Por qu¨¦ la mayor¨ªa de ¡°influencers de informaci¨®n¡± son hombres y conservadores

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La empresa de sondeos Pew Research acaba de publicar el mayor informe de ¡°influencers de informaci¨®n¡±. Analiza 500 en EE UU y su impacto es notable, sobre todo en menores de 30 a?os. El informe sigue obviamente sin responder a la gran pregunta de c¨®mo se moldea la opini¨®n p¨²blica, pero da pistas sobre algunos cambios.

La definici¨®n que usa Pew para estos influencers es amplia: ¡°Individuos que publican mensajes sobre actualidad y temas p¨²blicos en redes, que tienen m¨¢s de 100.000 seguidores al menos en una plataforma y pueden ser periodistas de un medio, pero nunca son una organizaci¨®n¡±. De ese grupo la caracter¨ªstica principal es que dos de cada tres son hombres, sobre todo en X y YouTube. Tambi¨¦n son ligeramente m¨¢s conservadores, pero la mayor¨ªa no se define. X es claramente la principal red para estas figuras y un tercio tiene un podcast. En TikTok en cambio, el perfil de los influencers de informaci¨®n es en cambio m¨¢s femenino y progresista en valores.

Ninguno de estos datos es sorprendente para quien siga informaci¨®n en redes en Espa?a. Cuando elXokas dice en un v¨ªdeo que tal acad¨¦mico opina algo interesante (que el Gobierno gestiona mal el dinero p¨²blico porque no es suyo), lo que hace es repetir una acusaci¨®n gastad¨ªsima (aunque con montones de ejemplos reales que la sustentan). Lo que no dice es que le gusta tanto porque desde hace poco es un se?or rico m¨¢s con un gran altavoz. Ese v¨ªdeo por supuesto se hace viral porque un ¡°influencer de informaci¨®n¡± aprovecha el clip y lo viraliza.

Cuando el mec¨¢nico de Aranjuez e influencer ?ngel Gait¨¢n dice, ahora que se ha hecho m¨¢s famoso con la dana, que los pol¨ªticos le llaman porque le temen, lo que en realidad logra es que m¨¢s gente le mire m¨¢s y le citemos aqu¨ª. De ah¨ª ser pol¨ªtico en realidad hay un gran paso.

Uno de cada cinco estadounidenses dice que regularmente se entera de las noticias por influencers. Pero en los menores de 30 a?os esa cifra sube al 37%, m¨¢s de uno de cada tres. Es m¨¢s interesante el motivo que dan sus seguidores para prestar atenci¨®n a estas figuras: les ayudan a entender mejor la actualidad y hacen algo distinto. Esto tiene un mensaje claro para los periodistas tradicionales: somos m¨¢s dif¨ªciles de entender y somos m¨¢s aburridos. Nada que no supi¨¦ramos., pero tampoco es tan sencillo.

Tampoco hay que enga?arse con estos influencers: la mayor¨ªa (m¨¢s de un 60%) hace esto por dinero. Es un trabajo. Y para poder trabajar ¡°informando¡± necesitan un espacio que los medios tradicionales no ocupen: lo de explicarlo mejor y ser m¨¢s entretenidos tiene una peque?a trampa.

La variedad de estos influencers es enorme y es dif¨ªcil generalizar, pero suelen recurrir a presas f¨¢ciles: antes cuentan el ¨²ltimo asesinato, conspiraci¨®n o esc¨¢ndalo que aclaran c¨®mo funciona la pol¨ªtica fiscal o el futuro de los coches el¨¦ctricos. Es decir, los medios deben ofrecer un men¨² amplio, los influencers pueden escoger comentar los temas m¨¢s interesantes o, como se dice hoy, virales.

La hist¨®rica prensa amarilla es una buena manera de entender el trabajo de estos influencers: sus temas centrales son crimen, esc¨¢ndalo, cotilleos, sexo, cat¨¢strofes y deportes. Los medios no son por supuesto perfectos ni puros, pero cuando alguno se equivoca o tergiversa se lleva su raci¨®n de choteo p¨²blico.

Los influencers tienen m¨¢s margen decir lo que quieran: pueden seleccionar los v¨ªdeos que les apetezcan (y los m¨¢s escandalosos funcionan mejor), pueden comentar solo las noticias que vayan a caer bien a sus seguidores y les resulta f¨¢cil encontrar motivaciones ocultas en cualquier gran decisi¨®n. Las conspiraciones solo son obvias cuando van en contra: las elecciones est¨¢n ama?adas solo si las pierden, los pol¨ªticos son lascivos solo si son del partido que nos cae mal y siempre hay un experto para sustentar cualquier opini¨®n.

Su rol ha sido ir en contra del poder establecido porque es m¨¢s f¨¢cil. Siempre hay gente enfadada y que sospecha de las autoridades. Ya la hab¨ªa en el siglo XX y antes tambi¨¦n. A veces es saludable que haya gente as¨ª para plantear dudas en una sociedad. Esa audiencia ve¨ªa a los medios tradicionales como un mal menor, como un eslab¨®n del sistema. Ahora con todo este ej¨¦rcito de influencers han encontrado sus ¡°medios¡± y en parte son tambi¨¦n el sistema. Las teor¨ªas cucu (locas) tienen mucho recorrido porque antes eran m¨¢s dif¨ªciles de encontrar. Ahora forman parte del mainstream. Dir¨ªa que eso tiene un recorrido finito.

El experimento en EE UU ser¨¢ interesante: ahora los influencers ya tienen su Gobierno y seguir siendo solo la oposici¨®n ser¨¢ dif¨ªcil. Aunque siempre encontrar¨¢n el modo de decir, cuando se equivoque, que Trump est¨¢ influido por bur¨®cratas o que cualquier lobby le somete. Ser¨¢ por encontrar conspiraciones.