La mano (madrile?a) que viste a Gloria Steinem
Bina Daigeler, alemana afincada en Madrid, empez¨® su carrera con ¡®Airbag¡¯ y Almod¨®var: ahora ambienta ¡®Mrs. America¡¯, la serie m¨¢s aplaudida del a?o
En los a?os setenta no hab¨ªa Zara. Parece una obviedad, pero cuando la directora de vestuario Bina Daigeler (M¨²nich, 1965) se enfrent¨® a la tarea de vestir a Phyllis Schlafly, la activista antifeminista a la que interpreta Cate Blanchett en el ¨¦xito cr¨ªtico de la temporada, Mrs. America (HBO), dise?ar su ropa fue una tarea tan compleja como acotar las dimensiones de su guardarropa. ¡°En los setenta mucha...
En los a?os setenta no hab¨ªa Zara. Parece una obviedad, pero cuando la directora de vestuario Bina Daigeler (M¨²nich, 1965) se enfrent¨® a la tarea de vestir a Phyllis Schlafly, la activista antifeminista a la que interpreta Cate Blanchett en el ¨¦xito cr¨ªtico de la temporada, Mrs. America (HBO), dise?ar su ropa fue una tarea tan compleja como acotar las dimensiones de su guardarropa. ¡°En los setenta muchas amas de casa se hac¨ªan su prendas¡±, explica. ¡°Era otro mundo, se compraba menos. ?Cu¨¢nta ropa pod¨ªa tener el personaje a lo largo de diez a?os? As¨ª que hice una lista del n¨²mero de zapatos o de prendas que era l¨ªcito que una mujer de la ¨¦poca utilizara. Es algo que ayuda mucho a las actrices a familiarizarse con la ¨¦poca que estamos recreando¡±.
Este detalle sirve para comprender la complejidad de un oficio, el de dise?o de vestuario, que va m¨¢s all¨¢ de la guardarrop¨ªa tradicional. Mrs. America cuenta los debates pol¨ªticos en EE UU en torno a la Enmienda de Igualdad de Derechos durante los setenta. Muchos de los personajes est¨¢n inspirados en personas reales, como la propia Schlafly, Gloria Steinem, Betty Friedan o Shirley Chisholm. ¡°Este es un trabajo basado en la documentaci¨®n, porque varios de los personajes son famosos, as¨ª que lo primero es investigar¡±, concede Daigeler por tel¨¦fono desde su casa en Madrid. ¡°Pero tambi¨¦n quer¨ªa hacer algo muy contempor¨¢neo, porque la emancipaci¨®n de la mujer sigue siendo un tema de actualidad, y creo que el vestuario puede ayudar a que el p¨²blico se sienta identificado con estos problemas¡±.
El espectador avezado identificar¨¢ al primer vistazo algunas de esas r¨¦plicas exactas de fotograf¨ªas de ¨¦poca ¡ªpor ejemplo, los inconfundibles trajes de chaqueta de Chisholm, la primera congresista afroamericana¡ª, pero no todo es arqueolog¨ªa en este trabajo en el que el vestuario, igual que el guion, la fotograf¨ªa, el montaje o la direcci¨®n, denota el estilo de su responsable. El estilo personal de Daigeler reside en un empleo sofisticado y expresivo de las texturas, y una voluntad de entender el cromatismo como herramienta narrativa. ¡°Al final, esto consiste en contar una historia¡±, explica. ¡°Por ejemplo, en una escena hab¨ªa feministas y antifeministas en el mismo plano, y me parec¨ªa importante que el espectador supiera qui¨¦n era qui¨¦n inmediatamente. As¨ª que apliqu¨¦ gamas de colores, texturas y estampados distintas para cada grupo. Y tiene sentido, porque al principio las diferencias indumentarias entre ambos bandos eran muy radicales¡±.
Daigeler conversa con EL PA?S desde su confinamiento en Madrid, la ciudad donde vive desde hace d¨¦cadas. La pandemia de la covid-19 ha aplazado el estreno del otro gran proyecto que ha firmado este a?o: el vestuario de Mulan, la adaptaci¨®n en imagen real del cl¨¢sico de Disney que ha dirigido Niki Caro y que, inicialmente prevista para marzo, llegar¨¢ a los cines el 24 de julio. ¡°Ha sido un regalo¡±, afirma a prop¨®sito de su participaci¨®n en esta historia con protagonista femenina y en la que buena parte del equipo creativo est¨¢ formado por mujeres. ¡°Disney tiene un lenguaje muy propio, pero aqu¨ª ha dado a la directora una libertad muy especial. He podido ser muy creativa, he trabajado con una gran cantidad de artistas en un taller enorme, con medios, tiempo y ganas¡±.
Sabe de lo que habla. Con treinta a?os de trayectoria a sus espaldas, esta alemana ha recorrido la pir¨¢mide de la profesi¨®n desde los cimientos. ¡°Empec¨¦ como costurera en un taller de vestuario teatral, y ah¨ª pas¨¦ a trabajar como ayudante de figurinistas¡±, recuerda. ¡°Me interesaba mucho el cine. Por ejemplo, me encantaban Almod¨®var y Jim Jarmusch, y he tenido la suerte de trabajar con los dos¡±. Con el manchego trabaj¨® en Todo sobre mi madre (1999) junto al hist¨®rico figurinista Jos¨¦ Mar¨ªa Coss¨ªo y, ya en solitario, en Volver (2006). Con Jarmusch, en Solo los amantes sobreviven (2013). Sus v¨ªnculos con el cine espa?ol se remontan a los a?os ochenta, cuando se mud¨® a Madrid. Ya hab¨ªa trabajado en pel¨ªculas y series en Alemania, pero trasladarse a Espa?a signific¨® casi empezar de cero. ¡°Me cost¨® bastante¡±, dice recordando su primer trabajo aqu¨ª: ser ¡°la ayudante de la ayudante de la ayudante¡± en 1492, de Ridley Scott, rodada parcialmente en Sevilla, Salamanca o Trujillo. ¡°Necesitaba un permiso de trabajo y me lo denegaron tres veces. Al final lo consegu¨ª¡±.
Se estren¨® ¡ªesta vez, con su propia firma¡ª con Airbag (1997), de Juanma Bajo Ulloa, todo un boom generacional que le abri¨® las puertas a trabajar con Chus Guti¨¦rrez o Joaqu¨ªn Oristrell, y de ah¨ª a la primera divisi¨®n internacional. Desde entonces su curr¨ªculum ha aumentado a?o a a?o, compatibilizando producciones como Ch¨¦ (2007, Steven Soderbergh) con trabajos en televisi¨®n, donde ha firmado el vestuario de series como la primera temporada de Narcos o El tiempo entre costuras, todo un fen¨®meno sociol¨®gico patrio que se hizo patente en el verdadero term¨®metro de la influencia: las calles, las tiendas y las redes sociales que, tras su estreno, se llenaron de ecos de la elegancia aventurera de los a?os treinta lucida por Adriana Ugarte en la serie.
Trabajar en series, asegura Daigeler, proporciona popularidad, pero no sin dificultades a?adidas. ¡°Es muy dif¨ªcil, porque en una pel¨ªcula hay un guion y una visi¨®n de director, pero las series se comienzan sin tener los guiones terminados, sin saber c¨®mo evolucionar¨¢ el personaje, y con la complejidad de trabajar con distintos directores¡±, apunta. Al mismo tiempo, se?ala, ¡°las series, en la era de las plataformas, ofrecen mucho potencial¡±. En su caso, es cierto. Mrs. America ha llegado a la vida de Daigeler en un momento de madurez en que puede permitirse algo solo reservado a los veteranos: cumplir un encargo sin renunciar a hacerlo suyo.