El mapamundi de una regulaci¨®n atravesada
Cada territorio crea, en la pr¨¢ctica, su propia normativa sobre IA generativa para no perder pulso en una carrera comercial de billones de euros.
¡°El gigante chino est¨¢ usando la IA como elemento de cohesi¨®n social¡±, observa Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano. ¡°Lo que han hecho es introducirla en el sector p¨²blico: escuelas, hospitales, guarder¨ªas¡±. Es una apartada v¨ªa de control.
¡°Parte de la normativa se asocia a esa obligaci¨®n comunitaria (evitar la discriminaci¨®n, respeto a la propiedad intelectual, impedir el terrorismo o sistemas que generen da?os f¨ªsicos y psicol¨®gicos), sin embargo, exige que se reflejen los valores promovidos por el Estado y proh¨ªben crear contenidos que afecten a los intereses o la imagen nacional¡±, desgrana Juan Carlos Hern¨¢ndez Pe?a, profesor y analista del Instituto de Ciencia de los Datos e Inteligencia Artificial, Datai, de la Universidad de Navarra. En el nuevo coloso hay 1.200 empresas ©¤acorde con Steve Freedman, director de sostenibilidad en la gestora Pictet AM©¤ dedicadas a la IA y han firmado 326.000 patentes. Por encima de las 306.000 de EE UU. Y la grieta carece de fondo comparada con la vieja Europa: Alemania, Francia y Reino Unido suman solo 30.000.
Google se comprometi¨® a indemnizar a los clientes que sufran infracciones de derechos de autor en la utilizaci¨®n de sus productos de IA generativa
China ha ido desarrollando su propia normativa. En 2022 aprob¨® el Internet Information Service Algorithmic Recommendation Management Regulations (ISARM). Pero que las palabras no tapen el bosque. Exige registrar los algoritmos vinculados con la opini¨®n p¨²blica y controlar la difusi¨®n de informaci¨®n que pueda considerar da?ina. Al a?o siguiente introdujo la Deep Synthesis Regulation ©¤recuerda Juan Carlos Hern¨¢ndez Pe?a©¤ para prohibir el uso de deepfakes y a la vez public¨® la Generative AI Regulation con el fin de controlar los chatbots basados en ChatGPT.
Presi¨®n de las grandes tecnol¨®gicas en EE UU
La situaci¨®n ha llevado al enfrentamiento directo entre China y EE UU, que, m¨¢s all¨¢ de los c¨¢lculos de la consultora McKinsey (esta tecnolog¨ªa podr¨ªa a?adir el equivalente a entre 2,3 y 4,3 billones de euros anuales en ganancias de productividad a la econom¨ªa mundial), afecta a la seguridad de la naci¨®n. Apenas se conoce, ¡°pero ning¨²n ciudadano estadounidense con un cargo ejecutivo y de relevancia puede trabajar en una compa?¨ªa europea o China dedicada a la IA¡±, revela Raquel Jorge.
Regular este espacio ha cogido a EE UU ¡°distra¨ªdo¡± entre sus enfrentamientos geopol¨ªticos, las declaraciones de algunos grandes ejecutivos de las Big Tech frente al Congreso y la pelea pol¨ªtica en ambas C¨¢maras. Ante la dificultad de un consenso republicano-dem¨®crata, el presidente, Joe Biden, ha acudido a una vieja ley (1950-1953) de los a?os de la guerra de Corea. En octubre de 2023, cobij¨¢ndose en la Defense Production Act, redact¨® una orden ejecutiva que fij¨® ¡°una profusa responsabilidad a sus agencias federales para desarrollar pol¨ªticas p¨²blicas que alineen la IA con los derechos fundamentales, protejan la salud p¨²blica o establezcan est¨¢ndares de ciberseguridad¡±, relata Pe?a. La orden, claro, durar¨¢ lo que se mantenga la legislatura. En noviembre hay elecciones presidenciales.
En un pa¨ªs federal, California s¨ª que se muestra preocupada, por eso dio el pl¨¢cet a la Assembly Bill 302. Estableci¨® la obligaci¨®n de efectuar un inventario de los sistemas IA de alto riesgo que adopten decisiones automatizadas relativas a vivienda, educaci¨®n, salud y justicia. Nadie se f¨ªa de nadie. Incluso los cofundadores de OpenAI han pedido un equivalente al Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (IAE, por sus siglas en ingl¨¦s) con el fin de inspeccionar sus sistemas, cumplir normas de seguridad e imponer restricciones. Mientras, Google se comprometi¨® a indemnizar a los clientes que sufran infracciones de derechos de autor en la utilizaci¨®n de sus productos de IA generativa.
Europa, entre la regulaci¨®n y la competitividad
Al otro lado del Oc¨¦ano, Europa ha creado la primera Ley de Inteligencia Artificial, que debe estar lista en primavera. Al tiempo, Espa?a, ultima su Agencia Estatal de Supervisi¨®n de Inteligencia Artificial (AESIA). La normativa europea puede eliminar ambig¨¹edades (Italia prohibi¨®, temporalmente, el 20 de marzo pasado, ChatGPT) y acelerar su desarrollo.
La nueva regulaci¨®n europea fija est¨¢ndares de seguridad y derechos fundamentales que eviten que esta tecnolog¨ªa se use con fines represivos, de manipulaci¨®n o discriminatorios, pero sin que la regulaci¨®n sea tan abrumadora que frene la competitividad de la Uni¨®n Europea. Un complejo equilibrio. La IA tendr¨¢ requisitos m¨¢s estrictos mientras los modelos menos potentes continuar¨¢n con una legislaci¨®n m¨¢s laxa. Las obligaciones impuestas a los agentes potencialmente sist¨¦micos se basan, sobre todo, en la evaluaci¨®n y supervisi¨®n del riesgo y se completan con un c¨®digo de conducta voluntario. El reconocimiento facial en tiempo real solo se permite para prevenir ataques terroristas o en personas sospechosas de haber cometido cr¨ªmenes. Las compa?¨ªas tendr¨¢n que obedecer la normativa europea.
Las leyes en EE UU podr¨ªan orientarse al beneficio econ¨®mico de la IA para mantener el liderazgo tecnol¨®gico de sus compa?¨ªas, que a su vez se traduce en poder geopol¨ªtico frente a rivales como China
Tambi¨¦n habr¨¢ reglas espec¨ªficas para los modelos primigenios, en los que se basan sistemas como ChatGPT o DALL-E. Jur¨ªdicamente es un acuerdo marco y tendr¨¢ que desarrollarse por las Autoridades de Supervisi¨®n de la IA de cada Estado miembro y por la Oficina Europa de la IA, que depende de la Comisi¨®n Europa. El organismo se encargar¨¢ de supervisar la aplicaci¨®n de la norma y podr¨¢ imponer sanciones. Ese equilibrio resulta b¨¢sico, sobre todo si se quiere competir ah¨ª fuera.
Asimetr¨ªa global
O quiz¨¢s podr¨ªa ser un referente para otras regiones. En Iberoam¨¦rica, ¡°la Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en los Entornos Digitales constituye uno de los logros m¨¢s significativos en posicionamiento pol¨ªtico de amplio alcance y del m¨¢s alto nivel en cuanto a transformaci¨®n digital¡±, resume Juan Alejandro Kawabata, director de Asuntos Jur¨ªdicos e Institucionales de la Secretar¨ªa General Iberoamericana (SEGIB). Las palabras que recogen ese texto asumen que las tecnolog¨ªas emergentes, como la IA, suponen retos y riesgos que deben abordarse garantizando el derecho de las personas.
Pero la regi¨®n carece de una legislaci¨®n compartida. En Am¨¦rica Latina y el Caribe, solo Brasil, Colombia, Chile y Per¨² poseen una estrategia nacional de IA, seg¨²n fuentes del CEPAL, Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe. El 55% de las pol¨ªticas hablan de esta tecnolog¨ªa desde la ¨¦tica, la gobernanza y la privacidad. Es una normativa humanista. Brasil, Colombia, Chile y Per¨² han definido el mercado regulatorio m¨¢s avanzado de la regi¨®n.
Brasil cuenta con leyes vigentes de protecci¨®n de datos y delitos inform¨¢ticos y seguridad. Tramita un anteproyecto de ley para regular la IA; la situaci¨®n colombiana es an¨¢loga a la brasile?a, aunque le falta una mirada a la nueva inteligencia; Per¨² ha aprobado leyes en la protecci¨®n de datos y ciberseguridad, pero, tambi¨¦n, tiene pendiente la IA; y Chile cuenta con una ley de delitos inform¨¢ticos, ciberseguridad y proyectos de regulaci¨®n espec¨ªfica en esa tecnolog¨ªa. El mapa sigue incompleto: faltan Argentina, M¨¦xico, Costa Rica o Uruguay. Adolecen de antecedes o casos de experimentaci¨®n regulatoria para el uso de la IA. Solo el 3% de las empresas de estas tecnolog¨ªas son de la regi¨®n.
Asia es la otra cara de la moneda: ¡°Los beneficiarios inmediatos ser¨¢n las econom¨ªas con mayor involucraci¨®n en el desarrollo de la IA, por ejemplo, Jap¨®n [61.000 patentes], Corea del Sur [junto con Taiw¨¢n, los l¨ªderes de la industria de semiconductores], Europa y Reino Unido¡±, sintetiza David Page, el responsable de Macro Research en AXA Investment Managers.
Corea del Sur ha ido evolucionando desde 2020 su normativa y el 19 de febrero pasado, la Asamblea del pa¨ªs propuso una ley que regula el uso de la IA de las empresas y a la vez crea un marco de comportamiento. Un texto con eco europeo. Singapur tambi¨¦n tiene otro desde 2020 que fija l¨ªmites a la gobernanza de la tecnolog¨ªa. Pero no son leyes espec¨ªficas. Piensan en la competitividad global. Jap¨®n y los Emiratos ?rabes replican la misma idea. Un marco, pero no una r¨ªgida normativa.
Faltan naciones importantes, qu¨¦ ocurre en Australia, India, Rusia o Arabia Saud¨ª. Son geograf¨ªas fragmentadas. Ninguna, seg¨²n McKinsey y la OCDE, tiene una legislaci¨®n de IA con la ambici¨®n y el eco de la europea.