El mejor

Cuentan que llorar es liberador, una v¨¢lvula de escape de la pena, la respuesta fisiol¨®gica a lo que te toca el coraz¨®n o las entra?as. Hace mucho tiempo que las l¨¢grimas se niegan a invadirme. Algo debe de estar muy atrofiado. Pero anoche sent¨ª en alg¨²n momento la humedad en los p¨¢rpados. Viendo en Movistar el documental Michael Robinson. Good, better, best.

Su protagonista re¨ªa mucho, hac¨ªa re¨ªr a los dem¨¢s, pod¨ªa re¨ªrse de s¨ª mismo, pose¨ªa en grado superlativo algo tan necesario para andar por este mundo o para sobrevivir, llamado sentido del humor. E inteligencia, clase, seducci¨®n, generosidad, voz propia. Conocedor de su letal enfermedad confiesa: ¡°A m¨ª me ha llovido la suerte. Tengo 61 a?os. Me los he pasado amando y sinti¨¦ndome amado, con sonrisas de oreja a oreja, con risas totales. No cabe m¨¢s felicidad y fortuna. Si se trata de eso, creo que tengo 130 a?os¡±. Su esposa cuenta que cuando se conocieron le dijo: ¡°Vamos a vivir la vida en colores, nunca en blanco y negro¡±. Y que ella pens¨® perpleja que este hombre segu¨ªa crey¨¦ndose que era Peter Pan. Al tirar sus cenizas al mar asegura que esa vida en colores existi¨® algunas veces.

Era tan listo y tan honrado Michael que confiesa no haber sido un futbolista de talento, pero que siempre dio en el campo todo lo que pose¨ªa. Y cuando sus ligamentos est¨¢n destrozados, cuando sabe que no podr¨¢ jugar m¨¢s, rompe su contrato con el Osasuna dici¨¦ndoles: ¡°Si no trabajo, no quiero seguir cobrando¡±. Se reinventa haciendo un oficio genial como comunicador, delante de las c¨¢maras, comentando partidos, poni¨¦ndose al frente del inolvidable El d¨ªa despu¨¦s y posteriormente, tras una breve ¨¦poca de tinieblas y alcohol desbocado, invent¨¢ndose el ins¨®lito y magistral Informe Robinson. Y, c¨®mo no, sonr¨ªo cada vez que te recuerdo, Michael.