ªnculos afectivos, que te llevas muy bien con alguien, etc.
Es m¨¢s f¨¢cil justificar la violencia si no existe una realidad compartida
P. La soluci¨®n es relacionarnos m¨¢s en tres dimensiones.
R. En cuatro dimensiones, porque tambi¨¦n est¨¢ el tiempo.
P. ?Y c¨®mo va a afectar en el futuro el salvaje episodio de desinformaci¨®n que estamos viviendo? ?Va a generar problemas de cohesi¨®n social?
R. Erosi¨®n del tejido de cohesi¨®n social, al 100%. Y crisis de confianza en las instituciones, claramente. Se repite: ¡°Estamos en un Estado fallido¡±. La gente va incorporando este tipo de informaci¨®n y se va deteriorando m¨¢s la confianza en estas instituciones democr¨¢ticas que est¨¢n aqu¨ª para, en principio, salvaguardar la convivencia pac¨ªfica. La gran amenaza de la polarizaci¨®n es la violencia: si perdemos la noci¨®n de realidad compartida y todo es v¨¢lido, cualquier narrativa es v¨¢lida, esto propicia la justificaci¨®n de la violencia. Es m¨¢s f¨¢cil justificar el uso de violencia porque no existe esta realidad, ya no objetiva, sino intersubjetiva, en la que estemos todos de acuerdo. Y es m¨¢s f¨¢cil que proliferen estos relatos de victimizaci¨®n, que es la f¨®rmula del ¨¦xito para justificar la violencia. Pero no es un fen¨®meno nuevo. George Orwell contaba que ¨¦l hab¨ªa visto en persona muertos de los que no se hab¨ªa hablado y hab¨ªa le¨ªdo sobre batallas que no hab¨ªan ocurrido. Es t¨ªpico de situaciones de conflicto: tergiversar la realidad para justificar la violencia que algunos quieren usar para avanzar su agenda pol¨ªtica.
P. Cuando habla de victimizarse, ?se refiere a conspiraciones como que se quiere sustituir a los blancos y teor¨ªas de ese tipo?
R. La victimizaci¨®n es la herramienta estrella de la justificaci¨®n de la violencia. Y se utiliza. Pero hay relatos de victimizaci¨®n que son ciertos y otros que son exagerados o que son mentira. Por ejemplo, las mujeres s¨ª han estado subordinadas al hombre tradicionalmente. Es verdad. Ahora hay hombres que dicen que est¨¢n victimizados por el feminismo. Y cuando expones estas estructuras narrativas de ¡°nos est¨¢n oprimiendo¡±, es m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s justificable luchar contra esa opresi¨®n.
P. Este ejercicio deliberado de desinformaci¨®n para minar toda la confianza en las fuentes oficiales, ?lo provocan porque cuando no se cree a nadie, se puede creer cualquier cosa?
R. Claro, todo el mundo est¨¢ desautorizado, deslegitimado, como fuente de informaci¨®n. Es una muy buena estrategia para hacer un cambio de poder. Si tenemos un statu quo, unas instituciones que han estado d¨¦cadas, es la mejor manera de dinamitar lo que hay.