¡°Solo el pueblo salva al pueblo¡±: las redes reaccionarias a la carga contra el ¡®Estado fallido¡¯
La industria del bulo aprovecha desde hace d¨ªas la descoordinaci¨®n de la respuesta a la dana para sembrar odio y desconfianza con lemas populistas que calan en l¨ªderes de derechas
La emocionante movilizaci¨®n de los voluntarios valencianos tiene ecos distorsionados mucho m¨¢s all¨¢ de los cauces del Magro, el Turia y el J¨²car. Las impresionantes im¨¢genes de las marchas de solidaridad, miles de personas cruzando puentes con palas, bolsas y carritos, inundaron las redes desde el jueves. Y un mensaje empez¨® a calar, mezclado con todas esas fotos: ¡°Sols el Poble salva al Poble¡±. Ese ¡°Solo el pueblo salva al pueblo¡± se ha desbordado y ya no es solo un lema de orgullo por una juventud activa, generosa y fraternal. Ese esp¨ªritu es la careta que se ha puesto una sombra oscura que espera a la vuelta de la esquina, en cada tragedia, para acabar con todo lo que representan esos j¨®venes solidarios.
Los grupos m¨¢s reaccionarios de la red ¡ªy m¨¢s all¨¢ de lo digital¡ª han comenzado a usar ese lema en sus recogidas de v¨ªveres y enseres. ¡°Solo el pueblo salva al pueblo¡± aparece en los llamamientos a la acci¨®n de organizaciones ultras como N¨²cleo Nacional, Falange o Revuelta, los cachorros de Vox que estaban tras las algaradas del 31 de diciembre en Ferraz en las que se apale¨® a un mu?eco de Pedro S¨¢nchez (hay una nueva convocada para el pr¨®ximo s¨¢bado 9). Ese lema, que cristaliz¨® como marca del populismo latinoamericano antiimperialista, es hoy el caballo de batalla de grupos neonazis contra el Estado de bienestar.
No es f¨¢cil vislumbrar el detalle porque a las gigantescas riadas de fango provocadas por la dana le ha seguido un aut¨¦ntico tsunami de desinformaci¨®n como pocas veces hemos visto. La industria del bulo empez¨® culpando a las presas (como el propio Santiago Abascal) y bramando ?Viva Franco!; despu¨¦s torturan los tuits de Aemet para responsabilizar a la agencia y hay columnistas que ya reprochan que no grit¨® lo suficiente (que pongan los tuits en may¨²sculas, a ver si as¨ª); y ahora incluso culpan de la tormenta a un sofisticado proyecto de geoingenier¨ªa de Marruecos.
Solo era el ruido inicial con el que distraer, hasta que han puesto todos el foco en lo mismo: destruir el tejido social con mensajes de odio. Ese lodazal se cuela en nuestros m¨®viles en forma de v¨ªdeos descontextualizados. En uno, alguien denuncia que un hombre sali¨® a limpiar con su pala y le han okupado la casa (no se ve nada de eso). En otro, una mujer mayor indignada clama contra ¡°todos los pol¨ªticos¡±. Otro ¡°demuestra¡± que la tragedia es deliberada porque un ministro franc¨¦s ¡°desvela¡± que Marlaska ha rechazado la ayuda de bomberos galos. En muchos, se denuncia que el pillaje que se est¨¢ sufriendo en la zona es cosa exclusiva de ¡°moros y gitanos¡±.
Estos ¨²ltimos son tan inflamables, racistas e insistentes, desde el mismo mi¨¦rcoles, que no dejo de temer que estemos al borde de un linchamiento. Porque es sencillo percatarse de lo que pretenden ultras como SrLiberal o Alvise P¨¦rez cuando ves esos clips en sus canales de difusi¨®n de veneno. Pero esos mismos v¨ªdeos le llegan rebotados a tu madre por una amiga, al grupo de tu equipo de f¨²tbol y, obviamente, a valencianos absolutamente sobrepasados con la tragedia, indignados por la falta de ayuda y agotados por el pimpampum de la pol¨ªtica. Y estos agitadores extremistas est¨¢n regando esas emociones con gasolina.
El eurodiputado de la ardilla, su compa?ero provocador Vito Quiles, el ultraliberal Wall Street Wolverine y el patr¨®n medi¨¢tico de Vox, Julio Ariza, est¨¢n moviendo en sus canales otro lema: ¡°Estado fallido¡±. Vete a explicarles a sus seguidores las complejidades de la maquinaria del sistema auton¨®mico de competencias. Porque es evidente que la respuesta a la tragedia est¨¢ siendo desastrosa. Pero se puede responder fortaleciendo y agilizando los mecanismos del Estado o se puede so?ar con prescindir de ¨¦l. Juan Manuel de Prada, en Abc, clama que ¡°Espa?a es un estado fallido gobernado por hijos de la grand¨ªsima puta¡± y defiende que ¡°tendr¨ªamos que ahorcarlos¡±. Cuando Esperanza Aguirre (que tambi¨¦n difunde el bulo de las presas) comparte en redes un editorial de Abc titulado ¡°?D¨®nde est¨¢ el Estado?¡± no es porque se haya olvidado de Reagan, es porque se relame afilando las tijeras con las que recortar un sistema p¨²blico que falla ante la dana. El tuit de Aguirre lo ha visto medio mill¨®n de personas y El Confidencial abr¨ªa su web el s¨¢bado con un titular que har¨ªa gozar a Thatcher: ¡°La autogesti¨®n ciudadana se erige en respuesta a la tragedia ante el caos de las Administraciones¡±.
No pretendo confundir: no hay nada m¨¢s puro y bello que el apoyo espont¨¢neo y solidario de la gente. Es normal que se organicen y se ayuden. Como resume el influencer de izquierdas Malacara: ¡°Vive, quiere, cuida tu barrio. En el apocalipsis ser¨¢ tu vecina la que te salve¡±. Pero el mensaje de ¡°est¨¢s solo, huye de las instituciones¡± es pura estrategia neofascista. No es nuevo, porque todas estas maniobras son m¨¢s viejas que la pana: Hannah Arendt ya nos advirti¨® de que la soledad es el mejor caldo de cultivo del totalitarismo. La desconfianza en el Estado, en la ciencia, en la prensa de calidad, en el pr¨®jimo, es lo que hace que se rompan las costuras del tejido social. Hay un batall¨®n de soldados de la industria del odio coordinado y sembrando desconfianza sobre el barro valenciano. Solo nos queda defender esa confianza, porque el pueblo salva al pueblo: pagando entre todos el sueldo de m¨¦dicas, enfermeros, bomberos, forenses y meteor¨®logos.
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