¡®Manosfera¡¯: Donde se quieren los hombres que odian a las mujeres
Activistas por los derechos masculinos, gur¨²s del ligue, ¡®incels¡¯... Los rincones antifeministas de internet proporcionan ante todo una red afectiva para los varones que se sienten victimizados y en crisis, seg¨²n un estudio de la FAD sobre subculturas mis¨®ginas ¡®online¡¯
Ahora mismo en Espa?a un grupo de divorciados debate en Facebook las ¡°denuncias falsas¡±, ¡°el da?o que ha hecho la ley de violencia de g¨¦nero¡± y sentencia que ¡°el feminismo mata m¨¢s que el machismo¡±. En tono m¨¢s jocoso, un conocido foro masculino analiza por en¨¦sima vez si las mujeres buscan el atractivo f¨ªsico, el dinero o el estatus en sus parejas y, en cualquier caso, ya saben, ¡°TDS PTS¡± (todas putas). Mientras, en YouTube, un hombre adulto monetiza sus consejos para dominar ¡°el juego¡± de la seducci¨®n. B¨¢sicamente, dice, conviene menospreciar a la ¡°presa¡± m¨¢s que halagarla; otro hombre, una generaci¨®n menor, explica en TikTok c¨®mo pesa el ¡°body count¡± en las mujeres pasado su ¡°prime¡± (es decir, si tiene muchas relaciones nadie se interesar¨¢ por ella llegada una edad). Y en otro rinc¨®n de internet, donde los usuarios comparten t¨¦cnicas de ejercicios maxilofaciales para aumentar la prominencia de su ment¨®n, otro var¨®n joven se desahoga: ¡°Es simplemente rid¨ªcula la cantidad de vivencias de mierda que he tenido y no me refiero solo a eventos depresivos menores como la mayor¨ªa de los incels [c¨¦libes involuntarios]¡ Siempre fracaso estrepitosamente, con las mujeres y con las personas en general, que parecen sentir un repudio leg¨ªtimo a mi persona¡ Es verdad que soy feo y algo introvertido¡ A veces disfruto mirando el dolor ajeno despu¨¦s de haber experimentado tanta desigualdad¡±.
Todo esto ocurre en la manosfera, un universo por internet de foros, webs, blogs, canales de YouTube y perfiles en redes marcados por la defensa de una masculinidad cargada de misoginia que se siente amenazada por el sistema, las mujeres y, sobre todo, el feminismo. ¡°En paralelo a la llegada del feminismo a las instituciones, se ha dado un repliegue antifeminista que se considera a s¨ª mismo contracultural, aunque defiende muchos roles masculinos convencionales¡±, dice Elisa Garc¨ªa-Mingo, que ha pasado un a?o buceando por espacios como Forochoches, Hispachan o Spalumi viendo contenidos de creadores conocidos como Papa Maravilla, Roma Gallardo o Un Hombre Blanco Hetero y muchos otros an¨®nimos (entre febrero de 2021 y 2022). La soci¨®loga firma, junto a Silvia D¨ªaz Fern¨¢ndez, los resultados de dicha ¡°etnograf¨ªa digital¡± en el informe de la FAD J¨®venes en la manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepci¨®n que tienen los j¨®venes de la violencia sexual. La profesora explica el asunto en su despacho de la Facultad de Pol¨ªticas de la Complutense en Somosaguas, quiz¨¢s el lugar m¨¢s alejado conceptualmente de la manosfera: en la puerta de un retrete alguien ha escrito: ¡°El feminismo ser¨¢ interseccional o no ser¨¢¡±.
¡°En Espa?a la manosfera es menos letal que en otros pa¨ªses¡±, afirma Garc¨ªa-Mingo. En Estados Unidos, pero tambi¨¦n Canad¨¢, Reino Unido o Suecia, se han producido actos violentos gestados en l¨ªnea y las autoridades vigilan de cerca la radicalizaci¨®n de lo que describen como ¡°terrorismo incel¡±. En los pa¨ªses n¨®rdicos, la polic¨ªa investiga sus v¨ªnculos con el supremacismo blanco; en Italia, con el neofascismo. La Uni¨®n Europea encarg¨® el a?o pasado un informe sobre el tema a su red de expertos en radicalizaci¨®n. En la Polic¨ªa Nacional no consta ning¨²n foro radicalizado en Espa?a. ¡°Aqu¨ª, la manosfera tiene conexiones con partidos de ultraderecha como Vox y organizaciones como Hazte O¨ªr, pero forma parte de una guerra cultural, se parece m¨¢s a un bar¡±, dice la soci¨®loga, que no por ello le quita importancia: ¡°Fomenta discursos que banalizan la violencia sexual y niegan la de g¨¦nero¡±. Lo que m¨¢s le preocupa: ¡°Lo f¨¢cil y sutilmente que los chavales se topan con estos contenidos y c¨®mo van interiorizando su discurso, convirti¨¦ndolo en algo emocional que ya no puedes rebatir ni con argumentos ni con datos¡±. Por ejemplo: un cr¨ªo que empieza a salir con chicas, a poco que busque en Google ¡°ligar¡±, va a caer en una espiral de contenido hostil, mis¨®gino e incluso autodestructivo. ¡°Como padres nos preocupa mucho el porno, pero esto ni lo pensamos¡±, dice Garc¨ªa-Mingo.
Seg¨²n el bar¨®metro de juventud de la FAD (2021), uno de cada cinco varones entre 15 y 29 a?os en Espa?a consideran la violencia de g¨¦nero un ¡°invento ideol¨®gico¡±. Y aunque la mitad (50,4%) la considera un problema grave, esta percepci¨®n ha ca¨ªdo cuatro puntos desde 2017. La experta llama ¡°polinizaci¨®n¡± a ese trasvase de la misoginia por internet a la calle, incluso a quien no la frecuenta. Pudo comprobarlo en una serie de grupos de discusi¨®n con hombres j¨®venes, m¨¢s y menos asiduos a estos contenidos, en los que hab¨ªan ¡°calado¡± los temas e incluso la jerga de los foros. Adem¨¢s, todos los entrevistados hablaron sobre lo que la soci¨®loga denomina la ¡°manosfera invisible¡±: los grupos de WhatsApp exclusivamente masculinos. Espacios ¡°seguros¡±, ¡°de confianza¡±, donde los hombres dec¨ªan no sentirse ¡°juzgados¡± y admit¨ªan ponerse, en palabras de uno de ellos, m¨¢s ¡°unga unga¡± de lo normal.
Las tribus
En la selva de la manosfera cohabitan, desde hace tiempo y a nivel global, distintas subculturas: MRA, MTGOW, incels... Un sistema de castas explicado hasta la saciedad en webs y foros, con el minucioso detalle de quien describe un universo tolkiano o una baraja de pokemones. Est¨¢n los ¡°activistas por los derechos de los hombres¡± (MRA, por sus siglas en ingl¨¦s), que en Espa?a, seg¨²n Garc¨ªa-Mingo, son los m¨¢s abundantes y tambi¨¦n los m¨¢s politizados. Sus causas son los hombres maltratados, sobre todo en cuanto a las custodias paternas, esgrimen cuando pueden las denuncias falsas, quieren cambiar las leyes. ¡°Atacan a lo progre, a lo woke, tienen discursos articulados, muchos son abogados y su objetivo es crear un nuevo marco ideol¨®gico e influir en la sociedad¡±, dice la experta. Con una visi¨®n m¨¢s neoliberal, est¨¢n los gur¨²s del ligue (PUA, por pick up artists), que andan ¡°de capa ca¨ªda¡±, seg¨²n la experta, y se han ¡°profesionalizado¡±, reconvirtiendo su negocio en un entrenamiento m¨¢s general, del ¨¦xito personal, las criptomonedas, el fitness, la nutrici¨®n... Junto a ellos, youtubers mis¨®ginos con p¨²blicos a¨²n m¨¢s transversales y mainstream, que presumen de su ¡°incorrecci¨®n pol¨ªtica¡±. En este sentido las soci¨®logas tambi¨¦n han analizado varias cuentas de mujeres antifeministas, que tienen el ¡°alto valor simb¨®lico¡± de la aliada.
Luego est¨¢n los ¡°hombres que siguen su propio camino¡± (conocidos como MGTOW, men going their own way), cuya misoginia no tiene inter¨¦s monetario ni social, no quieren transformar nada, sino vivir al margen: quemados con las relaciones de pareja, su discurso resulta m¨¢s c¨ªnico. ¡°En Espa?a, son muy pocos, pero aun as¨ª, m¨¢s que los incels¡±, dice la experta, refiri¨¦ndose a la franja m¨¢s joven, rabiosa, nihilista y autodespectiva. ¡°En muchos foros mis¨®ginos el propio t¨¦rmino es un insulto: no seas incel se dicen unos a otros, son vistos como los pajilleros, los llorones, los raritos¡±, afirma Garc¨ªa-Mingo. Aunque con sus diferencias, a los hombres de todas estas subculturas les une ¡°sentirse v¨ªctimas de la discriminaci¨®n que supone vivir en una sociedad que consideran ginoc¨¦ntrica¡±, explica la soci¨®loga. ¡°Buscan una comunidad identitaria, su b¨²squeda no es tanto de informaci¨®n como de consuelo¡±.
Ning¨²n universo est¨¢ completo sin una intrincada jerga propia: los hombres pueden ser alfas, sigmas, betas... atractivos chads (sexualmente atractivos), normies (normalitos), manlets de poca estatura (pero musculados); los feministas son tachados de aliades, manginas u hombro?os; las mujeres pueden ser stacys o charos, y aparecen como ir¨®nicos ¡°seres de luz¡±. Adem¨¢s de TDS PTS, son awalt (acr¨®nimo de que todas son iguales). Hay gymcels que practican el lookmaxing para sacarse partido, la ¡°hipergamia¡± articula el desequilibrio entre los sexo... Y no pod¨ªa faltar un mito fundacional, que parad¨®jicamente es una escena de Matrix, una pel¨ªcula dirigida por dos mujeres transexuales, Lilly y Lana Wachowski.
Morfeo muestra a Neo dos p¨ªldoras: si toma la azul seguir¨¢ viviendo en la feliz ignorancia, siendo un esclavo en la ¡°prisi¨®n de su mente¡±. Si toma la roja descubrir¨¢ Matrix, la verdad detr¨¢s de eso que siempre le ha parecido que no funciona en el mundo. En la manosfera, el hombre ¡°redpileado¡± (as¨ª lo conjugan) comprende que hay una conspiraci¨®n ginoc¨¦ntrica a la que culpar de sus frustraciones y fracasos. En la pel¨ªcula, Keanu Reeves abandona una realidad c¨®moda para ser transportado a una distop¨ªa, pero la p¨ªldora roja ¡°masculinista¡± no funciona exactamente as¨ª, ya que lo que proporciona es el refugio de una c¨¢mara de eco donde un grupo de pares valida las opiniones propias. La manosfera se ha inventado algunas p¨ªldoras m¨¢s, siendo la m¨¢s ingerida tras la roja, la negra, que acaba con toda esperanza de que nada pueda mejorar llevando al cinismo de los MTGOW y al no-futuro de los incels.
La profesora Garc¨ªa-Mingo cree que es f¨¢cil ver solo lo ex¨®tico de la manosfera: ¡°Esa ¡®madriguera de machistas¡¯ que aparece en los titulares llamativos¡±. Ella defiende la ¡°alta funcionalidad¡± de estos espacios. ¡°Su discurso funciona porque es f¨¢cil, es trol, irreverente, divertido, autorreferencial y creativo¡±, zanja. Los memes antifeministas tienen un papel clave en la expansi¨®n del mensaje (el equipo de Garc¨ªa-Mingo ha analizado cientos de ellos). ¡°Los machistas son mejores comunicando, sobre todo desde esa postura aparentemente incorrecta; el feminismo mainstream es m¨¢s aburrido¡±.
Adem¨¢s, explica, a la misoginia m¨¢s radical se llega de forma paulatina, atravesando umbrales: primero, p¨¢ginas abiertas, luego foros con suscripci¨®n, luego entornos blindados, chats privados, foros en la internet profunda... Pero ante todo, defiende la soci¨®loga, la manosfera funciona porque ¡°satisface un vac¨ªo emocional y cubre las necesidades de cuidados de muchos hombres¡±. Especialmente los m¨¢s j¨®venes, los que se relacionan con una generaci¨®n de chicas con mucha conciencia feminista. ¡°Muchos se sienten incomprendidos y acuden a estos espacios para informarse, pero tambi¨¦n buscando crear v¨ªnculos porque est¨¢n muy solos¡±, dice la experta. Se crean as¨ª mallas identitarias que construyen ¡°una masculinidad en torno a sentimientos de rabia, frustraci¨®n y orgullo herido¡±. Es imprescindible comprenderlo para luchar contra ello, concluye la experta: ¡°No podremos parar la creciente misoginia sin tener en cuenta las necesidades socioafectivas de los hombres¡±.
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